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CAPITULO 6


APRIL

Aunque me estaba costando bastante creer que Conor, finalmente había aceptado bailar conmigo, lo estaba llevando con calma y como aún estaba a tiempo, me centre en seguir buscando quien me reemplazara y quien cambiara de lugar para la competencia conmigo, sabía que era algo que quizás muchas de las demás chicas querían, era una oportunidad bastante grande y nadie querría no intentar y al menos ser reconocida por el esfuerzo de estar allí.

Tenía hasta el fin de semana para encontrar a la chica perfecta que me ayudara con esta tragedia emocional, incluso llegué tarde a casa varias veces tratando de convencerlas, pero al final, cuando el sábado se hizo presente, me di cuenta de que nadie me había querido estar allí.

Al principio, me pareció que estaban dejando pasar la oportunidad que yo ahora mismo estaba rechazando, pero luego entendí, que podía ser bastante difícil y estresante el hecho de que debas representar a la mejor academia que hay en la ciudad.

—April, si alguien es capaz de llevarle honor a nuestra academia, eres tú. —fueron las palabras exactas de una de las ultimas chicas a quien hable.

Finalmente me rendí, tenía que aceptar mi destino de tener que hacer esto con Conor, por más que él me odie y por más que logre hacerme temblar de nervios en la pista de baile.

—April linda, ¿ya estas lista para salir? Recuerda que la puntualidad dice mucho de una persona. —mi Nona, sale de su habitación en pijama y recorre el lugar mientras me busca, hasta ver que estoy ahí, frente al espejo, terminando de recoger mi cabello.

—Ya lo sé Nona, solo que… aun me tiene nerviosa todo esto, es algo muy importante y no quiero perderlo. —tome mi bolso y lo deje sobre la cama, debía revisar que llevaba lo necesario para la práctica.

—Tu no vas a arruinar nada mi niña, no deberías temer de ese muchacho, es un bailarín como tú, solo que su ego y su avaricia, lo llevan a tomar actitudes egoístas. —ella se sentó a un lado de mi cama y me dio esa sonrisa que siempre tiene en el rostro.

—Es tan odioso, pero solo conmigo. —deje salir un suspiro algo pesado.

—Oh querida, dale una oportunidad, todos merecen una… puede que el muchacho te sorprenda y él mismo, también se lleve una sorpresa. —asintió sin dejar de sonreír.

No supe exactamente a que se refería, pero sabía que asi era ella, viéndole siempre lo positivo, sin dejar nunca esa sonrisa que me reconforta siempre que lo necesito. Ella siempre estaría ahí, con su brillo para hacerme a mi feliz y darme seguridad para todo.

Me quede sin decirle nada más, en cambio, solo la mire asintiendo y tomando mis cosas para finalmente salir, tampoco quería llegar tarde y además tenía el tiempo contado para poder ensayar antes de entrar a mi turno de trabajo en la cafetería.

—Te veré en la noche Nona, por favor no olvides tomar tus medicinas y guardar mucho reposo. —dejé un beso en su frente y le di un abrazo.

—Ten mucho cuidado mi niña, y recuerda tener también mucha paciencia. —me apretó ligeramente la mano y asi me dejo ir.

***

Camine entonces por las calles dirigiéndome hacia el gran edificio de la academia, aprovechó de tener mis auriculares conmigo para conectarlos y escuchar algo de música en lo que llegaba para el ensayo. Mire a mis alrededores sin centrarme mucho en las cosas que tenía, más bien, como una forma de calmar a mi cabeza, que me decía una y otra vez que esto era una mala idea.

Para cuando llegue, me apure a subir al ascensor y llegar al último piso, era el que permanecía abierto casi todos los días a toda hora, por lo que ahí era donde tendríamos nuestro ensayo. Me sorprendió un poco, que al llegar al piso que era, todo estuviese tan apagado, asi que supuse que quizá Conor, no había llegado aún y entonces respire hondo y con más calma.

—Al menos no recibiré una crítica por la puntualidad…—me dije a mi misma, a medida que iba llegando al único salón abierto.

Cruce la puerta y entre, estaba solo, tranquilo, como casi nunca se veía y se sentía. Deje mis cosas a un lado de las bancas que había cerca a la puerta y me cambie de zapatos para poder estar cómoda.

Decidí que esperaría unos diez minutos y si aún no llegaba, empezaría a practicar yo.

Estiré mis músculos e hice ejercicios de calentamiento, los suficientes de hecho, como para poder estar horas allí bailando.

Pasados los diez minutos de mi espera inicial, empecé a tener una mala sensación en el pecho, como si mi instinto me quisiera decir algo, algo, que de hecho no podía ser muy bueno a mi parecer. Me acerque al ventanal grande que daba justo a las calles y tome aire, tome tanto aire como me hizo falta para dejar de pensar en que algo estaría mal.

Sin más, me dedique a bailar yo sola, sintiéndome mejor que cuando estaba en presencia de alguien, volviendo a mis recuerdos de cuando inicie en la carrera del baile. Recordando, que cuando era más pequeña, mi madre no quería que bailara, para ella era una simple fantasía, era algo que me haría perder el tiempo porque eso no era más que un hobby de una niña con demasiada imaginación.

Pero para mí, jamás fue una pérdida de tiempo y a pesar de que mi madre no estaba de acuerdo, me decidí por dedicarme a esto, mía vuela fe la única que me apoyo en todo esto y gracias a ella es que estoy ahora aquí, por eso doy todo lo que puedo para que ella este bien y para nunca llegar a decepcionarla.

Tome mi teléfono y busque en mi lista de reproducción, la canción que tendríamos que bailar, era una coreografía en su defecto fácil, no es que fuera la cosa más sensacional, pero también necesitábamos mucha conexión y como los pasos aéreos no se harían en su totalidad (por mi seguridad más que todo) aun debíamos mantener la concentración.

Subí el volumen de la canción y me posicioné en la primera pose que me correspondía, entonces empecé a escuchar la melodía y la letra de: Lovely – Billie Eilish.

Caminé unos pasos y cerré los ojos, mis movimientos se conectaron con mi cabeza, se hicieron unos con la música y sentí que estaba flotando en un cielo lleno de nubes, que me hacían sentir como en un sueño, mis brazos fluían con cada paso sin problema, mientras que mis oídos se deleitaban con cada nota musical que entraba en ellos.

Me decían muchas veces, que, para bailar, era necesario tener una relación con la música, era algo esencial aprender a escuchar y no solo oírla como si nada. Asi que eso era lo que yo hacía al bailar, sentir la música hasta donde se me fuera permitido, hasta que mi cuerpo no se sintiera real y hasta hoy, me funcionaba de maravilla.

No supe muy bien cuanto tiempo paso, pero terminé la coreografía completa y al volver a la realidad, Conor, aun no llegaba, empecé a sentirme molesta, se supone que no podía llegar tarde porque tenía el tiempo contado.

Fui hasta mi teléfono y me atreví a llamarlo, pero jamás contesto, guarde la calma de nuevo, de seguro llegaría tarde para molestarme, si, a lo mejor era solo eso.

Continúe practicando sola, una y otra, y otra vez, hasta que mi piel sudo y mi respiración se agito tanto que me obligo a tomar agua, estaba ahora segura de que haba mucho más que solo unos simples minutos, lo que quería decir entonces que Conor, jamás llegaría. Acepte que asi era y tome mis cosas con rapidez, aprovecharía que podía llegar más temprano al trabajo.

—Maldito idiota…—fue todo lo que pude decir mientras salía del edificio molesta.

Odiaba que fuera asi conmigo, jamás le hice nada malo, intente ser su amiga, intente llevarme bien con él, pero simplemente es algo inútil, mi paciencia no sería eterna y poco a poco, estaba cansándome de tener que soportarlo.

Mis ojos empezaron a traicionarme y a dejar salir lágrimas, no estaba triste, más bien, estaba enojada conmigo misma, por haber confiado en una persona que se ha dedicado siempre a hacerme sentir mal solo porque no puede aceptar que herí su ego, solo porque no es capaz de superar el pasado.

Sin darme cuenta, llegue a la cafetería, como era de esperarse, estaba solo Toby, que atendía las mesas al tiempo que cobraba en la caja, no había mucha gente, pero no estaría demás darle mi ayuda.

—April, pensé que llegarías mas tarde. —me sonrió, pero al ver mi expresión cambio su rostro por uno de preocupación. —¿está todo bien? ¿Te ha sucedido algo malo?

Negué con la cabeza y limpié los restos de mis lágrimas con mi saco, no tenía por qué preocuparse realmente, no era nada que no pudiera resolverse dejando de pensar en eso.

—Estoy bien, solo que pase por un cambio drástico de emociones, nada que no se controle. —tome aire para darle la cara y entonces entrar al vestidor de empleados para ponerme el uniforme.

En unos minutos, estuve frente a la caja, cobrando uno de los pedidos, al terminar, ayudé a Toby, a limpiar las mesas mientras que él se encargaba de lavar los platos y dejar la cocina limpia para no tener que hacer trabajo demás y poder cerrar rápido.

Empecé por las mesas de adentro del lugar hasta las de afuera, solo que no fue muy buena decisión, porque en cuanto termine de hacer la última mesa vacía, el grupo de chicos que estaba en una de las más grandes me llamo, imagine que pedirían algo más sí, pero nunca imagine que, al llegar con ellos, me encontrara cara a cara, con Conor, que se veía muy alegre y como si nada antes de que yo llegara.

Retuve su mirada, supongo que en mi expresión podía notar que estaba bastante molesta con él, pero no podía mirar asi por mucho tiempo, pues estaba en el trabajo y podía tomarse para mal.

—Señorita, podría por favor traernos otra ronda de bebidas. —uno de los chicos que estaba más cerca de mi hablo.

—Si… enseguida. —asentí dándole una sonrisa, para luego anotar en mi lista de ordenes e ir por ellas, no sin antes, mirar una última vez con desprecio a Conor, que parecía haberse quedado paralizado.

Continúe con mi labor y entre a buscar las bebidas.

—Tranquilos chicos. A puesto a que no tiene tan malos gustos. —alcance a escuchar que decía una de las chicas de la mesa.

Aunque supe que se referían a mí, ya estaba acostumbrada, asi que solo ignore ese hecho, no es como que me importara mucho escuchar los comentarios de ese tipo.

—Tranquilo Conor, oye ¿Qué haces? —las risas estallaron en la mesa y mi impulso de mirar para atrás me gano.

Fue cuando lo vi, Conor, se había levantado de su asiento y estaba caminando en mi dirección, rodé los ojos y aceleré el paso, ahora lo que menos quería era verlo o siquiera saber que estaba cerca.

Llegue al refrigerador y empecé a sacar las bebidas para llevarlas, entre más rápido fuera todo esto, sería mucho mejor.

—April. —mi nombre se escuchó de la voz de ese patán.

Lo ignore.

—¡April! —hablo más fuerte.

Pero de nuevo, lo ignore.

—¡Por lo que más amas April, préstame atención!

Sin más, me tomo del brazo y me obligo a verlo ante su acción.

—¡¿Qué quieres?! —me removí hasta que me soltó y lo miré tajante.

—Hablarte…—eso me hizo sonreír con ironía, era simplemente ilógico.

—No tenemos de que hablar Conor, no quiero escuchar tus estúpidas razones por las que me has dejado plantada y tampoco quiero seguir viendo tu simpático y egocéntrico rostro, de niño egoísta. —con eso, logre hacer que su mirada fuera diferente, no sé exactamente si era molestia, confusión o vergüenza (quizás era las tres).

—Solo, escucha… no tengo excusa alguna que de verdad valga, pero debes saber que no soy asi, es decir, no soy impuntual y tampoco te deje plantada a propósito. —su explicación me estaba haciendo querer reírme en su cara.

—¿En serio? Porque considerando que me odias, dudo mucho que te duela haberlo hecho y me da completamente igual ahora. Ahórrate la explicación y vete. —volví con mi trabajo.

—No fue intencional… lo olvide y lo siento, soy profesional, no iba a hacerlo solo porque si, sabiendo que hay una competencia de por medio. —siguió hablando. — mira, ya sé que no fue muy moral de mi parte, pero sé que también te ahorre la molestia de verme la cara y por si no lo notas, sé que también hubiese hecho algo similar, asi que no deberías estar enojada.

—Eres un… solo vete Conor, vete y ya. —nunca iba a cambiar, al menos no conmigo.

—Ya te pedí perdón, asi que deja el enojo.

—¿En serio has dicho eso? —me gire para verlo, no podía creer que fuera capaz de cosas como esa. —¿de verdad te crees que con un “lo siento” voy a dejar todo y ya? Conor, he tenido que soportar durante años tus actitudes odiosas e inmaduras hacia mí, me has dejado caer, te la pasas tratando de humillarme con tus palabras, le quitas valor a lo que hago. ¡Dios mío! Estas completamente loco y yo, ya no puedo seguir con esto.

Extendí las palmas de ms manos y levante los brazos a los lados de mi cabeza mientras negaba, no quería alterarme, pero es que ya no puedo con él.

—Intente muchas veces ser tu amiga, llevarte de buena forma, estar en paz contigo, pero simplemente parece que tu hobby favorito es joderme cada que puedes y no, no es asi. Yo también soy una persona, puede que diferente a todos, pero sigo siendo persona maldición, asi que ahora por favor, por una vez en tu vida, déjame en paz, no quiero oírte, no quiero verte. Solo vete. —volví a pedir señalando la puerta.

Respire hondo y mire a otro lado hasta que sentí que Conor, caminaba a la salida y regresaba a su mesa sin decirme nada más, ni reclamar nada, por fin, sin tratar de seguir hablando o darme algún tipo de excusa.


Aquí el capítulo de hoy, bueno, de esta semana básicamente. En fin, agradezco que sea escribir y no hablar, porque Dios mío, estoy que no puedo con la garganta.

Espero que les este gustando, bay.

<3

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