Capítulo siete
Kohaku comenzó a vivir su nueva vida sola sin muchas ganas. Se sentía destrozada por su separación con Senku, estaba mentalmente mal, y físicamente tampoco estaba en su mejor forma.
Su tristeza era tanta que ni siquiera tenía ganas de hacer ejercicio como siempre acostumbró. Ahora vivía en un complejo de departamentos barato y trabajaba como lava-platos en un restaurante de comida rápida y también limpiando un centro comercial.
Trabajar era lo único que hacía, todo lo demás era comer y dormir. A veces lloraba, pero cada vez menos.
Justo cuando pensó que estaba empezando a sentirse menos miserable, vomitó en todos los platos que estaba lavando en el restaurante de comida rápida, ganándose que su jefa la despidiera en un ataque de ira y disgusto y que una compañera le recomendara ir al hospital.
Cuando el médico le dijo que lo más probable era que estuviera embarazada, no supo cómo sentirse.
Después de confirmar el embarazo, el médico le dio una lista de todos los cuidados necesarios y un discurso sobre varias cosas que le dieron bastante miedo.
Al llegar a casa, se lanzó a su cama, aterrada y sintiéndose más sola que nunca antes...
Pero... no estaba sola.
No realmente.
Dudosa, llevó una mano a su vientre.
Era increíble, pero... había un ser vivo allí dentro... creciendo...
Iba a ser madre.
Esa fue otra noche donde no pudo controlar el llanto, pero no todo fue por el miedo y la angustia, también hubo unas cuantas lágrimas de alegría.
Pasó un mes y su vientre comenzó a notarse, ya tenía más de cuatro meses.
Solo tenía un trabajo en el que no le pagaban mucho, no quiso buscar otro para no sobre-esforzarse, pero ese fue un gran error.
Cuando su vientre empezó a notarse, su jefe la llamó y la interrogó al respecto. Kohaku no vio problema en decir que estaba embarazada, era la verdad, pero su jefe si vio un problema.
Le dijo que no trabajaban con embarazadas y la despidió.
Kohaku no podía creer esa injusticia, estaba tan indignada que estrelló un puñetazo en la nariz de su ex jefe idiota, cosa que le ganó que no le diera ningún tipo de compensación.
Pasó otro mes y no pudo encontrar trabajo. Empezó a desesperarse.
Nadie parecía querer contratar a una mujer embarazada. Y no ayudaba que no tuviera ninguna clase de estudios y estuviera totalmente sola.
Los ahorros se le acababan, todavía le quedaba algo de dinero que le dio Nagashima Maiko, pero no duraría mucho.
Pasaron las semanas y el dinero ya estaba casi en nada. Y fue entonces que recordó que Maiko le dio su número.
Aunque fue tan cruel, el dinero que le dio la ayudó muchísimo. Y probablemente le dio su número por si necesitaba más dinero, quizás estuviera dispuesta a darle más.
Kohaku se dio cuenta de que estaba reducida a dos opciones.
Llamar a Maiko... O llamar a Senku.
No confiaba del todo en Maiko, aunque fue la que le abrió los ojos, pero solo necesitaba dinero, no es que quisiera volverse su amiga. Ja, ni en diez billones de años.
No sabía cómo reaccionaría Senku si alguna vez se enteraba. Ni siquiera quiso hacerse cargo de su primer hijo. Y la verdad, tampoco quería verlo.
Decidió primero llamar a Maiko. Si ella no la ayudaba, entonces no le quedaría de otra y llamaría a Senku.
Fue a una cabina telefónica y marcó el número de la mujer.
—Nagashima Maiko al habla.
Tragó saliva.
—Soy... Kohaku....
Hubo silencio por un momento.
—Me sorprendes, querida... —Finalmente, volvió a hablar, con tono muy amable—. Veo que guardaste mi número, me alegra. ¿En qué puedo ayudarte?
—Yo... E-estoy embarazada y...
—De Senku-sama, imagino.
—Sí. —Frunció el ceño—. Tengo seis meses y no tengo trabajo y casi no tengo dinero. Yo... Si pudieras... P-pienso pagarte apenas pueda, pero realmente necesito...
—No digas más. —La cortó—. Dame tu dirección, mañana iré allí y me asegurare de que tengas todo lo que necesites.
—Oh. —Pestañeó, confundida—. Está bien... —Le dio su dirección.
—No te preocupes por nada. —Su tono ahora era increíblemente dulce y, por primera vez, le inspiró algo de confianza—. Sé que debiste pasar por mucho, pero yo cuidaré de ti. Mereces a alguien que te ayude.
Kohaku no supo qué decir, y Maiko se despidió y colgó.
Volvió a casa acariciando su vientre con dos manos.
De verdad esperaba haber hecho lo correcto.
.
—¿Todavía nada, Luna?
—No. —La joven estudiante de medicina enterró el rostro entre sus manos—. Lo he emborrachado cientos de veces, ¡pero ni siquiera quiere besarme! No avanzamos en nada...
—¿Cómo esperas que el plan dé frutos si no logras acostarte con él? —Maiko la miró con cansancio—. La amante ya tiene seis meses de embarazo, ¡va a ser muy difícil decir que lo tuviste tú si no logras al menos hacerle creer que tuvieron sexo!
—Siempre recuerda lo que pasó con todo detalle, la vez que quise hacerle creer que si estuvimos juntos me dijo que no le mienta y que nunca olvida por más borracho que esté —murmuró Luna, desanimada—. Pe-pero la idea es que de verdad logre... eh, ya sabes. Y que lo del engaño es solo si no logro quedarme embarazada.
—Por supuesto. —Maiko cruzó los brazos—. Además, ya te lo dije, ella no quiere al bebé, cuando le propuse el trato estuvo encantada de aceptar, sabe que lo cuidaras mejor. Pero para eso... acuéstate con él, o convéncelo de que lo hicieron, pero hazlo y debe ser hoy. Mañana voy a verla para darle el dinero a cambio de que nos dé al bebé.
—Pero si lo logro hoy y no salgo embarazada, ¿cómo le haré creer que un bebé que nacerá en tres meses es mucho más pequeño y nuestro?
—Luna, ¿quieres que Senku-sama te amé?
—¡Sí, más que nada! —Sus ojos se aguaron.
—Entonces, obedéceme. Haz lo que debas hacer.
Como siempre, Luna fue a invadir el lugar de trabajo de Senku, viéndolo hacer cálculos, completamente borracho, y ofreciéndole más alcohol. Como siempre, él acepto.
—Es increíble que puedas trabajar incluso tan ebrio... —señaló, genuinamente impresionada.
—Ajá... —Como siempre, no le prestó mucha atención.
Suspirando, Luna siguió con el plan de emborracharlo.
Copa tras copa, Senku finalmente decidió que estaba demasiado borracho para seguir trabajando. Luna lo acompañó a su habitación y le siguió dando más botellas de vino y otros licores fuertes. Senku bebía todo casi como si fuera agua.
Luego de vomitar y sentarse con la mirada perdida en la cama un buen rato, Senku siguió bebiendo.
—Senku. —Luna tomó su hombro y pegó sus labios en su mejilla. Intentó llegar a su boca, pero él le apartó la cara bruscamente—. Senku, soy tu esposa. No hay nada de malo en que te bese. —Sus ojos se aguaron por su rechazo tan hiriente.
—Odio a las mujeres —dijo él, con voz lenta, arrastrando cada silaba—. Te dicen que te aman y todo... Y luego se van. —Se bebió media botella de tequila—. Odio el amor también... Puta mierda ilógica. ¿Sabías que es solo una puta excusa para garantizar la reproducción? Es repulsivo. —Bebió el resto de la botella, para luego caer desplomado en la cama.
Luna suspiró. Él siempre le decía el mismo discurso de borracho antes de dormirse. O sea que este era otro fracaso. ¿Qué le diría a Maiko ahora? Iba a matarla.
En vez de irse derrotada, Luna se quedó mirándolo, mirándolo por mucho, mucho tiempo, hasta que de pronto él empezó a murmurar cosas y removerse, susurrando el nombre de su ex amante.
Ese fue otro puñal a su corazón, pero... pronto se sonrojó al darse cuenta de la naturaleza del sueño de Senku.
Tragó saliva, pensando por un momento.
No perdía nada por intentar...
Decidida, Luna comenzó a bajar las tiras de su vestido.
Estaba a punto de hacer algo que no la enorgullecía.
.
Cuando Luna le confirmó que finalmente había cumplido su parte, Maiko sonrió complacida y siguió con su plan. Se fue a Hakone y se reunió con Kohaku.
Le aseguró que no solo le daría dinero, sino que cubriría todos sus gastos.
—¡Ja! ¿Y por qué debería creer que harías algo así por mí? Ni siquiera te conozco. —Por supuesto, Kohaku no le creyó tan fácil.
—Si yo no te ayudo y garantizó tu seguridad, tendrás que acudir a Senku-sama, el padre de tu bebé. —Bebió con elegancia de una taza de té—. Él se negaría, porque lo conozco y ya lo ha hecho. Y tú podrías incluso hacer un escándalo en los medios si estás desesperada por ayuda.
—Yo no haría algo así...
—Quizás no, pero ¿no buscarías a Senku si la vida de tu bebé peligrara? —Kohaku bajó la cabeza—. Y él te lo negará, acabarían en un escándalo, pero la verdad eso es secundario... quiero ayudarte porque es lo correcto, porque apenas eres una joven de diecinueve años de quien Senku-sama se aprovechó. Fui quien te abrió los ojos, y me siento en deuda contigo por en cierta forma haber contribuido a romper tu corazón. Quiero ayudarte, querida, en serio. —Su sonrisa fue perfecta, llena de sinceridad fingida.
Kohaku cayó en sus mentiras.
Por los siguientes dos meses, Maiko voló constantemente de Tokio a Hakone y viceversa, monitoreando el embarazo de Kohaku, asegurándose de que estuviera en perfecta salud y no le faltara nada, acompañándola a chequeos, incluso le dio un departamento más grande y le consiguió un trabajo que no requiriera de mucho esfuerzo y le diera la licencia de maternidad cuando la necesitara.
A ojos de Kohaku, Maiko era un ángel, su salvadora.
A ojos de Maiko, Kohaku era predecible, simplona e increíblemente fácil de manipular.
Maiko reportaba todos los avances importantes al señor Wright, padre de Luna.
—No me convence del todo tu plan, Maiko. —El hombre la miró con desconfianza cuando ella le informó que quedaban pocas semanas para el parto—. ¿Y si sospecha y todo nos sale mal? No podemos dejar que Senku abandoné el proyecto, es el único con el nivel necesario mientras el Dr. Xeno esté ocupado saboteando a la NASA desde adentro. Necesitamos llegar a la luna antes que el gobierno estadounidense, o bien Rusia o China, y necesitamos las máquinas de Senku para cumplir nuestro objetivo con éxito. La misión no puede avanzar sin él, y menos si se une a la competencia.
—Le aseguró que él no abandonará el proyecto. Lo tengo estudiado. En cuanto Luna le diga que tienen un hijo juntos, Senku-sama estará atado a la familia Wright con su eterna lealtad por siempre, señor. Es ese tipo de hombre ingenuo. —Sonrió con condescendencia.
—Bien. —El señor Wright asintió—. Una vez asegures que mi yerno sea leal a la familia, le revelaré la verdad y nos dejaremos de juegos para conseguir lo que quiero.
—Como usted ordene. —Le hizo una reverencia y se marchó.
Se marchó a Hakone y decidió que se quedaría allí para empezar a planear todo, puesto que el bebé nacería pronto.
Siguió jugando al papel de amiga preocupada con Kohaku, apoyándola en todo su entusiasmo por la llegada del bebé que ella jamás vería crecer.
—¡Mientras no estabas tomé algunos cursos para tejer! —le dijo, llena de entusiasmo, con ojos brillantes e ilusionados, la pobrecita—. ¡Y ya decidí un nombre para ella! ¡Se llamará Tsukiku!
—Qué bien, es un nombre precioso. —Apenas le prestó atención realmente, estaba más preocupada recordando que la bastarda era niña, se había olvidado de eso.
Definitivamente el señor Wright no iba a tomarla como heredera de la empresa. Qué bien.
—¡Ya he bordado el nombre en toda la ropa que le compramos! ¡Solo nos falta comprar su cuna!
—Con un cesto bastará por el momento. —Frotó su hombro cariñosamente—. Ahora vamos a tu control, necesitamos asegurar que todo esté bien.
—¡Ja, de acuerdo! Confió en tu palabra. —Le sonrió ingenuamente.
Maiko sonrió. Ya la tenía completamente en la palma de su mano.
Pasaron un par de semanas y un día Kohaku empezó con contracciones fuertes.
Maiko la llevó a la clínica privada que ya tenía contratada para ejecutar el plan.
Fue un parto largo, más de quince horas, y Maiko se aseguró de estar a su lado y tranquilizarla, ayudando en la sala de partos (al fin y al cabo estudió medicina también) y susurrándole palabras bonitas.
La pequeña bastarda nació con un chillido potente que trajo una sonrisa y lágrimas al rostro de Kohaku, y Maiko de inmediato inyectó algo en el brazo de Kohaku. Ella estaba tan feliz mirando a su hija en brazos de los médicos que ni siquiera pareció notarlo. Y pronto sus ojos empezaron a cerrarse.
Kohaku abrió los ojos muchas horas después, ya al día siguiente, cansada y sola en la habitación de la clínica.
Maiko apareció en ese momento, intentando disimular su sonrisa al ver que efectivamente despertó a la hora esperada.
De inmediato salió, sin ser vista por Kohaku, y frotó sus ojos con fuerza, derramando unas gotas de agua para tener la apariencia de haber llorado. Entonces, volvió a la habitación.
—Kohaku... —La miró con profunda tristeza.
—Maiko. —Kohaku sonrió con cansancio—. ¿Dónde está mi bebé? ¿Está todo bien? —Ni siquiera notó la expresión tan cuidadosa de angustia que tan bien le salía. Maiko se sintió fastidiada, pero lo disimuló y soltó un falso sollozo.
—Oh, Kohaku... —Frotó sus ojos, negando con la cabeza—. Lo siento tanto...
—¿Qué? —Con todo y lo débil que estaba, logró sentarse en la camilla—. ¿Por qué dices eso? ¿Qué pasó? ¡¿Dónde está mi bebé?!
—Kohaku... —Se acercó a ella y la abrazó—. Lo siento tanto... tu hija murió... —Kohaku dejó de respirar en ese instante—. Sus pulmones fallaron... No pudimos hacer nada... Lo siento...
Hubo un breve instante de silencio, antes de que un grito desgarrador llenara la habitación, lleno de tanto dolor que Maiko casi se sintió mal por ella.
Eran actos muy crueles, lo reconocía, pero era necesario. Eran negocios.
Pagó al personal de la clínica para que cuidara de Kohaku y vigilaran que no se cortara las venas y rápidamente se llevó a la recién nacida lejos de allí. No podía arriesgarse a que la descubrieran.
Ya había contratado a una nodriza y otras sirvientas para cuidar a la bebé por un tiempo, luego se la llevaría a Luna y la segunda fase del plan daría inicio.
Perfecto. Todo estaba saliendo tal como había planeado.
Los planes del señor Wright se llevarían a cabo, y entonces quizás... Maiko empezaría a velar por sus propios intereses personales en vez de los de su jefe. Y esos intereses por supuesto que incluían a Ishigami Senku.
Continuará...
Holaaaa :D
Emm... Sí, lo sé, me tarde demasiado x'D Lo siento TTwTT
Espero ya no tardar tanto con los siguientes capítulos del fic :'P
Y no lo olviden, este fic está mucho más adelantado en mi Patre0n! Tienen allí los capítulos ocho, nueve y diez!
Si quieren unirse, ya saben que pueden buscar el link en mi pagina de face o me pueden mandar mensaje al privado!
Muchas gracias a los que apoyan esta historia! Se les ama con todo el kokoro!~
Me despido!
CELESE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro