—Maddi ya es hora de irnos—me gritó mi madre desde abajo

—¡Ya voy¡—dije estresada

Habíamos quedado de visitar a mi madrina, desde que terminé con Jou hace ya mucho tiempo, solo había ido a casa de mi madrina una que otras veces pero no como antes. Carlos se volvía mas insoportable con el tiempo, pero aprovechando que está de viaje me pareció una buena idea acompañar a mi madre y despejar mi mente de todo lo que me había pasado últimamente.

Aquel día del escándalo en la escuela llegué a mi casa vuelta una furia en un mar de lágrimas, me acosté en mi cama mirando al techo pensando en lo que había ocurrido y como mi vida se había vuelto un desastre desde entonces. Bajé escaleras nerviosa, sabía que cuando llegara a casa de mi madrina, al ver la casa de enfrente de Jou sentiría mucha culpa ¿Estará ahí? hace mucho que dejamos de hablar y a pesar de que no terminamos muy bien los recuerdos permanecerán para siempre como una bonita historia, pero como toda historia, esta llegó a su fin.

Vid había llegado a mi vida a despertar todo lo que dije que ya no volvería a sentir no quería volver a sentir ese amor que me hiciera cometer locuras hasta el punto de alterar mi paz, de decir mentiras o de hacer lo incorrecto. Así que haría todo lo posible para ya no acordarme de todas las cosas malas que me habían pasado desde que lo conocí.

—Ya estoy lista, podemos irnos—le dije a mi madre que me estaba esperando impaciente en la puerta—Es un bonito sábado—mencioné al ver su cara de enojo

—Niña impuntual—me dijo y nos subimos al auto rumbo a casa de mi madrina

No sé por qué razón me afectó al escuchar eso, he estado sensible estos últimos días, me habría gustado tener un tipo de relación con mi madre en que pudiéramos hablar de todos mis problemas y que ella me entendiera sin juzgarme o pensar que estaba haciendo algo terriblemente malo. Por un momento me la imaginé preguntando por qué había tardado tanto por qué tenía esa cara si me pasaba algo, que ella estaría ahí para mí. Simplemente me dijo "niña impuntual"... Acaso no se veía? acaso no conoce lo suficientemente a su hija para saber que algo le estaba pasando desde hace ya mucho tiempo.

No hablé en todo el camino, el día estaba muy hermoso, tan hermoso como para ir a ver el mar, tan hermoso como estaba ese día que vimos el mar juntos a pesar de que ese día era de noche no se podía comparar hermosura. No tardamos mucho en el auto ya que mi madrina no vivía tan lejos, yo habría preferido ir caminando pero mi madre no quería.

Toqué la puerta y en unos pocos minutos mi madrina me abrió con una gran sonrisa, como siempre le di un abrazo, al menos ella entendía un poco más que mi madre ya que había tenido la confianza de contarle lo que me había pasado con Jou, pero no estaba lista para contarle los problemas que me había pasado últimamente con Vid. Cuando mi madre saludó a mi madrina y ellas entraron a primero no puedo evitar voltear y ver su casa, las ventanas y la puerta se veían cerrada y el carro ya no estaba parqueado, mi madrina se devolvió deduciendo lo que estaba pensando.

—Se mudaron hace más de un mes—dijo como si le hubiese preguntado—Pero el no había vu....

—Esta bien, ya no importa—la interrumpí no queriendo saber nada de Jou

—Vamos, les guardé slgo exquisito para comer—me dijo cerrando la puerta con una gran sonrisa

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Las horas me parecieron eternas en casa de mi madrina, luego de almorzar ella y mi madre se fueron a la terraza a hablar, yo me quedé con mi celular pero parecía un zombie viendo la pantalla. Me espanté cuando vi una llamada entrante de Hil.

—Holaa!— contesté un poco aliviada por librarme del aburrimiento que me consumía

—¿Dónde estás?, estoy tocando a tu casa y nadie abre—dijo un poco agitada

—En casa de mi madrina, a mi madre le pareció una buena idea pero ahora muero de aburrimiento—dije en voz baja para que no fueran a escucharme

—Pues te llamé para salvarte la vida—dijo emocinada—Te voy a esperar en el parque así que no tardes para que salgamos un rato—no me dió tiempo a contestar y me colgó

Miré mi celular con una sonrisa,  realmente había llamado para salvarme la vida. Aunque al principio estaba emocionada por mi madrina, ella y mi madre empezaron a hablar de cosas del pasado y terminé por aburrirme así que le expliqué a mi madre que Hil me había llamado y que me estaba esperando en el parque, al principio mi madre no quería dejarme ir, mi madrina la convenció. Le di un beso en la mejilla para agradecerle y dije que no se preocupara que la casa no estaba tan lejos y que a pie podría llegar rápido, me despedí de ambas con una gran sonrisa y salí sin mirar atrás.

Expulsé una bocanada de aire en señal de alivio cuando me alejé de la calle, aquella calle que me trae tantos recuerdos, lo que había hecho en un pasado. Luego de aproximadamente 10 minutos caminando llegué al parque parque en donde me esperaba Hil. Caminé hasta que por fin la encontré.

—Hey aquí estas— le dije con una sonrisa y ella se volteó, realmente me alegra ver a mi amiga. Seguramente ella me ayudaría a distraerme y olvidar todos mis problemas por un rato—Qué haces

—Maddi yo... Lo siento el me obligó—dijo con una sonrisa pícara, pero yo no entendía a qué se refería

—De qué hablas...— cuando iba a seguir hablando me callé de golpe, él apareció, ni siquiera se si había estado ahí pero lo que se es que él estaba frente a mí viendome con esos ojos casi negros y esa mirada penetrante, con su pelo alborotado color caoba por el viento, con sus músculos que se notaban a través de ese poloche azul. Realmente se veía bien en ropa—En serio Hil—me limité a decir

—Creo que debes hablar con el, has sido muy dura con el—me dijo acercándose a mi y dandome un beso en la mejilla para irse del parque din decir una palabra

Vid estaba frente a mí esperando una respuesta, lo miré fijamente sin decir una palabra, qué se supone que debería de ser ahora. El otro día le grité frente a todos en la escuela que no quería volver a verlo y que no me hablara, si le hablaba ahora mi palabra no tendría ningún valor pero en el fondo mi amiga tenía razón, he sido muy dura el. Me he dejado llevar por la rabia del que dirán los demás, supongo que siempre me había importado un poco.

Me volteé con las lágrimas a punto de salirse de mis ojos, sólo quería irme no quería hablarle pero sentí su mano detenerme y no pude resistirme más. P ara que seguir negándolo a quién quería engañar yo si quería hablar con él, al sentir su piel sobre la mía fue como si me hubiese hipnotizado, me volteé lentamente y el acarició mi mejilla para limpiar una lágrima que ya había salido. Pude ver la tristeza en sus ojos al verme llorar y yo moría de pena de que él me estaba viendo así tan vulnerable, tan rota

No sé por qué pero todo vino a mi mente como una ola, todo lo malo que había hecho, todas las cosas que había dicho, todas las mentiras que había inventado y todo lo que había ocultado, todo vino a mi mente por alguna extraña razón. Él me hace acordar a todo lo malo de mi vida sin embargo era como un refugio, mostraba la realidad de la vida de que no todo es perfecto y que hay que afrontar sus problemas.

Lo abracé sin decir nada y así duramos unos minutos.

—Yo no soy tan mala persona como piensas—dijo separándose de mí—No quiero lastimarte, qué ganaría yo con eso sí tú eres una buena persona, además, si no me importaras no estaría intentando a toda costa que me perdonaras y que entendieras todo—dijo Vid muy calmado, tenía lógica lo que decía—Si fueras cualquier persona no me importara lo que pensaras de mí como no me importa lo que piensen todos, total de mi han dicho tantas cosas que ya ni sé cuál es la verdadera versión

—Solo tú sabes quien eres realmente, creo que yo también se sabe quién eres. Eres una buena persona con sentimientos, que a pesar de que dice que no le importa lo que digan los demás en el fondo solo te importa lo que diga las personas que verdaderamente quieres porque al fin y al cabo esos son los que creen en ti

—Así debería de ser, ¿No? Entonces por qué no aplicas eso para ti también

—Soy una persona inmadura—dije, aunque me costaba admitir

—Tienes razón—dijo sonriendo, le di un golpecito en el hombro riendo

— Te lo digo por experiencia—me dijo  en un  tono serio—Si te importa mucho el qué dirán, terminara acabando con tu vida

El me acababa de enseñar una gran lección.

—¿Amigos?—le pregunté con una sonrisa 

Se acercó a mi, pensaba que era para darnos un abrazo y hacer las pases pero no fue eso lo que hizo. Me besó y me deje llevar, lo único que quería era que este momento no acabara nunca, el si que sabía como sacarme de mis casillas pero a la vez volverme a la realidad y darme cuenta de muchas cosas que no quería ver, al fin estaba empezando a madurar... O eso creo.

—Eso es trampa—le dije entre susurros con la respiración agitada

—Amigos—dijo con su sonrisa pícara

—Maddi!!! Tu madre—dijo Hil interrumpiendo la magia del momento—Viene para acá

—¿Qué?—dije girando para ver a mi mamá acercándose a nosotros con una sonrisa, no sabía si era para matarnos o saludarnos. Acaso me había visto ? Estaba frita.