Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 4

La primera cita

-¿Qué fue lo que pasó? -regañó la rubia.

-No es la gran cosa -Lucifer arrastró las palabras.

-¿Estás borracho? -parecía molesta.

-No -mintió soltando una carcajada.

-¿En serio? -notó el ala de su padre y sus ojos se pusieron rojos-¿En serio Alastor?
Sale una noche contigo y mi padre vuelve así, ¡¿Qué mierda paso?!

-Bueno -no sabía por dónde empezar.

-Chaaar -la abrazó-, lo lleve al cerro...
¡Peleamos!

-¿De qué hablas?

-¿Por qué no lo llevamos a dormir?, su alteza no está en condiciones de responder a tus preguntas, Charlie.

-Bien -tomo la mano de su padre, pero este no podía ponerse de pie-, vamos papá..

Lucifer negó un poco y Alastor soltó un suspiro, se acercó, lo tomo en brazos y lo cargo como si de una princesa se tratase.
Camino en silencio mientras el gobernante del infierno caía en un profundo sueño a causa de su estado de ebriedad. Estando así, en ese silencio, Alastor pudo analizar el rostro de su contrario.
Lucifer tenía las mejillas sonrojadas por el alcohol, su respiración era tranquila y en su rostro había solo paz...era un ángel...

Al llegar a la habitación de Lucifer, notó que la puerta estaba cerrada con llave, eso le irritó un poco.

-Mi rey... -lo movió un poco, pero solo recibió un quejido-, por favor Lu, necesito que abras la puerta.

-No.. -se quejo, removiendo su cuerpo entre los brazos del demonio- déjame dormir....

-Sí abre la puerta, lo dejaré dormir.
Se lo juro.

-Agh -chasqueo los dedos, abriendo así la puerta-, ahí está...

Alastor camino con cuidado, notando que la habitación del Rey estaba llena de patos de todos los tamaños.
Incluso llegó a notar una cosa, en la mesa junto a la cama, descansaban tres pequeños patos...
Uno era Lucifer, otro Charlie y la última...definitivamente era Lilith, eso le molestó un poco.

-Muy bien señor.. -lo colocó con cuidado en la cama-, ya está en su cama.
Cuando despierte, curaremos la herida de su ala.

Termino de arropar al más bajo y se dio media vuelta, parando en seco cuando Lucifer le tomó la mano.

-¿Lilith..?

Las orejas de Alastor se hicieron hacía atrás ante el llamado.

-No, alteza. Soy Alastor.

-¿Alastor? -el mencionado asintió-, ¿Dónde está mi esposa...?

-¿Por qué no duerme?

-¿Lilith regresó..? -sus ojos se llenaron de lágrimas.

-Lo veré por la mañana, su majestad -se inclinó para darle un beso corto en los labios, después de todo, las probabilidades de que Lucifer recordara algo eran prácticamente nulas-. Descanse.

Cuando Lucifer abrió los ojos, le costó un poco reconocer que estaba en su habitación, ¿Cómo había llegado?
Luego, el dolor punzante en su ala izquierda le hizo recordar un pequeño detalle, estaba herido por una estúpida bala humana. Trato de ocultarlas, pero encoger sus alas le generaba dolor e incomodidad.

-¿Qué carajo? -se levantó de la cama, y con rapidez notó un detalle importante.

En la mesa de noche, solo se encontraba el pato que representaba a Charlie y el suyo, arrugó la nariz y s agachó para revisar si no había caído el pato que pertenecía a Lilith.
Lo busco incluso por toda la habitación, removió las cosas, quitó los patos de su lugar y volvió de la habitación un caos, pero no lo pudo encontrar.

-No, no, no -llevó ambas manos a su cabeza-, vamos Lilith...no lo dejes también a él...

-¿Papá? -llamó Charlie desde la puerta-, ¿Está todo bien?

-¿Ah?, ¡Sí, sí! -se limpió las lágrimas-, solo....solo estaba buscando mí...ah...no importa -sonrió mirando a su hija-, ¿Qué pasa, princesa?

-Bueno, ya pasa del medio día, y quería ver si estabas bien.

-¡Santo padre! -miró el reloj de la pared-, ¿Qué tanto dormí?

-Bueno, lo necesario, eso no importa -corrió a darle un abrazo-, me alegra que estés bien...
¿Cómo sigue tú ala?

-Ah... estará bien. No sería la primera vez que a tú padre le hacen esto.

-¿Qué hicieron ayer?, tuve que regañar a Alastor.

-¿Tú? -Charlie asintió.

-Bueno Char, la idea de ir a pelear con humanos al cerro fue mia. En realidad, me hirieron por culpa del alcohol.
Alastor solo...

-No trates de defenderlo -soltó un suspiro y volvió a sonreír-, vamos a comer.
Bueno, baja a comer, Vaggie y yo debemos ir al barrio caníbal por petición de Rosie.
Angel creo que fue al estudio, Husk está en el bar, Niffty...no sé dónde esté.
En fin, ve a la cocina, había comida -beso la mejilla de su padre-, te amo pa

Alastor se encontraba en la cocina, terminado de preparar Jambalaya.
En realidad, Charlie le había dicho que tenía que cuidar de su padre mientras ella no estaba. Después de regañarlo lo que restaba de la noche, se sentía menos paciente que de costumbre, incluso parecía que un aura de frustración se instalaba en él.
Realmente no tenía ánimos de cocinar, pese a ser su comida favorita, no tenía la más mínima intención de hacerlo con gusto.

-Buenos días -saludo Lucifer, tirando unas cosas con sus alas aún extendidas-, lo siento...

-Buenos días, majestad -el tono en su voz fue cortante y Lucifer lo notó de inmediato-, ya casi termino de preparar su comida.

-¿Charlie te puso a cuidarme?

-Ja, Ja, Ja. No.

-No te creo -se sentó, tirando otras cosas- ¡Puta madre!

Alastor trato de respirar para mantener la calma y no caer en la irá por completo.

-¿Por qué no me espera en el comedor? -se giró para mirar al Ángel.

-¿No me quieres aquí? -un pequeño puchero se formó en sus labios-, oh vamos...no me moveré...

-¿Qué tiene de malo el comedor? -sus astas se hicieron ligeramente más grandes.

-Hay mucha gente que no conozco, me da...algo de incomodidad.

-¿Al Rey le da miedo estar solo? -soltó una carcajada.

Lucifer agachó la mirada y movió un poco los pies, sus alas se agacharon un poco, tirando las cosas que tenía la mesa.

-Lo siento... -se levantó, tirando algunas cosas-, iré afuera..

Alastor puso mala cara y lo tomo del brazo, lo acercó a él y lo miró con una sonrisa genuina.

-Abra la boca.

-¿Qué?

-No planeo comerlo o envenenarlo -rodo los ojos-, hice Jambalaya.

-¿Quién te enseño?

-Mi adorada madre.
Es una receta mortal.

Lucifer soltó una risita.

-Bien -abrió la boca.

Alastor tomo una cuchara, tomo un poco de Jambalaya, sopló con cuidado hasta que no estaba caliente y lo puso en la boca de su contrario.
Lucifer tomo la comida en su boca y casi de inmediato puso mala cara, escupiendo un poco de la comida.

-¿Qué es eso?

El demonio Radio puso mala cara- ¿Por qué lo escupe?

-Le pusiste mucha sal -sacó la lengua-, no te vayas a casar.

Lucifer tenía su lengua de serpiente de fuera, y Alastor se sonrojo un poco.

-Bien, bien -soltó una risa y se quitó el mandil-, lo llevaré a comer.

-Tengo un ala lastimada. Tardará un par de horas en mejorar por completo.

-Será necesario. Podrá bañarse y arreglarse, lo llevaré a desayunar o a comer, más bien a un buen lugar, solo usted y yo.

-¿Es una cita?

-Sí así gusta verlo -una de sus sombras tomo el Jambalaya y comenzó a servirlo para los inquilinos.

-Pero eso... -señaló la comida de mal sabor.

-Sí se opone, será usted quien se coma todo eso.

-Ire a bañarme.

Cuando Alastor se presentó en la entrada de la habitación de Lucifer, tocó dos veces como era habitual y el Rey del infierno abrió de inmediato. Notó entonces una cosa, la mirada de Lucifer tenía un brillo diferente, ese toque melancólico que inundaba sus ojos lo había abandonado y en su lugar, un toque de felicidad se distinguía.

-¿Nos vamos? -ofreció su mano.

-Por supuesto -la tomo con cuidado y sonrió contentó.

-Por cierto, le he guardado su anillo. Ayer estaba demasiado ebrio y le dije que me lo quedaría, pero, sí lo desea, puedo devolvérselo.

El soberano lo medito por unos momentos, mientras caminaba con el demonio.
Ese anillo significaba su unión con Lilith, la mujer por la que había renunciado a todo y por quién había hecho hasta lo imposible por verla feliz.
Lilith había sido importante, y habían jurado estar juntos toda la eternidad, pero algunas veces las cosas cambian y era hora de dejarla ir.

-No. Quedatelo, guárdalo, tiralo, regalalo a alguien, no sé.
Lilith es libre, y yo también quiero serlo.

En el centro del pentagrama, había un restaurante de alta calidad, donde solo los soberanos y algunos demonios adinerados asistían.
Alastor y Lucifer entraron llamando la atención de todos, pero ninguno se atrevió a tomar fotos ante la mirada amenazante de Alastor, quién se sentía extraño porque mirarán a Lucifer de esa manera.
Cuando los llevaron a su respectiva mesa, él acercó la silla hasta Lucifer y dejó que se sentara, para luego hacer lo mismo.

-Este lugar es bonito -adulo el más bajo-. Esta vez te luciste.

-Bueno, le debo una disculpa por no poder evitar que recibiera daño en esa ala suya.

-Nah -agitó la mano-, no importa.
Los angeles nos recuperamos rápido, es una ventaja de nuestra sangre.

-También le debo otra disculpa -aclaro su garganta un poco-. No pude evitar que esos...demonios murmuran por salir a mí lado.

-Por mí pueden hablar lo que quieras -se encogió de hombros-, es más, pueden decir que somos pareja sí eso les place, mientras no se metan con Charlie, no tengo problemas.

Alastor sonrió.

-Me gusta cuando sonríes así. Sin aparentar ni nada de eso. Una sonrisa sincera.

El demonio de la radio se encogió de hombros y llamo a la mesera, quién tomo las órdenes de ambos y se retiró.

Hablaron por un tiempo, antes de comer y durante la comida.
Lucifer descubrió que fue la madre de Alastor quién le enseñó a ser un caballero, y a sí mismo, el Demonio de la radio descubrió que Lucifer le había dado el fruto prohibido a Eva por capricho de Lilith.
Ambos compartieron una agradable cena, y en algún punto de la velada, sus manos se entrelazaron de manera inconciente, siendo apenas capaces de notarlo ante la comodidad que sentían.

Cuando la velada termino, ambos se retiraron. Ya era tarde, había algunos paseando por las calles y el Rey le pidió un paseo tranquilo.
Sus manos seguían unidas mientras caminaban en silencio, pero no uno incómodo, más bien, uno que los hacía sentir bien.
Alastor notó que su contrario tenía la personalidad de un niño pequeño, y aquello no pudo enternecerlo más.

-Me gustó esta salida -menciono el Rey cuando se acercaban al hotel-. Hacía mucho tiempo que no me sentía tan bien.

-Es bueno saberlo.

-Gracias por la cita -miró sus manos y una sonrisa tímida se posó sobre sus labios.

-Fue un placer. Soy yo quien debe agradecerle su maravillosa compañía -se quedo de pie frente al hotel-, y si me lo permite, puedo hacer de estás...¿Citas? -Lucifer asintió emocionado-, más recurrentes.

-Eso es algo que me gustaría.

-Eso haremos entonces

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro