5.- Deudas.
Alexander Campbell.
Tomamos un avión una hora después, mi ánimo no mejora en lo absoluto y no puedo dejar de pensar que, si así es el comienzo, esta gira sería definitivamente la más larga.
El asiento de mi lado de hunde y pronto, un audífono es arrebatado de mi oído. Me quito el antifaz que llevo en los ojos para poder ver quien ha venido a molestarme.
—¿En serio pasarás todo el vuelo durmiendo? —Paul se acomoda a mi lado.
—Quiero aprovechar ahora que puedo —respondo encogiéndome de hombros —cuando aterricemos, no tendré tiempo ni de comer.
—No dramatices —murmura, ruedo los ojos—. Faltan un par de días para que sea el primer concierto.
—Se hacen muchas cosas antes de dar un concierto —le recuerdo —hay dos ensayos programados, y la coordinación con todo el equipo no se hace sola. —Paul eleva las manos.
—¿Por qué no dijiste que habría una nueva invitada? —me cuestiona señalando con la cabeza al asiento en donde Grace se encuentra.
—Porque solo está aquí por trabajo —murmuro—. No tendría motivos para informártelo.
—Si bueno, esa relación laboral involucra que tomen varios cafés juntos ¿no es así?
Lo observo con fastidio mientras me coloco de nuevo el antifaz, dejo de escuchar la voz de mi amigo cuando me coloco de nuevo el audífono e intento concentrarme en la música. Paul se marcha algunos segundos después, me siento aliviado de poder por fin disfrutar de algunas horas de sueño, pero el gusto se ve interrumpido cuando siento de nuevo alguien colocarse a mi lado.
Un toque suave en mi hombro me hace suspirar.
—¿Por qué eres tan molesto? —gruño quitándome el antifaz —Quiero dor...—mis palabras se interrumpen de inmediato cuando me percato de que no es Paúl quien está a mi lado, sino Grace—. Oh, hola. Lo siento, creí...
—No hay problema —se encoge de hombros—lamento interrumpir tus horas de sueño. Pero Ryan me ha dicho que comience con los artículos desde ahora, es decir, desde antes de empezar los conciertos.
—¿Ahora?
—Si no quieres hacerlo ahora...
—Claro que quiere ¿no es cierto Alex? —ambos elevamos la vista, mi madre se encuentra a un costado de los asientos, observándonos con una ligera sonrisa. Mi mal humor regresa casi al instante.
—Si —es todo lo que respondo, sin mirarla. Los sonidos de sus pasos alejándose me hacen suspirar de nuevo.
—¿Ella siempre es así? —cuestiona cuando mi madre se aleja—. Rayos, y yo en verdad creía que mi madre era molesta a veces, pero...—detiene sus palabras cuando nota mi mirada sobre ella—. No estoy hablando mal de tu madre, es decir, no pienso que sea una mala persona solo...
No puedo evitarlo por más tiempo, una pequeña carcajada abandona mi cuerpo debido a lo gracioso que me resulta el hecho de ella preocupándose de algo como eso.
—Está bien, no te preocupes —murmuro mientras me quito los audífonos—. ¿Y bien?
—Creo que podemos hacer esto luego —murmura enseñándome la libreta —cuando estés de mejor humor.
—Estoy de buen humor —me defiendo —¿qué te hace pensar lo contrario?
Grace eleva una de sus cejas observándome con detenimiento.
—No lo sé, tal vez por ese semblante que dice "no me molesten" —informa haciendo un gesto gracioso con los labios.
Sonrío, lo hago de verdad.
—Sí, bueno, creo que puedo excusarme con que quiero aprovechar mis tiempos de descanso antes de tener que centrarme por completo en los conciertos, es agotador.
—Creo que deberíamos establecer como deseas que llevemos esto —sugiere abriendo el cuaderno —¿te parece bien?
Lo considero por un segundo, ciertamente lo único que deseo es no sentirme acosado, por ridículo que suene, mis tiempos de descanso ya son lo suficientemente cortos como para demás, tener que dedicárselo a alguien más.
—¿Y bien? —pregunta sonriendo levemente —¿tienes alguna petición?
—Mientras no interfieran con mis ensayos y lo que tengo programado en la agenda, no hay problema.
—Ryan comentó que probablemente deba ser después de tus conciertos, para que la información sea fresca. ¿Qué opinas de eso?
—Cuando acabo los conciertos estoy realmente agotado —admito con una mueca —pero creo que puedo hacer un esfuerzo, si esa ha sido la petición de Ryan.
Ella asiente levemente, escribe los puntos que hemos mencionado y eso me hace sonreír.
—No tocaremos temas familiares ni personales —aclara —si alguna vez sientes que estoy sobrepasando el límite o pregunto algo con lo que no te sientes cómodo, dímelo. ¿De acuerdo?
Asiento, ¿así de cómodo sería siempre?
—Bien, entonces podemos comenzar
No me percato en qué momento ha encendido la grabadora de voz de su celular.
—No te molesta que grabe ¿verdad?
—Es tu trabajo, no voy a hacértelo difícil
—Creo que muchas personas se preguntan cómo es en realidad Alexander Campbell detrás de los escenarios, quiero decir, como se siente realmente antes de pararse frente a miles de personas.
—Es difícil —confieso —pero el tiempo ayuda, aunque la sensación de ansias cuando cada concierto está cerca no desaparece nunca, creo que es algo que se queda contigo, no importa el tiempo que lleves en esto.
Grace deja de mirarme para centrar su atención en la libreta que tiene en sus manos, supongo que consultando lo siguiente que debe de preguntar.
—Así que hacer esto te hace feliz ¿no es así? —cuestiona, cuando pregunta aquello eleva la mirada, me observa con detenimiento como si la pregunta que acaba de hacer fuese demasiado importante.
No olvido que ha escuchado la discusión con mi madre, tampoco olvido lo que seguramente me escuchó decir.
—Sí, lo hace —respondo desviando la mirada de ella — a pesar de todo lo hace.
Y no es una mentira, en alguna parte de mi alma aún me sentía feliz por lo que hacía, solo que no sabía cuánto tiempo es que podría seguir manteniéndolo vivo.
Suelto un suspiro cuando ingreso a la habitación del hotel. Recién habíamos llegado, y el cansancio por el vuelo comenzaba a presentarse en mi sistema. Dejo a un lado las maletas mientras me dejo caer sobre el colchón de la cama.
Muevo el cuello un par de veces estirando los músculos de la zona, observo las maletas a un costado, no tendré tiempo de desempacar porque Ryan dijo que tendríamos un ensayo programado, aun cuando apenas aterrizamos.
Me incorporo para tomar una de las barras energéticas de cereal que Megan siempre dice que es bueno consumir, y la guardo en la pequeña mochila que llevo conmigo a los ensayos.
Cuando salgo al pasillo, Grace espera casi junto a la puerta.
—¿Tú también vendrás? —pregunto con curiosidad.
—Tengo que cubrir todos los aspectos ¿recuerdas? —murmura mientras camina a mi lado —así que tengo que ir a donde tú vayas. Seré como una sombra.
—Bienvenida al sufrimiento entonces —bromeo, ella sonríe. No dice nada más y se limita a caminar en silencio hasta el auto que nos espera fuera, no es un trayecto demasiado largo, así que no demoramos demasiado tiempo en llegar.
Sé prácticamente de memoria que es lo que tengo que hacer, la entrada, los saludos, todo estaba perfectamente practicado. Cuando Ryan me entrega la guitarra y me coloco en mi sitio, comienzo a tocar. De cierta manera, es como si todo se esfumase, simplemente disfruto de la sensación de tocar cada una de las cuerdas con las yemas de mis dedos, disfruto de la melodía que producen y de la sensación que me genera el poder cantar de esta forma.
Estos momentos eran los que me hacían seguir aquí, en el que alguna vez había sido mi más grande sueño.
No me doy cuenta de que las horas han pasado, no sé con exactitud cuánto tiempo hemos estado aquí, pero para cuando Ryan dice que ha sido suficiente y salimos, la noche ya se ha adueñado del ambiente. El camino de regreso es silencioso, hasta que Grace habla.
—Tienes una voz realmente encantadora —murmura logrando que la mire. Una sonrisa tira de mis labios—. Escucharla en vivo y a unos metros de distancia hace que suene mucho mejor que es en los videos.
Me muevo en el asiento, adquiriendo una postura más cómoda.
—Oh ¿así que ya has visto mis videos? —elevo la ceja.
—No, es decir, si —pronuncia con duda —Puede que tal vez haya buscado un par de ellos.
—Espero que no hayan sido los más antiguos —comento ensanchando la sonrisa —no me enorgullecen mucho que digamos.
—A tus quince lucías realmente adorable —bromea.
—No me sorprende el hecho de que mi voz no haya sido de tu agrado entonces.
—Yo no quise decir eso—se defiende —dije que se escucha mucho mejor en vivo, lógicamente. Ahora entiendo porque eres tan famoso y considerado la siguiente "súper estrella"
—Oh no, estoy muy lejos de ser la siguiente "súper estrella" —articulo haciendo comillas con mis dedos. —no sé porque la gente insiste en llamarme de esa manera.
—Tal vez porque es lo que eres —contesta y me siento repentinamente incómodo.
—Espero que te sientas cómoda con tu trabajo aquí —pronuncio en un intento de desviar la conversación a otro tema, y funciona.
—Es nuevo para mi hacer esto, cubrir una gira y estas cosas —sonríe levemente —pero haré mi mayor esfuerzo.
—De eso no tengo duda —sonrío también y luego de eso, decido que debo dejar de prestarle tanta atención.
Nos toma cerca de diez minutos llegar, cuando lo hacemos la presencia de la prensa es apenas notoria así que no tenemos problemas para ingresar al hotel, podemos hacerlo como huéspedes completamente ordinarios.
—Esperaba ver más prensa —admite Grace una vez que estamos dentro del elevador.
—Es solo porque es el primer día, seguramente muchos de ellos no han averiguado en donde me estoy quedando. De lo contrario, los encontrarías las veinticuatro horas del día esperando por mí, como cazadores —bromeo.
—¿Eso no te agobia? —me sorprende que no se ría, ni lo tome a broma como todos suelen hacerlo.
—Sí que lo hace —expreso—. Demasiado. Pero es uno de los precios que hay que pagar en este mundo.
—No debería de ser así, quiero decir, deberías de poder hacer lo que amas sin la necesidad de pagar un precio.
Una sonrisa triste se adueña de mi rostro, Grace parece tener la misma ingenuidad que yo cuando comencé. El mismo aire soñador, ese que decía que todo estaba bien.
—Debería —concuerdo —pero no es así.
Las puertas de metal se abren, ambos salimos y caminamos en silencio por el pasillo para poder llegar a nuestras habitaciones.
—Buenas noches, Grace —murmuro mientras me detengo frente a mi puerta. Ella detiene sus pasos, se gira y me observa por un par de segundos antes de elevar una de sus manos.
—Buenas noches, Alex —responde antes de darme la espalda y continuar con su camino. Permanezco mirándola hasta que ingresa a su habitación, cuando lo ha hecho es cuando abro la puerta para poder entrar a la mía.
"Deberías de poder hacer lo que amas sin la necesidad de pagar un precio"
Me recuesto sobre el sillón, con las palabras de Grace repitiéndose en mi mente una y otra vez. Ella tenía razón, no necesitaba pagar un precio por hacer lo que verdaderamente me hacía feliz, sin embargo, los precios son altos.
Y dolorosos.
Y debo pagarlos a toda costa, no existe otra opción. No hay otra alternativa aun cuando quisiera buscarla. Y probablemente eso era lo peor de todo el asunto.
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