CAPITULO 11
📢 Aconsejó que pongan la canción que esta en multimedia para darle el ambiente al capítulo como lo merece.
"Love Story - Indila"
CONOR
¿Qué estaba pasando?
No me estaba sintiendo muy bien, todo me daba vueltas y después de tanto movimiento, sentí que me iba a desmayar, tuve que ir al baño a lavarme la cara para volver luego a la mesa donde ya estaba de nuevo April.
—¿Cómo te sientes? —me pregunto ofreciéndome un vaso de agua con hielo, que tome sin dudar nada.
—Alegre. —solté a reír, ni siquiera yo sabía que era lo que estaba diciendo, solo estaba hablando por hablar.
Ella se río, no supe si de mi o conmigo, pero su risa me parecía bonita, se veía diferente, sus ojos brillaban, su rostro parecía tener resplandor propio. Estaba sintiéndome algo raro mirándola ahora.
—¿Y ahora que tanto vez? —cuestionó recostando su cabeza en su mano.
—Nada específico. —acomode su cabello para ver mejor la sonrisa que traía en el rostro.
—Estas muy ebrio. —negó con la cabeza volviendo a reírse de mi.
—Puede ser que si, no lo se. —hable suave, la música para mi, había pasado a segundo plano. —lo más probable es que si, porque nunca te veías así en mi cabeza.
—¿Así como? —levanto una ceja curiosa.
—Brillante. Diferente. —acerque mi mano a su rostro, pasando mis dedos suavemente por su mejilla. —nunca me fijé en que tenías una linda sonrisa.
—Si claro, como si de verdad pensaras eso. —apartó la mirada de mi y me hizo quitar la mano de su rostro.
Me quedé en silencio un momento, dando pequeños sorbos a mi vaso de agua, que me helaba la garganta, haciendo que la sed se fuera después de haber tomado tantos tragos como loco.
—Jamás podrías pensar como ahora. —escuche que dijo para luego volver a mirarme. —estas fuera de si, incluso más que yo, es por eso dices tantas estupideces ahora.
Respire hondo, ebrio o no, entendía lo que me estaba diciendo.
—¿Por qué piensas que yo no te diría algo así? —me atreví a preguntar, como un niño inocente de lo que sucede a su alrededor.
—Porque no te agrado… —fue directa. —nunca te he agradado, no importa cuanto lo intente, siempre me despreciaste como si nada.
—¿Dejaste de intentarlo alguna vez?
—Si. Me rendí cuando supe que jamás ibas a cambiar de opinión. —se encogió de hombros. —y poco a poco, me acostumbre a tu rechazo y a tus humillaciones.
Recordé entonces lo que había pasado en el café, no había sido la única vez que decía algo así de ella, de hecho, siempre había dicho esas cosas tan incoherentes de ella, nunca di la oportunidad de que me hablará como últimamente lo ha hecho.
Me di cuenta tarde, de que pudo haber sido una de las mejores personas que conocí, es tan paciente, que incluso después de que fui un patán con ella, aun me permitió bailar con ella y yo solo la deje caer, la lastimé y no precisamente físicamente.
—Siempre pensé que me odiabas… —confesé con una risa algo amarga. —que la señorita Dibrina, me detestaba.
—Jamás lo hice, ni siquiera cuando me dijiste que iba a ser la primera y última vez que yo ganaría. —le dio otro sorbo grande a su vaso.
—Aun lo recuerdas. —susurre un poco más para mi. —¿Por qué tuviste tanta paciencia?
—Porque mi abuela me decía que todos merecemos una segunda oportunidad, así que siempre espere a que cambiaras. A que algún día, dejaras de pensar de esa forma sobre mi. —note algo de tristeza en su voz.
No supe muy bien que responder, ahora que habíamos tomado esa conversación y que yo no estaba en mis cinco sentidos, se me hacía difícil el procesar todo lo que estaba diciéndome.
—¿Nunca me odiaste entonces? —jugué un poco con el borde del cristal de mi vaso.
—Jamás… —suspiro.
—¿Por qué me diste tantas oportunidades si yo solo seguía siendo una mierda contigo? —levante la vista para encontrar sus ojos.
Ella no me respondió y sus ojos se alejaron de los míos, quise volver a preguntar, pero no sería algo prudente teniendo en cuenta que podía sonar mal o incluso podía sonar forzado.
Observe como miro la hora y empezó a tomar sus cosas, supuse que ya se iría a su casa y no es una mala idea después de todo, ya era bastante tarde, sin mencionar que la mayoría de nosotros por no decir todos, estábamos ebrios.
—Debo irme a casa. —se levantó de la silla y yo hice igual.
—Te acompaño, no es seguro que te vayas sola.
Tuvo la intención de detenerme, pero sabía que yo tenía razón esta vez, así que no me dijo nada y espero a que yo empacara mi saco para poder salir con ella y tomar un auto.
—¿Puedes decir la ubicación de tu casa? —pregunte en cuanto subimos al auto.
—Si, queda cerca, es a unos cuantos edificios de la Academia, en el lugar donde hay muchos departamentos.
Indicamos eso al conductor, que nos llevó sin prisa hacia el lugar, no tardamos mucho en llegar y en menos de nada, ya estábamos saliendo del taxi. Pagué antes de que se marchara claro, seguí de nuevo a April, que nos guio hasta el elevador.
El camino fue en silencio hasta el piso donde vivía ella, seguí acompañándola hasta la puerta de su departamento donde por fin me miro de frente.
—Supongo que te veré hasta la próxima práctica. —me dijo levantando por fin la mirada.
—Aun no respondiste mi pregunta de antes. —recordé yo y puse una de mis manos sobre mi frente, ya el sueño estaba llegando. —¿Por qué me disté siempre una oportunidad sabiendo lo horrible que fui contigo?
—¿En serio lo quieres saber? —respiro con resignó.
—Si, claro que si, porque nunca me voy a explicar algo así, si hubiese sido al revés te juro que yo simplemente no haría eso, no tendría esa paciencia y dedicación, a esperar que cambien conmigo. —hable directo.
Todo era verdad, si a mi me hicieran algo como lo que yo le llegue a hacer o decir a ella, esa persona iba a pasar a ser un segundo plano y listo, nunca me pondría a dar más oportunidades solo porque tengo la esperanza de que cambien.
—Porque… —respiro hondo y sus ojos se fijaron directo en los míos. —porque me gustas.
Fruncí el ceño enseguida. ¿Qué había dicho? Mi cabeza no me estaba dejando retener información tan bien ahora.
—¿Qué dijiste? —me concentre esperando hablará de nuevo.
—Nada, olvídalo. Estoy ebria… —negó con la cabeza y trató de irse, pero no se lo permití.
—Dilo April. Por favor. —la mire más con expresión de ruego que de otra cosa.
—¡Maldición Conor! ¡Ya te lo dije! ¡Me gustas! —instantáneamente sus mejillas tomaron un color rojizo y como reflejo, mordió su labio nerviosa.
No supe como reaccionar, nunca imaginé algo así, ni en mis años de vida bailando, me espere algo así.
—Ya se que es completamente estúpido, pero así es. —continuó hablando. —desde que te conozco me gustas y, por eso nunca quise llevarme mal contigo.
—Yo… —sentí un nudo en la garganta. —ahora me siento más idiota que antes.
—Ni me lo digas. —tomó aire. —escucha, estoy ebria, esto no te lo hubiera nunca en mi vida estando en mis sentidos, pero ya que. Solo olvídalo, ambos sabemos que eres tú quien no me soportar y esta bien.
—April… —trate de detenerla, sabía que seguiría diciendo y no quería que siguiera.
—No Conor, es cierto, no tengo que caerle bien a todo el mundo, así que esta bien. —empezó a mover sus manos, supongo que era señal de que ya había detonado con algo que no quería. —las prácticas que hemos tenido, han sido solo por fuerza. Nunca quise que fuera así.
>> Jamás quise que fuera algo forzado para nadie, y lo siento mucho, lamento que tengas que hacer esto conmigo y no con alguien más. —sentí que ya tenía un nudo como yo. —entendí poco a poco, que no podría hacer algo que mejorará el odio que traes hacia mi y termine por acostumbrarme, así que esta bien.
—No digas eso, claro que no está bien. —sentí que me ahogaba en la culpa.
—Es así… así son las cosas y hay que seguir aceptándolas, así que cuando ganemos ese premio, volveremos a ser desconocidos como antes… lo sé y esta bien, es lo que hay. —sonrió, pero nunca en lo que la conozco, vi una sonrisa más rota como la de ahora.
El silencio reino en el lugar después de todo lo que dijo, mi cabeza hizo un total shock, esto cambiaba la perspectiva de todo y me estaba haciendo recordar tantas cosas que pase por alto.
Todas las veces que intentó hablarme, las tome como desafíos, me reí en su cara y simplemente la trate menos, siempre que quiso acercarme a mi, yo maquinaba mil y un pensamientos de malas intenciones que podría tener hacia mi.
Ahora que estaba aquí, supe lo equivocado que estaba, pero ya no podía hacer mucho, no podía volver al pasado.
—Lo siento. —susurre rompiendo el silencio. —nunca lo vi de ese modo, me enfoqué demasiado en creer otras cosas.
—Ya lo se Conor, te conozco, eres narcisista y egocéntrico. —soltó con fuerza. —nunca pensaste más allá y hasta ahora no creo que lo hagas, piensas solo en lo que puedes hacer y lo que quieres, nunca te importe.
Me daba miedo la sinceridad con la que estaba hablando ahora, sabía que el alcohol te hacia decir verdades, pero nunca pensé que así de esa manera tan dolorosa.
—April, ya basta. —trate de pedir, pero ella continuo.
—No, déjame, necesito terminar, mientras tengo el valor de decírtelo. —me señalo una vez y luego de pasar sus manos por su cabello, siguió. — no quiero que, con esto, te de lastima, solo aproveche para decirlo. Y es que, nada de lo que digo, es mentira, jamás te interese tanto como Ana, o incluso como Amelia y, por ende, acepte mi realidad y fui lo que querías que yo fuera… tu enemiga en todo, aunque nunca lo quise así.
Finalizó encogiéndose de hombros y soltando una risa con un último respiro, como si algo en ella se aliviará. De nuevo me había dejado sin palabras, yo esperaba que al día siguiente no se me olvidará nada de esto, esperaba en serio, que luego pudiera analizar mejor lo que me había dicho.
Mientras tanto, solo podía enfocarme en su mirada y sus expresiones, que me parecían irreales en este estado, sentía que cada una era un sentimiento distinto, que cada una tenía algo para decir, así como sus pasos de baile.
Di un paso al frente, ella dio dos hacia atrás, me miro con los ojos abiertos, concentrada en cada movimiento que estaba haciendo. Di otro paso más y otro, hasta poder acariciar su rostro una vez mas, a lo mejor mañana olvidaría todo lo que estaba pasando y haciendo, pero eso ahora no me importaba.
Mi corazón latió fuerte, advirtiéndome de lo que estaba haciendo, mis palabras se fueron y lo que me quedo, fue el movimiento que hice con mi cuerpo, dispuesto a cortar la distancia que había.
Eran solo centímetros, su respiración me llegaba y sus ojos se veían a detalle, tan brillantes en la noche y tan intensos.
Cerré por un instante mis ojos y dejé que mi cabeza cortara la distancia… pero su mano, se interpuso en mis labios que casi tocaban los suyos.
—No. —susurro.
Abrí los ojos, quedándome en la posición en la que estaba, con una mano en su mejilla y la otra cerca de su cintura.
—Conor, me gustas. —corto la frase y suspiro. —pero no soy estúpida… no puedo dejar que como si nada, hagas esto, para que, al siguiente día, vuelvas a ser el mismo idiota. Lo siento, pero primero, debo ser yo.
Me aleje, era entendible… y tenía razón, ni siquiera yo sabía cómo iba a ser mañana.
Ella entonces camino a la puerta y el cerro, se quitó los zapatos y me dio una última mirada.
—Puedes dormir en el sofá si necesitas algo, solo avísame.
Sin más, fue a la que supuse era su habitación, me dejó un par de mantas y una almohada, luego, solo se fue de nuevo y cerró su puerta, dejándome ahí, con la cabeza revuelta.
De nuevo no podía dormir así que en lo que me daba sueño, pues escribi este cap, que siendo sincera, me dejó sin estabilidad... Es que... Ash.
En fin, ahí les dejo pues, ahora si, me puedo ir a mimir feliz y campante.
Ah por cierto, escuchen la canción que esta en multimedia, le da como el toque al cap.
Bye.
<3
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro