7.- ¿A quién creerle?
Alexander Campbell
No tuve demasiados compromisos luego del concierto, y parece ser que eso es algo que tengo que agradecerle a Ryan. Mi madre y él han estado lo suficientemente ocupados como para prestarme atención, así que intento aprovechar al máximo los momentos en los que se me permite descansar.
No tengo prisa por levantarme de la cama, así que me quedo ahí hasta que Paul decide venir a molestar. Sus golpes contra la puerta son tan molestos que me veo obligado a tener que abandonar la cómoda cama para poder abrirle.
—¿Qué haces aquí tan temprano? —inquiero.
—¿Temprano? —cuestiona elevando las cejas—. Son las doce del día, Alex —pronuncia esquivándome para poder entrar a la habitación.
—Teniendo en cuenta la hora en la que por fin pude dormir ayer, creo que merezco quedarme en cama un par de horas más.
Paul rueda los ojos.
—Ahora entiendo porque cuando estás con Megan llegas puntual a todas partes —pronuncia—. Tal vez deberían de hacer un intercambio, dale tu voz y a cambio recibes su puntualidad.
—¿Tienes idea de lo que hablas? —cuestiono —me parece que te hace falta dormir más.
Él me observa con fastidio.
—¿Por qué no dejas de ser tan molesto y mejor vamos por algo de comer? —cuestiona —muero de hambre.
—Pide servicio a la habitación entonces —sugiero —no planeo salir de esta habitación en lo que resta del día.
Paul me da una rápida mirada, parece escanearme por completo y luego de eso, soy arrastrado con fuerza hacia el pasillo.
—Pero ¿qué te pasa? —gruño—. Paul necesito...
—Vamos a ir por algo de comer —sentencia.
—Estoy en pijama —mascullo mientras me libero del agarre que ejerce en mi brazo —y como vuelvas a sacarme así de la habitación...
—¿Qué? —reta cruzándose de brazos.
—¿Qué haces en pijama en medio de un pasillo? —suelto una maldición en cuanto reconozco la voz de mi madre. Volteo, encontrándomela a unos cuantos pasos de distancia de donde estamos.
—Iba por algo de comer —pronuncio mientras anoto mentalmente asesinar a Paul después de esto. —No respondían en servicio a la habitación, así que he decidido bajar yo mismo por comida.
Mi madre me observa con escudriño, no parece creer demasiado en mis palabras, pero no insiste.
—Como sea, regresa y vístete. —ordena—. No queremos que aparezcas en las revistas con ese aspecto.
Retengo las palabras en mi boca, asiento, después de eso no dice nada y continúa con su camino a donde sea que se dirija.
—Como vuelvas a sacarme así de mi habitación quitaré tu nombre de la lista de invitados a la gira —advierto —no me importa dejarte en cualquiera de los países o estados en el que nos encontremos.
No le doy oportunidad a responder, lo esquivo para poder regresar de nuevo a la habitación. Una vez dentro, me lanzo sobre el colchón de la cama, cerrando los ojos de manera inmediata.
No mentía al decir que no tenía planes de salir, quería quedarme aquí todo el tiempo que me fuera posible. No pasa mucho rato antes de que los toques en la puerta me hagas suspirar, decido ignorarlos, pero la insistencia no cede así que me incorporo con molestia.
—¿De nuevo molestando? ¿Vienes a seguir...? —Mis palabas se detienen en cuanto observo a Grace de pie frente a mí.
—Creo que llegué en un mal momento —dice con una ligera sonrisa—. Vendré después.
Ella se gira, así que, con prisa, tomo uno de sus brazos para impedir que se marcha.
—Solamente creí que eras otra persona —le informo—. Lo siento.
—Tu madre me ha dicho que considera mejor que trabaje de cerca contigo, no quiere errores ni cosas falsas en el artículo así que me ha enviado para tomar nota de todas tus palabras respecto a los conciertos.
Las comisuras de mis labios se elevan.
—Pasa —me hago a un lado para permitir que ella ingrese, cuando lo hace, cierro la puerta de nuevo para seguirla.
Grace toma asiento en el sillón, la observo sacar un par de cuadernos y un par de pequeñas cámaras de su bolso. Las ordena a un costado del sillón mientras se cruza de piernas.
—¿Quieres comer algo? —le cuestiono —. Puedo ordenar servicio al cuarto.
—No es necesario, estoy bien —responde elevando la mirada. Mantiene una pequeña sonrisa en el rostro antes de bajar la mirada de nuevo y continuar escribiendo en el cuaderno.
—¿Podré leer el artículo antes de su publicación? —inquiero con curiosidad. Ella parece dudarlo.
—Supongo que si —responde —Oliver le enviará una copia a Ryan, así que seguramente él te la enseñará.
Quiero decirle que en realidad esa no es la respuesta que esperaba, pero simplemente me mantengo callado, observándola trabajar.
No hacemos gran cosa, el tiempo que sigue se resume en ella haciéndome preguntas sobre el concierto y yo respondiendo con la mayor sinceridad que me era posible. Hubiese sido fácil solo decir lo que todos querían escuchar, que es feliz, que resulta sencillo, que todo está absolutamente bien. Pero no quería eso, sabía que esto era importante para Grace, Ryan había mencionado que este artículo podría darle cierto prestigio y reputación en los medios, si estaba en mis posibilidades garantizar aquello, entonces haría mi mayor esfuerzo.
Varias horas después, ella al fin guarda los cuadernos de nuevo en su bolso.
—¿No te aburres aquí? —cuestiona mientras adopta una postura cómoda en el sillón, toma una de las papas fritas que se encuentran en medio de nosotros y se la lleva a la boca. Habíamos terminado por ordenar comida, mi hambre no podía mitigarse por mucho tiempo más.
—No —respondo —. Prefiero quedarme a descansar en vez de salir a pasear por la ciudad. Debo estar listo para el siguiente concierto.
—¿Has considerado en algún punto alejarte de esto? —su pregunta me toma por sorpresa, demasiado. Sin embargo, intento no demostrarlo. Quiero decir que si, que muchas veces me ha parecido la única salida, pero termino diciendo lo contrario.
—No —murmuro —mi carrera apenas está empezando, no puedo alejarme tan pronto, si lo hiciera seguramente perdería todo el avance que he conseguido hasta ahora, lo cual no ha sido sencillo, cabe aclarar.
Ella permanece en silencio por algunos segundos.
—Alex —pronuncia mi nombre con suavidad, lo cual me hace sonreír.
—¿Sí?
—¿Realmente eres feliz? —inquiere con suavidad —¿realmente eres feliz viviendo de este modo?
Sé que esa no es una pregunta que tenga para el artículo, puedo darme cuenta de que ella realmente quiere saber.
Mi cuerpo se tensa, guardo silencio por más tiempo del que debería, seguramente confirmando cualquier sospecha que ella pudiera tener sobre mí.
—¿Por qué lo preguntas?
Ella aparta el recipiente que hay entre nosotros y se acerca, su piel rozando la mía lo que provoca una sensación extraña en mi interior.
—Porque hay ocasiones en las que parece que no lo eres, y otras en donde luces completamente feliz —arruga las cejas —y no sé a qué lado creerle.
—Créeles a los dos —susurro —ambos dicen la verdad.
Una mirada comprensiva es lanzada en mi dirección, no dice nada más, no hace otra cosa aparte de tomar mi mano, pero eso se siente como absolutamente todo lo que necesito.
Los dos permanecemos en silencio, sabía que la presencia de Grace Baker no pasaría en vano, pero lo cierto era que aún no sospechaba, ni en una pequeña parte, todos los cambios que ella traería consigo.
Algunos de los cuales, terminarían arrasando conmigo.
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