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Capítulo 14

Rescatando al Rey

Cuando Alastor se despidió de su madre, está le recordó que pasará lo que pasará no debía dejar de intentar arreglar las cosas si es que en verdad amaba a Lucifer.

Camino con tranquilidad por el barrio caníbal, saludos a unos pocos hasta que una extraña sensación lo invadió por completo. Pensó que pesaría, pero solo se intensificó, entonces supongo que las cosas no marchaban bien.
Se transformó en sombra y recorrió la distancia tan rápido como sus poderes se lo permitieron. Abrió la puerta del hotel y Charlie fue la primera en mirarlo.

—¿Dónde está tú padre?

—Está...arriba, con Eva.

Las astas de Alastor salieron.

—Te dije que por ningún motivo podías dejarlo solo Charlie —se transformó en sombra de nuevo y se movió con rapidez a la habitación del Rey.

Al llegar, escucho ruidos extraños, parecían gemidos por marte de la mujer y risas. No supo exactamente que paso, pero todo su cuerpo temblaba y sus orejas se hicieron para atrás.
¿Lucifer sería capaz de corresponder a Eva por despecho?
La simple idea le rompió el corazón.

Se alejó un par de pasos con el corazón destrozado por la simple idea de que el amor de su vida estaba en la cama con alguien que no fuera él.

—¡Para! —escuchó sollozar al Rey—, ¡No me toques, por favor!

La razón volvió a él y la furia remplazó la tristeza que minutos antes lo había consumido.
Irrumpió en la habitación, notando que Eva tenía al Rey atado de manos y pies a la cama, con la ropa rasgada y este mismo lloraba como un niño tras la noche de tormenta sumergido en la oscuridad.
Eva se quedó atónita ante la presencia del soberano.

—Alejate de él —amenazó, tomando una apariencia demoníaca.

—Alejate tú de él —amenazó Eva tomando la correa que ataba el cuello de Lucifer.

—¿Y qué sí no lo hago? —sus astas aparecieron de nuevo y se acercó peligrosamente hasta la mujer—, ¿Vas a matarme?

—No me tientes —gruñó con molestia—, que tú simple presencia me hace querer desaparecerte de la faz de la tierra.

Lucifer miró esperanzado a Alastor, quería realmente ser salvado de Eva, quién era capaz de todo.

—Tienes suerte —murmuró desapareciendo las cadenas—, de qué el contrato te proteja también a ti.
Te mataré sin que él lo sepa —y sin más salió de la habitación, azotando la puerta cuando salió.

Lucifer finalmente se cubrió con sus sábanas y sollozo amargamente abrazando la almohada en la que Alastor solía usar cuando se quedaba a dormir.

—Lu... —se sentó a su lado, acariciando su cabello—, dime, ¿Te hizo algo más?
Juro que la matare a esa maldita perra.

—No —sollozó con fuerza—, solo déjame...

—No te dejare solo y menos sí esa...maldita bruja regresa —sus manos acariciaron la espalda del gobernante—, ¿Me dejas hablar? —el rubio negó frenéticamente.
—Esta bien —guardo silencio, acariciando al más bajo para tratar de calmarlo, cosas que funcionó en poco tiempo.

Tal vez era la sensación reconfortante o la sensación de querer vomitar lo que hizo que dejara de llorar.
Se levantó con rapidez de la cama y vomitó en el baño, chillando bajo cada que podía.

—¿Qué te pasa, te has enfermado?

—No, ya puedes irte, le diré a Charlie que venga.

—Charlie está ocupada y ya te lo dije, me niego a dejarte solo.

—Alastor, no hace falta que te quedes.
De verdad —una arcada lo hizo girar el rostro a la tasa.

—¿Ya me dirás qué tienes?

—Me asquea la idea de que abusen de mí todo el tiempo, ¿Te suena?

—Sí me dejas explicarte...

—No —se levantó y abrió la llave del lavabo para lavar su boca—, así que vete.

El soberano agachó las orejas y se quedó parado junto al marco de la puerta, admirando al ángel que tenía frente a él. Algo se veía diferente, tenía un olor diferente y un brillo diferente en los ojos.

—Papá —llamó Charlie después de abrir la puerta—. Ví a Eva muy molesta, ¿Te hizo daño, le hizo daño al bebé?

Lucifer maldijo por lo bajo al escuchar las palabras de su hija.

—No Char... —giró para mirar a Alastor, quién se quedó procesando lo que acababa de escuchar.

Charlie se acercó al baño y miro a Alastor cubriendo la entrada, entonces entendió una cosa. La había cagado.

—Bueno —una sonrisa nerviosa se posó en sus labios—, iré a ver a Vaggie.

—No, Alastor ya tiene que irse y no quiero...

—Oh no, no —sostuvo bien su micrófono—, ve a ver a tu novia, yo puedo posponer mis pendientes con tal de cuidar a tú padre —giró únicamente la cabeza con una gran sonrisa.

—Sí tú lo dices... —vió a su padre por uno de los huecos que no estaban cubiertos por el cuerpo del demonio y sonrió pidiendo perdón—, nos vemos luego.

Cuando la rubia salió, Alastor giro de nuevo la cabeza.

—¿Y bien?

—¿Y bien qué? —lo apartó con un ligero empujón, yendo a su cama.

—Me parece que debemos discutir algunas cosas, unas más importantes que otras.

—No hace falta —se recostó de nuevo—, así están bien. Además, no tengo ganas de hablar con un mentiroso, manipulador y egoísta como tú, así que lárgate y vete al carajo —saco el dedo medio.

—No puedo irme, Charlie está con su novia y sí Eva sabe que estás solo, entonces puede venir.

—Esto me gano por enamorarme de un puto bastardo cómo tú.

Ok, eso me había dolido.

—Sí me dejaras hablar, las cosas serían muy diferentes.

Lucifer estaba claramente irritado, sus uñas apretaban con fuerza su peluche y su respiración se torno pesada.

—Se que hice mal, pero todo tiene una explicación, y sí, yo sí me enamoré de ti, créeme..

—¡No! —se levantó de golpe, dejando ver su cola y cuernos tras la clara molestia que sentía—, ¡Vete a la mierda, no quiero oír tus explicaciones, no quiero oír tus malditas quejas, no quiero saber nada Alastor, NADA! —caminó hasta la ventana aún con esa apariencia.
—Te ofrecí mi corazón, mi cariño y tú solo jugaste con eso, me usaste como a un objeto.

—Luci, eso no...

—¡QUÉ TE CALLES! —se giró para mirarlo, extendiendo sus alas—. Te dije claramente que te abstuvieras de buscarme, de tratar de “arreglar” tus cagadas.

—Pero te amo —trato de acercarse—, Lucifer yo te amo, se que no me crees, pero es la verdad.
No puedes dejarme así, tendremos un bebé y...

—¿Y qué? —cruzó los brazos con irritación—, ¿Crees que eso va a cambiar las cosas, crees que un niño va arreglar lo qué TÚ te encargaste de arruinar? —el silencio del contrario lo hizo soltar una carcajada llena de dolor y odio.
—Eres patético —Alastor agachó las orejas—, en verdad que eres patético sí creíste que por tener un hijo iba a perdonarte.

—Lu...

—No, no. Tranquilo, dejaré que veas a nuestro hijo, que convivas con él o ella, porque se lo que se siente vivir sin tú hijo...pero eso no cambiará las cosas.
Ya no existe un nosotros, nunca lo hubo en realidad, pero no te llenes de esperanzas, no lo hagas Alastor.
Lo que tú y yo tuvimos, murió en esa sala de juntas hace cuatro días.

Y sin más palabras, el Rey se encerró en el baño y Alastor solo pudo escuchar su llanto mientras sus propias lágrimas caían por sus mejillas.

Definitivamente, recuperar a su amado sería más difícil de lo que esperaba.

Me van a disculpar por el tiempo que tarde en publicarlo, pas
aron varias cosillas.

Peroooo, ayer se cumplieron 20 días desde la publicación de este fanfic y ya llevamos más de 15k de vistas y más de 2k en votos.
La verdad eso me pone muy feliz porque es mi primer fanfic.

Les quiero agradecer por el maravilloso apoyo que me dan, les juro que siempre leo sus comentarios y reaccionó a ellos porque me hacen muy feliz.
Muchas gracias a todos ❤️

Hasta la próxima actualización mis pecadores.

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