Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPITULO 17

CONOR

—¡Dios mío pero que tarde vamos! —exclame casi gritando.

Me había quedado dormido y de no ser por Jake, hubiese seguido durmiendo. Al parecer las horas extras de esta semana, me estaban pasando factura.

—¡Conor, te dije que debías poner más de una alarma! —a mi lado, mientras corríamos, mi mejor amigo estaba reclamándome el hecho de no haber despertado a tiempo.

Continuamos hasta llegar al semáforo, que se pone en rojo justo cuando vamos a pasar. Qué manera de empezar el día.

—¿Ese no es el auto de Ryan? —la sola pregunta de Jake, me hace mirar frente al edificio de la Academia, confirmando que sí, es el auto de Ryan.

—¿Y él que hace aquí? —cuestione, mientras Jake solo se encogía de hombros como respuesta.

Los dos volvimos a mirar al auto, una de las puertas se abrió, salió Ryan y camino alrededor del auto, hasta llegar a la puerta del copiloto, donde al abrió, dejando ver cómo salía nadie más que April.

—¿Esa es…? —Jake entrecerró los ojos.

—¿April? Si, es ella. —no tenía que seguir viendo para confirmar lo obvio.

Quite la mirada al instante, ya había empezado mal el día, como para que, al llegar, me encontrará con esta escena. Mire el semáforo, ¿por qué mierda tarda tanto en cambiar?

Me cruce de brazos impaciente, volviendo a mirar a esos dos, se habían quedado hablando un momento, hasta que por fin se despidieron y April entró al edificio.

Eso pasaba últimamente, y con últimamente, me refería a los tres últimos días, en los que me los encuentro ahí en la entrada a los dos. Así que no me sorprendía ver a April, salir del auto de Ryan. De todos modos, esos dos habían estado saliendo, así que no podía especular nada.

>>Hablabas en serio, cuando dijiste que querías olvidarme. Lo que nunca pensé, fue que lo hicieras con uno de mis amigos. <<

El semáforo cambio por fin y de inmediato corrimos hasta llegar al edificio, el ascensor estaba en el último piso y si esperábamos era probable que se demorará más, así que tomamos las escaleras.

Subí tan rápido que cuando llegué al pasillo, me quedé sin aire, por suerte, el maestro Jesse, aún no había iniciado las clases, porque estaba hablando en aquel pasillo, con… April.

Es como si ahora tuviera una maldición, porque me la encontraba en todos lados y la veía a toda hora, incluso cuando no estábamos en la Academia. O al menos así me parece a mí.

Pasamos por su lado, no me interesa que hablan, así que, entre rápido, tampoco quería recordar que ahora salía con mi amigo.

Deje mis cosas a un lado como siempre, Jake se despidió, pues él aún debía seguir ensayando en un salón aparte, porque yo, aun no acababa de competir y quien sabe cuándo acabaría.

—Tranquilo Conor, solo unos cuantos fines de semana. —me dije a mi mismo, puesto que apenas iba a pasar el primer fin de semana, lo que nos dejaba con la espera de dos más.

Cuando termine de prepararme, April entró y como yo, dejó sus cosas a un lado.

—Lamento la demora, tenía algo importante que hablar con el maestro. —se excusó, como si de verdad tuviera que hacerlo.

—Si, te vi. —respondí sin darle mucha importancia. —desde que entraste te vi. —eso último lo susurre, esperando no escuchará, aunque algo igual quería que lo hiciera.

—¿Qué dijiste? —levanto la mirada hacia mí.

—Nada, que te vi hablando con Jesse. —evite mirarla.

—No, además de eso, dijiste algo más. —frunció el ceño levemente.

—Que también te vi cuando llegabas con Ryan. Es todo. —subí el volumen de mi voz, no se lo iba a repetir.

Volvió a bajar la mirada y terminó lo que estaba haciendo, para venir a estirar preparándose para la práctica.

El silencio ahora era casi infernal, no había nada que decir, nada que hablar realmente, supongo que al final se estaba cumpliendo aquello de que seríamos desconocidos y ahora las cosas serían así.

Como si nada hubiese pasado nunca, simplemente sabiendo que debemos ganar una competencia, solo porque hay que darle honor a la Academia.

Me encargue de poner la música, iniciando con las acrobacias y rompiendo el silencio con la canción que ahora empezaba a sonar. Estos días habíamos estado haciendo horas extra, para poder tener bien la coreografía y porque April, no podía llegar a veces temprano debido a que trabajaba o cuidaba de su abuela.

Por mí no había problema, yo igual practicaba los pasos que podía, así los perfeccionaba cuando era hora de bailar con ella.

—No subas tanto los brazos. —me dijo antes de hacer aquella estrella, con la que podría decirse, inició todo.

—No lo haré. —me concentre en hacerle caso.

Pero igualmente, esta vez no fueron mis brazos, si no ella, que empezó a temblar por la desestabilidad de su cuerpo.

—Intenta dejar de temblar. —le pedí, esperando no sonar agresivo.

—Eso intento. —hablo apretando los dientes.

Esperé unos segundos, pero no logró nada, así que segundos antes de caer, hice un ademán para girar, tomar impulso y entonces tenerla en un estilo de princesa antes de caer.

—Podemos cambiarlo si se hace difícil. —la deje en el suelo sin decir nada al respecto.

—No. Vamos de nuevo. —pidió y no dije que no.

Volvimos a intentarlo, esta vez salió bien, pero fue difícil teniendo en cuenta que, por alguna razón, ella no podía dejar de desestabilizarse. Quise preguntar que pasaba, a lo mejor no estaba bien descansada, pero no lo hice.

Seguimos practicando esa misma coreografía, una y otra vez, hasta que mis piernas me pedían un descanso y mis brazos ya no podían más.

Así se pasó el día, solo practicando, como debió ser antes quizás. A veces me ponía a pensar en que… si hubiéramos solo bailado y ya, nada de lo que hemos experimentado habría pasado, así que, en parte, el error fue hacer más que bailar.

No sabía cómo lo estaba tomando ella, pero por mi lado, estaba cada vez más, tratando de convencer a mi cabeza para que ya no diga pensando en ella. Yo estaba bien antes de saber que me gustaba, estaba perfecto, tal vez era un patán, pero al menos podía centrarme solo en el baile y no en tratar de olvidar a alguien.

Por ese día acabamos un poco antes de lo previsto, imaginaba que era por su abuela, que necesitaba de ella, pero no pregunte, no debía hacerlo, porque no me correspondía a mí.

—Hasta mañana. —para cuando se despidió, yo ya estaba caminando hacia mi casa, sabía que Ryan venia por ella, así que no me molestaba en preguntar si quería que la acompañara a casa.

Así estaba mejor, al final, sabía que pasaría más tiempo con él, no importa lo que hayamos hecho esa noche, igual seguiría eligiéndolo a él y está bien.

Esta perfecto, porque es lo que yo quería, no tener nada que ver con ella, para poder volver a bailar y danzar como antes, donde mi única preocupación era ganar. Nada más que ganar.

Pensaba en solo aplausos y premios, no en las caricias y besos de una chica, que, para colmo, dije odiar, cuando estaba equivocado.

Cerré los ojos y suspiré, esperando poder dormir bien esa noche.

***

Había tenido que llegar hace mucho, pero no aparecía. Era la segunda vez que me dejaba a mi practicando solo y entendía que podía ser por trabajar o una urgencia, pero al menos podía avisarme como antes lo hacía.

Así de ese modo, yo podría hacer mis cosas, porque está claro, que no sólo puedo bailar todo el tiempo y ya.

Me decidí entonces por ir hasta su casa, a lo mejor no era una gran idea, pero así sabría si faltaría de nuevo mañana y el siguiente día, o si vendría.

Por el camino, realmente me cuestione un montón sobre si debía o no seguir, porque pude haberle escrito y ya, pero al mismo tiempo, llegue a la conclusión, de que no respondería si se trataba de algo urgente.

Toque un par de veces cuando llegue, nadie abrió, así que espere un poco más. Si no abría, entonces me iría y daría por hecho que no iría las siguientes dos clases.

Espere un poco más y justo cuando iba a irme, la puerta se abrió, dejándome ver a su abuela fuera de la cama.

—Ah muchacho, no sabía que vendrías. —me sonrió y se hizo a un lado que pasará.

—Hola señora. —sonreí como pude. —¿esta April?

—Oh no. Ella no está, salió hace un momento por la medicina. —me dijo mientras se sentaba en su sillón.

—Ya veo. —asentí.

—¿Qué te trae por aquí niño? Pensé que ya no vendrías más. —se recostó de forma cómoda en el espaldar.

—Solo venía a saber, porque April ha faltado… no me dijo que lo haría, así que vine. —trate de no darle importancia.

—¿No te dijo? Pero que niña. —negó con la cabeza. —ha estado trabajando demás, para ganar dinero. No sé porque quiere más dinero en este momento, pero ahí está.

Asentí, comprendía que debía estar tal vez preocupada por tener medicina suficiente o algo así.

—Pero debió haberte dicho. —continuó hablando. —yo pensé que no volvería a verte. La última vez que vi a un chico entrar aquí, fue a ese… ¿Cómo se llamaba? —miro al frente tratando de recordar. —bueno, ese chico con cabello brillante y negro.

—¿Ryan? —pregunte sintiendo como el corazón me bombardeó a golpes.

—Ah, sí, sí. Justo ese. ¿Lo conoces? —me miro con curiosidad.

—Si, algo así. Es quien… lleva a April a la Academia. —si decía que era mi amigo, me iba a sentir peor.

—Ya veo. Vaya, bueno. Desde que ese muchacho viene, no te volví a ver y él no baila para nada un buen tango. No sabe hacerlo. —negó exageradamente, lo que me hizo reír.

—No, él no va en la Academia.

—Con razón. —volvió a acomodarse. —pero es un buen muchacho. Como tú.

Claro… él era un buen muchacho, pero lo era con ella, porque antes no era así para nada. Imagino que las personas cambian, el único que no cambiará seré yo.

—April, no debe tardar. Si quieres esperarla puedes hacerlo. —hablo con los ojos cerrados.

—Ah… —cierto, olvide que estaba aquí para saber porque no había ido. — no creo que haga falta, ya sea porque no ha ido a la Academia, así que creo que mejor me iré.

—¿Tan pronto? —abrió un momento los ojos.

—Si, no quiero que quizás se incomode cuando me vea aquí. —me levante del sofá.

—Pero como va a incomodarse. Si ustedes dos se vieron ya hasta lo profundo del alma. —sonrió de manera algo burlona y volvió a cerrar los ojos.
Ella sabía todo… aunque, dentro de mí, esperaba que fuera por la obviedad, de que ella traía mi camisa y de que yo, había salido de su habitación.

—No es… —aclare mi garganta, no sabía que decirle. —es decir. Las cosas a veces…

—No salen como quieres. Eso pasa a menudo. —se encogió de hombros. —anda niño, si quieres irte vete. Pero recuerda, que una vez sales, es difícil entrar si ya no tienes la llave.

¿Qué quería decir con eso?

—Claro. Espero se mejore pronto. —me despedí y abrí la puerta.

—Gracias muchacho. Pero para esta vieja, el tiempo es contado. —soltó una risa despreocupada.

Me costaba creer que estuviera tan tranquila, aún más, me costaba creer que aún fuera tan positiva con todo.

Para cuando cerré la puerta, me encontré a mitad del pasillo con Ryan y April, quienes se miraron un momento para luego mirarme a mí.

—Tu abuela, me dejó pasar. —hable antes de que me preguntarán algo.

—¿Y a que viniste? —April miro detrás mío a la puerta que yo ya había cerrado.

—Nada importante, quería saber porque no habías ido a practicar, solo queda un fin de semana antes de tener que viajar a Miami. Así que por eso vine… pero no se preocupen, tu abuela misma ya me dijo por qué. —asentí apretando un poco los labios. — así que yo ya me iba.

—Ah… —no deje que hablará.
Solo pase por un lado de los dos y me fui de allí, esto estaba siendo difícil, era justo lo que quería evitar, yo estaba bien antes, pero no, se me dio por hacer caso de darle oportunidad a que no me cayera de la patada todo.

No volví a la Academia, no tenía ganas de seguir allí, así que mejor volví a casa, allí despejaría un poco mi cabeza al menos hasta que a la señorita Dibrina, se le diera la gana de volver a practicar.

Así estuve los siguientes tres días, nos quedaban menos de una semana para poder perfeccionar todo y ella, aun no se le daba la gana de ir al estudio. Me harte de esperar, no iba a quedarme de brazos cruzados, así que la llame.
Me sorprendió lo rápido que me contesto.

—¿April? ¿Puedo saber cuándo vamos a practicar? he tenido paciencia te lo juro, pero si esto sigue así, no llegaremos a ningún lado. —fui directo al grano.

—¿Conor…? —se escuchaba bastante somnolienta.

—¿Estas durmiendo?

—No. Si. Bueno no exactamente. ¿Cuánto queda para que tengamos que viajar? —ni siquiera sabía que nos quedaban cuatro días.

—Menos de cinco días. —respondí directo.

No respondió al instante, pero si escuche que se quejó por lo bajo.

—¿Entonces? —si esto seguía así, nos iban a descalificar antes de la final.

—Voy para la Academia, estos cuatro días estaré ahí. —respondió a lo que solo asentí sin importar que no me viera.

No dije nada más, no tenía por qué hacerlo, solo me cambié sin afán y fui al edificio de la Academia, donde a Jesse se le hizo extraño que últimamente no practicáramos.

Al llegar hice lo de siempre, calentar mis músculos y por supuesto estirar, empezar a practicar yo solo, hasta que April llegó. Cuando la vi, me quedé un poco fuera de lugar.

Tenía ojeras, pero realmente eran ojeras. Se veía cansada y ni hablar de que parecía que su energía se había ido por completo. Iba a preguntar si estaba bien, pero no lo vi prudente, a lo mejor y me responde diciendo que eso no es de mi incumbencia.

En silencio retomamos el baile, la estrella esta vez, salió bien, pero note algo que me dejó pensando un poco, estaba más ligera, más fácil de cargar y si bien es cierto, que ahora era una ventaja, a su vez, podía ser malo para ella.

—¿Todo bien? —pregunte arriesgando una vez más mi integridad.

—Si. —respondió seco. —ya no preguntes.

—Perdona. Estaba siendo humano. —hable bajo, sabía que esto podía pasar.

—¿Tu humano conmigo? ¿Desde cuándo? —estaba muy de malas ese día al parecer.

—Relájate, solo fue una pregunta.

—También te pregunte solamente. ¿Desde cuándo te interesa si estoy bien o no? —subió un poco la voz. —no vengas a montar otro numerito de humanización, cuando ambos sabemos que te da igual.

Me quedé en silencio, no tenía ganas de discutir el tema, si pensaba que no me interesaba en lo absoluto, era mejor para mí.

—Estamos perdiendo tiempo y no pienso discutir. —finalice el tema.

Reinicie las pistas de las canciones y retomamos la práctica, se estaba cansando más rápido de lo normal y no se veía bien para nada.

Duramos como antes casi hasta las diez de la noche bailando, una y otra vez, una y otra vez, sin mucho descanso.

—Te veo mañana. —tome mis cosas cuando acabamos. —y si no vas a ir, mínimo dime.

No respondió y no me quedé a esperar a que lo hiciera, solo salí de allí, como había hecho desde el principio cuando empezamos a practicar para esta competencia.

Me quedó sin palabras para poner en las notas.

Aquí el de hoy!

<3


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro