CAPITULO 3
APRIL
En mi cabeza aún daba vueltas el hecho de que Conor estuviera aquí, me era difícil creerlo, porque según yo, lo dejaría atrás para no verlo de nuevo, o al menos no así y no aquí, sabía que igual era posible encontrarlo porque estamos en la misma Academia, pero nunca creí, que fuera de este modo.
—April. —la voz firme de Christian diciendo mi nombre, me dio a entender perfectamente que algo le había molestado.
—¿Qué pasa? —trate de sonreír, pero su rostro seguía serio.
—No has comido nada desde que te trajeron lo que pedí para ti, y tampoco me estabas escuchando. ¿Qué pasa contigo? —cuestionó, y yo mire mi plato, tenía razón, no había probado ni siquiera una rebanada de fruta.
—Lo siento, es solo que estoy cansada. —busque alguna excusa creíble. —y cuando tengo desgaste no logró estar concentrada.
—¿Estas segura de que esa es la razón? —me tomo desprevenida aquella pregunta. —¿no será que ahora te la pasas pensando en ese chico Conor?
—¿A que te refieres? —fruncí el seño, no podía ser que me dijera eso en serio.
—Así como lo has escuchado April, Sonia me contó que ese chico nuevo se llama Conor y que te estuvo buscando desde que llegó, según Allan, el chico nuestra interés en ti.
No sabía que responder, estaba claro que Sonia le diría aquello, eso lo esperaba porque son casi como dos chicles que se cuentan todo y además, se conocen desde niños, así que es algo muy lógico.
—¿Qué tiene que ver eso, con lo que acaba de pasar? —no tenía el derecho de indignarme porque de todos modos tenía en parte razón, pero lo que estaba queriendo decir, iba a un sentido más allá.
—Ah no lo se, dime April, ¿acaso el chico te interesa tanto, como tú a él?
No pude evitar sonreír de una forma fingida, mientras soltaba algo de aire y negaba.
—Será mejor que me vaya a casa. —me levante de la mesa, no quería hablar ni de Conor, ni tratar con sus celos ahora. —no estoy en condiciones para lidiar con tus celos.
Enseguida se levantó también y en menos de nada ya estaba frente a mi, era mucho más alto que yo, tanto como Conor en realidad, y ambos tenían otra cosa en común también, eran un par de idiotas.
Levante la vista un poco para mirarlo, sabía que notaria mi molestia respecto al tema.
—Sabes muy bien que no me gusta eso. —me dijo mientras me miraba igual a los ojos. —que otro más este interesado en ti, significa que tendrá toda la intención de ganar tu corazón, y yo trabaje mucho para llegar a este punto, como para que alguien venga a querer arruinar eso.
Seguí de eso su mano tomó mi mentón y acerco su rostro al mío, con la intención de besarme, como alguna vez antes lo habría intentado, pero yo me gire, pues no era la primera vez que dejaba ver sus celos, que en parte eran algo tóxicos y esa era una de las razones por las que no había aceptado tener una relación con él.
—¿Sabes lo que quiere decir eso en realidad? —hice la pregunta, y no espere una respuesta, porque se la daría yo. —que no confías en mi.
Me aleje de su cuerpo y lo rodee para caminar fuera de aquel lugar, en otra ocasión me detendría a pagar lo que se supone me había comido, pero estaba todo tan intacto que si quisieran revenderlo, podrían hacerlo.
Salí sin más y camine en dirección a casa, no tenía afán de llegar, nadie me esperaba al final, no era como antes, que ni nona estaba allí, a la espera de verme y darme su sonrisa.
A veces la extrañaba un montón, y me hacía mucha falta desde que me mude y desde que murió, pero gracias a su colgante, cada vez que lo tomaba sentía que ella estaba cerca conmigo y me acompañaba siempre.
Mi teléfono empezó a sonar casi llegando a casa, mire la pantalla y sonreí al ver el nombre de mi amigo Toby, que de vez en cuando me llamaba y nunca se olvidaba de mi.
—¡Hola!—salude en cuanto respondí.
—Llamada especial para la señorita Dibrina. —trato de hacer la voz de alguien diferente y yo me reí. —¿Cómo estas?
—No como quisiera, pero no me quejo.
—Interesante respuesta, olvide que eras algo aguafiestas con la vida. —ahora él era quien se reía. —cuéntame ¿supiste de lo último?
—¿De lo último? —patee una piedra.
—Si, tu gran amor prohibido Conor, viajó hasta donde estas, solo para encontrarte. —genial, parece que todo mundo sabe al respecto. —según su amigo Jace, estuvo por meses juntando dinero para vivir allá en California.
—No lo sabía, mejor dicho, se que esta aquí, porque ya me lo encontré de frente, pero no tenía idea de lo demás. —me parecía increíble, Conor, al menos el que conocí, jamás se atrevería a hacer tal cosa.
—Te dejo el dato muñeca y si me disculpas, debo volver al trabajo. —suspiro.
—Esta bien, escríbeme en cuanto puedas.
—Te quiero linda. —y sin más, corto la llamada.
Seguí el camino hasta llegar a mi edificio, tome el ascensor y llegue a mi departamento, era lo suficientemente grande para dos personas, pero yo era solo una, así que tenía espacio de sobra, que a veces se hacía sentir demasiado.
En cuanto estuve dentro del lugar, cerré y me tumbe en el sofá con cansancio, una vez más mi vida se estaba haciendo un caos empezando por la relación que no tengo, pero que probablemente tendría.
Era un pequeño caos, quitando el hecho de que no tenía la presión de competir para ganar un premio muy grande y sacar adelante el nombre de mi Academia, cosa que podría agradecer viendo las circunstancias.
Cerré los ojos un momento y lo escuche, mi puerta sonó con un par de golpes varias veces.
Un mes...
Perdon, pero últimamente no he estado en las mejores condiciones para escribir, así que me cuesta un poco ser tan activa como antes.
<3
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