—Solo quédate — su vos sonó apenas en un susurro, la suplica en su mirada solo aumentaba mi dolor, mis ojos picaban a causa de las lágrimas acumuladas sin embargo yo seguia sin argumentar palabra algúna, pero es que,¿podía decirle en ese momento?, ¿Como podía calmar su sufrimiento sin que tantas personas salieran lastimadas?. Era imposible y yo simplemente no podía ser tan egoísta, ya había causado suficiente dolor tanto a su familia como a la mía y ambos ya nos habíamos dañado lo suficiente. Él acunó mis mejillas entre sus manos y pego su frente contra la mía sin resignarse a todo lo que ya le había dicho, al hacer contacto con sus ojos un mar de emociones se formaron dentro de mí, el vacío en mi estómago me provocó náuseas y no hice nada más solo apartar la mirada — ¿Por qué haces esto pequeña?,— Su vos sonó entrecortada —¿Por que nos haces ésto?— corrigió enseguida haciéndome sentir más mal si es que se podía, estaba siendo una completa cobarde por no luchar por nuestro amor, tal ves todos tenían razón y yo solo era una niña inmadura que en lugar de enfrentar los problemas los estaba evitando a toda costa. Pero es que cuando amas de verdad te preocupas mas por el bienestar de el otro que de el tuyo mismo y si yo estaba renunciando a él no es por qué no lo amé, yo a el lo amo como nunca eh amando a nadie en esta vida, pero aveces el amor no es suficiente.
Tenía que terminar con todo aquello de una vez o yo misma terminaría estampado mis labios contra los suyos y todo y mis decisiones se habran ido a la mierda en cuestión de segundos, tenía que hacer algo para que él creyera que ya no le amaba y entonces se me vino una idea a la cabeza, algo que no solo provocaría que él se alejara de mi, si no que también yo misma me ganaré su odio y desprecio.
Levanté mis ojos a los suyos y tome sus manos alejandolas de mis mejillas, su mirada paso de tristeza a una de perplejidad y confusión, el entre abrió sus labios para ni siquiera deje que soltara palabras y le dije lo que le destrozó por completo.

—Yo aún lo amo,. No eh podido olvidarme de él — mi vos sonó mas segura de lo que imaginé, sus ojos cafes ya un poco rojos a causa del llanto me observaban con cautela esperando a que le dijiese que todo era una maldita broma, pero eso no iba a pasar ya la decisión estaba tomada y ya no había vuelta atrás.
Él durante unos segundos más intento buscar algo en mi mirada, algo que le dijera que estaba mintiendo pero al ver la determinación en mis ojos y la seguridad que intentaba aparentar él dió un paso hacía atrás y se llevo ambas manos a la cabeza negando ligeramente, me dolía verlo de ese modo, saber que yo era la causante de todo el sufrimiento que estaba pasando pero eso no se comparaba con todo lo que ya había sufrido anteriormente por aferrarnos a estar juntos haci que el dolor que ambos estabamos sintiendo ya se nos pasaría o eso era lo que yo quería creer.

— Lo siento, — las palabras abandonaron mis labios mas para mi misma que para él. Él solto una risa amarga y me observo con un desprecio que nunca iba a olvidar <no me veas así por favor>

—¿¡Que lo sientes!?, ¿Que tú lo sientes?—levanto la vos exasperado — Deje todo Natialia, todo solo por estar contigo y, ¿solo puedes decir que lo sientes?— sonrió de una manera irónica y se volvió a acercar a mi, sus manos tomaron mi cintura pegándome a él con brusquedad sin darme siquiera tiempo a reaccionar, sus labios quedaron a centímetros de los míos y paso lo que menos imaginé. Estampó sus labios contra los míos en ese momento todo mi autoncotrol desapareció, enredé mis manos contra su cuello y lo atraje más hacía mi, sus labios se movían con rabia sobre los míos, no había delicadeza en ese beso, solo había deseo acumulado y la irá surgiendo de si. Él sin previo aviso se apartó de mi dejandome con la respiración entrecortada y los labios inchados a causa del beso, mi pecho subía y bajaba agitado y el calor en mis mejillas estaba delatandome, delatando todas las mentiras que le había dicho y sacando a flote la verdad de todo lo que le había inventado pero al levantar la vista hacía él una pisca de decepción se generó en mi, él me seguía viendo con ese desprecio que hace unos momentos, chasqueo la lengua y me dedico una sonrisa sarcástica.

—Que sepas que ese es el último beso que te doy, tomalo cómo una decente despedida.— sin decir más se dió la vuelta y comenzó a alejarse, despues de unos cuantos pasos se dió la vuelta como si se hubiera olvidado de algo y volvió a acercarse, la seguridad en su mirada y la decisión en su manera de caminar me estaba rompiendo por dentro. Yo lo conocía bastante bien y sabía que él ya estaba renunciando a mi...—Casi me olvidaba de algo — solto cuando estuvo frente a mi,— Así con la misma fuerza que te amo te juro que voy a olvidarte y voy a odiarte por todo el maldito tiempo que me reste de vida. — su voz sonó más ronca de lo normal— Esa es mi promesa Natalia — y sin siquiera dejar que dijera algo se dió media vuelta y se fue de ahí sin dar marcha atrás, las palabras de suplica se quedaron atascadas en mi garganta queriendo decirle que se quedará pero era una maldita cobarde, eso era lo que yo era en ese momento. Entonces todos los recuerdos maravillosos se vinieron a mi mente haciendo penitencia a todo lo que acababa de hacer, las lagrimas comenzaron a abandonar mis ojos y los sollozos que salían de mis labios cada vez eran mas fuertes, pero ya nada importaba, solo me importaba él y acabo de perderlo para siempre. Así que querido karma ya salde mi deuda contigo, acabo de dejar ir al amor de mi vida... Ya no te devo ni mierda.