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20.

Zayn.

—¿Por qué estamos aquí? —pregunto Niall mientras dibujaba un sol en el vidrio empañado del lado del acompañante.

Observe con desinterés como el rubio empañaba más el cristal para poder dibujar nubecitas antes de responder a su pregunta por quinta vez en la última media hora.

—Es el cumpleaños de Liam y vamos a llevarlo al club para festejar.

—Oh —asintió. Fruncí el ceño cuando su dedo índice comenzó a dibujar palitos de aquí para allá hasta que me di cuenta de lo que era.

—¡Deja de dibujar cosas pornográficas en la ventana de mi auto! —grité mientras me arrojaba sobre él para poder borrar a los dos muñequitos practicando sexo oral en el cristal.

—¡Hey, deja mi obra de arte en paz! —chilló intentando quitarme—. Ellos lo disfrutaban.

—Te he dicho mil veces que no dibujes ese tipo de cosas.

—¿Por qué? Todo el mundo tiene sexo, tú tienes sexo, Dacel tiene sexo, Louis tiene sexo y Kaled... —miró hacia atrás, donde Kaled y Suri se encontraban y frunció el ceño—. No estoy seguro de si Kaled tiene sexo, está demasiado amargado por lo que deduzco que no, pero supongo que conoce el procedimiento y no le va a afectar ver un dibujo de ello, ¿por qué es malo que lo dibuje?

—Porque podría verlo un niño.

—¿Y? —se encogió de hombros—. Un niño no lo entendería porque no sabe de sexo y si lo supiera es porque sus padres no hacen bien su trabajo.

—La sociedad lo ve con malos ojos.

—La sociedad también ve mal la homosexualidad, ¿estás a favor de lo que ellos piensen? —elevó una ceja.

—Es tabú.

—Es tabú porque personas como tú, impiden a personas como yo hacer este tipo de dibujos.

—Es de mal gusto. —volví a intentarlo.

—Que a ti no te guste no quiere decir que a los demás tampoco —insistió—. Tienes una mente muy egoísta, Zayn.

—Bien, me hartaste —estirándome, le quite el seguro a su puerta y le hice un gesto para que saliera—. Vete con Dacel y Louis al otro auto.

—Que mal perdedor eres, Malik —negó con la cabeza—. No aceptas cuando alguien te gana.

—No soporto que tú lo hagas —aclaré—. Ahora, vete.

Una vez que el rubio se bajó, cerré la puerta y rebusqué mi celular para llamar a Liam. Hacía más de media hora que estábamos esperándolo y aún no había salido. Marcando su número, me lleve el teléfono al oído.

—Hey, piccolo —salude en cuanto respondió—. Te estamos esperando, ¿dónde estás?

—Harry me descubrió escapando por la puerta trasera —explico—. Acabo de convencerlo para que me ayude, me cubrirá aquí. El problema es que mi hermano está en la sala y no puedo salir por ninguna de las dos puertas.

—Mierda, eso es malo —miré por el parabrisas por unos segundos hasta que una idea se me ocurrió—. ¿Qué dices de tu ventana?

—Oh no, no hay modo de que vuelva a arrojarme por allí.

—Vamos, pequeño, sabes que te atrapare —aseguré—. ¿No confías en mí?

—Sabes, esto que haces es jugar sucio —gruño—. Estas haciéndome chantaje emocional.

—¿Está funcionando?

—Por desgracia, si —acepto—. ¿Puedes venir?

Haciéndole una seña a Kaled, me bajé del auto y comencé a caminar hacia la casa de Liam—. Estoy en camino.

En pocos minutos estaba saltando sobre la cerca del jardín y corriendo hasta la ventana de Liam. Podía ver las sombras moviéndose detrás de la cortina antes de que esta se abriera, dejando ver la silueta de Liam. Abrió la ventana y miró fuera antes de llevar su teléfono al oído.

—¿Dónde estás?

Salí de las sombras, parándome debajo de la ventana—. ¿Vas a saltar?

Dudo unos segundos—. Si no me atrapas, pateare tu culo hasta que cumplas cuarenta.

—Si te llegas a lastimar, yo mismo encontrare la manera de pateármelo —aseguré—. Ahora, salta, te prometo no dejarte caer.

—Si te caes y te rompes la cabeza, ¿puedo quedarme con tu laptop? —la voz de Harry traspasó el auricular mientras el chico se colocaba a un lado de Liam y miraba hacia abajo.

Vi el momento exacto en que Liam elevaba la mano y la dejaba caer sobre la cabeza de su amigo—. Tú serás el que caiga si no dejas de fastidiar —gruño antes de volver a mirarme—. Atrápame, aún no he escrito mi testamento.

—Lo haré, te lo prometo.

Soltando un suspiro, el chico guardo su teléfono en el bolsillo de su chaqueta con cierre, le dijo algo a su amigo y se deslizo fuera de la ventana. Mire con atención como se aferraba al marco y sacaba sus pies, preparado para atraparlo en cualquier circunstancia. Una vez que se posiciono de espaldas, me miró sobre su hombro como esperando una aprobación. Asentí lentamente, demostrándole que estaba preparado para atraparlo.

—Vamos, cariño, confía en mi —murmuré mientras lo veía dudar, una última palabra a su amigo y se soltó.

Moviéndome rápidamente, atrape su pequeño cuerpo antes de que tocara el suelo. Sus ojitos estaban fuertemente cerrados cuando lo miré, su boca cerrada en una línea recta como si evitara gritar. Abriendo uno de sus ojitos, me miró de reojo.

—Ciao, piccolino. —sonreí antes de acercarme y besarlo—. Feliz cumpleaños, Liam.

—Gracias, Zy —murmuró.

Bajándolo a sus pies, deje un suave y rápido beso en sus labios antes de jalarlo para atravesar el jardín. La noche de Bradford era silenciosa y solo nuestras risas tontas hacían eco en la noche mientras corríamos por las calles en dirección a los autos.

Niall estaba sentado sobre el techo de mi camioneta, intentando escapar de las manos de Dacel mientras Kaled sostenía al más grande, intentando apartarlo del vehículo.

—¿Y ahora qué? —murmuré mientras me acercaba y jalaba a Dacel de un brazo.

—¡Te voy a matar, pequeña mierda! —gruño Dacel, arrastrándome con él cuando se movía hacia Niall.

—¡Qué te den, Harrison! —el rubio de bote le enseño la lengua—. ¡Admite que tengo razón!

—Te voy a dar tu razón cuando te atrape. —el jaleo comenzó nuevamente y miré a Kaled.

—¿Qué rayos sucedió?

—Niall le dijo a Dacel que su padre era alcohólico porque su madre era una zorra. —Kaled rodó los ojos.

—¿Por qué no me extraña? —imité el gesto de mi hermano y maldije las horas que Dacel gastaba en el gimnasio—. ¡Detente, Dacel, todos sabemos que Niall es un imbécil!

—¿Me hace imbécil decir la verdad? —preguntó el rubio. Sabía que no lo hacía por maldad, Niall simplemente no tenía filtro, no controlaba lo que salía de su boca y tampoco podía comprender cuánto daño hacia esto.

—Si, en parte —acepte—. Dacel, detente vamos.

—¡Dacel, deja esto de una vez! —intento mi hermano—. Golpearlo no te llevara a nada, siempre lo haces y Niall sigue igual.

Dacel se detuvo, mirando de mi hermano a mí por un segundo antes de que una sonrisa diabólica cruzara su rostro—. Entonces voy a tener que recurrir a otros métodos.

Liberándose de nuestro agarre, llego hasta Niall y lo jaló de un pie fuera del auto. El rubio se deslizo por el mismo con un grito ahogado, cayendo directamente a los brazos de Dacel. Antes de que pudiésemos reaccionar, el castaño empujo al más pequeño contra el lado de mi camioneta y aplasto sus labios juntos, besándolo de forma violenta.

Mirando a mi alrededor, busque a Liam con la mirada, preocupado por la reacción de este ante el espectáculo. Me di cuenta de que mientras intentábamos detener a Dacel, Liam había llegado junto a Suri y ambos estaban hablando animadamente del otro lado de la camioneta sin darse cuenta de que dos de nuestros amigos estaban devorándose uno al otro en el lado opuesto del vehículo.

—Esto es raro. —murmuré.

Kaled asintió—. Ni que lo digas.

—¿Qué hacemos?

—¿Darles lubricante y condones? —se encogió de hombros—. Si siguen así van a terminar follando aquí mismo.

—Oh dios no, no quiero que Liam tenga esa imagen —fruncí el ceño—. Además, ¿estos dos no se odiaban?

—Del odio al amor hay un paso.

—Eso es demasiado cliché, hermano. —negué mientras me dirigía hacia Liam y lo jalaba a mis brazos.

—Mira lo que Suri me regalo. —subió un libro a la altura de mi rostro, enseñándome la portada—. Es el último tomo de la saga que estoy leyendo, ¿no es genial?

—Si, supongo. —acepte.

En ese momento, Dacel paso a mi lado con un desorientado Niall sobre su hombro. Extrañamente, el mismo estaba totalmente callado—. Ya podemos irnos.

—Genial. —murmuré, viendo como el castaño abría la puerta y dejaba al rubio en el asiento trasero de su camioneta antes de rodearla y entrar al lado del conductor. Me giré hacia Liam, besando la piel detrás de su oreja—. Vámonos, piccolo.

Una vez que todos estuvieron dentro de la camioneta y no corríamos riesgos de violación, aceleré hacia la carretera. Directo al The Shelter.

Liam.

El club de los hermanos Malik era enorme. Apenas Zayn estacionó frente al mismo, salte de su auto y corrí hacia la puerta. Zayn me atrapó de la cintura antes de que fuera muy lejos, levantándome en el aire y beso mi nuca.

—No te alejes de mí, piccolo —pidió suavemente—. Los tiburones se reúnen aquí dentro y tú eres un bonito y fresco pececito para ellos.

Le sonreí sobre mi hombro—. Creo que ya me atrapo uno de esos tiburones, y no fue aquí.

Gruño contra mi cuello—. Este tiburón no comparte, piccolo, así que mantente pegado a mí.

—Está bien. —me dejo sobre mis pies nuevamente y enredo nuestros dedos, atrapando mi mano.

Luego de hablar con los tipos de seguridad por unos minutos, el moreno me llevo dentro del local. La música electrónica sonaba fuerte y las luces de colores me cegaron por unos segundos, obligándome a parpadear un par de veces para poder aclarar mi visión. Una vez lo hice, pude visualizar la gran pista de baile en el centro del lugar y la barra más allá de ella. A nuestra izquierda había varias mesas y lo que parecía ser la zona VIP.

Los demás se distribuyeron rápidamente por el lugar. Louis, Niall y Dacel fueron directo a la barra mientras que Kaled arrastro a Suri a la zona VIP, a pesar de que el chico parecía estar en contra de ello.

—¿Quieres bailar, piccolo? —Zayn dijo en mi oído, asentí.

Dirigiéndonos hacia la pista, el moreno se pegó a mi espalda mientras comenzábamos a movernos con la música. Mis movimientos eran torpes al principio porque la verdad lo único que había bailado en mi vida eran clásicos. Las manos de Zayn se movieron por mis brazos suavemente, como una caricia sutil, mientras me ayudaba a moverme a su ritmo.

—Así, ¿ves? —pego sus labios a mi oído. Apoye mi cabeza en su hombro, dejando que él me guiara mientras nos movíamos en la pista.

Las personas se movían a nuestro alrededor, pero estábamos en una especie de burbuja, solo nosotros dos. Las manos de Zayn llegaron hasta mis muñecas y levanto mis brazos, haciendo que rodeara su cuello con ellos. Me rodeo la cintura, pegándome aún más a él mientras besaba mi cuello. Este, era el mejor cumpleaños que había tenido, eso era seguro. 

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