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Reencuentro inesperado

—Takao....Takao...Takao— gritaba ese hombre mientras sujetaba fuertemente mi brazo.

—Suélteme. Me está lastimando— forcejeaba por aflojar su agarré, de verdad que dolía.

—Midorima-sensei está lastimándolo. Suelte a Kirishima-san — intervino Asami algo preocupado.

Midorima soltó mi brazo, todo el mundo en la jefatura de enfermeras estaba en silencio viendo aquel hombre.

El hombre que jamás quise volver a ver.

El hombre que jugó con mis sentimientos y me engaño.

Midorima Shintarō, el as de Shūtoku y el padre de mi hijo.

—¿Qué le pasa?— Dios porqué aquí. No tan pronto.

—Takao....— dijo Shintarō desconcertado al ver a Takao frente a él.

—Lo siento, sensei. Mi nombre es Kirishima— respondió frotándose el brazo lastimado.

Shintarō se aproximó a él, pero Asami-sensei intervino nuevamente. —Midorima te pido que tranquilices. Kirishima-san acaba de unirse a nuestro cuerpo de trabajo, y tú ya lo estás aterrando.

—Takao....— dijo Shintarō viendo a aquellos ojos que tanto amaba. Él era Takao, no importa cuanto lo negara.

—¿Estás aquí, Zuna....— se detuvo de inmediato al ver el color del cabello del hombre y sus ojos, ese era el padre de Akio. Volteo a ver a Zuna y sus ojos estaban aterrados, también se frotaba su brazo y vio las marcas — ¿Quién te agredió, Zuna?— preguntó en esa voz que haría que cualquiera saliera corriendo como niño.

—Cálmate, Aki...— dijo Kazunari al ver la cara de su tío. La última vez la vio fue cuando golpeó a Okani.

—Dije quién...— volvió a preguntar furioso. Todos habían retrocedido y miraban a Midorima. —Por sus miradas supongo que fue usted sensei. ¿Cuál es su nombre?

—Midorima Shintarō....¿Y, usted es..?—preguntó mientras veía la mirada aterrada de Takao.

Aki se aproximó y lo sujeto de la bata —Es la primera y última vez que le pones una mano encima. No sé por qué lo agrediste, pero es la última vez.

—Suelta a sensei, Aki...— dijo Kazunari aterrado. No quería que los corrieran en su primer día.

Aki lo soltó y tomó de la mano — Vamos, Zuna. Tengo que revisar te ese brazo— dijo arrastrándolo.

Cuando llegaron a su consultorio —¿Estas bien?— preguntó.

—¿Qué hace aquí?... Se supone que iba a estudiar leyes. ¿Por qué tuve que encontrarlo? Inclusive me reconoció— dijo temblando y llorando.

Aki lo abrazó —Calma, pensáremos que hacer más tarde. Ahora déjame revisarte ese brazo.

Cuando Kazunari regreso ya Midorima no estaba. Suspiro aliviado.

—Midorima-sensei normalmente no es así. Siempre ha estado sólo y triste, es la primeras vez que lo vemos así— comentó ueda.

—¿Siempre?— preguntó con un nudo en la garganta.

—No sé bien que paso, ya que él se culpa. Sólo sé que en un accidente de hace casi 5 años perdió a su pareja e hijo. El año pasado cuando realizo su residencia era el aniversario de sus muertes y entró en estado de pánico, lo internaron varios días al pobre. Su madre lloraba al ver lo así, ella fue la que me contó esto. A lo mejor Kirishima-san le recuerde a su pareja.

—Ya veo...— logró decir ¿Tanto había sufrido? ¿Por qué? Sí fue Midorima quien lo engaño.

Ueda-san le mostró toda el área y los lockers que compartían con los doctores. Al final se dirigió al área pediátrica.

—Disculpe ¿El encargado se encuentra? Me mando Ueda-san.

——Hola, ahora lo mando. Espere aquí— dijo una enfermera.

Después de 10 minutos —Soy el encargado del área pediátrica ¿Alguien me buscaba?— dijo Shintarō.

Kazunari abrió los ojos —Sí. Desde hoy trabajo en esta área— ¡No puede ser!

—Oh si.... Yo... Lamentó lo de hace rato. Es que usted se parece tanto al amor de mi vida que me quede en shock. Lo lamentó, Kirishima-san— dijo viéndolo a la cara.

—No se preocupe, sensei. Dicen que todos tenemos otras personas que se parecen a nosotros. Pero en fin.... ¿Dónde comienzo?.— respondió desinteresado o eso trató.

—Oh si.... Asami-sensei dijo que iba estar a cargo de los menores de 5. Es raro que alguien acepte— dijo Midorima.

—Si...es que me encantan los bebés— dijo con una sonrisa.

— Aquí estamos. Cualquier cosa pregunte a las enfermeras o a mí— dijo marchándose. El corazón de Midorima no podía dejar de latir rápidamente. —¿Por qué actúas como si no me conocieras? Es tan obvio que eres tú y me reconoces. ¿Quién es ese hombre? ¿Dónde está nuestro bebé?

——————————

Así paso un mes y estaban a finales de Abril. Kazunari tenía cuidado de tratar profesionalmente a Midorima, siempre lo notaba observándolo con tanta tristeza. No podía quitar esa imagen de su mente.

Con Asami-sensei las cosas se habían puesto pesadas, cada tarde recibía propuestas más sexuales que citas. De plano detuvo sus intenciones y le dijo que no, que él ya mantenía una relación con su pareja Kirishima. Inclusive tuvo que besar a Aki-san en los labios para que lo creyera ya que los había seguido. Esa noche se tuvo que disculpar una y mil veces hasta Aki-san lo perdonó y comprendió la situación.

—Ueda-san ya me retiró. Hasta mañana— dijo sonriendo. Tenía que recoger a Akio del preescolar.

—Claro. Mañana te tocan los bebés.— le respondió desde la jefatura.

Kazunari se retiró a los lockers y cambio su uniforme. Estaba por ponerse su playera y fue sujetado de su espalda. —¿Qué demo...

—Tú eres Takao. No me mientas má ¡Esta cicatriz yo te la cure!— dijo Shintarō tocando la cicatriz.

—No sé de qué me habla— dijo nervioso. Se le había olvidado la maldita cicatriz.

—Por favor, Takao. Dime la verdad, no soporto más esto. Yo nunca te engañe, todo fue un malentendido. Por favor, dime donde esta nuestro bebé, por favor ¿Dónde está mi bebé?— rogó llorando.

—yo...— intento hablar pero fue salvado por la bocina del hospital.

—Mirdorima-sensei, Preséntese en urgencias. Mirdorima-sensei presentarse en urgencias.

—Tiene que ir, Midorima-sensei— dijo rápidamente.

—Tsk... Tienes que explicarme la verdad. No sabes cuánto he sufrido por la ausencia de ambos— dijo soltándolo y corrió hacia urgencias.

Kazunari cayó de rodillas al piso —¿Un malentendido? Eso no puede ser... Él me engaño— murmuró llorando.

De pronto su celular comenzó a sonar —B—bueno...— respondió.

—¿Estas bien?— preguntó al escuchar la voz estrangulada.

—Sí, sempai... Ya me descubrió por la cicatriz— respondió.

—Ya veo... Takao, creo que ya es hora de decir la verdad... y te tengo la oportunidad perfecta ¿Puedo ir a tu casa hoy?—dijo Miyaji.

—Claro... Yo voy a recoger a Akio. Si quieres nos vemos en una hora o cuando puedas— respondió levantándose.

—Está bien. En una hora te veo— dijo Miyaji y colgó.

——————

Kazunari se apresuró y recogió a Akio; estaba dándole de comer cuando Miyaji llegó. Después de almorzar y que Akio se puso a jugar, hablaron.

— Y bien ¿Cuál es la oportunidad?

—El próximo sábado van a hacer una reunión en el gimnasio de Shūtoku en tu nombre. Ya sabes, por tu aniversario de muerte. Todos van a estar allí, incluido Midorima y tus padres.

—Oh....cierto, la oportunidad perfecta — dijo sonriendo — mmmm.... ¿Quién es él que hablara frente a todos?

—El entrenador...— dijo Miyaji dudoso.

—Dame su número. Tengo una idea...— dijo pensando en cómo presentarse en en lugar.

——————Sábado en Shūtoku———————

Los ex alumnos de club de básquet llegaban al gimnasio a las 4 en punto. Miyaji fue el primero en llegar con Kazunari mientras éste último se escondía detrás de la cortina roja. Aki-san y Akio estaban en el coche a una cuadra. A las 4:10 se subió al estrado el entrenador.

—Hoy, no reunimos aquí para conmemorar a nuestro amigo y compañero, Takao Kazunari. Hace 5 años Shūtoku perdió al carisma en persona. Takao-kun era un chico ....—se interrumpió por el sonido de su celular —. Un chico maravilloso. Ama el —tras tanta insistencia respondió a la llamada —permitan me un momento....Bueno.....hmmm ¿Quién habla?... Pero... No... pero... Entiendo— colgó y se quedó mirando a todos.

El entrenador dio un suspiro largo —Bueno....parecer ser un invitado especial está aquí. .... Pues que suba al estrado y nos diga eso tan importante que cree tener que decir— dijo esperando que alguien del público subiera.

Los que estaban a bajo buscan entre ellos quien subirá. Un ruido en el estrado llamó su atención....

—Hola chicos— dijo con una sonrisa coqueta.

&\-P

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