Mi Prólogo.... ¿Queda mamalon?... no ¡Suena Terrible!¡No, Espera! Borra El Títu-
Gritos desgarradores, pidiendo clemencia, cualquier tipo de piedad que pudiera haber en la elegante habitación blanca en la cual había sido confinada.
Pero el olor a orina y sangre que por suerte no se terminó mezclados con algún tipo de desechó fecal, teniendo en consideración que la belleza de cabello púrpura había pasado una semana completa en la misma habitación.
La misma después de recibir una fuerte dosis de electricidad en su cuerpo, perdió todas sus fuerzas y calló rendida sin sobre sus rodillas. Para que su rostro a continuación cayera sobre su propia orina.
Una vista visceral que prácticamente habría llegado a genera un impacto de horror y sopresa, teniendo en cuenta todo lo que la pobre chica pasó. Sin embargo, las mujeres fuertemente equipadas que entraron a la habitación no le dieron ni la más mínima importancia. Simplemente la tomaron en silencio y se la llevaron.
Lo único que podía procesar la chica de cabello violeta, la poca claridad del suelo que se difuminaba por el nulo descanso que había recibido en sus maltratos diarios.
La niña apenas podía enumerar las atrocidades que paso, lo que tuvo que ver. Lo que tuvo que saber, y aún así, saber que nunca podría tener el perdón de las personas que murieron a causa de "todo" los terremotos espaciales que "provocó".
Le costaba creerlo, pero ella era un monstruo, y estás personas no dudarían en tratarla cómo tal. Pero una parte de ella creía que todo ésto era falso, ¡Una Farsa Para Retenerla Aquí Con Engaños!
Pero a fin de cuentas no podía huir. Más haya del collar que inhiben sus poderes, había un Humano que pudo llenarla de calor. Uno cálido y apasionado.
Sus pensamientos fueron cortados inmediatamente cuando un chorro de agua fría golpeó su cuerpo, lavando su sucia y descuidada figura. Pero que aun así, fue algo que hizo latir con pasión a su corazón.
Conocía este procedimiento extraño. Después de esas torturas brutales y salvajes hacía ella, era preparada especialmente para ver a un hombre.
No había nada de especial en el a simple vista, pero cuando después de todas las torturas que sufrió, fue inevitable refugiarse en el humano a la que siempre era enviada.
Su mente no podía para de pensar en el. Ni cuándo la tenían sometida sobre esos metales, dejaba de llamar a su nombre.
Siendo vestida con unas prendas de las cuáles no tenía conocimiento, solo sabía que eran muy pequeñas y no cubrían todo su cuerpo, más bien, la hacía sentir vergüenza. Ya que casi parecía que estaba desnuda.
Inmediatamente después de que la cambiarán, la llevaron por otro pasillo. Y en ése lugar había una única puerta, la cual al quedar en frente de ella, se abrió inmediatamente.
Dentro de está había una habilidad amueblada excelentemente, pero su aspecto era sencillo, lo suficiente para que ella lo sintiera acogedor.
- Ohh, ¡Tohka! Te estuve esperando~ - Una voz picarona, habló feliz y aparentemente ansioso.
Su corazón casi saltó cuando el se hacerco tan repentinamente a ella. Bajo la cara avergonzada, cómo si toda la tortura no le hubiera afectado, algo que nadie en de los presentes compartía.
- Y-yo-... Y-ic.... - Sus palabras se atascaron. Posiblemente sus cuerdas vocales estaban tan gastadas que sus palabras no podrían salir normalmente, pero la niña no sabía eso, creía que era por su debilidad más que nada. Muy tristes teniendo en cuenta lo inocente que era la niña, pero poco le importó al hombre.
- Fuera - La voz dura del hombre salió cómo un comandó inmediato para las demás mujeres. Las cuáles inmediatamente se retiraron, sin dejar espació a más palabras.
El único hombre que estaba en la habitación se encontraba sentado en una gran cama matrimonial, y junto a él no había nada más que algunos electrodomésticos básicos, usualmente inútiles ya que la habitación era reservada para la niña. Pero de vez en cuando, el único inquilino de la habitación no dudaba en enseñarle algunas cosas básicas y sus funciones.
Pero hoy estaba demasiado ansioso.
- Tohka, cómo sabrás hoy vaz vestida con unas prendas algo extrañas ¿No?
Ante sus palabras, la niña asintió con dudas, pero no dijo nada más.
- Ven aquí - El hombre palmo sus dos piernas, dejando un mensaje que la niña interpretó de inmediato, acercándose.
- Hoy te prepararé, de ahora en adelante serás completamente fiel a mi en todos los sentidos. No faltas a mi palabra en ningún momento, si eres obediente ahora y haces todo lo que te digo, no sólo te sacaré de aquí, te enseñaré muchas más cosas que nunca en tu vida podrás experimentar en otro lugar - El hombre la miró fijamente a los ojos - ¿Confías en mí? O~... ¿Quieres seguir en este lugar encerrada por el restó de tu vida.... Si poder volver a verme.
Sus palabras, fuero meticulosamente medidas, hubo muchas emociones las cuáles sacudieron a la chica. Pero la que estaba sobre todas era una.... Relativamente sencilla...
Miedo.
Miedo de estar en esas jaulas, atrapada en esas torturas. Atrapada en ése infierno.
Si le dieran a escojer en qué lugar prefería estar, prefería estar con esté hombre, independientemente de lo poco que sabía de él.
Asintió inmediatamente, casi con desesperación. Haciendo sonreí al hombre.
- Muy bien Tohka, escogiste la opción correcta.... De ahora en adelante... Eres mi mascota.
xX Fin Cap Xx
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