Cap 2
Uzi podía sentir el sudor frío caer por su nuca mientras miraba por la ventanilla del coche las luces de las farolas y tiendas que pasaban al lado. Con mucho gusto se haría una coleta, pero no se trajo con ella una goma elástica. En la radio se oía una canción pop que no había escuchado nunca. Uzi no seguía modas.
A su lado Vi estaba conduciendo. No se atrevía a mirarla, por la posibilidad de que ella pudiese ver el temor en sus ojos, así que mantenía la mirada apartada, con un codo apoyado en el borde de la ventanilla y su mano sobre su mejilla derecha.
Se preguntaba como sería ese amigo de Vi. Probablemente igual de horrible que ella. Demonios, ¿por qué siquiera aceptó en venir? ¿Acaso no aprendió nada? Cada día se decepcionaba más de sí misma.
-Enseguida llegamos -anuncia Vi, interrumpiendo el hilo de sus pensamientos. Sin darse cuenta, clava sus dedos con fuerza en su mejilla, sintiendo un ligero dolor punzante que la tranquiliza. Inspira y exhala hondo.
-Vale -replica fingiendo indiferencia. Si sigue actuando así, seguro que se sentirá así. Le dará igual lo que sea que pase y entonces no saldrá lastimada.
-... Oye, no tienes que ponerte tan tensa, nadie te va a comer.
Mierda, se dio cuenta. Resopla y se cruza de brazos, tratando de no mirarla.
-No estoy tensa.
-Claro. Y es por eso que tienes los hombros tan... encogidos.
Joder, es cierto. Sus hombros casi que rozan sus orejas. Rápidamente los relaja.
-No sé de que me hablas.
-Y tus piernas.
-¿Qué pasa con ellas?
-Las tienes pegadas.
-Así estoy cómoda -miente.
-Y estás dando golpecitos, y creo que me va a volver loca.
Oh, se refiere a como estuvo entrechocando las puntas de sus botas. De inmediato se detiene y mantiene sus pies pegados.
-Lo hice sin darme cuenta -eso no es mentira. Oye como Vi suelta un suspiro.
-Uzi, ni siquiera me estás mirando.
-Es que no me apetece ver tu fea cara.
-Ya... ¿entonces por qué viniste?
-...
-No importa, ya llegamos.
Diablos. Su corazón salta hasta su garganta. Sudor cae por su frente y su nuca empieza a escocerle. Por el rabillo del ojo observa a Vi, quien esta aparcando en un estacionamiento y no tiene su atención en ella. Comienza a rascarse la nuca de forma intensa, tratando de sacarse el estrés. Puede sentir la suciedad en sus uñas por la fuerza con la que se rasca. Finalmente el coche se detiene y Vi apaga el motor. Uzi inspira y exhala hondo.
-Anda, vamos -dice, silenciando la radio-. Él enseguida llegará.
Despacio, Uzi gira su cabeza y por fin, ella y Vi conectan miradas. Se sorprende al notar la genuina preocupación en los ojos castaños con tonos dorados de Vi. Aunque rápidamente gira su rostro hacia otro lado. Se relaja un poco. Quizás... vaya bien. Quizás.
Con el estómago revuelto, se baja del coche y observa la calle ajetreada que se ve a lo lejos.
-Am, el lugar, ¿está cerca?
-Síp, sígueme -ordena Vi, señalando con su cabeza la dirección. Con los hombros encogidos y las manos en los bolsillos de su sudadera, comienza a caminar tras ella, sintiendo los látidos de su corazón resonando en sus oídos con fuerza.
A su alrededor hay mucho ruido: coches pasando, resonar de pasos, voces, música que suena a lo lejos. Comienza a dificultársele el seguirle el paso a Vi, quien camina con seguridad. ¿Cómo camina tan rápido, llevando tacones? Encima hay muchas personas. Por un segundo la pierde de vista y se asusta. Rodea rápidamente a las personas que se interponen en su camino. Sin embargo, casi choca con alguien, así que se aparta... y se golpea el rostro contra una farola que estaba al borde de la acera.
-¡UZI! -parece que encontró a Vi.
Apretando los dientes, se lleva una mano al ojo izquierdo, sintiendo como arde.
-¡Demonios! -exclama Vi acercándose a ella, con una expresión molesta-. ¡Es que tienes la cabeza en las nubes!
-¡Jódete! -responde, sabiendo lo débil que es su respuesta. Vi sólo rueda sus ojos y ancla su brazo izquierdo con el derecho de Uzi, quien la mira con el ceño fruncido-. ¿Qué haces?
-Te agarro para que no te andes dando golpes -explica, como si fuese algo obvio. Comienza a caminar con Uzi bien agarrada.
-¡Oye, no hace falta!
-Hay mucha gente, así es más seguro -replica, sin mirarla.
De nuevo se siente humillada. Sus mejillas enrojecen y aparta la mirada, con una mano sobre su ojo, el cuál puede sentir como palpita. Maldición...
-Creo que ya no quiero ir -dice rápidamente.
-¿Cómo dices?
-No quiero ir, se me quitaron las ganas. Esto es demasiado estresante.
-Pero si ya llegamos.
-¡¿Qué?! -exclama horrorizada y alzando la mirada-. De todas formas no importa, no quiero ir.
-¡Uzi, ni siquiera has entrado! -protesta Vi.
-¿Y qué más da?
-Serás... -parece que quiere decir una palabrota, pero finalmente se contiene y suelta un suspiro-. Mira, al menos dale una oportunidad. Cinco minutos, y si aún quieres irte, te llevo a casa. ¿Bien?
No responde de inmediato, sino que primero le echa un vistazo a la entrada. A través del gran ventanal se puede ver el interior. Las luces le dan un ambiente cálido, contrastando con el frío de afuera, que congela sus mejillas y lagrimea sus ojos. Los clientes se ven relajados y alegres.
-... Bien -murmura, agachando la cabeza.
Suavemente, Vi tira de su brazo y finalmente entran. El corazón de Uzi da un vuelco cuando las voces de los clientes la golpean.
-Oh, vaya, llegó antes que nosotras -comenta Vi, sonando genuinamente sorprendida.
En ese momento, Uzi desea que la tierra se la trague. Presiona la palma de su mano sobre su ojo con fuerza. Puede sentir como se está hinchando. ¡Era por eso mismo que no quería entrar!
Lentamente, alza la barbilla para mirarlo. Su cara esta siendo tapada por el menú. Esta sentado en una mesa larga. Por fin, Vi suelta su brazo, aunque soprendentemente, Uzi desea que no lo hubiese hecho.
-Tierra llamando a N, ¿estás ahí? -pregunta, apoyando sus manos sobre sus anchas caderas.
¿N? ¿Su nombre es N ? Aunque ella se llama Uzi, así que...
El mencionado baja el menú y las mira con una gran sonrisa. Al ver su rostro, Uzi arquea las cejas, sorprendida.
-¡Vi, es bueno verte!
-Pero... ¡¿qué te pasó?! -exclama, señalándolo con el dedo.
-Se me cayó un libro en la cara, jaja -explica, frotándose la nuca.
En su ojo derecho tiene un moratón, igual que Uzi, excepto que ella lo tiene en su ojo izquierdo. Poco a poco, deja caer su mano, sintiéndose menos avergonzada.
-¡Oh, no! -exclama N, haciendo que Uzi de un respingo, confundida por su reacción-. ¿Estás bien?
-¿Qué? -pregunta, extrañada. ¿Le está preguntando a ella?
-Es que tienes el ojo negro, por eso pregunto.
De repente siente una calidez abrazarla. No la conoce de nada, ¿y aún así muestra preocupación por ella?
-¡Coño, tienes el ojo negro! -exclama Vi, mirándola con los ojos desorbitados. Se pone detrás de Uzi para empujarla por los hombros y acercarla a la silla... que esta justo enfrente de N.
-¡E-Espera! ¿Qué estás...?
-Siéntate, yo iré a por hielo -ordena, aún sosteniendo sus hombros. Con las mejillas hirviendo, se sienta a regañadientes, cruzándose de brazos-. Enseguida vengo, N, tú cuida de Uzi. Y cuidado, muerde.
-¡Oye!
Entre risas, Vi se aleja, haciendo resonar sus tacones. Furiosa, Uzi comienza a rechinar sus dientes. Siente sus ojos escocer. Odia que la trate así. Es bajita, sí, casi muere, sí, pero, ¡no es motivo para tratarla como una cría!
-Eso no es bueno.
-¡¿Ah?! -suelta, clavando su mirada en N, mientras su cabeza arde-. ¡¿Qué no es bueno?!
-Rechinar tus dientes -explica con calma-. Se pueden agrietar, o incluso caer.
-¡¿Y tú qué sabes?! ¿Acaso eres doctor? ¿Y quién te crees para decirme que hacer, eh? ¡Jódete!
-... Es porque yo solía hacerlo -explica pacientemente-. Y no es una orden. Mira, no te voy a obligar, pero sí te aviso que eso no te hará bien. Lo que hagas después lo decides tú.
-...
-De hecho tengo pruebas -añade mientras saca su móvil del bolsillo. Tras un rato, le pasa el móvil a la más bajita, quien sigue frunciendo el ceño-. Tómate tu tiempo.
Insegura, toma el móvil y comienza a leer, murmurando en voz baja el texto en pantalla.
-Oh.... -suelta tras un par de minutos.
N no mentía. Comienza a sentirse avergonzada y tonta por haberle gritado. Tímidamente le devuelve el móvil.
-Yo... -esconde su mirada en su regazo y juguetea con sus dedos-. Pe-Perdona...
-Ah, no pasa nada, estoy acostumbrado.
-¿Cómo? -pregunta sorprendida-. ¿Qué quieres decir con-
-¡Regresé! -exclama Vi, apoyando la bolsa de hielo en la mejilla de Uzi, quien da un respingo y suelta un pequeño chillido por el frío. Ante su reacción, la más alta se echa a reír mientras deja la bolsa en la mesa.
-¡VI, MALDITA!
-De nada -responde sentándose a su lado, con una amplia sonrisa-. Si me tardé es porque el depentiente quería mi número de teléfono.
-¿Y se lo diste? -pregunta N con curiosidad.
-Am, ¿no? No lo conozco, y además, es muy feo. Que visite a un cirujano y quizás me lo piense.
-¿Se lo dijiste en su cara? -pregunta Uzi, conteniendo la risa y, suavemente, colocándose la bolsa en el ojo amoratado.
-Nah, me apiadé y le mentí diciendo que ya me gusta alguien, pero que lo sentía y blablablá.
-Bueno, al menos te contuviste -suspira N, resignado. Vi se ríe, y Uzi se une. N también esboza una sonrisa al verla.
"Que lindo", piensa Uzi sin darse cuenta.
-¡Me muero de hambre! ¿Pedimos ya o qué?
***
Durante el resto de la noche, Uzi se relaja y charla de forma animada con N, descubriendo varias cosas, no sólo sobre él, también Vi.
Como ellos se conocen de hace muchos años, se conocieron trabajando en el mismo lugar, y lo más impactante, Vi usaba gafas.
-¿Entonces ya no las necesitas? -pregunta Uzi confundida.
-Uso lentillas, tonta.
-Oh, por eso tus ojos se ven dorados.
-¿No se ven bonitos?
Se encoge de hombros.
También descubre que Vi quiere ser policía, porque puede usar la violencia en los criminales (eso la perturba profundamente, pero no dice nada por su propia seguridad) y N estudia para ser piloto.
-¡Ah, así que eso es una gorra de piloto!
-Sí, ¿no me veo bien?
Sus mejillas enrojecen.
-Uh, supongo... -murmura, evitando conectar miradas.
Pero la pasa muy bien aquella noche. Hablan y comen de forma alegre. Luego van al cine a ver una peli de terror, la cuál sólo asusta a N, quien se la pasó agarrando a Vi del brazo, y provocando risas en las dos chicas.
Hasta que llega el momento de despedirse.
-Fue bueno verte, Vi -dice N mientras abraza a su amiga con cariño. Para sorpresa de Uzi, ella se ve mucho más tímida cuando corresponde al abrazo.
-Igualmente -añade tímidamente, pero correspondiendo al abrazo con entusiasmo. Permanecen un par de segundos juntos hasta que finalmente se separan. Para sorpresa de Uzi, N se acerca a ella.
-Y fue bueno conocerte, Uzi -añade, con una gran sonrisa que ilumina su rostro. A pesar del moratón en su ojo, se ve adorable...
-I-Igualmente -tartamudea, sintiendo como su alma se sale de su cuerpo al verlo acercarse. Aún así no lo detiene y deja que la rodee con sus brazos de forma delicada, como si ella fuese un objeto frágil. Despacio, corresponde al abrazo, y apenas lo toca con sus manos, temiendo hacer algo estúpido.
Demonios, es como si nunca hubiese abrazado a nadie. Aunque no recuerda la última vez que abrazó a alguien...
Sólo sabe que el que esta teniendo ahora es muy cálido. Agradable. Es como estar abrazando un peluche. Se siente reconfortante. Y le duele cuando llega el momento de separarse.
-Espero nos veamos pronto -es lo último que le dice.
-Sí...
Aún sintiendo la calidez de su abrazo, camina cabizbaja hasta el coche, ignorando la mirada que Vi le lanza. Una vez en el auto, permanecen en silencio lo que se siente una eternidad, hasta que finalmente Vi pregunta:
-¿Y qué tal?
-¿Que tal qué?
-¿Verdad que no fue nada mal?
-No, nada mal -responde, esbozando una pequeña sonrisa al pensar en N.
-¿Te gustó?
-Sí... ESPERA, ¿A QUÉ TE REFIERES?
Como respuesta, Vi se echa a reír mientras Uzi enrojece y se cruza de brazos. Insistiendo en su mente que él no le gusta. No de esa forma.
Pero al mismo tiempo, deseando verle de nuevo.
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