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Capítulo Veintitrés


***

—¡Fue tan romántico!. —Chilló una vez más Karol con su celular en la oreja, ahora le estaba contando a su prima número trece, no paraba de mirar su anillo.

Rodé los ojos, y así decía el idiota de Connor qué diría qué no, Dios, no la conoce para nada, la Karol de ahora es esa cursi y fastidiosa, enamorada de él padre de su hija.

—¡Mamá!. —Exclamó Jake corriendo a mis brazos.

—¿Qué pasó?. —Pregunté mirándole la cara, tenía en su mejilla una mancha de color rojo.

—Annie se convirtió en zombie. —Corrió por toda la sala gritando no sé qué estupideces.

—¿Por qué?. —Pregunté a punto de reír.

—Me quiere morder mi boca. —Señaló sus labios, Annie apareció peinando a su muñeca, Karol bajó la revista qué estaba mirando, miró a Jake y a Annie sonriendo tan horrible qué me dio miedo.

—Así qué está será la historia de la chica qué corrompe al chico. —Habló aquella grabando con su celular. Yo frunci el ceño.

—Son niños Karol. —Hablé ofreciéndole un carro qué había en la mesa a Jake.

—¿Y..?.

—¿Cómo qué, y...?.

—Estamos en él siglo XXI, ya los niños son diferentes.

—No por eso los voy a sexualizar.

—Alanna, soy consciente qué son niños, pero quiero mi romance. —Susurró bajando él celular y de nuevo pegando su vista en la revista.

—¿A qué horas venía Liam?. —Pregunté.

—¿Es tu novio o él mío?. —Preguntó ella, bufé molesta volviendo a la hoja, seguí llenándola con nombres de niño y niña, ni siquiera tenía dos meses y ya quería qué saliera.

Él sonido de mi celular me hizo sobresaltar, la videollamada de Liam me tomó por sorpresa. No dudé en contestar, fruncí el ceño cuando vi su celular de aquí para allá.

—Qué me dejes a mi te digo. —La voz de Renata me tranquilizó. —¡Alanna!. —Gritó.

Ups, se me había olvidado llamarla.

—¡Hola cuñada hermosa, siempre supe qué serias la más linda y divina...

—No me digas esas cosas cuando tuve qué enterarme por el pendejo de mi hermano. —Hizo una pose dramática.

—¡Hey!. —Protestó Liam detrás de ella.

—Quería decirte los planes qué tenía Liam para...

—Shh.. —Escuché murmuros.

—Dime Renata, ¿Qué hizo Liam está vez?.

—Hizo las paces con mi padre. —Murmuró ella de golpe.

—Qué sapa eres. —Habló detrás de ella. —Quisiera tratar un tema... Contigo, pero cuando esté allá de nuevo. —Murmuró aquel, yo asentí con la cabeza poco convencida.

—¿Cómo estás?. —Pregunté levantándome del sofá.

—No tan bien con Renata. —Tambien observé cómo se alejaba.

—Recuerda qué él fin de semana es el entierro de Luz. —Hablé. —También quería hablar ese tema contigo. —Afirmé.

—Iré a hablar con mi padre, te paso a Renata.

—Bueno ahora si. —Habló ella cuando tuvo el mando del celular de nuevo. —Pasame a la chiquilla.

—¡Emma!. —Grité cuando estuve subiendo las escaleras.

—¿Mm?. —Brinqué un poco por el susto.

—Tu tía. —Informé tendiendole el celular.

—¡Si!. —Lo tomó de entre mis manos y abrió la puerta de su habitación encerrándose en ella.

Negué con la cabeza sonriendo, bajé mirando a Karol sentada en la silla, aún mirando su anillo.

—¿Y si hacemos boda doble?. —Sonrió cómo una lunática, yo me dirigí a la nevera para sacar algo qué comer.

—No creo, primero quiero tener al bebé, planear ésto lleva tiempo y sinceramente no quiero casarme cuatro meses con una tripa gigante. —Saqué un puñado de dulces de la bolsa qué yacía en la nevera.

—Pues si, pero, ¿Te imaginas?, entras tú y luego entro yo... Sería fantástico. —Soltó un suspiro haciendo un ademán con sus manos en el aire.

—Si y no, sería demasiada presión para un solo día, mejor tú cásate, yo plantearé todo bien. —Abrí el periódico qué había en la mesa sentandome en el sofá.

—¿Ya hablaste con Liam sobre el entierro de la abuelita?. —Preguntó ella, yo negué con la cabeza.

—Cuando vuelva se lo diré, creo qué es algo qué tendremos qué discutir. —Murmuré.

—Pues tienes razón. —Puso ambos pies en la mesa. —Por qué la verdad se iría demasiado dinero en los vuelos para todos.

—¡Llegamos!. —Murmuró Connor abriendo la puerta, Luke puso algunas bolsas en la mesa.

—Oh, Diosa Ésto estaba al lado de la puerta. —Luke se acercó tendiendome un sobre de papel amarillo, fruncí el ceño tomándolo entre mis manos.

Karol se sentó a mi lado para chismosear, yo simplemente lo abrí para sacar dos hojas qué habían dentro.

La presente informa qué usted está citada para el día 10 de agosto, con él motivo de repartición de herencia. Declaró la señora Wilson.

Yo: Luciana Wilson declaro que nací en: Australia/Sidney El día: 20 de diciembre del año: 1945.

Aceptó qué me comprometí con: Armando Fonseca y qué de ese amor concedimos dos hijos : María Lucía Fonseca y José Antonio Fonseca.

Sin embargo hay una persona qué se merece todo eso y más, estoy muy agradecida contigo.

Hay se acababa la primer hoja.

—Wou, si "Lucía y Antonio". —Hizo comillas aéreas. —Te odiaban, ahora te odian más.

—No entiendo por qué Luz me metió en éstas cosas. —Me acaricie la sien. —La verdad qué la amo, pero incluso ahora no para de molestarme.

—Luz es Luz y siempre te joderá.

—Yo con ganas de qué me jale los pies y me lleve con ella.

—Cállate. —Murmuró aquella quitándome los papeles de la mano.

—Estoy segura de qué esa maldita sanguijuela le hizo algo a Luz para tener su herencia. —La rabia empezó a correrme por la sangre, traté de controlarme lo más qué pude. —Y por eso...no voy a dejar qué esa zorra obtenga un sólo peso, no lo merece, tal vez yo tampoco, pero ella no tendrá nada de eso.

—¿Furia despertando?. —Me puso el brazo por encima de los hombros.

—Desde hace cinco días despertó. —Anuncié. —Solo qué he estado almacenandola.

Y era cierto, desde qué pasó lo del hospital no había llorado cada vez qué mencionaban a la abuela, Liam tenía razón, tenía qué aprender a superar y seguir con mi vida, a pesar de qué seguía doliendo, esta bien llorar uno o dos días, pero mi mamá decía qué si no parabas de llorar, ellos no podrían descansar en paz.

Conocí mucho a Luz, me contó mucho de su pasado, pero era demasiado cerrada con el tema de sus hijos o familiares lejanos.

—¿Entonces explorarás...?. —Preguntó Luke arrebando los papeles qué tenía Karol.

—Explotaré cuando lo vea necesario.

—Quisiera estar ahí para ver eso. —Murmuró Connor, yo levanté una ceja.

—Créeme qué no te gustará ver eso. —Continúe. —Me salgo de control y me desquito con todo el mundo, lo mejor es qué utilizo todo mi cerebro en contra de la persona qué me está jodiendo.

—Eso suena cool. —Connor caminó hacia la cocina y empezó a organizar la comida y el resto de cosas qué habían en la bolsa.

—Lo es. —Afirmó Karol.

—Los niños hoy tenían qué ir al instituto. —Solté metiéndome la uña a la boca, empecé a morderla. —Aunque dijeron qué les darían días libres por lo de la abuela, igual luego es complicado para desatrasarse.

—Ya qué, a todos nos golpeó muy fuerte, lo mejor es qué estén aquí un tiempo mientras aceptan su muerte. —Ni siquiera yo la había aceptado.

—Bueno, vamos cariño. —Ella agarró a Connor de la mano y tiró de él hacia las escaleras, Luke se sentó frente de mí.

—¿Cómo te sientes?. —Miré sus ojos color avellana, él me sonreía sinceramente.

—Bien, supongo qué estoy mejor. —Suspiré.

—Come bien Diosa, por favor, eso le hará bien al bebé. —Tocó mi panza que aún no crecía.

—Ya sé. —Puse mi mano en su cabello. —Todo estará bien.

—Eso espero. —Se levantó del sofá. —Por qué sinceramente Karol y yo estamos cansados de ver cómo no puedes ser feliz.

—Ya llegará mi momento. —Sonreí, él asintió con la cabeza y se encaminó hacia las escaleras.

—Y vuelve a hacer una tontería de esas y voy a ir a matarte yo mismo. —Empezó a subir los escalones. Yo reí levemente.

***

Ya había llegado viernes, estaba parada afuera del aeropuerto esperando a qué Liam saliera de allí.

—No lo veo, y eso qué mide casi 1.90 —Karol se puso en puntas intentando ver encima de la gente.

—Él tendrá qué venir, sabe qué siempre nos hacemos en éste lugar. —Me recosté en él auto.

—Pues a seguir esperando. —Imitó mi acción soltando un suspiro.

—¡Umpalumpa!. —Gritó agitando la mano desde el centro del montón de gente que había, todos se quedaron mirando raro al instante.

Cerré los ojos y me frote la sien queriendo desaparecer de ese lugar, cuando llego a mi lado me abrazó soltando la maleta qué había en su mano.

—Dios, te extrañe. —Me frotó la espalda con las palmas de sus manos.

—Sólo pasaron dos días. —Rodé los ojos.

—Pero fue una maldita eternidad. —Se agachó frente a mí para darle un beso a mi panza. —¿Cómo está mi bebé?. —Preguntó haciendo una voz rara qué me hizo sonreír.

—Apenas y vive ahí dentro, dudo qué tenga oídos. —Bromee.

—Yo sé qué me escucha. —Susurró levantándose del suelo, agarró mi cara entre sus manos y beso mis labios.

—¿Será qué ya podemos irnos?. —Karol subió al auto, yo reí sonoramente, Liam se encogió de hombros subiendo a la parte de atrás conmigo.

—¿Está comiendo bien?. —Le habló a Karol, yo frunci el ceño.

—Está comiendo más qué de costumbre. —Habló ella arrancando el coche.

—¿Eso no tendrías qué preguntarmelo a mi?. —Bromee.

—La otra vez no quisiste comer y sé qué dirías qué si haz comido sólo qué no me preocupé.

—He comido bien. —Le puse los pies en el regazo. —Ahora hazme un masaje en los pies.

—¿No soy yo el cansado por el viaje?. —Preguntó divertido empezando a quitar mis sandalias.

—Yo también estoy cansada. —Me relajé cuando sentí sus manos apretarme suavemente el pie.

—¿De no hacer nada?. —Preguntó Karol burlona.

—De respirar. —Suspiré. —Es algo agotador.

—Pues tendrás qué seguir haciéndolo. —Se acercó para besar la comisura de mis labios.

—¿Qué pasó con la idiota de Luisa?. —Pregunté, Karol rió adelante.

—¿No que yo era la tóxica?. —Soltó sin separar su vista del frente.

—Sólo tengo curiosidad. —Me crucé de brazos.

—Solo quieres saber si se vio con él. —Bueno si pero no.

Aceptalo.

—No te creas. —Miré a Liam nerviosa. —No soy tan celosa. —Karol carraspeo la garganta.

—Vamos Liam, ¿Por qué crees qué no tengo más amigas?. —Bufé molesta.

—Por qué no quieres. —Afirmé.

—Celosa se ve increíble. —Subió lentamente la mano por mi pierna y se acercó a mi oído. —Y sexy. —Susurró.

—Muero por llegar a casa. —Tiré de su mano hasta la tela qué cubría mi sexo.

—No quiero lastimarte. —Formuló.

—Le hará bien al bebé. —Me acerqué a sus labios.

—Creo qué no. —Susurró tirando de mi labio inferior.

—Cumplirías mi deseo.

—Entonces si.

—Dejen de susurrar, disimulen un poco las cosas cochinas. —Karol aparcó él auto en frente de nuestra casa.

—Nadie estaba diciendo cosas cochinas. —Mentí saliendo del auto.

Agarré la mano de Liam detrás de mi, cuando llegamos a la puerta la abrí con mis llaves.

—Tráeme algo de la nevera por favor amor. —Dejé mi bolso encima de la mesa y empecé a subir las escaleras. —Te espero en mi habitación.

Reí al ver la cara de asco de Karol, Liam acató mis órdenes llendo hacia la cocina. Subí las escaleras tatareando una melodía y...

—¡MAMI!. —Jake se pegó de mis piernas cómo si no hubiera un mañana. —¡Emma me dijo una mentira.

—¿Qué mentira?. —Pregunté alzandolo.

—Dijo qué tendré otro hermanito. —Se removió en mis brazos. —No quiero otro hermanito yo quiero ser único.

—Mi amor. —Suspiré antes de explicar. —Papá y yo no planeamos ésto, tengo un pequeño aquí. —Señalé mi vientre. —Aún no sabemos qué sexo es por qué aún es muy, muy pequeñito.

—No quiero qué ames a otro niño. —Me sostuvo las mejillas mirándome fijamente. —Tú eres mi mamá, solo mía.

—¿No quieres qué la familia sea más grande? ¿Ni tener un hermano o una hermana qué si juegue contigo?. —Él pareció pensativo por un momento.

—¿Y si es raro o rara como Emma?.

—Mm, en ese caso, serías todo para mi. —Hice cosquillas en su barriga con mi boca.

—Esta bien mami. —Hizo un ademán de bajarse y lo solté. —Annie se ha estado portando rara éstos días.

—¿Annie?. —Él asintió con la cabeza.

—Me abraza mucho. —Susurró jugando con sus manos.

—Bueno, eso es genial, Annie te quiere mucho. —Afirmé. —Tienes qué tratarla muy bien, Jake.

—Si mami. —Bajó las escaleras, Liam chocó su puño con el de él antes de subir.

Caminé rápido hacia la habitación cuando me acordé de algo. Cerré la puerta detrás de mi, Liam no tardó en tocarla, intenté quitarme el pantalón lo más rápido qué pude.

—Ally por favor no vayas a hacer una tontería. —Habló forcejeando la manija.

—Espera un momento. —Me retiré de aquella sentandome en la cama para poder terminar de quitarme el pantalón.

De pronto la puerta se abrió y él me miró de arriba a abajo, infló sus mejillas aguantando una risa cuando vio mi ropa interior.

—¿De los minions? ¿Eso es enserio?. —Después de decir eso estalló en carcajadas sosteniendo su barriga.

—No es gracioso, solo las estoy utilizando por qué embarazada sale más flujo y no quería manchar mis bragas hermosas.

—Dios mio, eso si qué es hermoso. —Volvió a reír. —Se me hace bastante coincidencia qué seas un umpalumpa con bragas de minions.

—Si no vienes aquí en cinco segundos me arrepentiré sobre hacer el amor y lo digo enserio, te quedarás sin sexo por ocho meses más.

—Con eso no juegues, Cariño. —Los botones de su camisa se abrieron gracias a sus manos.

—Entoncesz ven y follame. —Saqué la blusa de tirantes por encima de mi cabeza, me dio una sonrisa torcida cuando bajó sus pantalones por sus piernas.

Se acercó y me beso salvajemente como si nos hicieramos demasiada falta el uno al otro, y eso qué solo habían sido unos días sin ésto, solté un gemido cuando apretó uno de mis pechos por encima de mi sostén, sonreí en sus labios.

—Me encanta cuando te pones salvaje. —Tiré de su cabello hacia mi y busqué su mirada.

El me sostuvo por la nuca llenando mi boca con su lengua. Por instinto bajé mi mano a sus bóxer y apreté suavemente.

—Mío. —Di otro apretón, cosa qué hizo qué cerrará los ojos.

—Dios... —Susurró.

—Dios no, Diosa. —Corregí.

—Quiero hacértelo contra la pared. —Murmuró, yo no tardé en levantarme y pasar mis bragas infantiles por mis pies.

—Adelante. —Pedí poniendo mis manos en aquella superficie plana, me incliné un poco hacia adelante, sentí sus manos en mi cintura.

—Si te duele me avisas por favor, de verdad no quiero...

—Tranquilo, follame duro cómo siempre, apenas estoy empezando el embarazo. —Sus manos tocaron mi espalda y se posaron en los broches de mi sostén.

Soltó aquellos suavemente dejando qué él brasier cayera al suelo, levantó una de mis piernas en su muslo, gemi cuando sentí su miembro rozando mi intimidad.

—Por favor... —Jadee.

Sentí su miembro entrar en mí, lo mojada qué estaba lo dejo deslizar con suavidad dentro de mí, sostuvo mi pierna levantada con su mano y la otra la puso en mi cintura dándome soporte para no caerme.

Empezó a arremeter fuertemente contra mí, entrando y saliendo, llenándome toda la cavidad con su miembro.

Hacia qué todo fuera más delicioso susurrandome cosas en el oído con su voz rasposa.

Mis piernas temblaban mientras él seguía entrando y saliendo sin ningún problema, sus jadeos acompañaron mis gemidos, haciendo de aquello la melodia más hermosa para mis oídos.

Susurré algunas cosas, como lo caliente qué me ponía, eso lo hizo acelerar sus movimientos. No tuve qué pedir más, él sabía cómo me gustaba, fuerte y brusco.

Sus dedos apretaron fuertemente mi cintura, sabía qué eso después me dejaría una marca por lo delicada qué era mi piel, pero sinceramente esté es el tipo de dolor qué experimentaria toda mi vida.

Bajó mi pierna sin dejar de penetrarme, me tomó de las nalgas abriéndolas un poco y estrellando su mano repetidas veces.

Una de su mano fue a mi cabello, levantándome suavemente la cabeza para qué le diera un beso.

Me giro cambiando la posición, puso una de mis piernas en su hombro y la otra en su cintura, me pegó contra la pared y entró en mi de nuevo.

Posé mis manos en su cabello, lo traje hacia mí para darle un beso caliente, tiré de sus labios ansiosa, sy frente se pegó a la mía, ambos respirabamos pesadamente.

—¡Por favor...!.—Pedí, él sabía a qué me refería con eso, aceleró sus movimientos haciendo qué mi sexo se contrayera.

—Deja que salga todo, amor. —Pidió, yo asentí con la cabeza.

Dejé salir todo el líquido dentro de mí, me quedé sin fuerzas, él tuvo qué sostenerme más fuerte para qué no fuera a caerme, me beso la frente y luego los labios, se acercó a mi oreja.

—Te amo.

—Tambien te amo Coulds. —Susurré.

Me llevó a la cama y se tumbó conmigo, puse mi cabeza en su pecho cerrando mis ojos.

—Creo qué después de todo el dolor merecemos un final feliz. —Sonreí, di un tierno beso a su pecho y entrelacé mis piernas con las suyas.

—Quizás no seamos dos almas gemelas cómo en libros clichés, pero nos encontramos en el camino más difícil de nuestras vidas y nos amamos para seguir adelante. —Murmuró. —Tú y yo somos cómo agua y aceite pero a pesar de eso pienso qué podremos seguir con ésto, pase lo qué pase, estaré siempre a tu lado futura señora Coulds.

—Dime que siempre vas a estar para mí, así me vuelva loca de nuevo.

—Te amo en todas tus facetas, no me importa si tienes problemas de depresión, lo qué a mi me interesa es qué sigas siendo tú.

—Prometeme qué estaremos siempre juntos Liam, prometelo.

—Te lo juro.

***

Advertencia ⚠ :
Este libro contiene escenas no aptas para todo público, como lenguaje explícito o escenas +18 , te sugiero que si no te gustan éste tipo de libros, no lo leas.

NO OLVIDES VOTAR SI TE HA GUSTADO, UNA ESTRELLITA ME AYUDA MUCHO.

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