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VII. Fascinación parte II


Lan WangJi no entendía a Wei WuXian.

Simplemente, no la entendía.

Como una broma cruel, aguardó por el remate. Pero no hubo ninguno. Wei WuXian no demostró jugar ninguna clase de artimaña. Y fue sincera, en medida de lo posible, en sus múltiples acercamientos.

Pero aquello, y confiar de manera ciega fueron puntos distintos. Que Wei WuXian no actuase bajo malas intenciones, no hizo de WangJi una joven crédula.

Aún cuando su corazón anhelaba la cercanía de otros, le resultó imposible abrirse a nadie.

Sin embargo, en los breves instantes de distracción, cuando nadie estaba mirando, tomó un segundo de su tiempo para contemplar a Wei WuXian. Era la clase de persona comprometida y capaz. Aún cuando era un desastre en muchas áreas, se enfocó en ser de apoyo para sus subordinados. Sonreía de manera brillante y conversaba como si su boca no conociese el silencio.

La reconoció como la clase de persona que iluminaba una habitación con su mera presencia, mientras, que en el extremo contrario, yació WangJi, con un efecto alienante. Y supo que su amistad estaba condenada al fracaso.

Supuso que el flujo de los malos pensamientos se debió al agotamiento y al malestar estomacal. La noche anterior durmió un estimado de dos a tres horas. Durante la mañana, luchó por mantenerse despierta, y en la tarde lidio con el dolor de articulaciones y los calambres.

"¿Estás bien?", le preguntó Wei WuXian.

Lan WangJi asintió por acto reflejo, pero al notar su apariencia contra uno de los cristales entendió el porqué de la intervención. Hubo manchones oscuros bajo sus párpados y la piel clara, palideció más de lo habitual. Se lamentó por no haber colocado maquillaje para ocultar los detalles, pero era demasiado tarde para hacerlo ahora.

"Mmhm, estoy bien".

"De acuerdo, entonces, solo llámame si algo ocurre, o si quieres hablar".

Lan WangJi agradeció, y continuó con su trabajo. Cuando Luo Qingyang preguntó al respecto y WangJi mencionó la situación, esta puso los ojos en blanco, ante el tedio con el cual debían lidiar, por lo que le recomendó beber agua caliente.

Por la tarde se dedicó a secar las tazas recién salidas de la máquina de lavado. No fue una actividad demandante y le dio tiempo para pensar en todo y nada, mientras disfrutaba la cotidianidad de las actividades mundanas.

Al término se determinó a volver al frente, pero Wei WuXian le detuvo antes de cruzar la barra.

"¿Qué ocurre?", preguntó.

"Nada, nada, Lan Zhan. Deja que MianMian atienda a esos clientes", expusó con entusiasmo falso. Lan WangJi frunció el ceño al notar la opresión contra sus muñecas, y la tela le rozó la piel de manera poco agradable.

"No es necesario, puedo tomar la orden sin problema".

Desde la distancia, notó a Luo Qingyang levantar las cejas de sorpresa ante la actitud de su empleadora. Cediendo a las palabras de Wei WuXian, se hizo con su libreta y pluma, y se dirigió a la mesa en el extremo este.

Lan WangJi se mostró ansiosa por cuestionar el porqué del actuar de Wei WuXian. Dando un tirón a su brazo, logró liberarse, y poco le importó considerarse irrespetuosa ya que el agarre comenzó a incomodarla.

Wei Ying parpadeó, absolutamente perpleja, su mano se ahuecó donde Lan WangJi estuvo apenas pocos segundos. Dando un par de pasos en dirección de Lan WangJi, cortó la distancia, y pronto sintió el cálido aliento de la mujer contra su oído, susurrando una explicación a su comportamiento.

De no ser por las palabras de Wei WuXian, hubiese corrido al extremo opuesto de la barra para marcar distancia, ya que, después de todo, a Lan WangJi no le gustaba ser tocada por otros ni el trato demasiado íntimo.

Avergonzada para hacerse de su propia voz, sintió las manos de Wei WuXian caer sobre sus hombros, y dio una enorme sonrisa conciliadora con el fin de apaciguar toda inquietud.

MianMian se encontraba de regreso con la orden escrita, y accedió sin problemas a estar a cargo mientras ella y Lan WangJi atendían otros asuntos.

Sin embargo, pese a la buena disposición de sus compañeros, Lan WangJi se sintió desafortunada; pero no tuvo demasiado tiempo para autocompadecerse. Wei WuXian, siguió guiando a través de la sala de descanso, más allá de su casillero, hasta su espacio personal en el cual reposaban algunos libros y toda clase de artilugios que la mujer apiló ahí.

"No te preocupes Lan Zhan, esas cosas pasan", consoló.

Pero Lan WangJi no deseó ser consolada.

Cediendo al estoicismo, se mantuvo en silencio; a escasos centímetros de Wei WuXian, que tarareaba una canción pegajosa muy por lo bajo. Sus dedos se retorcieron nerviosos, apretando y rasgando un pequeño sobre de azúcar frente a la ansiedad que le subía por la piel, hasta el punto del ardor.

Wei WuXian tendió un par de pantalones negros, que no eran tan del estilo formal, pero bastante cerca. "Tengo estos, probablemente sean una talla más grande, ya que tienes una figura más esbelta, se puede solucionar con el cinturón", al percatarse del semblante templado de Lan WangJi se corrigió, "¡Oh! ¿preferirías irte a casa? No se te descontará nada, desde temprano parecías un poco enferma, ¿tal vez ir y descansar?"

Lan WangJi tomó el cambio de ropa limpia y negó.

Fue más que suficiente para advertir que no tenía intenciones de abandonar. Además, aún faltaba un par de horas antes de las actividades de limpieza previo al cierre.

Hubo indignación y hastío, no dirigido a Wei WuXian, que trataba de ayudar, sino hacía sí misma. Y si bien, preferiría tener un baño caliente, no deseó apresurar su llegada a la finca familiar.

Se apartó, y se encerró en el baño durante un tiempo. Se mojó con agua helada, corriendo los sutiles rastros que evidenciaron maquillaje. Secó su rostro con algunas servilletas de papel, pero fue inutil. Pronto se afligió por la calidez de lágrimas derramándose por sus mejillas de pura frustración.

Contuvo la respiración engrosada y se mordió el interior de la mejilla para no llorar.

Wei WuXian le sacó del hilo de sus pensamientos dando un suave golpeteo a la puerta.

"¿Estás bien?", preguntó.

Cerró la llave del agua, y sorbió la nariz con poco recato.

"Si".

Wei WuXian no pareció notar nada, o se abstuvo de mencionarlo. En su lugar, se emocionó, como su hermana solía hacer en las tiendas de ropa al probarse algo que ella había escogido exclusivamente para WangJi.

"¡Te queda mejor de lo que imagine! ¿Quién hubiese pensado que los pantalones anchos te estilizan tan bien?", Lan WangJi sabía que Wei Ying solo trataba de hacerle sentir mejor. Pero fue innecesario.

Fue desagradable pensar que mentía en sus palabras.

Lan WangJi colocó su cambio anterior en una bolsa de papel y le dejó descansando en el casillero donde depositaba sus cosas. Lidiaría con ello más tarde. No hubo mucho que pudiese hacer por la mancha o el desastre, su única alternativa fue tirar la ropa a la basura.

"Gracias".

"¡No hay de que Lan Zhan, pero no me mires con una expresión tan sería! Me da escalofríos cuando me agradeces así. ¿Qué tal si me das una sonrisa en su lugar?"

"..."

"De acuerdo, no sonrías. Así como estás, ¡luces perfecta!"

Lan WangJi se tragó un 'qué absurdo', y parpadeó.

La mujer no le dejó ir hasta que se aseguro que Lan WangJi estaba mejor, a lo cual pensó: 'Se ha dado cuenta de que estaba ocurriendo en el cuarto de baño'.

Dieron un breve recorrido por la sala de empleados, aunque WangJi ya estaba familiarizada con el espacio.

Escarbando entre sus pertenencias se hizo con una caja de tapa abierta de un solo toque. Lucía mucho como un estuche de accesorios. Se destacó por el brillo del metal y las pegatinas que, muy probablemente Wei WuXian le colocó. Pues fue una mezcla inusual entre formas de horror y fantasía en colores pastel.

Hubo toda clase de artículos dentro. Desde bandas para el cabello y redes, hasta medicamentos sin prescripción para lidiar con los calambres y náuseas.

"No los necesito, así que sientete libre de utilizarlos si tienes incomodidad".

Lan WangJi se abstuvo de tomar nada, pero agradeció el detalle con un intento débil de sonrisa.

Su corazón martilleó de manera inusual, pero se negó a reconocer las razones de ello.

El resto del día fue, por decirlo de alguna manera, complicado. Apenas tuvo energía para socializar más allá de las órdenes por atender, y no se le forzó a incorporarse en la cháchara trivial. Mo XuanYu mencionó algunas de las situaciones complicadas en casa de su tía materna y Luo Qingyang se lamentó por la última cita desastre que tuvo.

Entendió que trataron de animarla, pero aún así no se sintió con la facultad de aportar nada, y se limitó a escuchar de manera atenta.

"¿Estás saliendo con alguien?", preguntó Mo XuanYu con apocamiento.

Aún cuando negó, se le escuchó a Wei WuXian pronunciarse desde el corredor. "Aiya, ¡no le estén preguntando esas cosas a Lan Zhan!"

Mo XuanYu se encogió con cierta timidez, más no ocultó la risita baja, sin muestra de arrepentimiento, antes de desaparecer en dirección a las mesas por limpiar.

Wei WuXian había estado inmersa en su oficina el último par de horas. Frente al inminente cierre, se hizo un lugar para ayudar a terminar la limpieza lo antes posible.

La mujer trabajó inusualmente cerca de WangJi, y ella se preparó mentalmente en caso de que Wei WuXian quisiese exprimir el tema. En su lugar, preguntó: "Dime Lan Zhan, ¿pasaran a recogerte o te irás sola a casa?"

Wei WuXian evitó su mirada pese a la pregunta casual. Pero ignoró, y no le dio segundas lecturas al comentario.

"Xiao Zhuliu ya está en camino".

"Tú chofer, ¿cierto?"

"Mmhm".

Wei WuXian se limitó a asentir y no dijo nada más. De cualquier manera, Lan WangJi no tenía la energía para lidiar con el viaje en tren esa noche.

Desde la distancia escuchó a Mo XuanYu invitar a Luo Qingyang al bar cercano, con intención de distraerse un rato en búsqueda de alguna cita.

Wei Ying saltó de su silla y se apresuró al par de chicos con evidente queja, "¡Ah! ¿por qué no me invitan a mi?"

Todo fue risas y bromas tontas hasta el término. Wei WuXian colocó la alarma de la tienda y dio una mirada al grupo que aguardaba por ella para continuar con sus planes nocturnos.

Lan WangJi reconoció a Xiao Zhuliu desde el rabillo del ojo, y acortó la distancia entre Wei WuXian y ella, haciendo una promesa de lavar y devolver el juego de ropa que se le proporcionó.

"No te preocupes, no hay prisa. Deberías regresar a casa y dormir temprano".

Todos se despidieron haciendo un gesto vago con la mano, y una vez llegada a casa se abstuvo de cenar y se metió directamente a la bañera. Permaneciendo ahí hasta que el agua en las tuberías heló.

Solo entonces se vistió con una muda de ropa limpia, bebió un poco de té y se fue a dormir.

El día siguiente fue menos agobiante. Wei WuXian no actuó de manera extraña ni zumbó a su alrededor como una abeja sobre el polen. Lo cual agradeció con demasía, pues aligeró la sensación de exposición. Pero, al paso de las horas, y tras reflexionarlo durante un tiempo, asumió que era algo que ocurría a cualquiera, y no había razones por las cuales avergonzarse.

Por lo cual, lo superó a su manera.

Wei Ying le llevó un obsequio dos días más tarde. Era una bolsa de papel sin marca, donde yació una bufanda tejida a mano con hilo grueso. Lan WangJi apenas alejó la vista del interior de la bolsa, y sin embargo, cuando se apartó, buscó el rostro de Wei WuXian para entender sus intenciones.

"Supe que tuviste que tirar tú ropa a la basura", Lan WangJi apartó la mirada, y escuchó el crujir del papel bajo sus dedos. "¿No sería raro comprar un duplicado de tú ropa? Ya que no tengo tan buen ojo para las tallas, decidí hacerte un obsequio. Algo para animarte... ¿Eso... eso estaría bien?"

"Mmhm, está bien", cedió.

Wei Ying floreció y se alivio al haber acertado con el regalo, lo que a su vez aligero el corazón de Lan WangJi.

Que sintió que poco a poco podía abrir su corazón a la amabilidad de las personas.


❖ ❖ ❖


Wei WuXian era, por decirlo de alguna manera, una mujer extraña.

Se satisfizo por la mínima interacción con Lan WangJi y rió a carcajadas frente a los comentarios breves de Lan Zhan. No haciendo burla a su persona o humillandola, sino por la autenticidad en su discurso directo.

Una tarde lanzó un chillido de emoción, el cual le recordó a una niña pequeña, al notar que la etiqueta de su bolso había sido reemplazada con el colgante de conejo que le había obsequiado.

Esto tuvo a Wei WuXian de buen humor, lo que a su vez fastidió a los empleados de la tienda. Estos emitieron quejas frente al excentricismo de sus jefes. Primero Nie Huaisang y el constante drama con su hermano mayor, ahora Wei WuXian y su predilección por Lan WangJi.

Pensó que era producto de su imaginación, hasta que Luo Qingyang hizo mención de ello en una conversación intrascendente durante una hora muerta.

Lo más babélico fueron los apodos aleatorios con los cuales comenzó a llamar a Lan WangJi.

No trató de dar segundas lecturas a su comportamiento. Pese a lo que podía sentir o suponer, Wei WuXian se caracterizó por llamar a otros con toda clase de sobrenombres. A Nie Huaisang, Nie-xiong; a Luo Qingyang, MianMian, y a Mo XuanYu le dijo 'Yu-er' en una ocasión que se burló de un comentario tonto que hizo.

Fue cuestión de tiempo para que Wei WuXian le dijese 'Lan er-mei', 'Meimei' 'Xiao-Tuzi' e incluso 'Bunny'. La razón de ello: Desconocida.

Lan WangJi lidio con el calor subiendo por su rostro, y el sonroso en la punta de sus orejas a causa de los apodos bochornosos. Durante el almuerzo balbuceó una negativa, pero la timidez en su respuesta no convenció a Wei WuXian, que siguió usando toda clase de nombres tontos.

A lo que Lan WangJi oró a los dioses preguntando la clase de karma que estaba pagando.

Cruzó los dedos ante las esporadicas visitas de su hermana mayor para que no escuchase a Wei WuXian hacer el tonto. No podría vivir una larga vida pacífica si su DaJie alguna vez se enteraba de ello.

Al inicio no le tomó importancia, más tarde lo consideró molesto, pensando en que Wei WuXian era una mujer coqueta y desvergonzada que no le tomaba en serio. Finalmente, se convirtieron en apodos sin segundas intenciones.

"Oye Lan Zhan, ¿podrías preparar la leche para el latte?"

"Mmhm".

Aiya, MianMian, no seas así!", se quejó Wei WuXian desde el mostrador.

Lan WangJi y Mo XuanYu se vieron mutuamente y aguardaron curiosos el desenlace de alguna absurda discusión.

"¿Ah?", se quejó Luo Qingyang. "¿Qué hice esta vez?"

"¡No puedes llamar a Lan Zhan, Lan Zhan! ¡Solo yo puedo decirle así!", lloró de manera miserable.

"¡Eso es absurdo!, ese es su nombre. Además, a Lan Zhan no le molesta que le diga así".

"¡Pero es mí Lan Zhan!", consciente de la mirada fija de Lan WangJi, titubeó en sus palabras, y trató de corregirse. "Ah, como... mí amiga, Lan Zhan".

Wei WuXian chasqueó la lengua y se encerró en su oficina con un evidente ceño fruncido.

Luo Qingyang suavizó la situación, y entre bromas señaló que Wei WuXian solo estaba siendo rara. "De nuevo." Y con esto regresaron al trabajo.

Lan WangJi había accedido a que el resto le llamara por su nombre o alguno de los apodos de Wei WuXian, suponiendo que era un mote poco severo, algo más informal.

Hasta que volvieron a llamarle por el nombre WangJi, y fue la misma Luo Qingyang quien aclaró que Wei Ying había comenzado una caza de brujas a todo aquel que llamara a Lan WangJi con tan poco respeto. Entendió que Wei WuXian no solo estaba siendo desvergonzada, ¡sino que estuvo coqueteando con ella de manera descarada!

Lan WangJi no ansío reconocerlo por temor al inminente rechazo. Fue feliz con la inusual compañía de Wei WuXian, y su manera de actuar. Estaba al tanto de sus propios sentimientos y el burbujeo inquieto que causó cuando compartían espacio. Pero, a su vez, se encontró pensando en imposibles, ya que había notado a Wei WuXian coquetear con algunos clientes en pro de vender algunos productos especiales. Tal vez fue algo propio de su persona, y no afectos reales por Lan WangJi.

Wei WuXian era una persona amable, carismática y sociable. Aún si su gusto se inclinaba a las mujeres, ¿por qué vería a Lan WangJi como alguien digna de contemplación?

Esto derivó en intentos por alejarse, y renegar la desdicha a su suerte. Después de todo, nadie quería de manera sincera a las personas como Lan WangJi.

Pensamientos como 'ridícula', 'molesta' y 'desvergonzada' fueron cada vez más comunes en su cabeza.

Solía perderse en su mente, pensando en todo y nada. En su pasado y la bruma dolorosa del presente. De pronto Wei WuXian inundaba su mente y todo se volvía un poco más claro, y melancólico.

"Eres molesta, Wei WuXian", no pudo evitar estallar, una tarde durante el almuerzo.

Lanzó una carcajada, y sus mejillas adquirieron color, a la par refutaba su declaración. "No lo creo, ¡de ninguna manera! Esta meimei no está siendo honesta. Puedo ver que te has sonrojado aquí y acá", pinchó con ligereza sobre la mejilla.

Entonces, el almuerzo se vio interrumpido, y Wei WuXian pestañeó confundida.

Lan WangJi sabía que estuvo mal. Simplemente no encontró el modo de lidiar con sus emociones. Tuvo miedo y pánico al reconocerlo. Sabía que estaba reprimida, que vivió una vida en donde se le inculcó contener sus sentimientos, miedos y expresiones. Como una represa vieja, sintió los primeros agujeros, y supo que pronto se desbordaría, y no sabría qué hacer.

Solía apartarse de toda clase de personas como un mecanismo de defensa, con la única excusa de mantenerse a salvo.

Quizá su frustración partió de ese extraño sueño que tuvo la noche anterior. De solo recordarlo sintió vergüenza y se asequeó por tener pensamientos tan impúdicos y profanos por alguien que nunca había mostrado esa clase de intenciones hacía ella.

Verle solo le puso de mal humor, y la hizo rabiar debido a su propia debilidad.

Desde la distancia notó a Wei WuXian reír y contar alguna historia trillada que había ocurrido en su juventud. Sus manos hábiles gesticulaban tanto como hablaba y la expresión traviesa en su rostro le añadió cierto encanto rebelde. Fue particularmente encantador cuando trató de sacar de quicio a los clientes molestos que eran groseros con los empleados del mostrador.

La tensión permaneció, Lan WangJi tuvo su día de descanso, y supuso que todo mejoraría si no veía a Wei Ying. No fue así. La distancia solo acrecentó el pensamiento constante en ella. En los breves espacios entre el agobio, el llanto y la excitación, contempló a Wei WuXian como ese alguien a quien deseaba alcanzar pero a quien temía en igual medida por las emociones inteligibles que provocó.

Al día siguiente trabajó como correspondió, y trató a Wei WuXian en lo estrictamente necesario y no buscó su rostro. Durante el descanso, se saltó el almuerzo y atravesó el cristal para apreciar a la pareja de conejos que reposó plácidamente cerca de la estación de Qin Su.

Lan WangJi y ella no interactuaron con demasía debido al horario de descanso incompatible y la división del muro de cristal. Incluso a Qin Su le sorprendió su presencia ahí, más no dijo nada, ya que era habitual que visitará al cierre para sostener a algún felino por un par de minutos.

Lan WangJi sintió el peso de la mirada de Wei WuXian contra su espalda pero no lo reconoció.

Cuando el tiempo terminó, regresó al frente para ayudar a Mo XuanYu con la máquina de café.

"¿Ocurre algo?", inquirió Wei WuXian.

"No".

"Oh... No almorzaste", dudó. "¿Ya habías comido antes?"

"No tenía hambre", con eso dichó, se separaron. Lan WangJi se dedicó a limpiar un par de mesas libres, y Wei WuXian permaneció en su sitio hasta que regresó a su oficina. Cerca del término de la jornada, Lan WangJi se encontró cubriendo el etiquetado, pues recientemente habían llegado los insumos de los distribuidores y se consideró oportuno etiquetar el café de venta.

"¿Hice algo que te hiciera sentir incómoda?", se escuchó una voz llamar a sus espaldas.

Lan WangJi se sobresaltó, más su rostro ausentó cualquier emoción.

"No", fue su respuesta.

Wei WuXian caminó en círculos por el espacio, y se lamentó para sus adentros, con evidente pesar. "¡Lo sabía! ¡Wen Qing dijo que pasaría!", Lan WangJi no sabía quién era esa Wen Qing, pero su mención provocó una sensación agria en la boca del estómago. "¡Dime, Lan Zhan! ¿Qué hice mal? Sea lo que sea, me disculpo. No quería hacer las cosas raras entre nosotras".

"No es eso...", sintió que las palabras se estrangulaban en su garganta. Cuanto más se acercaba Wei WuXian, sin intención de aprisionarla, más inquieta se sentía. No porque Wei WuXian estuviese actuando de manera extraña, sino por el hilo de pensamiento de la propia WangJi. Ella fue quien mantuvo pensamientos lascivos y se frustró por sus propios sentimientos. Wei WuXian se dio cuenta de su indisposición y atribuyó su rechazo como su culpa. Por más que ansío explicarse, le fue imposible. WangJi jamás se caracterizó por ser buena en las palabras, sin embargo, cuando se presionaba a hablar, las palabras se negaron a salir.

"Entonces, ¿qué es?". Sin tiempo de respuesta, Wei WuXian se apartó como si su toque la hubiese quemado y se alarmó. "¡Ya no quieres ser mí amiga!"

Sintiendo la sangre arder como aceite hirviendo, acrecentó la distancia con una respiración engrosada y entrecortada.

¿Cómo aclarar que no quería ser solo una amiga?, que el problema estuvo en ella, nunca en Wei Ying.

Incapaz de lidiar con sus sentimientos y situaciones sociales complicadas, abandonó la escena en silencio. Wei WuXian trató de tomar su muñeca, y hablar. Pero Lan WangJi le rechazó temerosa del tacto.

Ante esto, Wei WuXian aplanó su expresión y la sonrisa en labios se perdió. No hubo rastro de humor. Solo confusión y resignación. "Esta bien", fue lo único que dijo.

Lan WangJi se encerró en el baño durante un máximo de dos minutos antes de tranquilizarse. La piel del brazo escocía por el trato brusco al haberse rascado en un intento desesperado por lidiar con la ansiedad que le subía como un sarpullido.

El día llegó a su fin y Wei WuXian hizo acto de presencia durante pocos minutos, en el extremo opuesto del negocio.

Wei WuXian tomó su descanso al día siguiente. El almuerzo fue aburrido, al punto en que su comida careció de todo sabor. Mo XuanYu y Luo Qingyang conversaron entre ellos, y apenas dijeron nada ante el mutismo situacional de WangJi.

Regresó a casa en tren. El frío golpeó su rostro hasta congelar la piel en sus mejillas. Le dolieron los pulmones ante el gélido de la noche, mientras contemplaba las vías del tren y mantenía a raya los pensamientos que le tentaban a saltar, y sintió la tela suave del colgante en su bolso.

'Cierto, la etiqueta ya no está', reflexionó.

Sus uñas se enterraron en el dorso de la mano, y sintió tanto vértigo por el sonido del tren que tuvo que sentarse en una banca cercana para no caer.

Leyó el mensaje de texto de su hermana preguntando si estaba interesada en salir a cenar juntas, pero no contestó. Lo había enviado durante la tarde, supo que era demasiado tarde para dar respuesta. El tren abandonó el andén. Así que espero el siguiente tren, a lado de una anciana raquítica cubierta del frío con un pesado abrigo y múltiples capas tejidas.

Pasaron los minutos y permanecer sentada en su sitio le resultó imposible.

Las puntas de sus zapatos rozaron el límite pintado en el suelo. Estaba casi vacío debido a la hora, pero los operadores y encargados de oficina rondaron en los alrededores sin prestar atención a WangJi.

Solo por un instante consideró la opción de ceder el peso hacía adelante. En terminar con todo, con esa sensación de despersonalización, soledad e incomprensión. WangJi no pudo odiar ni tener malos sentimientos por nadie... más que por sí misma. Agotada de un mal rato, que no parecía tener fin, considero...

¿Qué considero?

¿...Qué quería realmente?

¿Qué deseaba...?

Siempre le desconcertó el no entender porque no podía vivir una vida normal.

Sin importar cuando hubiese intentado cambiar de sí misma no conseguía lograrlo. Durante toda su vida buscó traer un poco de paz a su corazón, pero todo resultó infructífero, sintiendo que estaba inmersa en una batalla perdida.

Su mano se sacudió por la vibración del móvil, alertando un nuevo mensaje de texto. Con la vista empalada por un filtro acuoso y cristalino, entreleyó los caracteres correspondientes al nombre Wei WuXian, aún cuando WangJi la hizo sentir culpable, envió un mensaje preguntando si había llegado a salvo a casa. Y eso fue suficiente para romperla.

'¿Por qué Wei Ying sigue siendo amable conmigo?'

'¿Por qué?'

Encogiéndose en su sitio, se aferró a su estómago, y sin emitir un solo ruido, ocultó el calor y humedad de su rostro. Dio algunos pasos lejos del andén, tecleando el número de contacto de su hermana mayor. Preguntó: "¿Puedes recogerme?"

Escuchó la preocupación en la voz de su DaJie, y se sintió culpable, pero aliviada. Triste, confundida, decepcionada de su propio progreso. Mientras esperaba no pudo evitar pensar en que el mensaje de Wei WuXian había provocado algo, algo, aún si no era consciente de ello.

Y lo agradeció en silencio.

Tecleando de manera breve, escribió: [Bien, ten una buena noche].

Entonces aguardó.

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