Introducción
Todo inicio comienza con un quiebre. Eso lo entendí años después mientras veía Intensamente y sí, gracias a esa película pude identificar que muchas veces después de una gran tristeza viene una gran alegría.
¿Alguna vez han escuchado o leído la historia de la familia que perdió su vaca?
Para quienes no, se las cuento de forma breve (y a mi manera) aunque este libro no se trata específicamente de proverbios, etc, pero para que tengan una idea.
Una vez, un hombre y su ayudante después de un largo camino llegaron a una casa de una familia pobre que tenían una vaca. Gracias a esta vaca obtenían leche, hacían la mantequilla para la comida y vendían la leche de la vaca para comprar los alimentos.
Ya cuando iban a dormir, el hombre le pide a su asistente que guarde la vaca en el corral, sin embargo, este accidentalmente dejó el corral mal cerrado y la vaca se perdió, cosa que al día siguiente la familia se daría cuenta. A pesar de esto, el hombre y su asistente se van de esta casa.
Al año siguiente cuando el hombre y su asistente vienen de retorno ven que la casa de la familia está mucho más bonita y grande, que ya no tienen una vaca sino cientos de ellas, y además, tienen gallinas entre otros. Al ver el crecimiento de la familia, el hombre y su asistente se acercan a la casa y se dan cuenta que son la misma familia, ¡y que los reciben con muchísima alegría!, ofreciéndoles quedarse de nuevo en el hogar. Sin miramientos el hombre pregunta: "¿A qué se debe que hoy les va tan bien pero hace un año que sí tenían una vaca no?", y el padre de familia le responde: "Su accidente nos trajo fue una bendición y estamos agradecidos con ustedes. Estábamos tan acostumbrados a nuestro estilo de vida que no nos dimos cuenta que podíamos estar mejor, así que, al perder nuestra vaca, con el poco dinero que teníamos compramos otra, pero luego cuando pudimos compramos otra vaca "por si acaso", y así fuimos, ya no por si sucedía algún hecho desafortunado sino porque al darnos cuenta que producíamos más mantequilla con las dos vacas y al poder vender más leche y más mantequilla ganábamos más y comíamos mejor, y así fuimos, hasta que compramos gallinas, etc, lo que nos permite hoy estar mejor que hace un año."
La moraleja es que a veces nos acostumbramos tanto a algo que no nos damos cuenta que nos hace falta salir de esa zona de confort para estar mejor.
No sé si esa es precisamente mi historia, pero un día, perdí mi vaca...
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