Capítulo tres
Senku no entendía nada.
Ya habían pasado dos semanas y no lo habían despedido, y su pronta-a-ser-ex tampoco había dado señales de que había recibido el contrato de divorcio. ¿Acaso no le llegó?
Kohaku también estaba confundida, y además estaba comenzando a sospechar que él sí le estaba mintiendo como tanto temía.
Senku les pidió a sus abogados que fueran a entregar el contrato personalmente, pero ellos lo llamaron para decirle que su pronta-a-ser-ex no estaba en su casa, y además los sirvientes se rehusaron a darles información de su paradero o a dejarlos entrar a ver a su jefe para comunicarle la noticia. Tampoco los dejaron entrar directamente en la empresa.
Senku intentó llamar a su futura ex, pero no le contestó. Y ahora el número de su futuro ex jefe ni siquiera parecía existir. ¿Qué mierda?
Decidió volver a trabajar, más que nada para ver cómo iban avanzando las cosas, que no estaban progresando mucho sin él ahí, la verdad sea dicha.
Hizo copias de todo lo que le pareciera útil, sabiendo que podrían despedirlo en cualquier momento, pero el momento no parecía llegar nunca. Sus abogados iban constantemente a la casa de su futura ex y ni siquiera los atendían en este punto.
Era obvio que algo estaba pasando.
¿Quizás sí había recibido los papeles de divorcio y estaba planeando una forma de hacerlo desistir? No lo creería de... su esposa. Era malcriada e inmadura, pero no era una mala persona. No llegaría a este nivel retorcido de manipulación... ¿verdad?
Pasaron otras dos semanas y decidió que esto no iba a quedarse así. Había prometido divorciarse y a la mierda que lo haría.
—¿Qué sucede? —Al verlo tan tenso sentado frente a su escritorio, Kohaku lo abrazó desde atrás, apoyando su mejilla en su hombro.
—Voy a ir a Tokio a buscar a... A pedir el divorcio. —Mordió la punta de su bolígrafo—. Es ridículo que ni ella ni su padre atiendan mis llamadas. Tendré que ir personalmente. Probablemente me tardé unos días. Me iré la próxima semana.
Vio en el reflejo de su computadora el rostro afligido de Kohaku y llevó una mano a acariciar su mejilla.
—¿Quieres venir conmigo? —preguntó, con voz cautelosa—. Aunque es posible que no sea una visita agradable, pero si eso te hace sentir más tranquila...
—No, está bien. —Negó con la cabeza—. Confió en ti. Es solo que... la próxima semana es mi cumpleaños.
Senku abrió mucho los ojos, volteando a verla.
—¿Por qué no lo dijiste antes? ¿Cumples diecinueve? —Ella asintió, sonriendo nerviosamente—. Bueno, entonces me iré después de eso, en dos semanas, ¿está bien? —Tomó un lado de su rostro y la besó.
—Sí, pero... —habló entre beso y beso—. Está bien si quieres irte el día después de eso, ni siquiera estoy... —Calló cuando él le dio un beso especialmente largo y profundo— acostumbrada a celebrar... —Jadeó contra su boca, apartándose para sentarse en su regazo y besarlo con más ganas aún.
—Bueno, yo tampoco soy muy de celebrar, pero haremos una excepción. —Empezó a besarle el cuello—. Mira, me da un poco igual mi trabajo ahora mismo. ¿Quieres viajar? Pide cualquier lugar en el mundo y te llevaré. —Bajó las tiras de su vestido para besar más y más abajo.
—Ah... no lo sé... —Gimió un poco al sentir su boca sobre su pecho—. Yo... no conozco ningún sitio... —Cerró los ojos, sonriendo ante la sensación de sus manos paseándose por todas partes—. Bueno... en realidad... —Frunció el ceño y él paró sus caricias, mirándola con curiosidad—. Cuando adoptaron a mi hermana... ella dijo que se irían a un lugar llamado... mmm... —Abrió los ojos—. Coliflor... algo. —Hizo una mueca—. Creo que es en Estados Unidos.
—¿Quieres decir California? —Alzó una ceja.
—¡Eso! —Lo señaló triunfante—. ¡Creo que allí fue mi hermana! Siempre soñé con ir allí y encontrarla...
—California es un... estado bastante grande —masculló Senku, pensativo—. Podría contratar a un detective para buscarla. ¿Tienes los datos de tu hermana?
—No es necesario que hagas eso. —Lo miró con sorpresa—. Solo es un sueño infantil... han pasado diez años desde que nos separaron. Todo lo que recuerdo de ella es que se llama Ruri y que se parece a mí. —Se recostó en su pecho, soltando un suspiro—. Pero sí me gustaría ir allí, por lo menos para ver un poco del lugar en donde vive.
—Muy bien entonces. Iremos una semana de vacaciones allí. Luego... me encargaré de lo que queda pendiente.
Senku tuvo que encargarse de que Kohaku consiguiera la documentación necesaria para viajar, y dejó de preocuparse un poco por conseguir el divorcio. Ya luego iría a encargarse personalmente de ese asunto.
Como le importaba muy poco el trabajo, ya que iban a despedirlo pronto, les dio otra excusa barata y se fue de viaje con Kohaku a California un día antes de su cumpleaños.
Se instalaron en el hotel y luego la llevó a la playa. Aunque ella vivía cerca de un lago enorme conectado con el mar, nunca había visto una playa como tal, se quedó fascinada con el horizonte interminable y las olas enormes.
Al día siguiente, en su cumpleaños, aparte de regalarle un buen puñado de orgasmos antes de dormir y después de despertar, decidió alquilar un yate para poder pasear. Por suerte su amigo Ryusui le había enseñado a manejar esas cosas hace tiempo, así que no contrató a un instructor y le enseñó a conducir también. De hecho, en pocas horas ella se volvió mejor que él en ir a grandes velocidades y seguir teniendo todo bajo control... toda una leona amante de la adrenalina, sin duda.
Luego de un tiempo navegando, se alejaron considerablemente de la playa, en aguas tranquilas, y nadaron un poco. Como ella creció cerca de un lago, era bastante buena en eso, él sabía nadar, pero la mayoría de la experiencia fue ella nadando en círculos a su alrededor a velocidades increíbles. Bueno, no, eso fue la mitad de la experiencia, la otra mitad fue que se pusieron a besuquearse y una cosa llevó a la otra y empezaron a tener sexo en pleno océano, pero él logró apelar a la razón y convencerla de volver al yate para terminar la experiencia.
Volvieron a la playa con grandes sonrisas estúpidas en la cara y fue ahí que él le dio la noticia de cómo pasarían el resto del día.
—¡¿Conoceré a tu familia?! —Ella se quedó con la boca abierta cuando le dijo.
—Viven en San Francisco, estamos en Los Ángeles, bastante cerca, tomaran un vuelo rápido para venir a cenar con nosotros, solo por esta noche.
—¿Y por qué no fuimos a San Francisco, entonces?
—Los echó ligeramente de menos, no tanto. —Su rostro repleto de fastidio la hizo reír.
—¡Ja, aunque digas eso, se te noto que estabas emocionado cuando me lo dijiste! —Sonrió con burla.
—Ideas tuyas.
Ella siguió sonriendo, hasta que de repente algo se le pasó por la cabeza y frunció el ceño.
—Pero... pero yo... Ellos...
—Ellos saben que mi matrimonio no es real —le dijo, adivinando lo que quería decir—. Y saben que me voy a divorciar. Quieren conocer a la mujer que realmente ha logrado "atraparme".
Kohaku sonrió suavemente, intentando ocultar su nerviosismo.
Así Senku quisiera reconocerlo no, ella era su amante, la persona que arruinó su matrimonio, dudaba mucho que su familia la viera con buenos ojos.
—¡¿Dónde está ella?! —Esa noche, ellos llegaron prácticamente pateando la puerta del departamento. Al verla, los ojos de los padres de Senku y sus hermanos se iluminaron—. ¡Ahí estás! —Y, de pronto, absolutamente todos ellos corrieron a abrazarla.
El cerebro de Kohaku hizo cortocircuito.
—¡Queríamos tanto conocerte! —lloriqueó el padre.
—¡Eres tan bonita! —exclamó su madre.
—¡Al fin alguien ha hecho que Senku-nii entre en razón!
—¡Por fin se deshará de ese matrimonio ridículo!
—¡¿Contigo si nos dará sobrinos, verdad?!
—¡Sí, quiero a mis nietos! ¡Por favor!
—¡Ya déjenla en paz, con un demonio! —Senku luchó para apartar a sus padres y hermanos de ella.
Senku le presentó a sus padres, Byakuya y Lillian, y a sus hermanos, Rei, la mayor, los varones Shinichi y Roy, y Suika, la menor.
Se pusieron a preparar una cena casera entre todos para celebrar la ocasión, solo Byakuya, Senku y Rei fueron enviados a un rincón para no estorbar porque eran muy malos cocinando. Kohaku aprovechó para conocerlos a todos, siendo Suika con la que más encontró afinidad, a pesar de que era varios años menor que ella, teniendo apenas quince. Era una chica absolutamente adorable.
La familia de Senku era estupenda. No volvieron a hablar del matrimonio que tenía con la otra mujer, simplemente la trataron como si fuera su novia, nada fuera de lo normal. Parecían bastante enterados de los sentimientos de Senku respecto a ella, a pesar de que él quería dar la impresión de que no era tan cercano a su familia, se notaba que lo conocían muy bien.
La familia incluso le trajo un pastel para "celebrar un cumpleaños como era debido", según palabras de Byakuya y Lillian.
Kohaku se sintió muy querida, como nunca antes. Casi había olvidado lo que era el cariño de una familia...
Al final, ellos los sorprendieron diciéndole que se quedarían dos días más en Los Ángeles, aunque pasarían la noche en otro hotel. Eso último fue lo único que apaciguó el fastidio de Senku.
Cuando se quedaron solos en el departamento, Kohaku seguía comiendo del pastel. Estaba muy bueno.
—Tu familia es maravillosa. Deberíamos haber ido a San Francisco.
—Te aseguró que ahora que nos conocen se la pasaran visitándonos hasta sin avisar, no te preocupes por eso. —Rodó los ojos, sentándose a su lado.
Ella solo se rio.
—Ja, pues me alegra. De verdad quiero conocerlos más. Te pareces mucho a ellos, aunque ellos tienen un mejor sentido del humor. —Lo miró con burla.
—Ya me lo han dicho muchas veces. —Frotó su oído con indiferencia—. Aunque no comparto vínculos sanguíneos con ellos, por cierto. Byakuya me adoptó cuando yo era bebé. Conoció a Lillian cuando yo tenía unos cinco años. —Kohaku casi escupe todo el pastel.
—¡¿En serio?! Pero te pareces a tu padre...
—Y tú te pareces a Lillian, ¿son parientes?
—Ja, tienes un punto ahí. —Volvió a comer pastel—. Así que... también eras huérfano, ¿eh?...
—Bueno, no lo recuerdo, pero se puede decir que sí. —Tomó un tenedor de la mesa y le robó un trozo de pastel del plato.
—¡Oye, corta tu propia rebanada!
—Solo quería un bocado...
—¡Pues corta tu propio bocado! —Él no dijo nada, y ella se metió un trozo a la boca, pero entonces él se lanzó a besarla y le robo el bocado de pastel directamente con la lengua—. ¡S-Senku! ¡¿Cómo te atreves?!
Quiso reclamarle, pero él volvió a besarla y acabaron tumbados en el sofá comiendo todo menos pastel.
Los días siguientes estuvieron con la familia de Senku, divirtiéndose en la playa, nadando y jugando en la arena. Hasta fueron a una pista de hielo, donde Suika le enseñó a Kohaku a patinar, y luego ella arrastró a Senku a patinar con todos también. Ver a Senku actuar como ciervo recién nacido sobre el hielo no tuvo precio, su familia no dejó de grabarlo y reírse de él, Kohaku no fue muy diferente, pero aprovechó la oportunidad para que él tuviera que abrazarse a ella.
Cuando su familia se fue, Senku empezó a llevarla a conciertos, partidos de béisbol, restaurantes y centros comerciales, haciendo todo tipo de actividades divertidas y viendo muchas cosas interesantes. También la llevó a museos, y al impresionante observatorio de la ciudad.
Cuando volvieron a Japón, a la casita que compartían, los dos estaban tan perdidos en su propia nube que al principio no notaron que la ventana que daba al patio trasero estaba rota.
—¿Intentaron robarnos? —se preguntó Kohaku, mirando a todas partes—. No parece que falte nada...
—Tengo una idea de qué puede estar pasando aquí —masculló Senku, mortalmente serio—. Mañana arreglaremos la ventana, y el lunes de la próxima semana me iré a Tokio. —Eso era en cuatro días—. Acabaré con esta ridiculez.
—¿Dices que tu esposa tiene algo que ver con esto? —preguntó, preocupada, y sintiéndose miserable y horrorizada de que esa mujer pudiera estar cerca del lugar en el que vivían.
—No sé si ella... quizás su padre. Lo averiguaré cuando vaya a Tokio. Mis abogados dicen que al menos mi jefe sí está allá.
Kohaku hizo una mueca, evitando mirarlo. ¿Por qué tenía la sensación de que Senku estaba intentando defender a su esposa? ¿Acaso sí sentía algo por ella?
—Voy a dormir en mi habitación hoy... —le dijo, marchándose a su antigua habitación y no a la habitación de él, donde habían estado durmiendo juntos desde hace semanas.
—¿Qué? Kohaku... —Él intentó ir tras ella, pero le cerró la puerta en la cara.
Continuará...
Holaaa :D
Aquí un nuevo cap! Ojala les haya gustado :'D
Ya tienen el capítulo 4, 5 y 6 en Patreon, porque estoy subiendo de dos en dos xD
Aunque no será siempre, a veces subiré uno y a veces dos, ya veremos xP
Muchas gracias a los que apoyan este fic!
No olviden q se les ama!
Me despido!
CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
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