Luna se sentó en el capo del auto, esperando impaciente a que Senku saliera.

Le estaba tomando mucho tiempo, y ella empezó a preocuparse en demasía. ¿Por qué tardaba tanto?

Cuando Senku finalmente salió, estaba solo, con una expresión sombría.

Luna se tensó.

—¿Y tu... tu enamorada? —preguntó, temerosa.

Senku ni siquiera la miró.

—No está. —Mantuvo la mirada gacha, perdida—. Será mejor que te vayas, Luna. No es posible que la veas ahora.

—¿Ella rechazó verme? —preguntó, revolviéndose incómodamente.

—Ella... simplemente no está. —Cerró los ojos dolorosamente—. Escucha, luego hablaremos del divorcio, ahora necesito hacer algo importante. Vuelve a Tokio.

Sin más que decir, se subió a su auto y se marchó, dejándola allí parada con la boca abierta.

Cuando él se fue, no pasó mucho tiempo para que la asistente y mano derecha de su padre se presentara frente a ella, con una sonrisa triunfante.

—Maiko. —Luna la miró con ojos tristes.

—Luna. —Le dio un pequeño abrazo—. Te dije que él no se divorciaría de ti, ¿o no?

—Pero... —Bajó la mirada—. Se veía tan triste... jamás lo vi así... No le hiciste nada a la chica, ¿verdad?

—Luna, Senku no le dijo nada a su amante de que estaba casado, solo le dijo que eras su prometida. Cuando le dije la verdad, ella lo despreció y quiso marcharse al instante. Le di la opción de quedarse, le dije que él de verdad quería divorciarse para quedarse con ella, pero dijo que no lo soportaba, que no aceptaba sus mentiras ni ser una simple amante. Ella se fue, le rompió el corazón sin que le importara, también porque sabía que si se divorciaba de ti con toda certeza iba a perder el trabajo que lo convertía en un hombre con dinero y poder. —Negó con la cabeza, llena de indignación—. Senku-sama te necesita ahora. Debes estar ahí para él. No dejes que se divorcie de ti. Si lo hace, tu padre nunca lo aceptará, él perderá el trabajo de sus sueños y todo por esa mujer que ni siquiera aceptó escuchar la verdad, que lo dejó como basura.

—¿Cómo pudo ser tan horrible? —Se llevó la mano al pecho.

—Ahora es tu oportunidad de demostrarle a Senku-sama tu amor. —Tomó sus manos y las acarició cariñosamente—. Debes estar ahí para él.

Los ojos de Luna se aguaron.

Era doloroso saber que Senku amaba a otra mujer... cuando se conocieron, él parecía tan desinteresado de todo lo que tuviera que ver con romance o incluso sexo, nunca se fijaba en nadie, y tomó como reto personal el enamorarlo. Quizás lo atosigó demasiado y por eso él empezó a irse a Shizuoka más y más seguido, pero nunca habría esperado que encontrara a otra mujer...

Si había amor de verdad entre los dos, correspondido, entonces iba a hacerse a un lado. Lo habló con su padre y con Maiko, pero ellos le dijeron que primero debían estar seguros de que eso realmente era así, debían investigar que la amante no fuera una caza-fortunas, fue por eso que Maiko viajó a Shizuoka y por celular le comentó que esa tal Kohaku no era más que una interesada. Le dijo que Senku no se divorciaría de ella, y que debía convencerlo de volver a Shizuoka para darle una última oportunidad a su matrimonio de salvarse.

—Si la tal Kohaku se queda y sale a verte, verás que realmente lo ama más que a su fortuna. Si no lo hace, entonces es una simple caza-fortunas a la que no le interesa nada más que su posición y una vez que sepa que va a perderla lo dejara. Te lo aseguro, él no se divorciará de ti. —Eso fue que le dijo cuando hablaron por teléfono la última vez.

Efectivamente, Maiko había tenido razón, como siempre, pero... Luna no se sentía feliz, no después de ver el rostro absolutamente devastado de Senku.

¿Cómo pudo esa mujer horrible hacerle tanto daño a pesar de todo lo que la amaba? Luna habría dado lo que fuera porque Senku le diera siquiera una muestra de cariño y aquella mujer...

Definitivamente, no iba a darle el divorcio. Le iba a demostrar que ella podía ser una buena esposa, una mujer que de verdad lo merecía. Después de todo, no había nadie más capaz que ella, y sobre todo para Senku. Ahora estaba segura.

Maiko sonrió al ver el rostro de Luna llenarse de determinación.

—Sin embargo, querida... hay otra parte de nuestro plan en la que me debes ayudar para que Senku y tú puedan tener su final feliz, como los dos lo merecen.

—¿Eh? ¿Qué plan?

—Escucha con mucha atención, de esto depende la felicidad de los dos... —Sonrió dulcemente—. Hay algo de la tal Kohaku que ni siquiera el mismo Senku sabe... algo que ni siquiera ella sabe.

Luna la miró con atención, pero... lo que Maiko dijo a continuación, fue algo que paralizó por completo su corazón.

.

Senku reportó a Kohaku como desaparecida ante la policía de Shizuoka, pero al día siguiente la policía le dijo que ya la había encontrado... en las cámaras del aeropuerto, yéndose con sus maletas, totalmente sola, libre y por su cuenta, a abordar un avión para salir de la ciudad.

No podían decirle a dónde se fue porque era información confidencial, así que llamó a Ryusui para que le consiguiera la información a todo costo. Su amigo solo tardó una hora en mover los hilos necesarios y decirle que Kohaku viajó a Aomori.

No perdió en tiempo en viajar a Aomori, donde se reunió con Ryusui y Gen para que lo ayudaran a encontrar a Kohaku.

Para su desgracia, por alguna puta razón las cámaras del aeropuerto en el que ella bajó no estaban funcionando el día en el que llegó, aparentemente el sistema se cayó. Senku no pudo creer su suerte, le gritó a una encargada y por un momento le dio la impresión de que la mujer quería confesar algo, que ocultaba algo, pero no tenía ninguna prueba, y acabaron sacándolos con seguridad del aeropuerto.

—Contrataré detectives —le dijo Ryusui, mirándolo con empatía mientras caminaba de un lado a otro en el pent-house que alquilaron—. Ella tiene que estar en algún hotel por aquí... aunque lo malo es que no tiene tarjetas de crédito.

—Apenas y sí le había conseguido documentos. —Negó con la cabeza, para luego mirar a Gen, que estaba revisando la carta que Kohaku le dejó y los cuadernos que ella había usado cuando estaba enseñándole a escribir—. ¿Y bien? ¿Es su letra?

—Pues... No tiene nada raro que yo pueda notar. —Dejó la nota con resignación—. Lo mejor es que contrates a un experto, solo soy un mentalista, ya sabes...

—Lo haré. —Finalmente se sentó, llevando dos dedos a su barbilla—. No tiene sentido... ella no habría hecho esto. —Apretó los labios—. Algo le pasó... y cuando descubra al responsable... —Frunció el ceño peligrosamente— me las pagará.

Se recostó en el sillón, mirando fijamente a un punto en la pared, sin mirar realmente, con sus ojos tan cansados y confundidos que Gen y Ryusui solo pudieron intercambiar una mirada, prometiéndose ayudarlo en todo lo que pudieran.

Estuvieron una semana en Aomori, buscándola en vano. No estaba en ningún sitio, en ningún hotel, departamento, posada o lo que fuera. Preguntaron por las calles, por los negocios, hasta vieron cámaras de mercados y tiendas. Ella simplemente no estaba.

—Pudo haber tomado un tren e irse... —sugirió Gen.

—Hice a mis detectives investigar, no encontró nada en los registros —masculló Ryusui.

Los dos miraron a Senku, que estaba sentado en el sillón, con el rostro enterrado en sus manos.

Incluso con la nota, e incluso aunque el experto le confirmó que no había nada raro con su letra, y aunque había visto la grabación donde a ella se la veía sola en el aeropuerto, tranquila, pero con semblante molesto, no podía creer que ella se hubiera ido por su cuenta, no creía que lo de esa carta fuera verdad. No podía ser cierto.

¿Por qué le había hecho eso? ¿Acaso de verdad no le había creído, a pesar de lo mucho que intentó explicarle? Cuando la miró a los ojos, cuando vio sus dudas disiparse y sintió en sus besos su tranquilidad... ¿fue toda una ilusión?

Ryusui y Gen tenían sus propios negocios que atender, así que tuvieron que marcharse de regreso a Tokio, pero Ryusui siguió patrocinando la búsqueda, ya que Senku, aunque estaba recibiendo su sueldo, no estaba yendo a trabajar y la verdad no sentía correcto tomar ese dinero si no lo había ganado.

Luego de otras dos semanas buscando, eso fue suficiente.

Senku decidió regresar a Shizuoka, a la casa que compartió con ella.

Dormir en su cama fue casi insoportable, el dolor lo estaba quemando por dentro, alucinaba con su aroma y con su presencia, a pesar de que hace tanto que no la veía... soñaba con ella, la anhelaba, la lloraba...

Por un par de días, le costó encontrar la fuerza de voluntad para levantarse de la cama o salir de la casa.

Las constantes llamadas preocupadas de sus amigos y su familia fue lo que lo hizo despertar.

No podía pasarse la vida así.

Debía aceptar la verdad.

Ella lo dejó porque quiso, se esfumó por voluntad propia. No creyó en él y mandó todo lo que tenían al diablo. Esa era la realidad y no podía seguir negándola.

No había otra explicación lógica.

Lógica.... ¿Cuándo dejó a la lógica y al razonamiento de lado? Él era un hombre de ciencia que despreciaba lo problemáticas e ilógicas que resultaban las relaciones, las emociones, y todo eso era por una razón.

Por una vez, dejó expuesto su lado vulnerable, dejó sus sueños a un lado, todo por una mujer. ¿Y cómo había terminado eso?

Se merecía estar sufriendo y el letrero de estúpido que le quedó tatuado en la frente.

Tomó una decisión.

No se divorciaría de Luna, seguiría siendo una mierda de ser humano, seguiría utilizándola a ella y a su matrimonio para conservar el puesto que tenía en la empresa de su padre, y dedicaría su vida única y exclusivamente a la ciencia. Trabajar, trabajar y nada más que trabajar.

No le importaba nada más.

Continuará...

Holaaa :D

Aun recuerdan este fic? QnQ

Lamento la tardanza, he estado ocupada con otros proyectos D:

Esto está bien dramatico x'D Pero ojala q les esté gustando!

Ya tienen el cap siete, ocho y nueve en mi Patreon por si les gusta la idea de ver la historia más avanzada antes q nadie y de paso darme una ayudita! Y además hay más contenido! Y habrá mucho más pronto!

Muchas gracias por su apoyo!

Me despido!

CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!