Capítulo 2
¿Cómo conquistar al Rey del infierno?
Lucifer había notado un par de cosas desde aquella plática en la habitación de Charlie.
Una de ellas -y la más importante a su parecer-, es que Alastor lo había tratado con decencia y respeto. Sí, aún había sarcasmos por parte del demonio de la radio, pero ya no le molestaban tanto como antes.
Ese día, el Rey había optado por levantarse temprano, más temprano de lo que Charlie o el mismo Alastor acostumbraba. Camino a la cocina y preparo Hot Cakes para el desayuno, aunque, no precisamente eran para su hija.
-Majestad -la voz de Alastor le generó un escalofrío-. No es habitual verlo despierto a tan tempranas horas.
-¡Alastor! -era inevitable no gritar en ese momento-, lo siento -carraspeo-, no se supone que debas estar aquí.
-Bueno, es mi hora habitual de pasear por el hotel.
-¿No puedes dormir? -había un brillo inusual en su mirada.
Alastor sonrió un poco.
-No suelo dormir mucho -se encogió de hombros-, y escuché ruidos.
Creí que algún imbécil estaba arruinando mi ala favorita del hotel. ¿Qué prepara, su alteza?
-Nada. Bueno...¿Hot Cakes? -una leve sonrisa se formó en sus labios.
-Que peculiar -tomo su taza y sonrió un poco-, bueno, apuesto a que Charlie estará encantada de probar su desayuno.
El resto se sentirá sumamente traicionados porque su divinidad los ha excluido de su desayuno.
-En realidad, es para todos...incluyendote -susurro lo último.
-¡Qué maravillosa sorpresa! -invoco una sombra, dándole la forma de un pato-, tomé, alteza. Debo dar una última ronda al hotel, lo dejare hacer su desayuno.
-¿Un pato? -lo tomo entre sus manos.
-Será su guardia personal mientras no pueda estar a su lado.
Tiene órdenes de matar a cualquiera que busque hacerle daño.
-¿Y por qué un pato?
-Porque he notado lo mucho que le gustan esos animales terrenales, ¿Alguna razón en particular?
Lucifer se sonrojo un poco.
-Sí...es un asunto demasiado personal.
-Ya que -asintió y salió de la cocina, dejando al Rey con el corazón acelerado.
Cuando Charlie bajo con su habitual pijama, notó a su padre en la cocina preparando Hot Cakes, con mantequilla hasta arriba en forma de patito y miel de maple alrededor. Ciertamente, era una imagen sumamente dulce.
-Hola papá.
-¡Charlie! -corrió a darle un abrazo-, ¿Cómo estás, qué tal dormiste?
-Estoy bien y dormí muy bien. Honestamente no creí poder conciliar el sueño tan rápido.
Pero luego, escuché tu canto después de la media noche y dormí como cuando era niña.
-Es bueno saber que mis cantos aún pueden arrullarte.
-Hablando de eso -se sentó en la barra-, ¿Por qué cantas todas las noches?
Lucifer detuvo su acción de preparar más Hot Cakes y sonrió con nerviosismo.
-Por nada Char, es...una vieja costumbre.
-¿Acostumbrabas a hacer eso con mi madre..?
-Algunas veces.
Cuando llegamos a este lugar, fuimos los primeros en aparecer.
Tú madre fue la primer alma humana en pisar el infierno y yo...bueno, yo existo y mi alma aparentemente pura comenzó a corromperse por el mal que habita en estas tierras...
Estábamos solos... Así que, cada noche, cantábamos el uno para el otro. Eso la calmaba a ella, y eso me hacía feliz a mí..
Con el paso del tiempo, el número de demonios creció, empezando por el hecho de que todos al nacer, poseen el pecado original que Lilith y yo le brindamos a Eva...
-¿Por qué Adán y ella no están aquí..?
-No lo sé. Supongo que el cielo, bueno, que Dios tiene a sus favoritos, ¿No crees?
-¿Por qué tú y mamá dejaron de cantar?, cuando era niña, pocas veces los escuchaba...
-Hubo un momento, dónde tú madre cambio drásticamente. Nunca supe exactamente que fue, probablemente él verdadero problema sea yo... -un suspiro de colo entre sus labios, y al Rey lo invadió un aura de tristeza que contagio a su hija.
-Lo siento papá... -Charlie sabía que las palabras no bastaban para consolar a su progenitor.
-A veces pienso...que si hubiera hecho más, que sí...me hubiera esforzado más...ella se habría quedado -su voz se quebró un poco-. No dejo de pensar que esa fue la principal razón le porque te alejó de mí...
-Mamá solía decirme...que era para mantenerme a salvo...
-¿De quién, de mí? -había un toque de odio en su voz ante la nueva confesión-, ¿Cree que soy capaz de lastimarte, a ti? -soltó una risa irónica, llevando sus manos a su cabeza-, ¡Yo te dí a luz, Charlie, ¿Cómo podría causarte daño?!
Alastor, quién había aparecido hacía unos minutos borro su sonrisa al ver al Rey de esa manera y ante la nueva confesión que había obtenido.
Decidido hacerse sobra de nuevo, para evitar que Charlie o Lucifer lo vieran y pudieran evitar que supiera más del tema.
-¿Tú...me diste a luz..? -las lágrimas comenzaron a caer de sus ojos.
-Creí que sí decía que ella lo había hecho...haría que tuvieras una infancia medianamente normal... -su cuerpo temblaba y las lágrimas se hicieron presentes-. Ella no podía...
El castigo de Dios fue más severo que un simple destierro a mi lado...y tú madre anhelaba un hijo nuestro...me partía el corazón verla llorar por fracasar en eso...
-Entonces tú...
-Entonces hice lo que cualquier ser enamorado podría hacer...le brinde la dicha de ser madre a través de mí...
Yo te tuve en mí... fuí yo quien te dió la vida...y cuando ella te aparto de mi lado... -tapo su boca, tratando de calmar sus sollozos-, cuando ella te alejó...yo...
No pudo hablar más, Charlie se abalanzó hasta rodearle con sus brazos y tratar de reconfortar a su padre.
Alastor apareció nuevamente y sonrió. Ahora tenía un arma más a su favor en el plan de obtener su alma.
-¿Charlie? -habló desde el otro lado de la puerta-, ¿Estás ahí dentro?
-Sí -limpió sus lágrimas-, ¿Qué pasa?
-Vaggie necesita de tú ayuda con unos inquilinos que planean matarse.
-¿Qué? -miró a su padre con preocupación.
-Ve, princesa -limpió sus propias lagrimas-, el deber te llama. Yo estaré bien...
-Te amo papá..
Cuando Charlie salió corriendo, Alastor entró y se sentó en una silla junto a la barra.
-Veo que el desayuno tiene su peculiar marca. Un pato de mantequilla...en verdad me intriga la obsesión que tiene con estos animales.
-¿Qué animal preferirías, un venado como tú? -soltó una especie de risa burlona.
-No veo porque no. Sí me diera la oportunidad, podría hacer de los venados su nueva obsesión.
-Tentador, pero esas astas que tienes, no se ven de un ciervo maduro.
El demonio sonrió nuevamente y se levantó de su lugar, quedando detrás del soberano.
-Debo admitir, que me agrada su particular forma de...coquetear..
-¿De qué hablas? -voleo el Hot Cake.
-De nada en particular, si alteza. ¿Puedo ya tomar un plato?
-Supongo -se encogió de hombros.
-Sí no le molesta que pregunte, ¿Qué lo tiene desprendiendo esa aura melancólica hoy?
-Ya es natural en mí.
-Pero hoy se percibe un poco más. Dígame, ¿A caso no le gusta el guardia que le he asignado?
-Claro que me gusta, pero no comprendo porque me diste uno. Puedo cuidarme por mí mismo.
-De eso no tengo duda alguna -observó sus uñas-, pero esos infiltrados buscan hacerle daño por órdenes divinas de alto rango.
No podría arriesgarme a que el infierno pierda a su Rey.
-Sí, claro. Sí yo muero, Charlie hereda el trono. No hay gran ciencia.
-En eso le daré la razón. Sin embargo, sería una pena que nuestro maravilloso soberano, se vea agonizando en las manos de un asqueroso ángel.
-Yo soy un ángel.
-Pero usted es importante para mí, sí me lo permite, yo me encargaré de su seguridad personalmente.
-¿A cambio de que? -se giró para mirarlo-, no soy idiota. Los demonios como tú solo buscan tratos para obtener cosas.
-De acuerdo, yo lo protejo si usted acepta ir conmigo a un club hoy por la noche.
-¿Qué?
-¿Tenemos un trato? -estiro la mano.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro