Se Escucha el rumor...
Por ultima vez, el peligro tomó un gran bocado de aire que le diera la valentía de bajar por aquellas escaleras y enfrentarse con sus decisiones presipitadas, ¿que tenía que decir? ¿siquiera estaría aquel aún en su casa? y si lo estaba, ¿que se supone que haría?.
"bien, repasémoslo una vez más..."
"El frio aumentaba y la noche se ponía cada vez más oscura, sabía que debía volver a casa antes que su hermano menor se preocupara más de lo que podría estar ahora , pero no podía simplemente dejar al chico sentado a lado de el solo en ese lugar. No sabía que hacer, simplemente las palabras no se encontraban y no podían hallar una forma en la cual hablarle a el rubio.
-se esta oscureciendo cada vez más... es mejor que te vayas- dijo en un tono apagado el rubio, sorprendiendo a el pelinegro.
-pues, tú también, tu familia se preocupará si no regresas ya- dijo el pelinegro nerviosamente para después ver cómo el rubio apretaba con más fuerza el columpio en el que estaba sentado.
-no se darían cuenta si mañana desapareciera... ¿a quien le importa?- a pesar de intentar mostrarse neutral, el pelinegro podía notar el dolor y la tristeza con la que soltaba las palabras.
No entendía lo que el contrario le decía , pero también comprendía que en esa clase de situaciones era mejor no comentar nada y simplemente permanecer a su lado, pero la situación se había tornado diferente. De verdad debía marcharse, pero le preocupaba dejarlo en la oscuridad sabiendo que muchas cosas podrían ocurrirle sin olvidar el estado en el que este estaba, dejarlo sabiendo que era lo que se sentía hacerse fuerte cuando todo abajo dfrente y dentro de ti.
-entonces ven conmigo- soltó sin más el pelinegro, arrepintiéndose segundos después al ver la mirada un poco confundida de el rubio -digo, si no tienes a donde ir podrías venir a mi casa y dormir, es solo una opción- soltó este completamente nervioso mientras evitaba la mirada de el contrario.
Fred lo miró de reojo y notó como el rubio miraba los pequeños charcos que la lluvia había formado.
-no quisiera molestarte más...- dijo este con un tono de voz casi inaudible, el pelinegro tomó un gran bocado de aire y dirigió su mirada a este nuevamente quien lo miró al instante
-no lo sería- dijo con una mirada sincera, cosa que provocó que el contrario desviara la mirada.
Fred se incorporó rápidamente, tomó la mano de el rubio y lo obligó a levantarse del columpio.
-vamonos ya- dijo sin mirar directamente a Gold, quien no pudo responder debido a que este comenzó a arrastrarlo en dirección a su casa."
Y ya, eso era todo, lo último que recordaba era el entrar a la casa, darle una manta y un cambio de ropa para despúes dejarlo descansar en su sofá y subir a su cuarto como si no hubiera nadie en su sala durmiendo.
GRAN ERROR.
Fred sentía como sus manos sudaban, ¿que le iba a decir a Freddy sobre ese chico?, o mejor dicho, ¿Que le iba a decir ÉL a el rubio?. Habían pasado un momento algo personal, es decir, lo había visto llorar y caer en lo más profundo de si, ¿se supone que solo tenía que llegar y "hola ¿que tal?"?.
De pronto, el nerviosismo de el pelinegro se disipó debido a una pequeña risita proveniente de el primer piso, se apresuró y se asomó por las escaleras para escuchar con más claridad lo que estuviera pasando ahí abajo, pero solo llegó a escuchar palabras entre cortadas de lo que parecía ser una conversación entre su hermano y su invitado sorpresa.
Fred tomó un gran bocado de aire, arregló un poco su cabello y bajo de poco a poco las escaleras mientras sentía como el olor a café se intensificaba, un olor tan familiar.
-B-Buenos días- soltó el pelinegro mientras se asomaba a la cocina.
Fred se quedó un tanto atónito ante la escena, Freddy con un plato de huevos recién hecho junto con un vaso de algo parecido a jugo de naranja mientras que un rubio servía 2 tazas de café, y de alguna manera, esto le recordaba a esas mañanas donde su padre preparaba el desayuno y su madre bajaba rápidamente a darles a ambos un tierno beso de buenos días para despúes preparar la pequeña mamila de su hermano menor.
Era un aire de nostalgia.
-te preparé un poco de café- dijo el rubio sacando al pelinegro de sus pensamientos.
-ah, gracias, pero no tenías que hacerlo- contestó rápidamente tomando la taza en sus manos percibiendo más de cerca ese olor amargo pero cálido.
-Claro que si, me dejaste quedarme aquí, de alguna forma debía recompensarte por tu amabilidad- dijo el rubio con una pequeña sonrisa. Sin duda alguna, la sonrisa más honesta que había visto Fred desde que se conocieron.
-Muchas gracias- contestó un tanto perplejo mientras daba pequeños sorbos de su café y se acercaba a revolverle el cabello a el pequeño castaño.
-¡Oye! A penas van a ser las siete de la mañana como para que me estes fastidiando- dijo un tanto molesto el castaño mientras se volvía a arreglar el cabello, mientras que el pelinegro casi se ahogaba con el café.
-¿SIETE?- rápidamente se asomó a ver la hora en el reloj que tenían pegado a la pared para asegurase de la hora- Mierda...- susurró y dejó la taza rápidamente en la mesa.
-¿y ahora que?- preguntó el castaño mienras que el contrario corría a su cuarto a tomar de su closet lo primero que encontró.
-tengo una presentación y tengo que llegar antes- gritó mientras se cambiaba rápidamente.
-Pero, ¿Entonces quien me va a llevar a la escuela?- contestó el castaño deteniendo todo lo que estaba haciendo el pelinegro, quien por unos segundos se maldijo en voz baja.
-Yo puedo llevarlo- contestó rápidamente el rubio.
El pelinegro bajó terminando de acomodarse la camisa en ese mismo instante.
-no, de verdad, no deberías molestarte con eso, puedo llevarlo yo, diré que llegaré tarde o podría pedirle el favor a Anette y- el rubio lo interrumpió negando la cabeza.
-Insisto, puedo llevarlo, no es ningún problema, puedes verlo como otra manera de soldar mi deuda- Fred lo dudó por un segundo mirando a este, quien alzó los hombros- entro hasta las 8:30 hoy, así que no sería un problema- contestó mientras miraba a el castaño con una sonrisa que este inmediatamente transmitió a el mayor.
Fred se preparaba para protestar, pero el castaño lo detuvo.
-¡Si Fred! Así no tendrás que preocuparte de dar tantas vueltas- dijo con una sonrisa para dirigirle una sonrisa a Gold quien respondió con el mismo gesto.
El pelinegro miró a su hermano un poco dudoso. Todo el poco tiempo que llevaba de conocer a Gold se la pasaba de pleito en pleito, solo habían conversado de una forma "civilizada" la noche pasada, ¿Como podía confiarle a su hermano así sin más?, la situación lo dejaba sin opciones.
Con todo su pesar, Fred suspiró y asintió con la cabeza teniendo como respuesta una gran sonrisa por parte del castaño.
-esta bien, pero por favor tengan cuidado- dijo el pelinegro resignado -igual yo pasaré por ti en la salida, ya sabes- el castaño le contestó asintiendo con la cabeza.
-bien, entonces iré por mis cosas para irnos Gold- dijo el castaño para subir rápido a su cuarto.
Fred miró por un instante a Gold, quien tenía puesta la ropa del dia anterior.
-¿No quieres cambiarte? Digo, esa ropa estuvo bajo la lluvia y pues...- Fred y Gold intercambiaron miradas por unos segundos para despúes el rubio bajar la mirada hacia el café y negar la cabeza.
-No tengo otra cosa para usar y, no es para molestarte, pero dudo que tengas algo que sea de mi talla- dijo el rubio para darle uno de sus últimos sorbos al café.
-Creo que tengo algo, solo espera aquí- el pelinegro subió rápido las escaleras para evitar que el rubio objetara.
Fred revisó por todo su armario y no encontraba nada, estaba seguro que Gold debía ser 1 o 2 tallas más grande que el, pero se negaba a bajar con las manos vacías.
De pronto algo vino a su cabeza, pero no estaba completamente seguro de poder hacerlo...
El cuarto de sus padres.
Si entraba estaba seguro que podría encontrar algo para que Gold se pusiera, pero algo en él no le permitía entrar, sus pies no le respondía a pesar de estar parado justo en frente de la puerta de aquella habitación que fue testigo más de una vez de las lágrimas derramadas en secreto de el pelinegro, por lo cual no tenía los mejores recuerdos de aquel cuarto.
Sin más remedio, Fred tomó un gran bocado de aire y entró con los ojos cerrados a la habitación dirijiendose exactamente al armario tratando de no mirar las fotografías que habían en la cama o el tocador lleno de artículos vacíos de sus padres.
Aguanto la respiración y buscó algo para darle a Gold, resultando ser una camisa de un color amarillo claro que era una de las camisas favoritas de que su madre decía que tenía su padre , mientras que, en palabras de el contrario, era la última peor opción que podría tener, claro que jamás lo dijo en frente de su pareja, solo para sus adentros y una que otra broma con su hijo mayor quien se reía a lo bajo para no ser escuchado o atrapado por su madre.
Fred tomó un pantalón al azar y salió rápido de aquella habitación recobrando así la respiración un tanto agitado. Tomó aire y se tranquilizó para volver a bajar donde estaba sentando Gold junto con el menor quien le hablaba euforicamente de algo que Fred no tenía ni idea.
-Bien, tenía esto- dijo el pelinegro entregándole el conjunto al rubio quien agradeció y se metió al baño de la planta baja.
Fred miró la hora y suspiro, el castaño lo miró.
-Si te tienes que ir esta bien Fred, esperaré a Gold y nos iremos- Dijo Freddy con una sonrisa hacia su hermano quien lo miraba dudosamente y preocupado, este sabía que no tenía más opción y se resignó.
-Ve con cuidado, vas directo a la escuela, nada de atajos ni desvios, ¿entiendes?- Freddy rió y asintió, el pelinegro dio media sonrisa y revolvió su cabello- Bien, entonces ya me voy, ¡NOS VEMOS EN LA UNIVERSIDAD GOLD!- gritó este para tomar sus cosas y salir rápido de la casa.
Fuera de casa, Fred tomó un gran bocado de aire y lo soltó como si de un último suspiro se tratara.
Mientras daba cada paso, se arrepentía de aquella decisión apresurada haciendose preguntas que se intentaba contestar para si y tranquilizarse.
"Es mi hermano... ¿y que tal si Gold le dice algo de "ese" asunto? No, Gold no sería tan tonto como para exponerse a si mismo."
"¿Y si el chico que dejo dormir en su casa... su familia esta, por así decirlo... en malas andadas? podría pero, ¿Como explicar todo los lamentos que se hizo a noche?"
"No pero eso no tiene nada que ver, ¿y si de verdad hice mal? ¿Y si mejor me doy la media vuelta y los alcanzo? ¿Pero que hago con mi proyecto?, no puedo dejarlo asi nada más y perder todo por simples dudas sin fundamentos"
"¿Y si me estoy metiendo en algo más profundo ?"
Y todo se detuvo para si apesar de estar caminando.
Por primera vez se comenzó a preguntar, ¿Por que una relación falsa? ¿Por que la desesperación? ¿Como ofrecer tanto dinero como si nada a alguien que no conoces? ¿Por que a él?.
Había muchos cables sueltos en cuanto al rubio, su persona, su forma de actuar, su familia, en general todo de él era más que un misterio sin fin, era como si se hubiera metido a un hoyo del cual tal vez se repentiría mañana. Y, si lo veia desde un punto, Gold se había aprovechado de la situación que el pelinegro estaba pasando, necesitaba el dinero y el rubio lo sabía, por ello la presión... ¿Verdad?... O el presionado era el rubio, el que necesitaba una solución sin mucho pensar era el otro... Eso podría explicar otras cosas pero creaba nuevas dudas que invadian sin parar al pelinegro.
Sin darse cuenta, este ya había llegado a la Universidad, intentó despejar su cabeza por unos momentos y se dirigió a su salón para preparar el material que necesitaba. Tendría otro momento para preocuparse y hacerse tantas preguntas que no se realizó desde un principio.
.—.—.—.—.—.
-pues bien, gracias, eso sería todo etonces- dijo el profesor levantándose de su asiento indicándole a Fred tomar asiento.
Este suspiró y se sentó en su lugar, había tomado más tiempo de lo que pensaba, en si toda la clase estuvo en presentación mientras que el con el profesor los hundía con preguntas en búsqueda de algún pequeño error para marcar, cosa que gracias a todo, logró evitar.
- pues bueno, nos vemos mañana todos, que tengan un excelente resto del día, por favor prepárense, eviten errores y retrasos- dijo para después salir del salón.
Fred se estiró en su asiento, al fin podría salir a tomar un poco de aire. Sin más, tomó sus cosas y salió del salón, donde como siempre, los pasillos ya estaban inundados de gente, cosa que maldijo en ese momento. Sin más, se metió entre de la gente pasando para dirigirse a el centro de convivencia o "el corazón" de la universidad -como le gustaba referirse los maestros y el director cuando daba recorridos a los nuevos estudiantes- ya que todos, sin excepción y sin importar del área a la cual pertenecieran, tenían que pasar por ese espacio, así que había una gran probabilidad que se encontrara con el rubio en ese lugar.
Al llegar al lugar, tomó un bocado de aire puro y lo soltó para luego dirigir sus mirada al rededor, buscando a el rubio entre la multitud cuando derepente sintió que alguien tocaba su hombro, suspiró y se volteó.
-Ya llegaste, oye quiero hablar con- se detuvo al ver que aquella persona no era Gold, si no aquel chico que no dejaba de seguirlo.
Fred suspiró y el castaño le sonrió.
-¡Hola Fred!, ¿me estabas buscando?- preguntó este con una sonrisa.
-No, perdón, pensé que eras otra persona- Fred dio un paso hacia atrás pero él contrario dio dos más, acortando la distancia poniendo incómodo al pelinegro- si bueno, me tengo que ir- soltó y se dio media vuelta casi corriendo.
-¡ESPERA!- Dijo el castaño tomándolo de el brazo para detenerlo- será rápido, solo quiero hablar contigo y ya- dijo jalando al contrario hacia él, cosa que Fred evitó.
-Pero yo no, ya te lo dije mil y una vez, tu a mi no me interesas al punto de que ni tu nombre se- Fred dio un tirón para que este lo soltara, no había algo que lo irritara más que la insistencia y más de aquel desagradable sujeto.
-¡Me llamo Aleck, y te lo puedo repetir tantas veces lo necesites!- gritó al castaño, cosa que hizo a algunas personas voltear hasta llegar al punto de detenerse.
-Bien, Aleck, no me interesa, de verdad no me interesas para nada, no quería ser grosero contigo pero tu solo te lo buscaste- dijo este poniendose firme ante el otro.
Fred estaba furioso, no podía soportar un segundo más a ese niño y se lo tenía que quitar de encima pero ya.
-Tu fuiste divertido un rato, pero nada más, fue una fiesta y una terrible coincidencia entre tú y yo- comenzó a decir el peligro para después empujarlo para que el contrario retrocediera -¿Entiendes?, No, no quiero nada contigo-
Otro empujón
-no, no me interesas ni me interesaras-
Otro empujón que comenzaba a calentar la cabeza del castaño
- y no, no me importa ni me importará nada de lo que digas, ¡Asi que deja de fastidiarme de una maldita vez!- este fue el ultimó, pero como todo, esta vez hubo una reacción.
El castaño tomó sus manos antes de recibir el empujón y miró con lágrimas y lleno de furia al pelinegro.
-¡¿PORQUE?! ESTOY COMO LOCO BUSCANDOTE, YENDO DETRAS DE TI DESDE EL COMIENZO DEL CICLO ¿PERO POR QUE NO ME PUEDES NI SIQUIERA ESCUCHAR?- dijo en gritos el castaño ganándose la mirada de todos y el inicio de murmullos.
Fred intentó quitar sus manos pero Aleck había puesto mucho más fuerza de lo que aparentaba.
-ERES PEOR QUE UNA...- El castaño retuvo lo que iba a decir, en cambio , soltó las manos de Fred pero lo tomó del brazo izquierdo.
Aleck alzó la mano en señal de lo que se avecinaba, y Fred solo pudo haer una cosa.
Antes que la mano del contrario chocara con fuerza con su mejilla, el pelinegro dio un paso rápido atrás para después tomarlo de la muñeca y darle un puñetazo más fuerte en la mejilla.
-No te atrevas jamás a ponerme una mano encima, ¿me escuchaste?- Fred soltó al castaño y salió de ahí furioso, mientras que las miradas lo seguían y una que otra risa.
Había sido más que humillante aquel momento, además, si llegaba a oídos de algún profesor o alguien del grupo académico, era más que obvio que todo iría sobre él, pero tampoco se arrepentía, no se iba a quedar de brazos cruzados ante eso.
-¡Fred, espera!-
Y de nuevo era él, Fred suspiró con pesadez e intento apresurar el paso.
-¡Fred!- el castaño lo había alcanzado y lo tomó de él brazo nuevamente, haciendo que el contrario lo mirara molesto.
-¡Ya en serio déjame de una vez!- Fred tiró de su brazo pero el contrario lo tomó del otro extremo.
-Lo siento de verdad, es que... ¡exploté!, Dios, es mi culpa de verdad discúlpame- el castaño lloraba, pero al contrario no le podía importar menos.
-Ya déjame, no lo pienso repetir- dijo el pelinegro firmemente.
-Solo déjame explicarte y-
-¿Esta todo bien, Fred?-
De pronto una voz se hizo presente, haciendo que ambos chicos voltearan.
Era Gold quien se acercaba con una mirada sería que en cierta manera buscaba espantar al castaño, cosa que casi logró.
-Esto no es contigo, así que mejor vete- dijo el castaño disgustado mientras que Gold se ponía de lado de Fred.
-En eso te equivocas- dijo el rubio mientras quitaba la mano bruscamente del brazo de Fred -Estas molestando a uno de nuestros compañeros apesar de el haberte dicho un firme no, así que si, si veo que alguien es molestado y hostigado, tiene que ver conmigo- dijo el rubio mirando fijamente al castaño quien enfurecía.
-¿Por que siempre estas tú aquí?, Vete si no quieres que- el rubio interrumpió al castaño.
-¿A caso me estas amenazando?, solo quiero recordarte que podrías llevarte una sanción por ello y legal si es que te atreves a ponerme una mano encima o a Fred, que por si no sabes, eso se llama acoso o hostigamiento, te invito a que lo confirmes por ti mismo- Gold analizó de arriba a abajo al contrario para después dirigir su mirada al pelinegro- ¿Estas bien Fred?- preguntó este con calma al pelinegro.
Fred se extraño por unos momentos y asintió, teniendo como respuesta la sonrisa del contrario, cosa que provocó que se le erizara la piel por segundos. Gold dirigió nuevamente su mirada al contrario.
-¿Quien rayos te crees...?- susurro el castaño apretando el puño, provocando una risa burlona en Gold.
-Hazte una idea, Buen día- dijo para darse la vuelta e irse de ahí junto con Fred dejando a Aleck maldiciendolo a lo bajo.
Fred dirigió su mirada hacia Gold quien seguía caminando con su misma expresión de siempre.
-Supongo que gra- el rubio lo interrumpió.
-Dime Fred, ya sabía que eras una persona problemática y no sueles tener una buena fama en cuanto hablamos de lo sentimental, si es que se le puede llamar así, pero lo que me parece sorprendente es, ¿Por que siempre que te veo estas en un problema?- dijo Gold haciendo que el pelinegro se molestara un poco.
-Tu eres el que aparece cuando nadie te llama, además no es culpa mía, ese tipo esta demente- dijo Fred dirigiendo su vista a su brazo el cual estaba rojo por la fuerza que había aplicado el castaño.
-Si dices que fue así- Gold miró a Fred quien lo miraba molesto.
-¿Que?, ¿Insinúas que fue por mi culpa?- Fred miró a Gold, quien suspiró y miro el brazo de Fred para después tomarlo con cuidado.
-¿Te duele? Se ve un poco mal, deberías ir a la enfermería a que te apliquen algo- Fred quitó su brazo con rápidez.
-Eso no es asunto tuyo- dijo el pelinegro mientras se cubría el brazo, Gold supiró.
-Tienes razón, no es de mi incumbencia asi que puedes hacer lo que quieras- dijo el rubio para seguir su camino.
Fred bufó, podría jurar que un día de estos el rubio haría que le salieran canas verdes del coraje que le hacía pasar, pero al final, no vio otra opción que dirigirse a la enfermería para que le revisaran la inflamación.
-.-.-.-.-.-
El día había terminado aunque por desgracia de Fred, tendría que excluir la palabra "con normalidad".
No importaba a donde estuviera, sentado, caminando o simplemente parado por ahí, no podía evitar sentir las miradas sobre él, acompañando por los murmuros que más bien parecían quererse convertir en gritos a su al rededor, podría decirse que el ambiente estaba algo pesado y las personas más distantes de lo usual.
Por más que lo pensara no tenía alguna idea de lo que pudiera estar ocurriendo a menos que fuera el asunto con el chico de primer año, pero en realidad no era para tanto ni de importancia a los ojos del pelinegro, asi que lo descartó de inmediato, aunque para su desgracia, las personas moldean las cosas que ven y escuchan a su conveniencia, sin flitros, yendo y viniendo en masas.
-¡Fred!- escuchó un gritó detrás de él, este volteó y vio a su amiga acercandose.
-Ah, Anne, perdón por no buscarte, pero estuve ocupado con unas cosas y se me fue el tiempo, pero no sabes que- Fred se detuvo en seco.
Annette estaba de brazos cruzados frente al pelinegro, el cual estaba entre confundido y preocupado debido a la mirada de su amiga.
-Annette, ¿estás bien?- dijo Fred un poco nervioso, la contraria soltó un suspiro.
-¿No tienes nada que contarme, Fred?- soltó la pelimorada en un tono un tanto distante.
El pelinegro sintió con un escalofrio recorría todo su cuerpo, no entendía que estaba pasando, pero estaba seguro de que no era nada bueno.
-¿C-Contarte de que? ¿A que te refieres?- dijo el pelinegro un tanto nervioso mientras la pelimorada cambiaba su semblante un poco más triste.
-¿A tú relación con Gold que al parecer ya se esparcio por toda la escuela mientras tu mejor amiga no sabía absolutamente nada?- soltó esta mientras las miradas se hacían más presentes al rededor de estos.
Fred estaba petrificado, ¿Relación?, ¿Cómo?, ¿Quién?, y lo más importante ¿CUANDO?.
El pelinegro no estaba entendiendo para nada la situación, aunque podía entender como es que se llegara a ese mal entendido debido a lo que ocurrió en la mañana con Gold, pero lo importante ahora era que la pelimorada tampoco estaba comprendiendo nada.
-No, estás equivocada- el pelinegro se corrigió rápidamente- bueno si, pero las cosas no son como la pintan, te lo juro- dijo este sin cuidado y nervioso, mientras que las personas comenzaban a acercarse y a preguntarse entre si por la situación.
-Dijiste que no lo conocias- dijo la pelimorada un poco molesta aumentando la preocupación del pelinegro.
-¡Y NO LO HACIA!, bueno no tanto... pero de verdad Annette, tienes que creerme, es solo que...- el pelinegro estaba cayendo en la desesperación, ya no sabía ni que era lo que decia, solo podía sentir como se ahogaba poco a poco.
-¿Es solo que que?, ¿Me estas ocultado las cosas de nuevo?- Fred negó frenéticamente la cabeza.
-H-hay cosas que no te puedo explicar, es eso... solo escuchame ¿si?, vamos a sentarnos o-
-¿Entonces tu eres la pareja del chico rubio?- dijo una voz atrás de el pelinegro, haciendo que volteara.
-¡NO!, Bueno si pero- otras voces se hacían presentes
-¿No estaba saliendo con la chica de la otra vez?-
El pelingro buscó de donde venía la voz, pero solmente podía escuchar como aumentaban los murmullos poco a poco.
-¿No escuchaste lo que pasó en la mañana con esos dos?-
-El no es... ya sabes...-
-Yo los vi bajando juntos el otro día-
-Yo había escuchado otra cosa-
Cada vez todo se volvía más caótico al rededor de el pelinegro y su amiga, las voces comenzaron a aumentar y lo miraban como si fuera una exhibición, una que sin duda acabaría asfixiándolo y undiendolo en un mar de dudas y preocupaciones sin final.
-Lo que más me molesta...- a penas se escuchaba la voz de la pelimorada, pero Fred podía sentir el peso de ese inicio-... y me lo ocultaste- y ahora de ese final igual.
La pelimorada se dió media vuelta y se alejó del bullicio de gente.
-¡A-ANNETTE, OYE!- gritó el pelingro mientras intentaba ir detras de ella.
Como si de mala suerte se tratara, el último timbre del dia sonó, los pasillos se volvieron a llenar de gente yendo y viniendo provocando que el pelinegro perdiera de vista por completo a la contraria y que sus gritos se escucharan casi unaudibles.
-mierda- se dijo para si el pelinegro mientras peleaba por salir de el mar de gente.
La preocupación llenó a Fred por completo, las cosas no debían ser así y mucho menos que se dispersara aquello de esa manera tan estupida sin algún fondo del cual poder confiar, pero sin importar lo mucho que este se quisiera quejar y buscar con quien desquitarse, el problema estaría ahí, asi que no quedaba de otra que pedir ayuda a -desde el punto de vista de Fred- el causante de todo esto.
-¡GOLD!- gritó el pelinegro mientras se dirigiá a un rubio quien al verlo, se acerco a él.
-¿Que ocurre? ¿Está todo bien?- de cierta manera el rubio podía ver por la expresión del pelinegro que algo había ocurrido, pero no era momento para preguntarse el como y el por que de aquello.
-Tenemos un problema-
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro