Capítulo 32.
—¿Prometes no portarte como una loca cuando veas a Connor?
—Sí, George, lo pronto.
—Entonces si puedes acompañarnos—dice resignadamente—. Sube al auto.
Después de tratar de convencer a mi hermano lo pude lograr. Estamos rumbo al aeropuerto para recibir a todos los miembros de los intocables. Es muy loco volver a decir ese nombre, pero es así como aun los reconocen.
Connor y Daisy debieron llegar la semana pasada para su boda pero al parecer tuvieron problema con los boletos de avión y hasta hoy pudieron llegar. La boda es el viernes y sé que los pobres tendrán una semana muy dura entre manos.
Después de soportar media hora de arrumacos entre Cristine y George—muchas veces estuve a punto de vomitar—, estacionamos el auto fuera del aeropuerto, mis nervios y la emoción están a millón, extraño a cada miembro de los intocables. Bart con sus ocurrencias que siempre me hacen reír, Louis con su cariño excepcional y por supuesto a Connor, mi chico especial. Tristan y Sophie vendrán hasta el miércoles ya que no lograron conseguir boletos.
Bajo del auto dando saltitos de emoción y Cristine me observa divertida.
—Si sigues obsesionada... perdón, enamorada de Connor, es mejor que no le des ilusiones a mi hermanito.
—Yo no le doy ilusiones a Logan—porfío frunciendo el ceño.
—Pues un pajarito me dijo que irías a la boda con Logan.
—¿Vas a ir a la boda con ese pequeño demonio?—gruñe George deteniendo nuestros pasos.
—¡Hey! Más respeto, estamos hablando de mi hermano.
—Concuerdo con Cristine, tenle un poco más de respeto. Logan es un chico maravilloso y yo nunca te pedí explicaciones cuando empezaste a salir con Cris, yo tampoco debo dártelas con Logan.
—Se aproxima una pelea de hermanos—susurra Cristine por lo bajo.
—Él no me agrada.
—¡Por que no te has dado la tarea de conocerlo mejor!—exclamo enfadada—. Y para tu información, él me gusta... Y me gusta muchísimo.
Sin más empiezo a caminar a la zona de espera, me apoyo en el tubo que separa la salida con aquella zona y dejo mi mirada fija esperando ver a los chicos. Poco tiempo después siento que me envuelven en un abrazo desde atrás. Sé que es George.
—Lo siento.
—Lo sé.
—Te quiero.
—Yo también te quiero—beso su mejilla—. ¿Las familias de los chicos no vendrán?
—No, yo m comprometí a llevar a todos a sus casas.
—¡Ahí están!—exclama Cris.
El grupo camina con sus maletas en mano, una sonrisa se forma en mi rostro al ver a los chicos acercarse. Joder, los extrañé un montón. Cuando llegan hasta nosotros nos abrazamos, el primero en envolverme en sus brazos sorpresivamente es Connor. Estoy paralizada, lo admito, mi modo obsesionada se ha activado y más aún cuando él besa mi mejilla derecha.
—¡Pero miren que linda esta Mer!—dice él emocionado—. Ya veo porque el Ray menor te está tirando los trastes.
—Por favor, no me lo recuerdes—escucho decir a George a lo lejos.
—¿Cómo estás, Conito?
—Muy bien, preciosa—si es posible me sonrojo más.
—Te extrañé un montón.
—Yo también, corazón. Yo también.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro