Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 37


Quiero ser, sin duda... la mujer que lo haga volverse loco. Y es que desde el momento en que le vi mirarme en Santo Domingo, no me he propuesto otra meta, sino estar dentro de su casa, de su vida.

Cuando Agatha, mi ex mejor amiga, se marchó en gloria y majestad de este lado del planeta, no abandonó solo a su familia, sino también a mi odio creciente, siempre ha sido igual, la desvalida Agatha, siendo merodeada por tipos que están dispuestos a ayudarla. En cambio, yo que de hecho merezco ser feliz tanto o más que ella no he logrado serlo.

Estuve varios meses, trabajando en los mercados libres, buscando en la joyería de Santo Domingo a Mohammed, pero nada. Él dejo esta joyería a cargo de alguien más. ¿Cómo podría volverlo a ver? Y entonces, un día, cayó del cielo mi ángel de la guarda.

TRES MESES ANTES

— ¿Te gusta así?

Preguntaba Zein mientras me tomaba del cabello y me hacía moverme a su ritmo sobre su erección que, maldita sea, era su arma, y mi adicción a la hora de prestarme a él. Me sometía, era su perra, lo que fuera, por mi mente pasaba solo la idea de que lo hacía con Mohammed, y de hecho, tenía parte de él así que me regocijaba en sus besos efusivos y me dejaba hacer.

Un cigarrillo después de cada acto sexual me llevó a decirle:

—Desearía tanto hacerme de tu padre un día, quiero tener lo que ella tiene también... No quiero que sea ni más ni menos que yo, para que veas que soy compasiva.

Zein, el impersonal Zein. A veces eufórico y otras veces frío como tempano de hielo me observó, me quitó el cigarrillo y tras una calada dijo:

—Yo puedo hacer que tú estés con él pero... también quiero su fortuna. Angélica, tengo que sacarlo del camino y por eso no puedo cumplirte el favor.

Lo observé con antipatía un momento, después de todo no éramos más que conocidos.

—Dame la oportunidad de joderle el matrimonio a Agatha, y me daré por pagada. Después de todo, yo no quiero el dinero... aunque si pudiese heredar un poco no me molestaría.

Zein rió y me abrazó pegándome a su pecho mientras permanecíamos acostados.

— ¿Te quedarías conmigo ricura? Podríamos ser los dueños de todas esas propiedades... y que decir de los pozos petroleros. Ambos estaríamos en la cima de todo.

—Claro que me quedo contigo guapo.

Me apresuré a contestar, llevando mi cuerpo sobre el de él para pasear mis manos por su pecho.

—Pero necesito de tu ayuda... —Dije ahora mirándole fijamente a los ojos, él por su parte asintió tomándome de las caderas y dejando el cigarrillo en el cenicero.

—Vas a tener que ayudarme entonces con unos negocios que tengo. Necesito que seas la mujer de uno de los traficantes de droga más conocidos del otro lado, es mi colega... pero si fueras su mujer, y le haces todo lo que me haces a mí, te aseguro que tendremos su apoyo para tener la cabeza de mi padre, y con eso su dinero... Y qué decir, Agatha quedaría desvalida, la riqueza del esposo jamás será de la esposa... Será mía, mía y tuya... Te reclamaré devuelta en cuanto todo haya ocurrido como debe de ser.

La sola idea me excitaba, el peligro y Zein me acaloraban, sin pensarlo, me fundí en su beso y acepté ser la mujercita de ese tipo de las drogas por un tiempo. Luego sería, la nueva señora Alauî de mano de Zein.

EL DÍA DE HOY

Zein no calibró bien, el imbécil avaro quiso robarle a Nick Assad, el magnate y además cabecilla de la banda Blue birds encargados de repartir droga entre Egipto y Alemania. Yo por supuesto cumplí, y tras viajar de Santo Domingo y hacerme la mujer de Nick, me he quedado en nada nuevamente. No tenía a Mohammed, pero si vi como lloraba en el funeral de su hijo. Nick estuvo allí junto a mí, observando la escena de lejos. También pude ver como Agatha estaba de la mano de otro hombre, y por supuesto vi como Mohammed se la llevó a rastras.

La jodida niña aun no maduraba.

Como ahora poseo el control de las decisiones de Nick Assad mediante el sexo que le doy, y el "amor" que siente por mí, le propuse comprar el hospital en el que Agatha puso de benefactor a Mohammed. Mi venganza apenas comienza.

—Morena, ven aquí. —Ese es Nick, está contando billetes mientras fuma su puro.

—Cariño, dime.

Me ha hecho una señal y rápidamente me senté sobre sus piernas y bese su frente. Nick adora la ternura, adora las mujeres que aparentan menos edad. No, no es un pedófilo pero, el fetiche es que adora que me comporte como una niña, y también adora que yo le traiga a las pocas amigas que he hecho aquí vestidas de escolar. Nick es un enfermo del sexo con muchas mujeres a la vez, pero también posee mucho, mucho poder y dinero. Ese trajecito de empresario pegadito a su cuerpo le va bien, y esos ojos café oscuro con ese cabello negro degradado le va... le va como lo que es. Un magnate enfermo y millonario.

—Respecto al negocio del hospital. Hoy es la despedida de solteras de la directora del hospital, tengo entendido que allí estará la niñata Agatha de la que tanto me has hablado... ¿Quieres estar allí esta noche?

—Iré, sí. Quiero ver su rostro antes de cualquier cosa.

—Entonces, estás decidida a dejarnos Morena.

—Angélica —Dije sobre sus labios, él apenado me acarició el cabello dejando los fajos de billete a un lado.

—Morena, estoy perdido contigo, pero también me muero por la niñata. Y si quieres volver, oye... que las puertas estarán abiertas siempre.

Asentí.

Con Nick teníamos un trato hecho. Le ofrecí a Agatha, por mi libertad. Le dije que si podía hacer que Agatha viniese, ella podría estar con él bajo las condiciones que él quisiera, tan solo una vez se la follaría y ya (Claro, me aproveché de su fetiche, el estúpido no se negó cuando le mostré una foto de Agatha en Santo Domingo, su cara de niña linda y buena lo hizo pensar en cómo la disfrazaría sólo para él). Yo por mi parte, haría lo que siempre desee, iría a acostarme con Mohammed, con el fin de reclamar delante de un Jeque lo que me merezco, ser una de sus esposas. Claro, seremos marido y mujer, aun cuando Agatha vuelva y sea la primera esposa, yo podría joderla la vida entera si quiero, podría atormentarla, ya que todo lo que él le dé a ella, también deberá de dármelo a mí, así lo dictan las leyes. Así será.

Hoy es la linda fiesta y estoy conduciendo hasta ella. Veremos que tanto revuelo le causo a la pequeñita, y si después de todo, me ha olvidado.

Llegando aquí, saludé a Vanja, la directora del hospital y pasé a la mesa de aperitivos a esperarla. No pasó mucho cuando la vi llegar junto a... bueno ¿Qué era eso? ¿Un experimento social? La chica que venía a su lado tenía una ancha espalda y unas piernas... algo gruesas para mi gusto.

Cuando Agatha se movió hasta la mesa junto a mí, fue cuando me quité las gafas oscuras y le hablé:

— ¿Eres tú, Agatha?

Ella pareció reconocer mi voz y tan pronto como vio frunció el ceño.

— ¡Agatha! ¡Linda estás demasiado bella! ¿Cómo has estado?

— ¿De veras quieres saber cómo he estado?

—Por favor, lo que haya pasado antes me tiene sin cuidado, fue una estupidez. —Comenté haciendo juego con mis manos, le sonreí y tomé mi copa.

—Angélica, ¿Qué haces aquí?

—Soy amiga de Vanja, trabajo en recursos humanos, vine a España buscando una oportunidad, en Latinoamérica está muy jodido el tema laboral... y gracias a mis padres he podido probar suerte aquí. —Mentí antes de beber y volver a verla— te sienta bien el matrimonio, pareces más radiante.

—Sí. ¿Y tu pareja? — Se apresuró a preguntar la jodida.

—He venido sola, no tengo tiempo de parejas, aquí el trabajo es primero... oye Agatha, es que de verdad ¿Nunca podremos volver a hablar nosotras al menos?, me he lamentado muchos días, y de hecho lo olvidé, me resigné a quedarme sola, pero veo que el destino nos une nuevamente.

Agatha cabeceó y finalmente sonrió.

—Dejemos esta conversación para otro momento. —Dijo, antes de tomar su teléfono que estaba sonando en su cartera.

En cuando contestó, pude percibir claramente que se trataba de Mohammed, entonces me apresuré a salir de la fiesta, era seguro que la venía a buscar y que ella por alguna razón solo vino a dejar al experimento humano de antes, como sea, no me importaba lo demás, solo Mohammed.

Mientras ella no salía, salí yo y me he escondido tras el matorral que separaba la calle de la residencia de Vanja.

El atractivo hombre de edad se ha bajado del estupendo deportivo rojo y ha esperado con los brazos abiertos a doña conejo saltarín que se le ha colgado del cuello. Cuando pensé que aquí acababa mi descubrimiento le oí decir:

—Agatha, No quiero que bebas. Tampoco quiero que te vayas de algún lado sin mí. Mira, es muy tarde y solo por ayudar a ese... bueno. Ya no eres solo tú por lo tanto vamos a poner ciertos límites.

— ¿Límites?, ¿No tengo suficientes ya?

—Límites. ¿De verdad crees que quiero perderte a ti? ¿Perder nuestro hijo?, incluso si la enfermedad hubiese sido real, Agatha me da escalofríos decirlo pero te elegía a ti, no sé por dónde empezar pero loco es poco para todo lo que me has hecho.

Bah. Se han besado una vez más y la descarada le ha tocado el paquete. ¡Jodida niña!, ¡Encima está embarazada!, pero... de hecho las embarazadas, eran otro de los fetiches de mi bello Nick.

JavieraJames2604

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro