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Capítulo 7

Bad feeling

Un par de semanas habían pasado desde la confesión de ambos. Ambos parecían incluso más relajados al dejar salir aquellos sentimientos correspondidos.
Lucifer había insistido en que Charlie debía saber que ambos estaban empezando a formalizar una relación más allá de la amistosa, y que era importante que todos los que representaban el círculo social más cercano de ambos lo supiera.

Por esa razón, Alastor había invitado a todos a un pequeño restaurante en el centro de la ciudad, realmente le daba lo mismo que alguien supiera sobre el supuesto noviazgo que llevaba con Lucifer. A decir verdad, esos sentimientos se estaban volviendo un problema más grande de lo que podría llegar a controlar.
Sí perdía de vista el objetivo principal, terminaría realmente enamorado y a los pies de ese...Rey adora patos.

—¿Estás listo? —la voz de Lucifer lo saco de sus pensamientos.
A decir verdad, había veces en las que la voz del Rey le molestaba de sobremanera, sobre todo por los sentimientos que él mismo había empezado a desarrollar por el gobernante del infierno. Lucifer se estaba metiendo en lo más profundo de su mente y corazón, dejando claro a cualquiera que era su punto débil, y eso, eso no se lo podía permitir.

Alastor debía eliminar el cariño que había desarrollado por el más bajo, de otro modo, esos estúpidos sentimientos terminarían jodiendo todo, y no planeaba soltar una correa para atarse a otra.

—Sí —respondió cortante—, ¿En verdad es necesario que todos lo sepan?

—Bueno —se acercó, tomando la corbata de Alastor para empezar a hacer el nudo—, para mí es importante que Charlie lo sepa, es mi hija.

—Eso ya lo sé.

—¿Qué te tiene tan de mal humor está noche? —terminó el nudo y sacudió un poco el saco del demonio—, ¿Alguien te hizo enojar hoy?

—No.

—¿Entonces? —se cruzó de brazos con cierta molestia.

—Se me hace... innecesario hacer todo esto.
Pudimos solo decirlo a Charlie, ella se iba a encargar de contarle a todo el mundo.

Lucifer le puso mala cara.

—Bueno, ¿Cuál es el problema, a caso te molesta tanto o es porque detestas pasar tiempo con todos?

—Yo solo quería quedarme a descansar en MI habitación, porque aquí te me encimas y luego no me dejas ir.

Lucifer asintió dolido por el comentario y salió de la habitación sin decir una sola palabra.

En el restaurante, todos los presentes parecían particularmente intrigados del porque Alastor los había citado ahí, en realidad, no era habitual que aquel soberano hiciera un acto como aquello.

Husk, Angel y Niffty fueron los primeros, llegaron juntos, parecían incluso una pequeña familia y aquello no les molestaba en lo absoluto.
A los pocos minutos se presentaron Charlie y Vaggie. La hija de Lucifer tenía su ya habitual gran sonrisa y aunque le sorprendió no ver a Alastor sentado —siendo él quien los había citado—, se sentó junto a Husk y espero pacientemente a su padre y a Alastor.

—¿Se les ofrece ordenar algo? —preguntó la mesera con una pequeña sonrisa.

—Una botella de Whisky —pidió Husk, al fin y al cabo, quién iba a pagar sería Alastor, ¿No?

—¿Algo más?

Todos comenzaron a ordenar bebidas y comida, para poder esperar al par. A Charlie no le sorprendió que su padre llegará tarde, solía perder la noción del tiempo estando solo.
Solo deseaba saber si tardarían mucho.

En el hotel, Lucifer se terminaba de arreglar, poniendo su capa roja, aquella que solo usaba en ocasiones especiales —y porque amaba llamar la atención—, se miró al espejo y salió de su habitación apresurado.

—Carajo, es tan tarde —miró la pantalla de su celular—, debo cambiar este maldito hábito mío.

Iba tan inmerso en eso, que apenas pudo procesar que Alastor lo tomo por los hombros y lo acorraló contra la pared. Sus ojos estaba negros y sus astas salieron.

—Tú —la estática en su voz le dio un ambiente tétrico—, no puedes estarme ignorando todo el día.

Lucifer puso los ojos en blanco y trato de apartarlo.

—Quitate, necesito llegar a la cena.
Escucha, sí no quieres ir, está bien, pero no voy a dejar a todos plantados y alguien necesita pagar.

—Eres tan necio... —gruñó con cierta molestía.

—¿Y?

Alastor no pudo más y lo beso, presionó sus labios contra los de Rey, quién forcejeo un poco antes de rendirse ante el soberano. Su mano soltó su bastón, el cual hizo un ruido sordo al estar el pasillo en silencio, sus brazos rodearon el cuello de aquel demonio de rojo y jadeo entre el beso buscando un poco de aire. Pero Alastor lo estaba robando todo, silenciaba sus suspiros y limitaba la respiración del Rey mientras su lengua invadía la cavidad bucal del otro.

Probablemente las cosas estaban poniéndose un poco más íntimas, porque Lucifer no supo en qué momento Alastor lo levanto del suelo, haciendo que sus piernas se sujetaran alrededor de la cintura del más alto. Las manos de Lucifer se aferraron al cabello del soberano, despeinando su cabello, y Alastor lo sujeto de la cintura, haciendo presión entre sus cuerpos. No fueron concientes de eso hasta que escucharon un par de voces, proviniendo desde las escaleras, seguramente algunos inquilinos que volvían a su habitación.

—C-Carajo... —Lucifer fue puesto en el suelo, pero sus piernas temblaban y el sonrojo en su rostro delataba lo que estaban haciendo momentos atrás.

Alastor carraspeo un poco antes de acomodar un poco su cabello—. Debemos ir con Charlie —le ofreció su brazo—, ¿Nos vamos?

—Sí —acomodó su traje con rapidez—, vámonos.

En el restaurante, Charlie y el resto habían comenzado a comer cuando Alastor y su padre aparecieron. Entonces notó una cosa, su padre venía del brazo de Alastor con una sonrisa, y Alastor traía el cabello algo desordenado.

—¡Charlie! —se separó de Alastor para darle un abrazó—, ¿Cómo están, llevan mucho esperando?

—Hola pa, llevamos...¿Veinte minutos?, fue el tiempo en qué tardaron en traernos todo esto.

—Sí que ordenaron —murmuró el soberano con cierta molestia.

—Creí que no vendrían.

—Nos retrasamos, es todo.

—¿El retraso tiene que ver con el cabello revuelto del señor de voz satánica? —Angel alzó una ceja, insinuando entonces que algo había pasado.

—Ah... —Lucifer se sonrojo un poco y agachó la mirada—. ¡Mesero! —alzó la mano—, venga.

El demonio de la radio negó un poco antes el comportamiento infantil del Rey, ordenó corazones de venado mientras que Lucifer pedía una extraña comida que parecía costosa. Definitivamente su bolsillo iba a sentirlo.

—Bueno, a todo esto —Angel llevo un bocado a su boca—, ¿Para qué nos citaron?

Vaggie, quién no había dicho nada, notó rápidamente de que se trataba. Era obvio que ambos estaban llevando una especie de relación, para la mayoría era evidente desde hacia mínimo una semana, pero ella podía notar un par de cosas.
La primera, uno de los dos estaba realmente enamorado, mientras que el otro parecía tener sentimientos pero intenciones bajo aquellos, y no precisamente de las buenas.

—Bueno, personalmente yo no quería hacer esto, pero ha sido petición de alguien.
Ante mí opinión, lo mejor era solo comentarlo con Charlie.

—¿De qué se trata? —murmuró Husk.

—El Rey y yo estamos sosteniendo una relación, una que va más allá de la amistosa.

—Ah. Así que ya cogieron.

Todos se quedaron callados, Alastor parecía irritado ante el comentario de Angel.

—¡No! —habló el Rey—, quiero decir...
Apenas nos estamos...tratando como pareja, eso...eso sería muy pronto.
Vamos, no es que el tema me asuste, soy un experto.

—Eso es algo que me gustaría ver —Husk le puso una mala cara y Angel solo soltó una risa.

—¿Y qué le asegura que esté...ser no quiera algo a cambio? —regañó Vaggie.

—No digas tonterías —Alastor rodó los ojos—, no le pediré su alma.

—Aunque me la pidiera no se la daría. No soy estúpido.
Ante la pregunta, se que Alastor tiene buenas intenciones, me lo ha demostrado, ¿No es así? —su voz y sus ojos brillaban de ilusión.

—Sí manzanita, eso lo sabes bien.

Charlie soltó un pequeño chillido de felicidad, y los empezó a felicitar junto con Angel y Niffty.
Husk y Vaggie se dedicaron una mirada, ninguno de los dos pensaba que las intenciones de Alastor fueran del todo buenas, pero no lo dirían, necesitaban averiguar que era lo que planeaba para evitar que Charlie y Lucifer sufrieran.

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