Recuerdos del pasado
—¿Cómo te sientes?— le preguntó Aki a Kazunari mientras conducía.
—Siento que se me quitó un peso de encima. También cansado y confundido — soltó un largo suspiro mientras acariciaba el cabello de Akio— ¿Crees que realmente Midorima no me engaño?
—Pues Akio dijo que él dice la verdad. Realmente se ve feliz de tenerlos ahora y también parecía sincero — respondió.
—hmmm..... Cierto, parecía sinceró— dijo Kazunari.
—y... ¿Qué piensas hacer? Prácticamente te pidió que formen una familia — comentó viendo a Kazunari por el retrovisor.
—No lo sé.... Yo.....— Kazunari se sonrojó. —yo...aún lo quiero. El verlo hoy desesperado por intentar arreglar las cosas y más cuando me abrazo, sólo logre confundirme. Necesitó saber la verdad— dijo sonrojado y ansioso.
—Sólo piénsalo. Además Akio se encariñó con Midorima, ya te pedía que vivieran juntos. Mañana te pedirá que le den un hermanito— dijo con una risotada.
—No digas más—respondió sonrojado. —hmm otro bebé con mi Shin-chan— pensó y rápido negó —No..no.. No es mi Shin-chan.
—¿Tú Shin-chan, eh?— soltó una risa al ver la cara sonrojada de su sobrino. Kazunari sólo miro hacia otro lado.
Al llegar a la casa, Kazunari acostó a Akio en su cama y él fue a darse un baño largo. Se sentía confundido, el calor y aroma de Midorima aún lo sentía impregnado —sus mejillas se tornaron rosas— ¿De verdad no me engaño? Pero....yo lo vi.
Sus pensamientos y sentimientos eran un caos cuando se dispuso a dormir, vistiendo únicamente un bóxer y una playera grande que le quedaba a la mitad de sus muslos.
—————
Escuchaba un —ding—dong— lejano una y otra vez. Se despertó, buscó a Akio y aún se encontraba dormido, vio el reloj digital y apenas iban a dar las 10:00 am. Se levantó, frotó su rostro y su cabello. Bajo las escaleras —Ya voy— dijo y abrió la puerta. Quedó petrificado.
—Buen día, Takao—dijo Shintarō con un hermoso ramo de rosas, en una mano y en la otra un regalo color azul. No había podido dormir en toda la noche rezando para ver a Takao y su hijo.
—¿Sabes qué hora es?— preguntó asombrado.
—Ammm no. Sólo desperté y me dirigí hacia aquí— dijo algo sonrojado al notar las piernas descubiertas de Kazunari.
—Bien, pasa—se hizo a un lado— Akio no demora en despertar. Vamos a la sala, allí podrás esperarlo y ver sus fotos de bebé — dijo dirigiéndolo a la sala.
Kazunari bajo los álbumes del librero y los depósito en la mesa del centro. —El título indica el año. Éste —entregó uno color verde—, contiene las ecografías y todo lo de su nacimiento— dijo depositándolo en las manos de Midorima.
—Gracias.... pero antes —bajo el álbum, tomó las rosas y se aproximó a Takao —. Son para ti, esperó te gusten— dijo esperando a que Kazunari las tomara.
—G..Gracias— dijo algo sonrojado al tomarlas. —Voy a colocarlas en florero e iré por Akio— dijo mientras huía a la cocina. Colocó las rosas en el florero y subió las escaleras.
Cuando llegó a su habitación el sonrojo y los latidos de su corazón aumentaron de ritmo. —Mami ¿Qué pasa?— dijo Akio quien acababa de despertarse.
—Buen día, hijo. Anda a bañarse, tenemos visita — dijo saliendo del estado en que se encontraba.
Ambos se bañaron juntos y terminaron de vestirse. Kazunari cargo a Akio, bajo las escaleras y se dirigió a la sala.
—Papá— grito Akio al ver lo sentado.
Kazunari lo bajo y Akio salió corriendo a los brazos de Midorima.
—Hola mi niño, ¿Cómo estás?— dijo Shintarō cargándolo y besando sus mejillas.
—Bien, Papá— respondió abrazándolo.
Kazunari observaba la brillante sonrisa de su hijo. No pudo evitar sonreír, Midorima lo observó y le dedicó una sonrisa que no supo cómo identificar. —hm....¿ya desayunas te, Midorima?
—amm no....— dijo apenado.
—Bien... Cuida a Akio, no lo dejes subirse a la mesa de centro — dijo y se retiró a la cocina a preparar el desayuno.
Midorima observó cómo se iba Takao. —Sabés Akio.... Recuperaré el amor de tú mami.
Akio lo observó —Mami te ama. En las noches dice Shin-chan mientas dueme, aunque a veces llora.
—¿Estás seguro?— preguntó.
—Sii, ayer mami le dijo abuelito que aún te quiere— dijo Akio.
—Lucharé por él— dijo acariciando la cabeza de Akio. —Ahora veamos tus álbumes.
Así se la pasaron ambos hasta que Akihito entró en la sala. —¿Tan temprano aquí?— preguntó exaltándolo.
—Abuelito— dijo Akio y corrió a él. Aki lo abrazó. —¿Dormiste bien?
—Sí abuelito. Dormí con mami— respondió.
—¿Y dónde está Zuna?— preguntó.
—Midor.... Aki-san buen día— dijo Kazunari.
—¿Dónde estabas?— preguntó
—Preparando el desayuno. Por cierto, ya está listo. Akio ve a lavarte las manos y lleva a tú Papá para que te ayude— ordenó.
—Si mami. Vamos Papá— Akio arrastrando al baño a Midorima.
—¿Cuando llegó?— preguntó Aki al ver como su niño jalaba a Midorima.
—Hace una hora. Ya hice el desayuno para todos— dijo caminando de vuelta a la cocina.
Cuando Akio y Midorima llegaron al comedor ya estaba todo servido, el aroma era delicioso. Las rosas estaban en medio de la mesa divididas en dos floreros.
—Akio mastica con cuidado. Si quieres más me avisas— dijo Kazunari.
—Sí, mami— respondió y todos se pusieron desayunar.
Minutos después Akio habló —Mami ¡Ositos!
—Claro, Cariño. Ahora los preparó— dijo levantándose de la mesa. A los minutos regreso con tres panqueques en forma de Ositos. —Aquí tienes.
————
10 minutos de silencio fueron interrumpidos por el timbre. Kazunari se levantó y abrió —Mamá, buen día— dijo abrazándola.
—Buen día cariño— dijo Akane abrazando a su hijo.
—ejem ejem— carraspeo Kaito.
—Oh si.....bien día, Takao-san. Pasen— dijo y se hizo a un lado. Ambos entraron y escucharon risas de Akio y otra persona. —Estamos desayunando. ¿Quieren acompañarnos?
—Oh no hijo, ya hemos desayunado — dijo Akane pendiente de la voz, pues le parecía familiar. Se dirigieron al comedor y allí estaba Midorima.
—¡Tú no tienes nada que hacer aquí!— gritó Kaito al ver al peli verde. Shintarō agachó la cabeza; eso a Akio no le gustó y sus ojos se volvieron llorosos.
—Takao-san le recuerdo que Midorima es el PADRE de mi hijo, no importa lo que haya pasado entre nosotros, él tiene todo el derecho de ver lo. Además no grite que a Akio lo asusta— respondió Kazunari acercándose a Akio —Ya mi bebé. No llores— le dijo cargándolo.
—Bien....sino mal recuerdo los dos vinieron a ver las fotos y vídeos. Así qué vamos a la sala— les indicó Aki.
Todos se dirigieron a la sala y Aki término de sacar los álbumes. —Cuando terminen las fotos les pondré los videos.
La situación entre Takao Kaito y Midorima era tensa, pero si querían ver las cosas no podían hacer nada. Mientras que Akane se divertía con la situación. Ambos tratando de reconciliarse con Kazunari.
Aki entró a la sala con una serie de CD, seguidos por Kazunari y Akio. —¿Podemos hablar, Kazu?
—Claro— respondió y la llevó al comedor.
—¡Qué hermosas rosas!— exclamó al verlas mejor una segunda vez.
—Si....las trajo Midorima— confesó algo sonrojado.
Akane notó ese ligero sonrojó —¿Aun lo amas, verdad?— preguntó curiosa.
—Si.....pero estoy confundido. Qué tal si me hago ilusiones y aun esta con el enano pelirrojo— dijo bajando la mirada a sus pies.
—Bueno... Cómo nunca quisiste que habláramos de ellos. No te mostré esto —sacó una revista y se la entregó— Se casaron en EEUU hace años. Furihata-kun está esperando su primer bebé.
—yo... Akio dice que Midorima no miente. Estoy realmente confundido —dijo pasando su mano a través de su cabello.
—Pues si lo quieres, dale la oportunidad de que te diga su versión. Tal vez eso aclaré todo y tus sentimientos realmente se confirmen. Además... así le darías a Akio la oportunidad de crecer con ustedes como una familia— comentó Akane.
—Sí. Será lo mejor... Y— fue interrumpido por unos gritos provenientes de la sala.
—Dame esa foto. Te dije que me la des— gritaba Kaito.
—No. Esta foto me la quedaré yo— respondió Midorima.
—¿Pero que?— Kazunari quedó atónito. Su padre era sujetado por Akihito, y Midorima sostenía una foto. —¿De qué fotografía hablan?
—Hablan de esa foto. La que te tomó Okani— intervino su tío. Kazunari palideció por el nombre.
—Midorima dame esa fotografía— ordenó con voz temblorosa y ronca.
—No. ¿Y quién demonios es Okani?— preguntó molesto.
Kazunari tembló ante los recuerdos. Aki-san soltó a Kaito desprendiendo un aura oscura sobre ellos.
—Cierto. ¿Quién es?— preguntó Kaito.
—¿Estás bien?— preguntó Akane al notar la palidez y el temblor que tenía su hijo.
—yo.....— trató de decir pero un nudo en su garganta se lo impidió. Lágrimas comenzaron a caer del sólo hecho de recordar.
—¿Qué pasa?— preguntó Shintarō preocupado por la reacción de Takao, de acercó a él y apretó su mano.
—Siéntense, yo se los diré. Akio ve a tú habitación— ordenó. Akio obedeció y salió corriendo a su cuarto de la planta baja. Sabía que su abuelito estaba enojado cuando implementaba esa voz.
—Cuando Zuna llegó a casa conmigo y por su estado, contrate un maestro que le diera clases todos los días. Cuando Zuna cumplió los 3 meses conmigo, Okani se le declaró y obvio que Zuna lo rechazó pero aun siguió dándole clases. Al año Zuna presentó un examen para ver qué años de preparatoria pasaba y pues paso los 3 y ya no necesitábamos sus servicio —soltó un largo suspiro—, pero no dejó de llamar o mandar mensajes a Zuna. Cuando Akio cumplió un año y medio me llamaron de emergencia, así que salí de la casa. Pero la voz se me hizo rara, marque a urgencias del hospital y confirme que ellos no me llamaron. Regrese a la casa como 20 minutos después por el tráfico, al entrar estaban los jarrones tirados, se escuchaban golpes y como pateaban. Al entrar a la sala, Okani estaba golpeando a Zuna y tratando de violarlo. Así que me lance sobre él, le di la paliza de su vida y llame a la policía. Ellos llegaron junto con la ambulancia, Zuna fue trasladado al hospital. Tenía fracturado el brazo, 3 costillas rotas, su labio reventado y moretones— relato frustrado.
Kazunari sólo lloraba desconsolado en los brazos de su madre. Todo los recuerdos le golpearon, el cómo Okani lo empujó contra la repisa de los jarrones y lo jaló del cabello y comenzó a golpear. Él trataba de defenderse pero no era fuerte.
—¿Por qué nunca me dijeron?— preguntó Akane, al borde de las lágrimas.
—Yo no que-quería preocuparte— dijo sollozando. Shintarō sacó el pañuelo que traía en su pantalón y se lo dio sin soltar su mano. —G-gracias— logró decir.
—No puedo creer lo. Ese maldito como no estuve allí y se lo hubiese cortado— dijo Shintarō enfadado.
—Pues si... Después de eso levante la denuncia correspondiente y lo encarcelaron. Al parecer ya había hecho eso en otros lugares, pero esta vez tuvieron pruebas..
—De seguro lo provocaste, quien en te manda a que gusten los hombre. Por es... —Kaito se calló por la mirada que le daban los tres. Haba cometido un grave error.
—¡Largo!— gritó Kazunari furioso.
—Yo....— trató de decir, pero Kazunari lo calló.
—El hecho de que me guste Shin-chan no es causa que me gusten otros hombres y que me violen. Ahora vete— gritó Kazunari lleno de dolor ¿Cómo pudo creer que su padre podría cambiar?
Shintarō sintió su corazón acelerar el ritmo al escuchar ese 'me guste Shin-chan'.
—Yo.....— trató de decir. Pero Akane lo miro como todo una fiera y se calló.
—Me voy cariño, tengo que hablar con tu padre— sentenció Akane; le depósito un beso en la frente a su hijo, y sacó a su marido de la casa.
— Yo te acompañó. Tenemos mucho de qué hablar— dijo Aki furioso.
Shintarō sostuvo la Kazunari entre sus brazos y lo apegó a su pecho. Kazunari sólo se limitó a apoyar su cara en el cuello y seguir llorando. Midorima acarició suavemente la espalda de Takao.
—Lo siento. Perdonadme por no estar a tú lado cuando más lo necesitabas.— dijo Shintarō estrujando el cuerpo del pelinegro.
Kazunari negó —Tú no tuviste la culpa.... fui yo por no ponerle un alto definitivo— logró decir.
—Aun así...— dijo frotando su mano en la espalda de Kazunari. Éste sintió el rose y un escalofrío recorrió su espalda.
Kazunari trató de levantarse y sus piernas se enredaron con el sillón, provocando que cayera encima de Midorima en una posición muy comprometedora y sus labios casi rozándose. Ambos se sonrojaron y quedaron viéndose el uno al otro.
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