
III. Decisiones parte III
WangJi no escribió la solicitud enseguida.
Pese a sus deseos iniciales, se tomó un par de días para redactar una solicitud idónea. Se encontró inquieta frente a la opinión del tío y el inminente rechazo por parte de Nie Huaisang.
El resto de la semana transcurrió sin nada destacable en su rutina. Fue un día a día monótono y repetitivo. Por las noches, después de la cena, se hacía en su escritorio para terminar sus deberes y se quedaba en blanco frente a la solicitud digital a medio redactar.
Hasta que una noche, después de considerar escenarios poco agradables en su mente, se forzó a escribir un correo al segundo maestro Nie a mitad de la noche y dio enviar sin demasiadas esperanzas.
Se vistió, desayunó y se dirigió a la universidad. La mañana dio paso al mediodía y después a la tarde. Lan Zhan se dijo que debía ser paciente, y no desanimarse al no recibir respuesta. Sabía que se estaba imponiendo, ni siquiera había una vacante abierta en el negocio de Nie Huaisang, y los espacios debían estar cubiertos a la perfección.
Esa noche, mientras hablaba con su hermana mayor, recibió la alerta de un correo. Fue bastante informal, aunque poco cercano. Probablemente, escrito por el mismo Nie Huaisang.
En un vaivén de correos, que se sintió como un grupo de chat, se acordaron algunas condiciones y horarios, y se le recomendó encontrarse con el gerente de la tarde para comprender las actividades a desempeñar.
Sintiendo un pinchazo de esperanza, Lan WangJi se permitió reconocer la emoción y la alegría breve frente a tal oportunidad.
Contó a su hermana mayor sobre las buenas noticias, y se fue a la cama sintiendo un nudo en el estómago.
Como era de esperar, no concilio el sueño, aunque poco importó.
❖ ❖ ❖
Para su desgracia, sus pensamientos se guiaron a escenarios fatalistas y desalentadores.
'¿Qué harás si no logras adaptarte?'
'¿Y si la gente intenta lastimarte?'
'Te despedirán enseguida, eres la clase de persona que hace sentir incómodo a otros'.
'Solo te han recibido por lastima', dijeron las voces.
Perdiendo toda determinación, aguardó el tren con una expresión sin vida. El ir y venir de los vagones del tren le hicieron sentir enferma, y las personas rozando sus hombros incómoda. Se colocó la mascarilla para ignorar los olores de la estación y se aferró a la etiqueta del bolso para calmar sus nervios.
Una vez bajó en la estación correcta, caminó por algunas cuadras, y subió la colina de la calle principal. El viento invernal le golpeó el rostro, permitiendo que la ansiedad se asentara en su estómago hasta quedar en el olvido.
Apreció las formas dormidas de gatos perezosos en los ventanales de techo a piso, y las estructuras en las cuales los felinos jugaban o se amontonaban. Notó a una joven en una mesa baja, con un conejo entre sus piernas, apoyada en la mesa de manera perezosa mientras trabajaba en su computador. Y una pareja conversando con algunas bebidas frías a medio consumir.
Su reloj de muñeca marcó la hora, al menos quince minutos antes de la reunión programada. Le gustaba la puntualidad, pero el tiempo voló hasta la hora en punto, y ella se negó a entrar por pura inquietud.
Al hacerlo, fue recibida con el olor a café tostado y la calefacción que golpeó sus articulaciones congeladas.
Se percató de estudiantes atrincherados en las cabinas para estudiar, y amantes de las criaturas peludas llenando de atención a los felinos del lugar. Cientas de opciones de postre brillaron frente a ella desde la vitrina de cristal, y se preguntó, si era adecuado comprar algunos dulces para el té que solía compartir con su hermana mayor.
La mujer en la barra se percató de su presencia, y con una sonrisa servicial se acercó al frente. Lan WangJi hizo lo mismo, por lo que, tras un par de frases incómodas e inconexas caminaron al fondo del negocio. Una mujer diferente, joven, solo un poco mayor a WangJi, relevó el frente y no contuvo la curiosidad por Lan WangJi.
"Tú eres Lan WangJi, Huaisang dijo que vendrías".
'Eso ya lo has dicho', pensó. Sin embargo, no dijo nada y asintió de manera educada.
La oficina principal se destacó por el buen gusto. Similar al interior mantuvo una estética interior de transición y madera cálida. Wei Ying, Wei WuXian, como se presentó, le pidió tomar asiento y WangJi obedeció.
"De acuerdo a la solicitud atenderás la mitad del turno de la tarde", comentó a la par examinaba el curriculum en mano.
"Mmhm, estudió durante la mañana"
"Oh, no hay problema. Somos flexibles en ese asunto" añadió. "Si necesitas algun día libre para atender tus actividades académicas, no olvides informarlo. Haremos los ajustes pertinentes en tus horarios".
Lan WangJi agradeció las atenciones, se preguntó si estaba frente a un acto de favoritismo ante la familiaridad con Nie Huaisang, o el negocio era así de condescendiente con sus empleados. Pronto se sintió incómoda, pero la sonrisa relajada de la encargada fue radiante y luminosa. Lan WangJi ya no podía considerarse una juez de carácter. Las sonrisas, las palabras amables y el buen trato podrían no significar nada. Wei Ying pudo limitarse a actuar cordialmente satisfaciendo el rol de gerente. Nada le aseguró que fuese su verdadera personalidad.
Conteniendo el jugueteo nerviosos de sus dedos, formó puños apretados y se obligó a relajar la expresión para parecer menos sería. Había practicado frente al espejo muchas veces, para su desgracia, sin importar cuánto se esforzara no logró deshacerse de las líneas inexpresivas y la falta de emoción en su boca.
Discutieron algunos acuerdos, y la paga semanal. Lan WangJi no estaba tomando el empleo porqué necesitaba dinero. Tenía sus propios fondos, por parte de la herencia de sus padres. Aún si se dedicaba a una vida de ocio, no terminaría de gastar su pequeña fortuna. Wei WuXian pareció notar eso, ya que WangJi asintió sobre su sueldo sin gran emoción y asintió sin siquiera ver el número escrito. Aunque, se hizo una idea aproximada tomando en cuenta el margen de salario mínimo que buscó en internet durante su descanso entre clases.
Wei WuXian dio una sonrisa, no forzó temas incómodos y tampoco fue demasiado entrometida. Dejaba espacios entre sus explicaciones en caso de que WangJi deseáse preguntar algo, y no dudo de su inteligencia preguntando constantemente si había comprendido.
Eso estuvo bien. Entendió porque Wei WuXian estaba a cargo. En realidad, no tanto como eso. A palabras de su hermana mayor, Wei WuXian y Nie Huaisang se caracterizaron por ser amigos de la infancia, probablemente pareja, en una asociación de algún tipo en la creación del café.
"Por favor, ¡no me veas como tú jefa!", se quejó. "Soy más como la encargada. Yo no selló ningún cheque, aquí el jefe es Huaisang. Soy solo tú buena amiga Wei Ying, ¿bien?"
Lan Zhan no lo creyó, a la gente no le gustaba ella.
Supo que solo trataba de hacerle sentir confortable, pero no discutió.
"Gracias".
Wei WuXian resplandeció. Fue transparente, como los cristales en el rascacielos donde se ubicó la oficina de su hermana. A Lan WangJi le gustaba ver el mundo desde las alturas. Todo fue pacifico e intrascendente. Sin ningún asunto apremiante o inquietud con la cual llenar su mente. Wei WuXian, no ocultó las emociones en su rostro: disgusto, queja, diversión o tensión. Le agradó, aún si mentía en sus palabras acogedoras, su rostro siempre dijo lo que deseó decir.
En realidad, Wei WuXian era una mujer hermosa. Misteriosa e intrigante. A primera vista, se presentó como una mujer intimidante. De melena de corte irregular y tan oscura como la obsidiana. Sus facciones evidenciaron la madurez, pero la jovialidad de una personalidad relajada. Hubo algunas perforaciones en sus orejas y el manchón de tinta que subía hasta los nudillos, y se ocultó debajo de la camisa arremangada hasta el antebrazo.
Wei Ying recomendó volver al frente para un recorrido corto, y Lan WangJi no encontró inconveniente en ello. Se le presentó la barra y la maquinaria a manejar, aunque no ahondó en detalles para no agobiarle con la saturación de información. Lan WangJi conoció a Luo Qingyang, una empleada de tiempo completo que solía atender el frente. También se le mostraron las cocinas, en realidad un pequeño espacio designado para la repostería y la panadería en exhibición. De acuerdo a Wei WuXian, muchos de sus productos se vendían a otros negocios, "esa es área de Wu MinZhe, él está más familiarizado con el funcionamiento interno de la panadería".
Lan WangJi notó a un hombre de mediana edad, dirigir a un par de empleados de cocina, monitoreando las batidoras industriales y los carros llenos de pan en enfriamiento. El hombre, Wu MinZhe saludó a ambas mujeres con una sonrisa. Su ceño fruncido fue menos severo, y le recordó ligeramente al tipo de expresión que Nie MingJue solía hacer cuando le visitaba.
"Jefa, si tienes algo de tiempo libre, ¿podrías ayudar a decorar algunos pasteles?", preguntó el hombre.
"¡Que irrespetuoso! Llámame por mí nombre".
El hombre negó con cierta tensión y regresó a su trabajo, inmerso en alguna broma personal.
"No le hagas caso", arrulló Wei Ying. Lan Zhan no pudo evitar pensar en que las personas dentro del negocio parecían llevarse bien, pese a la extrañeza de la encargada. A palabras de Wei WuXian, se le prohibió de manera tajante meter cualquier cosa al horno, después de una serie de órdenes creadas a inicios del negocio. Pese a ello, se destacó por su talento en la decoración con la manga pastelera. "¿Quién crees que le enseño al jefe de panaderos a decorar los lindos pasteles del frente?"
Lan WangJi no logró discernir si se le estaba tomando el pelo.
"Solo bromeo, tomé cursos de decoración de pasteles en el primer año de abierta la tienda".
Lan WangJi consideró el comentario lógico, así que ninguna de las dos se ensañó en el tema.
Tras despedirse, se dirigieron a la sección destinada a los gatos. El negocio se dividió en dos secciones, apenas separadas por una enorme pared de cristal y puerta de vidrio, para impedir la diseminación de pelo de felino para aquellos clientes con alergias.
"Tratamos de mantener todo limpio y en orden. De no mezclarnos entre secciones para mantener la higiene".
Lan WangJi no sabía mucho sobre el funcionamiento de esa clase de negocios, así que partió desde la ignorancia y escuchó con atención las palabras de Wei WuXian.
La encargada de sección se presentó como Qin Su, quien fue lo suficientemente amable de explicar que, algunos de los felinos fueron rescatados de las calles y se encontraban en adopción, además, algunos clientes cubrían un costo de ingreso por un período de tiempo en la zona donde se encontraban los gatitos, y dicho monto se destinaba íntegramente a sus cuidados.
Lan WangJi no pudo evitar enternecerse por las dóciles criaturas. A ella siempre le gustaron los animales de todo tipo. Pero el tío había prohibido las mascotas en casa, así que se consoló con verles desde la distancia. Ocasionalmente, se detenía frente a la tienda de mascotas en el centro comercial cercano a la universidad, y veía a los gazapos o gatos recién nacidos durante varios minutos.
Pero jamás se animó a entrar a la tienda y continuó su camino como si nunca hubiese hecho tal desvío.
"¿Por qué hay conejos?", preguntó por mera casualidad.
"Oh, mí culpa", dijo Wei WuXian con gran diversión. "Rescate un conejo, pero no sabía que estaba esperando bollos. Hasta un par de días después. Sin embargo, fue demasiado tarde para hacer algo al respecto. Los clientes se encariñaron de ellos, y cuando los gazapos fueron lo suficientemente grandes para sobrevivir sin su madre, nos fue imposible separarles".
Charlaron de esto y lo otro. Lan WangJi no hizo demasiadas preguntas, y se limitó a asentir a todo lo que se le dijo. El exterior evidenció el crepúsculo cuando el recorrido llegó a su fin. Lan Zhan se sintió saciada por la instrucción de los empleados y la atención de la encargada.
Con un par de indicaciones más, se le recomendó ir a casa, bajo la excusa de asimilar la información proporcionada, y Lan WangJi no dio opinión sobre ello.
"... Entonces, te veré mañana por la tarde", se despidió Wei Ying con inusual amabilidad.
"Mmhm, hasta mañana".
Wei WuXian se emocionó.
No sabía si estaba siendo sincera o solo un elemento convincente de RH. Se ajustó el abrigo de lana y enrolló una bufanda en el cuello. Mientras se apartaba, vio a Luo Qingyang despedirse con la mano, y WangJi imitó.
La ansiedad en la boca del estómago se convirtió en un inusual burbujeo, y con ello, bajó la avenida en dirección de la estación de tren para llegar a tiempo para la cena.
❖ ❖ ❖
A Lan WangJi le tomó un par de días adoptar el cambio de rutina. Fue elogiada por su diligencia y la capacidad de adaptación y rápido entendimiento.
Sus compañeros de turno fueron amables con ella. No le observaron con arrogancia frente a su ignorancia, ni le riñeron frente a sus preguntas. Luo Qingyang, que solía encargarse de la barra cuando Wei WuXian no estaba presente, le acompañó a lo largo de los días, señalando las bebidas más populares entre los clientes.
Qin Su le preguntó si se estaba adaptando bien en un corto encuentro entre los casilleros.
Lan XiChen solía llamarle en las noches, justo después de la cena y antes de que tomase un baño, preguntaba por su día, y los relatos breves. No se le presionó a aportar más y WangJi añadió aquello que consideró oportuno.
En sus descansos, se hizo en una cabina cercana al cristal que dividía el café, y se embelesó de las formas peludas apenas visibles desde su sitio. Picoteó su caja de almuerzo, masticó el tofu salteado, los vegetales y el fideo de arroz. Había pasado más de la mitad de su turno contemplando a una pareja de gatos dormitar, por lo que su comida se enfrió, y perdió el apetito.
"¿No tienes hambre?", preguntó una voz femenina. WangJi contuvo el martilleo de su corazón ante la evidente sorpresa. Y Wei WuXian, apoyada contra el respaldo del sofá, alzó las manos en señal de derrota. "No quería asustarte".
"No me asustaste", mintió.
La mujer no pareció ver a través de sus mentiras, y sonrió.
"Dime, Lan WangJi, ¿tienes mascotas?"
"No".
"¿En serio? Pensé que si. Te vi sostener a esa pareja el otro día durante el cierre".
Lan WangJi apartó la vista y se encogió en su asiento. Sintió el calor subirle por el cuello hasta las orejas, y se avergonzó al ser descubierta en un acto vergonzoso. No hubo razones por las cuales sonrosarse al sostener un gato. Sino en el hecho de ser vista por otros, probablemente ser burlada por sus gustos.
"No tengo mascotas".
"¿Por qué no? ¿Tienes alergias?"
Lan WangJi negó.
Entendió porque se le preguntó sobre las alergias. Era sensible a la humedad y al smog, no a pequeñas criaturas peludas. Y solía utilizar una mascarilla durante el cierre para evitar atrapar un resfriado en las frías noches de invierno.
"No tengo alergias".
Wei WuXian soltó una risa sin voz, y le sonrió. Tras un suspiro se hizo un lugar frente a WangJi, y se autoinvitó a su mesa. La mujer sólo podría ser descrita como extraña. En un inicio, pensó que su amabilidad partió a petición de Nie Huaisang, pero con el tiempo, notó que Wei WuXian era entrometida por mero placer personal.
Solía llenar a WangJi de preguntas. Muchas de las veces se vio tentada a callar, manteniendo el estoicismo. Sin embargo, al razonar que se trataba de su superior, se obligó a dar respuesta.
Wei WuXian era una jefa inusual. No parecía disfrutar las responsabilidades del puesto, pero se desenvolvió bien en el rol. Se preocupó por sus empleados, atendió el frente e incluso limpió las mesas como cualquier empleado. No disfrutó ser llamada jefe y le pidió en más de una ocasión que le llamara Wei Ying. Nadie en la tienda llamó a Wei WuXian, Wei Ying, así que Lan WangJi se abstuvo de hacerlo.
Pasar tiempo con Wei WuXian fue una experiencia enriquecedora, aunque un dolor de cabeza en igual medida. Tenía el talento de hablar por horas y horas, a la par realizaba sus actividades. Debido al entrenamiento y asesoramiento al que se vio sometida, caminó detrás de Wei WuXian como un patito a su madre.
Al término de aquella semana, WangJi asimiló el uso de la máquina de café y se vio practicando las formas de lattes.
"¿Te gustan los animales?"
Forzando un bocado de vegetales, Lan Zhan zumbó: "Mmhm".
"¿Cuáles son tus favoritos? En realidad creo que todas las pequeñas criaturas son adorables. Aunque ellas no tienen gusto por mí. ¡¿Puedes creerlo?!, ven esta hermosa cara e intentan arañar. Los conejos están bien, los gatitos son lindos cuando no tratan de sacarte los ojos. Los perros son un gran no".
Lan WangJi no preguntó la razón de su desagrado, pero Wei WuXian añadió de todos modos, al leer su curiosidad silenciosa. "Tenía un vecino, tenía un perro enorme. Yo solo estaba jugando en el patio y su ... ¡Su bestia! se abalanzó sobre mí y me mordió".
La menor de las hermanas Lan, contuvo el aliento ante la narración. 'Debió ser muy traumático', no dijo. Apreció el estremecimiento en la mujer y el escalofrío que le recorrió por debajo de la piel.
"Tuvieron que darme puntos, y tuve una fea cicatriz por años" Wei WuXian se levantó la manga de su camisa, y expuso su brazo cubierto en tatuajes, Lan WangJi no supo qué tenía que buscar a simple vista, hasta que Wei WuXian torció su extremidad en un ángulo incómodo y proporcionó sombras a la piel. Entonces logró discernir el relieve irregular por debajo del codo, donde se formó una marca.
"Duele mucho", mencionó con empatía. Sus dedos se encresparon formando puños, y contuvo la necesidad de sentir la tirantez con la yema de sus dedos.
"Ya no duele. Las cicatrices no suelen doler".
Lan Zhan no estuvo muy de acuerdo, pero guardó el comentario para sí misma.
Ambas centraron su atención en la pareja de felinos; les habían encontrado anidando en una caja de cartón durante el mal tiempo. El gato de pelaje encrespado en un particular gris ahumado, tenía al menos seis años, mientras que su compañero era un felino joven de poco más de un año. "¿Puedes creerlo, Lan Zhan?", llamó con naturalidad, sin percatarse del error de llamar su nombre de nacimiento. "Pensé que eran padre e hijo o algo similar. El gato más grande adoptando a una pequeña criatura indefensa en las calles. Fue sumamente divertido descubrir que en realidad eran una pareja. Aiya, ¡y tan ruidosos!, por fortuna se les esterilizo a tiempo".
Lan WangJi no tuvo mucho que decir, así que se centró en beber su té, y terminar las guarniciones de su almuerzo.
Asentía sin palabras cuando lo consideró pertinente, y dio respuesta verbal a cuestiones que así lo requirieron. Wei WuXian no encontró problemas en su manera de actuar, o en lo reservada que solía ser.
No la obligó a ser parte de la conversación, ni le reprendió por tan antipática personalidad.
No pudo evitar preguntarse si se trataba de alguna broma, un juego sucio o mero compromiso a las órdenes de Huaisang. Una parte de ella ansío que la inusual cercanía naciese de intereses personales y curiosidad.
Al término del descanso para comer, regresaron a sus actividades. Wei WuXian se encerró en la oficina las últimas dos horas de turno, y atendió el papeleo que Nie Huaisang se negó a concluir debido a lo estresante de dicha responsabilidad.
Esa noche, se hizo con su gabardina, y fue llamada por Wei WuXian desde la distancia agitando la mano en señal de despedida.
Aquella fue una de sus tantas conversaciones casuales. Tres días más tarde, durante el descanso para almorzar de Lan WangJi, encontró a Wei WuXian invadiendo el asiento frente a su mesa. La mujer se excusó presentando una caja de almuerzo, "¿Puedo unirme?"
Lan Zhan lo permitió.
Sin embargo, contuvo el horror en su expresión, y notó las hojuelas de chile escarchando exquisitos platillos, como si se tratase de polvo de azúcar. Era demasiado, fue casi risible. "¿Quieres un poco? Esta delicioso, lo preparé yo misma".
"No. Muchas gracias".
"¿Estás segura? El Dun niurou picante es realmente bueno".
A WangJi le dolieron los ojos de solo ver. Y su boca quemó de imaginar el sabor. Antes de que Wei WuXian intentara compartir su comida, se obligó a sincerarse. "Soy vegetariana".
La realización llegó a la mujer, que se mostró casi tímida, avergonzada de su comida. "¡No lo sabía! ¿Te molesta que coma carne? Si te hace sentir incómoda iré a almorzar por allá y-..."
"No es incómodo. Solo no como carne".
Sintiendo que había esquivado una bala, Wei WuXian resplandeció con una sonrisa de oreja a oreja y comenzó a comer. Como si fuese de lo más común. Como si disfrutara de la compañía de Lan WangJi durante el almuerzo.
Sintió un sutil hormigueo por debajo de la piel, pero decidió ignorarlo y regresó a su chow mein vegetariano.
Almorzar juntas se convirtió en una actividad compartida. Todos los días se hacía un espacio para almorzar en el mismo horario que WangJi, y le buscaba entre las mesas disponibles para comer con ella. No pudo evitar preguntarse el porqué de las atenciones. De pronto se llenó de miseria al creer que era objeto de la simpatía y lástima insolicitada de Wei WuXian.
Pero, se encontró tan desolada, que aceptó la compañía de otro ser humano aún si se trató de un acto de conmiseración.
"¿Wei WuXian y tú ya se conocían?", preguntó Luo Qingyang una tarde mientras limpiaban la barra.
"No".
"Es extraño. Normalmente se salta la hora del almuerzo y trabaja de corrido, pero comenzó a traer el almuerzo", explicó.
Lan WangJi lo encontró igual de confuso. Una vez concluido el entrenamiento, Wei WuXian siguió acercándose a ella en los breves espacios libres para conversar sobre cualquier asunto.
"¿Comenzaste a hacer tus pasantías?"
Lan WangJi estaba etiquetando algunas de las cajas del almacén, Wei WuXian se apoyó contra la puerta de manera casual y perezosa. Tenía una pizarra en manos con algunos documentos por atender, fue evidente que se desvió de su camino para una pregunta completamente aleatoria.
"Aún no".
"¿Aún?", Wei WuXian arrugó su expresión, y ladeó la cabeza como haría un gato curioso. "¿Por qué no?"
"Porque estoy en mí primer año".
Wei WuXian se apartó de manera dramática, ansío decir 'ridículo' ante el acto cómico, pero en su lugar continuó con su labor.
"¿Primer año? ¡¿Cómo es posible?! ¡Pensé que estabas en tú último año como MianMian!"
La mujer abandonó su espacio remoto y se posó a escasos centímetros de Lan WangJi. Desde tan corta distancia logró distinguir el olor a su perfume, y una mezcla inusual de picante y café. Luchó contra todo impulso para no dejarse en evidencia.
"Estoy en mí primer año", repitió.
"Si es así, ¡debes tener menos de veinte años! Dioses, todo este tiempo asumí que eras algunos años mayor".
"No", se irritó. No lo evidenció. Pero Lan WangJi acababa de colocar una etiqueta en una orientación incorrecta debido a la distracción. Tratándose de un superior no tuvo más opción que continuar con el trabajo, y la cháchara al mismo tiempo.
"¡No, no! Claro que no lo decía así, Lan Zhan. Eres tan joven y tienes ese rostro de bebé, pero actúas como toda una erudita. Supuse que solo parecías más joven debido a una buena rutina de cuidado facial", Wei WuXian se suavizó, y sus ojos se entrecerraron formando pequeñas lunas. "¿Cómo es tú vida de estudiante? ¿Interesante?"
'Insulza', deseó decir.
"Mmhm".
"¿Qué estás estudiando?"
"Negocios".
Wei WuXian, se inclinó aún más cerca de Lan WangJi, y ayudó a colocar las etiquetas. No fue intrusiva en los insumos de lado derecho, donde estaba trabajando WangJi, y se desenvolvió como si fuesen un equipo, le había visto hacer lo mismo con algunas órdenes de Luo Qingyang, también apoyando en la decoración de algunas tartas. "¿Te gusta lo que estás estudiando?"
"..."
"... Ya veo".
Inmersas en un silencio engorroso concluyeron la tarea.
❖ ❖ ❖
En su día de descanso se vio obligada a visitar la oficina de su tío. Este había dejado algunos documentos de sumo interés en su despacho, y solicitó a WangJi los entregase al chofer para que los llevara a la sede lo antes posible.
La menor de las hermanas Lan optó por entregar la documentación ella misma. Subió al auto familiar y se introdujo en las oficinas sin demasiado filtro. Los empleados le reconocieron y algunos más, guiaron su camino con atenciones y elogios.
Notó a su primo quinto en el décimo piso, y al tío abuelo en una reunión de ancianos en el piso trece. Les saludo con suma cortesía y continuó hasta el despacho de shufu.
Una vez ahí llamó a la puerta, y su tío atendió. En lugar de un 'gracias', obtuvo un "no necesitabas venir. Con darlo al empleado hubiera sido más que suficiente". Su hermana mayor salió del interior de la oficina y se alegró por su presencia.
En su corazón, WangJi lidio con la felicidad de su hermana, contenta de verle y el desdén de su tío.
"Tio, ¿no crees que WangJi ha sido muy amable por traer los informes personalmente?", Lan WangJi se sintió como una niña. No como la mujer que se suponía que era, y una parte pequeña y herida de ella, ansió el reconocimiento de su figura paterna. "¡Es más!, incluso te preparo el almuerzo, ¿es así , WangJi?"
Desvió la mirada, y no tuvo palabras para pronunciarse. El almuerzo descansó en sus manos, sin manera de ocultarlo. "No es necesario, comimos hace una hora".
Con eso dicho, Lan QiRen se apartó, excusándose de una reunión. XiChen tomó el recipiente de manos de Lan Zhan, y buscó consolar con una sonrisa complicada. "WangJi, no te preocupes, hablaré con shufu. Está estresado en este momento, sé que lo apreciará más tarde".
"Mmhm".
Tras un pellizco suave en el hombro, XiChen corrió detrás de su tío, tratando de hablar sobre el tema.
Lan WangJi no escuchó en que terminó la discusión entre ambos. No le importó. Sin más por hacer, vagó por los pasillos. Pero ya no le intereso actuar de manera cordial con el personal. Dio pequeñas reverencias a los mayores, aunque no registró sus comentarios. Llegó al final del corredor, y apreció la puerta que se dirigía a las escaleras. Tiró de la manija y se adentró al espacio gris.
Sus zapatos hicieron ruido con cada paso dado, haciendo eco contra las paredes. Subió un piso, luego otro y otro más. Sin darse cuenta terminó en la azotea; y no fue la primera vez en que visitó la azotea del edificio.
Era un lugar alto, enorme en comparación a otros edificios.
El frío fue crudo y caló en los huesos. Formó una pequeña mota de humo, y el vaho se extendió como la respiración de un dragón milenario.
Se apartó del marco y caminó hacia el borde.
Desde una distancia segura, apreció la ciudad, por encima de las nubes. Por un instante obtuvo paz. Cerró los ojos y permitió al viento desordenar el cabello. La humedad le besó las mejillas, y no reconoció sus lágrimas.
La quietud desapareció y Lan Zhan fue enviada de regreso a la realidad.
Fue miserable.
Acortó la distancia con el borde aún más. Ahora podía experimentar un ligero vértigo, mareo frente a la impactante altura.
Llegó hasta el borde, y sus codos descansaron contra el concreto. Un pensamiento recurrente llegó a ella, '¿Qué ocurrirá conmigo si salto?'
'Sería una muerte horrible', dio respuesta a sí misma.
Solía visitar la azotea cuando necesitaba pensar, despejar su mente. Sin embargo, nunca había considerado saltar en serio. Fue todo un juego de su mente. Hubo escenarios complejos y elaborados, que se convertían en pesadillas a mitad de la noche. Se imaginó subiendo el centenar de escaleras, con un día gris como aquella tarde de invierno. Dejaría su bolso descansando cerca de la entrada, y se despojaría de sus zapatos. Quizá se subiría el muro bajo, donde ahora posaba sus codos, aguardaría el momento indicado después de ser golpeada con el gélido invierno, y entonces...
WangJi parpadeó, y salió del estupor.
El pensamiento se arraigó en ella desde temprana edad. De más joven, shufu solía llevarle con él. Su tío se caracterizó por ser una persona difícil e inaccesible. Incluso una versión más joven de sí se sentiría abrumada y sofocada hasta el punto de considerarse opresivo.
Después de una hora de congelarse, decidió regresar a casa.
Descendió a través de las escaleras un aproximado de seis pisos. Tomar el elevador hubiese sido más sencillo, pero sintió la necesidad apremiante de forzarse a un poco de esfuerzo físico. Cuando volvió al interior de las oficinas reconoció el dolor punzante en sus pantorrillas y cada paso dado resultó incómodo. Las paredes se destacaron por un blanco marfil, con pisos de un gris acero. Las decoraciones fueron minimalistas y el silencio sepulcral se extendió entre los trabajadores. Abandonó el conglomerado con semblante alexitímico y se montó en el auto que esperaba al frente.
Xiao Zhuliu, chofer de la finca familiar, no inició conversación de ningún tipo, y su única interacción se limitó a señalar su próximo destino. El viaje en carretera fue más largo de lo esperado, atascados en el tráfico sólo pudo dar vueltas a sus pensamientos. Las nubes bloquearon el paso del sol, tiñendo el cielo en un frío gris ceniza, y el mundo alrededor se evidenció monótono.
Reclinándose contra los asientos traseros, cerró los ojos y espero.
Minutos más tarde, fue sacada de su sosiego frente a la alerta de mensaje de texto. Rebuscó en su bolso, hasta leer la descripción de su hermana mayor:
[Los ancianos del grupo organizaron una cena esta noche para los miembros de la familia. Shufu ya se ha tranquilizado, ¿quizá meimei se vería interesada en asistir para saludar a algunos familiares y aclarar las cosas con el tio?
No te sientas presionada a aceptar.
-XiChen ❤]
Lan WangJi dio una segunda y tercera lectura al mensaje, finalmente declinó a la invitación, excusándose con sus proyectos universitarios pendientes. No era del todo mentira. Había tareas por concluir, sin embargo, no eran de gran urgencia. Ni siquiera tenían fecha de entrega para la siguiente semana.
Su hermana mayor no trató de converncerle y se despidió deseando un buen día. Lan WangJi no redactó una respuesta. Y asumió que Lan Huan estaría demasiado ocupada con sus obligaciones para atender un mensaje intrascendente.
El auto se desvió, entrando a terrenos privados de la familia y supo que el viaje había concluido.
En casa, dio el aviso al ama de llaves, con la intención de saltarse la cena, entonces se encerró en su habitación.
Su bolso de mano se colocó en la percha y encendió la calefacción.
Después de dar una revisión breve a su planificador, se desplazó a través del anexo donde vivía y atravesó la puerta que daba lugar al área de autoestudio y esparcimiento.
Los muebles se destacaron por el blanco inmaculado y la decoración en las paredes fue nula. Reconoció el Cello figurando como decoración en la esquina norte; la Pipa y el Guzhen al este, y cerca de los ventanales que apuntaban hacía el jardín, descansó un Erhu y su Guqin.
Pasó la siguiente hora dando mantenimiento y el cuidado semanal a sus instrumentos. Si bien, había sido mucho tiempo desde que tocó algunos. Gustó de cuidarlos con esmero.
Una vez concluida la tarea, se dejó caer en el espacio de la mesa baja, y se dispusó a tocar su guqin.
A Lan WangJi le gustaba la música. En especial el guqin. En algunas de sus fantasías se encontró estudiando música, como ocurrió a lo largo de su infancia. No matriculada en algo que le hacía sentir miserable, y era cubierto para satisfacción de su familia.
Pese a que el conglomerado Lan constó de múltiples empresas asociadas a un mismo grupo familiar, su hermana, actual CEO, tomó su lugar como heredera en la empresa de producción industrial dedicada a la manufactura de instrumentos musicales.
La música formó parte de su familia a través de las generaciones, no como músicos o concertistas, compositores o artistas. Sino en el sector industrial.
Fue educada aprendiendo y tomando gusto en instrumentos de cuerdas, y su hermana practicó vientos madera. Desafortunadamente, la familia Lan no requirió de músicos, sino de líderes.
En su último año de escuela media, Lan WangJi sopeso la opción de estudiar en la escuela de música, pero el tío se negó, y el resto de la familia dio un ultimátum a sus ideas radicales, que iban en contra de los intereses colectivos. Ella conservaría el estudio de música en su anexo, y en su lugar elegiría la universidad que se le recomendáse.
'Tú hermana necesita una mano derecha', riñó el tío en su momento.
'Deja de ser tan egoísta y comienza a pensar en la familia'.
'Esas son tonterías de juventud, pronto entenderás que teníamos razón', dijo el cuarto tío.
Desde entonces, había mantenido cierta distancia con los ancianos, y se limitó a interactuar con ellos en situaciones sociales que así lo ameritaran.
La canción terminó, y Lan WangJi inició con una composición corta en la que había comenzado a trabajar desde hacía pocas semanas. No pudo evitar recordar las palabras de su DaJie señalando que sus melodías se caracterizaron por ser tranquilas, y melancólicas.
"¿Te gusta lo que estás estudiando?", recordó las palabras de Wei WuXian.
Inclinándose contra el guqin, se hizo con su propia voz, y dijo, "No... no me gusta"
Se sintió liberador. Libre de toda presión y carga, de la culpa que provocó abandonarse por el bien común. En su momento, ansío dar respuesta a Wei WuXian, que parecía sincera y poco juiciosa. Pero en el fondo, se convirtió en un secreto con el que tendría que morir por el bien de sus allegados.
En realidad...
WangJi no pidió demasiado, solo la posibilidad de hacer una vida propia, sin demasiada pretensión, ni siquiera emitiría queja por la ausencia de lujos. Nunca figuró entre sus planes ser vicepresidenta o asociada de la compañía de su hermana. Algo tan sencillo como tomar la orden de un cliente, y obtener su propio dinero por su trabajo duro fue satisfactorio, y le dio un valor real.
Fue el primer año más difícil desde aquel incidente, cada día se sentía más desesperanzada, más cansada. Y hubo días donde deseó encogerse, protegida del mundo, deseosa de desaparecer de toda imposición y sometimiento.
Un poco de libertad para no sentir que se había perdido en el camino.
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