Capítulo Siete
Ya estábamos en la fiesta.
Había un montón de personas tapando nuestra vista, ya me había tomado unos dos cócteles mientras Andrea estaba bailando cerca de mí con su novio.
No había señales de Jake, incluso estaba empezando a pensar que no vendría. Pero mis pensamientos se esfumaron cuando lo vi entrando por el portón, estaba tan sexy que podía comérmelo vivo en ese instante.
Miró por encima de la gente buscándome, no pude evitar sonrojarme cuando dió con mi mirada, sus ojos azules oscuro me congelaron por completo.
Pasó por en medio de toda la multitud, la música estaba bastante alta. Así que era imposible llamarlo, igualmente quería que fuera más difícil y se demorara un poco más en encontrarme.
Al pasar por la gente, solo le faltaba un poco para llegar hasta mí y cuando lo hizo me saludó con un ademán en su cabeza.
—Hola —dije —, no sabía que ser guardaespaldas sería tu nuevo empleo.
—Mamá me obligó, tampoco es como si quisiera estar aquí.
—Tú y yo sabemos que si quieres que Marco te vea, ya que le arruinarías la noche y el cumpleaños.
—Bueno tienes razón. ¿Dónde está Andrea? Es extraño no verla pegada a ti.
Le señalé a un lugar en específico de Andrea, estaba con su increíble novio, eran de esas parejas que peleaban mucho pero que les gustaba estar unidos y cuando lo estaban eran súper pegajosos, lo bueno de Iván es que es demasiado comprensivo y tienen buena química sexual.
Además de que es súper grande, no es uno de esos chicos flacos y altos, él es todo un Big Boy, parece uno de esos guardaespaldas grandes que se ven en las películas, Andrea es un poco más alta que yo, una cabeza se podría decir, yo por mi lado no soy muy alta, mi madre sí lo es, pero lastimosamente saqué los genes de mi abuela. Así que soy de la misma estatura de mi tía Alanna con la diferencia de que soy más alta que ella, cuatro o cinco centímetros de más.
Jake me miró con una ceja levantada, pues no era muy conveniente que mirara por mucho tiempo el novio de mi amiga, pero en realidad nunca sería capaz de entrometerme en su relación, aparte de que Andrea es lo mejor del mundo, Iván no me llamaba la atención y yo a él tampoco.
—Y entonces... ¿Estás ebria o lo que digas en la noche va a ser cierto?.
—No estoy ebria, Jake —contesté, en realidad era cierto, estaba totalmente cuerda, no quería hacer nada de lo que me arrepintiera al día siguiente, así que opté por no beber de más.
—Menos mal, porque me gustaría que esta fiesta la recordaras para siempre —se me acercó.
Mi pulso se desaceleró, mi corazón latía a toda velocidad, si se me acercaba demasiado no sería capaz de pensar con claridad, así que me alejé un poco.
—¿Qué haces? —pregunté confusa, estaba acercándose más de lo normal, tal vez me estaba jugando una broma.
—Quiero hablar algo importante contigo, pero primero me encantaría invitarte a bailar —me sonrió y yo me derreti, podía mirarlo por toda una eternidad y no me cansaría, se revolvió su cabello con nerviosismo.
—Claro —dije sin pensar —¿Por qué no lo haría?.
Miré a Andrea que desde su lugar me alzó los dos pulgares en forma de afirmación.
Yo tomé la mano que él me estaba extendiendo, mentiría si dijera que todo mi cuerpo no estaba temblando, se veía radiante y de repente sentí como si todo el mundo se esfumara.
Deslizó su mano por mi cintura haciendo presión suavemente.
En ese momento sentí que quería quitarme el maldito vestido, estar cerca de tremendo chico, me hacía sentir demasiado extasiada. Empezamos a movernos lentamente, era un bals, lento y sencillo, sin nada de morbo.
—Así bailamos esa vez, en tu jardín. ¿Lo recuerdas? —sacó a relucir, yo asentí sonriendo.
—Me pisaste —admití —, a ti te tocó ser Anastasia —me burlé.
—Lo bueno es que ya bailo de maravilla —se me acercó un poco más a la cara, con una sonrisa que di por coqueta.
—Tuviste que aprender, tus ligues se irían si supieran que el famoso Jake Coulds no sabe mover las piernas.
—Yo si estoy enterado de algo que muevo de maravilla —bajó sus manos a mi cadera.
—Hey —me alarmé —, si te sobrepasas conmigo...
—¿Qué? Sabes que no haría algo que tú no quisieras.
—No quiero ser una del montón Jake. Eres guapo, pero muy niño para una relación y no estoy dispuesta a...
—Cállate un momento —abrí la boca indignada —, quiero apreciar este bello instante sin tener que pelear, ya luego discutiremos.
Cerré la boca sin entender. Jake siempre había sido muy confuso, cosa que me ponía de los nervios.
Cuando la canción terminó y le dieron paso a otra más caliente, me separé de él, no quería hacer el ridículo una vez más. Jugué con mis manos, quería decirle que me gustaba, que era mi amor platónico...
—Tal vez si... —intenté decir.
—¿Jake? —hablaron a mis espaldas, ya conocía esa voz.
Jake miró por encima de mí hombro y arrugó el entrecejo, yo me giré para verla.
Tenía una falda negra corta, con un cinturón, una blusa blanca y unos tacones del mismo color. Su cabello tinturado caía ligeramente sobre su hombro derecho.
—¿Qué necesitas? —preguntó Jake con educación.
—¿Podemos hablar? Hace rato quería informarte sobre algo...
—Claro —respondió aquel con una sonrisa forzada.
—Perdona que te lo robe, pero es un asunto delicado Annie así que no puede esperar —me informó con desdén.
—No te preocupes Sasha —le sonreí, aunque no me salió con el alma, ella me devolvió la sonrisa, solo que la de ella era sincera.
—Ahora vuelvo —dijo antes de perderse entre la multitud con la chica.
Me acerqué al barman, que estaba sentado en una esquina, pedí un whisky del costoso y me senté a su lado.
—¿Noche difícil? —preguntó, yo asentí.
—Apenas está empezando y estoy en la mierda —respondí.
—Eres Annie —dijo antes de tomar un sorbo de su copa.
—¿Ya soy famosa y no lo sabía?.
—El chico Marco habla demasiado sobre usted, le reacciona a todas las fotos del facebook, así que supuse que es usted la rubia de las fotos bonitas, tampoco es que se vea muy diferente, en realidad es la misma imagen.
—No necesito filtros —tomé un sorbo.
—Si, eso es seguro —contestó —, el chico está muy enamorado de usted.
—¿Y me lo dice por...?
—Porque la vi hace unos instantes, estaba bailando con un tipo que en un momento se fue con otra. No estés donde no te quieren —habló —. Tú sabes lo que mereces y créeme cuando te digo que Marco es todo lo que buscas.
—No vine para ofrecerme como regalo de cumpleaños.
—El chico está demasiado feliz con la idea de que usted está aquí —informó —, solo que aún no está preparado para su entrada.
—Me agrada Marco, pero tampoco puedo pretender quererlo, yo ya estoy enamorada de otra persona.
—Entiendo, pero con todo respeto señorita. El amor es algo que se crea, si usted convive con mi patrón, se enamorará de él.
—Nuestras familias se odian...
—¿No dicen que una aventura es más divertida si tiene peligro? —contestó —, al menos inténtelo.
—Gracias por el trago, supongo que iré al ba...
Me detuve cuando se encendieron las luces, a lo lejos vi un escenario que no había visto antes, vaya que si sabían montar buenas fiestas.
—Buenas noches —habló lo que supuse que era un presentador —, les tenemos algunos planes para esta noche. Pero primero me gustaría que pasara el cumpleañero.
Antes no tenía ni a donde caerse muerto y ahora viven en una mansión más grande que mi casa.
Del escenario se abrió una rueda y de allí salió un pastel, que sin mentir, llegaba casi al techo.
¿Esta gente tenía cocina subterránea o que mierda?.
Seguido del pastel pude divisar a Marco y a su tío Luis, no quería mentir y decir que no estaban buenos porque estaban como para un polvo, Marco era moreno pero un moreno precioso, con una sonrisa que mataría a cualquiera, y ni hablar de su tío, que a pesar de tener ya sus treinta y algo seguía estando tan bueno como la primera vez que lo había visto.
Maldita, la primera vez que lo viste fue a los trece.
El moreno traía un smoking negro, que le quedaba como anillo al dedo, mientras su tío venía con una camisa formal y un pantalón beige.
Se oyó un aplauso entre la multitud, giré mi cabeza buscando el causante.
—Vaya, vaya. Hasta que se digna aparecer el payaso del circo —gritaron desde la multitud, podía reconocer la voz de aquel chico.
Marco le dijo algo a su tío en el oído a lo que su tío bajó del escenario y se perdió entre la multitud, todos murmullaban, había demasiado sonido, chismes allí, chismes allá. Pero lo que más me llamó la atención fue ver a Sasha encima del escenario tirando el pastel gigante encima de Marco.
A partir de ahí todo se volvió una mierda, mi cara horrorizada, la cara de Jake burlona, Marco llorando. Todo se convirtió en un completo desastre, la gente no paraba de susurrar cosas y Sasha se había ido, no sé a donde, ya no la veía por ningún lado.
—¿Qué haz hecho? —preguntó el tío de Marco enojado hacia Jake, aquel se encogió de hombros
—Me la debía y lo sabes.
—No ha hecho nada Jake. ¿Cómo se te ocurre venir a nuestra casa humillarnos de semejante manera con esa zorra?.
—Lo siento tío Luis —habló en modo de burla — pero soy una persona rencorosa.
—Llamaré a tu padre y me las vas a pagar, sabes que él no está de acuerdo con estos teatritos que te haz montado con tu madre —respondió el rubio.
—Ya crees tú que mi padre me va a decir algo. Esto fue idea de mamá y hace mucho que la ama más que a ti —le sonrío Jake con malicia —, Igualmente lo entendería, en mi cumpleaños pasado me hicieron lo mismo, tenía que cobrarmelas. ¿No crees?.
—Ya basta, tu madre es una maldita puta regalada y tú eres un niño idiota, vaya que intenté quererlos a ambos, pero al parecer la única razonable en tu familia es la menor, Iris.
—Y al final te volviste todo un pedófilo con mi hermanita, ¿no es así? —siguió haciendo que se enojara —. Por algo será que te gusta tanto.
—¿Cómo te atreves a decir semejante desfachatez? —lo apuntó con el dedo índice —, yo jamás he intentado pasarme con la niña.
Los murmullos no paraban, me dolía bastante la cabeza y no encontraba Andrea por ninguna parte, estaba asustada angustiada y quería irme de la maldita fiesta. Miré a ambos lados queriendo verla así sea a lo lejos.
—Eres un maldito odioso, Jake. Sabías cuanto quería esta fiesta y aún así no te importó —habló por primera vez Marco —, sabías lo mucho que quería festejar esto. Era mi cumpleaños número diecisiete ¿cómo te atreves...
—Lo siento, que tu hermano haya tenido privilegios con mi padre no significa nada, tu madre adoptiva al final le mintió, mi madre sigue resentida por todo lo que le hicieron a nuestra familia y no dejaré que vuelvan a humillarnos nunca más, no me hagas hablar frente a toda esta gente —advirtió el peli castaño.
Y de un momento a otro, Marco desvió su mirada hacia mí, que estaba parada a unos cuantos pasos de ellos. Él tío de Marco estaba sacando a toda la gente junto con su hermano menor.
—¿Y acaso tú no tienes secretos que sacar enfrente de esta gente? vamos Jake no eres el más indicado para decirme eso, no me hagas hablar tú, que bien sabes lo que yo sé.
—Cállate —apretó los puños y la mandíbula tanto que pensé que sus dientes se iban a partir.
—Oh, Annie. ¿No lo sabes o te quería tener de madrastra? —dijo Marco rápidamente, Jake me miró con miedo.
—¿Qué? —intenté unir piezas.
—Te voy a explicar un poco para que entiendas, pero primero —hizo una ademán a sus guardaespaldas para que cogieran a Jake.
—¿Qué? ¡Sueltenlo! —me exalté.
—Escucha bien lo que voy a decir, no lo conoces, no sabes como es, Annie. Te ha estado mintiendo —se me llenaron los ojos de lágrimas —, te crees que es un santo y no lo es, se ha estado acostando con Sasha desde hace mucho antes de estar juntos y lo sabes.
—No lo escuches Annie. Sabes que no es cierto.
—Lo que él haya hecho con Sasha no me importa, él y yo nunca hemos sido nada.
—Mientras tú estabas como tonta preocupándote por él, él se reía de ti con sus amigos. ¿Eso tampoco te importa? —jadee fuerte, no podía creer lo que Mateo me estaba diciendo.
—No lo escuches. Déjame explicarte —su voz sonó más como una súplica.
—Vamos a sacar toda esta gente de aquí —habló el moreno antes de hacer un ademán a sus otros guardias.
En un dos por tres evacuaron a toda la gente que había.
—¿Por qué no le dices tú, Jake?. Sabes que no volverá a hablarte después de esto.
—Ya, dilo, por favor dilo —suspiré quería salir de este lugar lo más pronto posible.
—Sasha vino hace más o menos un poco más de una semana, me informó que Jake había roto con ella. ¿Sabes por qué?.
—Sus papás se lo exigieron —hablé.
Él negó con la cabeza.
—Linda, él se enteró de que Sasha estaba esperando un hijo suyo —el mundo se me vino abajo —, y lo peor no es eso sino que él le dió dinero para que abortara —miré a Jake en busca de una respuesta, pero su silencio me lo dijo.
Todo se había jodido esa noche...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro