Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 23

Después de la escena en el gimnasio Carter decidió llevarme a una cafetería que él adoraba, la cual yo desconocía.

Nos sentamos en una mesa para dos que estaba junto a la ventana de cristal, leímos el menú y esperamos a que alguien viniera a atendernos.

—Buenas tardes, ¿qué desean consumir? —preguntó la mesera con un tono educado, mirando su libreta.

—Sam —musité.

—¿Mia? ¿Carter? ¿Qué hacen aquí? ¿Juntos?

—Nosotros... —balbuceé, intentando buscar una excusa.

—Acaso ustedes dos... ¿están saliendo?

—Sí —contestó Carter.

—No —respondí yo al mismo tiempo que él y luego lo pateé por debajo de la mesa.

Puse una expresión de furia y él, una de dolor debido al golpe.

Lo voy a matar.

—¿Sí o no? —preguntó Sam, confundida.

—Solo vinimos a tomar algo, es todo —dije finalmente.

—Ok... —No se escuchó muy convencida, pero al menos dejó de hacer preguntas—. Entonces, ¿qué desean consumir? —regresó su tono profesional.

Sam se marchó después de que pidiéramos nuestras bebidas.

—Te mataré —gruñí.

—Lo siento, se me escapó.

Suspiré, derrotada. No tenía caso enojarse ahora.

—Intenta tener más cuidado, por favor —le pedí.

—Lo haré. Perdón. —Puso una expresión de niñito regañado absolutamente adorable, pero no me iba a ablandar.

—Voy al baño —me excusé.

Al llegar allí, lavé mi rostro.

—Así que tú y Carter, Carter y tú —escuché canturrear a una voz femenina que conozco muy bien.

—Sam —murmuré al ver su reflejo en el espejo frente a mí.

—¿Por qué no me lo contaste? —Me giré para verla directamente.

—¿Contarte qué?

—No te hagas la tonta. Sé que ustedes están saliendo. —Bajé la mirada—. Pensé que ya me tenías más confianza. Yo te conté todas las posiciones en las que me follé a Dave y, ¿tú no pudiste decirme siquiera que estás con Carter? —reclamó.

—Lo siento... es que yo... no quería... —Ella colocó sus manos en mis hombros.

—Ya te dije que no debes preocuparte por mí, debes preocuparte por tu felicidad.

—Lo siento...

—Lo que me duele es que me lo hayas ocultado.

—En realidad... se lo he ocultado a todo el mundo.

—¡¿Qué?! No me digas que lo hiciste por mi causa. Sabes que estoy con Dave y... que no me puedo quejar...

—Pues... —murmuré, desviando la mirada.

—A no ser... que hayas querido ocultarlo de alguien más... —comentó, pensativa—. ¿Hay alguna reacción que te asuste...?

—¿Reacción?

—¿Tienes miedo de que alguien explote cuando se entere...? —preguntó, arqueando una ceja.

—No. ¿Quién haría eso? —me hice la desentendida.

—No lo sé, tú dímelo... —Sam tenía una media sonrisa ladina.

—No tengo idea.

—Ambas sabemos que estás mintiendo, pero no te presionaré más. Y guardaré tu secreto, no quiero ver sangre. Eso sí, cuando te acuestes con él me lo tienes que contar —ordenó, señalándome con el dedo.

—¡Sam!

—¿Qué? Quiero saber cómo fue la primera vez de mi mejor amiga —dijo, abrazándome—. Te contaría la mía, pero sé que no vas a querer oírlo.

—Tienes razón, prefiero no saber.

Ella comenzó a reír.

Cuando salimos del baño volví con Carter a la mesa.

En unos pocos minutos trajeron nuestro pedido.

Nos reímos y conversamos durante un buen rato como una simple y joven pareja que se está conociendo.

Luego él me llevó en su auto a la mansión de los Thunder.

Al llegar, entramos por la parte trasera para no ser vistos.

—Me divertí mucho —comentó cuando entramos a la cocina.

—Yo también. —Me volteé para mirarlo. Él se acercó para tomar mi rostro y luego besarme.

En ese instante escuché que alguien tosía de forma exagerada.

—Le vas a arrancar la lengua.

—¡Sue! —solté, espantada, alejándome de Carter a una velocidad olímpica.

¡Qué vergüenza!

—Ah. Hola, Sue —saludó Carter, rascándose la nuca.

¿Hola, Sue? Nos acaban de pillar con las manos en la masa y ¡él se queda tan tranquilo!

—Yo... ya me iba —dijo él.

Sí, claro. Vete y déjame con la bomba.

—Hasta luego —se despidió. Yo moví la mano como señal de despedida. Luego me giré para ver a Sue.

—Menos mal que fui yo la que entró por esa puerta. Qué bueno que quieren ir con calma. Dejando un poco de lado tu discreción frustrada, ¿ya se acostaron?

—¡Sue!

—A pesar de que eres una malcriada y una sarcástica, te quiero mucho. Quiero estar al tanto de tu vida.

—Sí, claro. Lo que quieres es enterarte de todo el chisme.

—También —admitió.

—No tienes remedio, Sue. —Puse los ojos en blanco.

—Ahora, en serio, ¿él te gusta mucho?

—Creo que sí —respondí, insegura.

—¿Lo suficiente como para dar ese paso?

Me quedé en silencio.

No sabía qué responder.

—Tomaré tu silencio como una duda. No estás segura de nada. Será tu primera vez, ¿verdad?

Dudé para responderle eso, pero finalmente dije:

—Sí.

—Él hará un gran trabajo... —opinó, acariciando mi brazo.

—¿Por qué siento perversión en tus palabras? —pregunté, entrecerrando los ojos con suspicacia.

—Tal vez porque la hay.

—Lo dicho: no tienes remedio. —Ella me mostró una sonrisa que, sinceramente, me dio miedo.

Después del trauma que me dejó Sue me dirigí hacia mi habitación para ducharme.

Siempre pensé que Sue era una persona seria, una abuelita de apariencia tierna y en ocasiones de actitud amargada, pero hoy me di cuenta de que es una pervertida integral.

Qué horror.

Imagínate a una adorable ancianita queriéndote inducir hacia el lujurioso mundo del sexo.

Traumático, ¿verdad?

Después de vestirme caminé hacia la cocina y escuché una voz.

—Me alegra poder ayudarte...

Millie.

Ella estaba distraída hablando por el celular y por eso no se había percatado de mi presencia.

—Celebro que esté saliendo todo bien...

Ella estaba sonriendo.

Apuesto a que está hablando con un chico.

—Estoy contigo en esto y voy a ir hasta el final...

De repente levantó la vista y me vio.

—Debo colgar... luego hablamos.

—Siento haber interrumpido tu llamada —dije.

—No, no te preocupes. Puedo hablar con él cada vez que quiera.

—Es un amigo o... —indagué mientras iba hasta el refrigerador y sacaba una jarra con agua para luego servirla en un vaso.

—Algo así. Lo estoy ayudando con una especie de proyecto personal. Es un chico muy ocurrente. —Mientras hablaba de su chico maravilloso tenía una sonrisa en la cara.

—Me alegro por ti. Pareces muy contenta.

—Pues sí. Me dejó estar presente en una de las mejores partes de su vida. Eso me hace muy feliz... —Comencé a beber agua mientras ella seguía hablando—. Por cierto, tú también te ves muy alegre desde hace un tiempo. Parece que alguien está enamorada... —canturreó la última frase.

Me atraganté con el agua.

Comencé a toser con fuerza.

Finalmente se me pasó la sensación de ahogo.

—¿De qué hablas, Millie? —pregunté con dificultad.

—No te preocupes, no pienso hacerte preguntas porque sé que no me las vas a contestar.

—Es que no hay nada que responder.

—¿Lo ves? Por eso fingiré que soy una lenta que nunca se da cuenta de nada.

—Mia, ya puedes ir poniendo la mesa. La familia bajará en unos minutos —me informó Sue al entrar en la cocina.

—Genial, me muero de hambre —se quejó Millie.

Millie siempre tiene hambre. No entiendo cómo continúa delgada.

La cena transcurrió tranquilamente, hasta parecían una familia armoniosa que se amaba con el alma.

Por lo visto, la familia Thunder realizaba cenas familiares con la familia de Carter y Millie con cierta regularidad, puesto que se conocen hace muchos años. Millie y Carter incluso llaman tío al señor Thunder.

Me encontraba en la cocina lavando la losa cuando sentí que alguien entraba.

—Señor Thunder —emití a modo de saludo.

—Hola, Mia. Siento interrumpir tus quehaceres, pero necesito pedirte un favor.

—Dígame, señor.

—Antes que nada, no lo vayas a tomar como una orden. Puedes rechazarlo si quieres. Ya te dije, es un favor.

—Claro.

—Necesito que me acompañes a una cena.

—¡¿Qué?!

—Perdona, me expresé mal. Necesito que vayas con mi esposa y conmigo a una cena para que seas la acompañante de Aiden.

—¿Yo? ¿Acompañar a Aiden?

—Sí.

—¿Como su novia?

—Como lo que ustedes deseen.

—¿Él sabe de esto?

—Sí, y me pidió que no te lo dijera porque es muy humillante. Además, él ni siquiera quiere ir.

—Señor, no quiero ser grosera pero, ¿por qué me lo pide a mí? ¿No cree que otra chica sea más adecuada? Tal vez Millie.

—Es una cena de negocios. Pura formalidad con unos inversionistas. Ellos quieren conocer al heredero de la empresa. Ya te dije, es una formalidad. Y yo quiero mucho a Millie, pero ese no es el ambiente de ella. Tú tienes un porte mejor para cuestiones como esta.

—Ok...

—Solo tendrás que hacerle compañía a Aiden, así parecerá un chico más tranquilo y tradicional de lo que realmente es.

—De acuerdo. Lo haré —accedí después de meditarlo mucho en mi cabeza.

Pensé que no podría pasar nada grave. Era un lugar público y, además, allí estarían presentes el señor Thunder y Vanessa. Por otra parte, Aiden estaba muy diferente últimamente. Se veía más calmado, más humano. Ni siquiera parecía aquel chico que conocí.

—Muchas gracias, Mia. —Después de decir eso se marchó.

Me pregunto qué me deparará en esa cena.










Nota: Jelouuuuu!!!!
Bueno, un capítulo considerablemente tranquilo.
Ya Sam se enteró. Admirable su reacción. La verdad es que llevo a esa chica en el heart.
Y Sue... buaano. Le falta un tornillo a esa mujer, pero a ella también la quiero.
Así que una cena, eh?
Qué pasará?
Lo veremos más adelante.
Espero que les haya gustado.
Hasta el próximo!!
Bye!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro