Sanar también duele.

Quise correr tan lejos donde nadie me encontrara, quise perderme en la oscuridad de mi corazón porque la noche me abrigaba y el dolor fuerte era pero limpiaba mis lágrimas.

Fue muy difícil levantarme y salir de ahí cuando yo fui la que se colocó en esas cuatro paredes que fueron mi aflicción.

No podía respirar, mi corazón se aceleraba más y más, todo era frío no encontraba la calidez en un abrazo, siempre a la defensiva y con muy poco humor, no quería seguir, me sentía muy débil, tan sola y tan culpable.

Quería correr cuando me di cuenta que me hundía en mi depresión, quería que me salieran alas para volar tan lejos... pero no pude, mis pies se quedaron estancados en el fango, mis pies lastimados no correspondían al llamado de libertad, era como un infierno, tan silencioso pero me iba matando poco a poco.

Mis entrañas sufrían, pedían a gritos una mano redentora, pedían ver un camino distinto, mi rostro desfigurado sufrió el golpe del rencor, del odio y decepción, perdió la esperanza de ser salvado y la luz en sus ojos se desvaneció.

Quería sentir algo real, pero ya era tarde... no podía latir más mi corazón, las tinieblas se adueñaron de mi, secuestrador y abusivo se mostró aquella noche, murmuraba "jamás saldrás de aquí" mientras carcomía cada uno de mis huesos.

Enmudecí, mis labios fueron sellados, entretejidos con la brutalidad de una mentira disfrazada de verdad. Hundida en miseria me encontraba, quería simplemente morir, pero alguien más quería tomarse su tiempo para hacerme sufrir lentamente.

No podía respirar, me tomaban del cuello, no podía moverme, mi cama me ataba a la crueldad de este mundo, sentía no estar vida, ni estar aquí, estuve en la pesadilla más larga de mi existencia... esa telaraña de incertidumbre me enredo y no me dejaba escapar.
¿Sería ese mi final?, ¿mi vida terminaría aquí?
No.

Tuve que vomitar todo el pasado para cortar con mi mayor enemigo, tuve que recordar cosas que dolían aún para seguir avanzando, tenía que aceptar que no toda mi historia de vida fue bonita, tenía que soltar el control y el intento de "perfección", tuve que ser confrontada con memorias agonizantes.

Tuve que estar cara a cara con esos gigantes para poder vencerles... nunca había sentido tanto miedo, pero aún así no retrocedí, era ahora o nunca y escogí luchar por mi vida.
Derribando todo argumento en mi contra, toda mentira que decía "no eres suficiente", decidi hacerme frente a estas suposiciones, llore mares... pero esas mismas lágrimas nutrieron
mi interior.

Esas mismas lágrimas cortantes le dieron de beber a mi alma, esas gotitas de lluvia que brotaban del interior y que guarde con recelo en el pasado, aquellas que reprimí por mucho tiempo... son las mismas que al dejar salir , trajeron sanidad a mi vida.

Ahora todo se siente mucho mejor, ahora mi alma canta melodías de amor, los mares ya no se agitan ante el temor y una voz llena de paz me recuerda que todo estará bien, que tengo que soltar el control para vivir el presente.

Mi cielo pinta diferente, todo luce un poco mejor, toda la luz que se reflejaba en mi ventana por fin logró atravesar mi ruidoso corazón y puso su orden en mi interior.

Ahora todo brilla, ahora todo sonríe, ahora todo es hecho nuevo.