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Capítulo 3



—No me lo puedo creer, Angélica, allí dentro era un prostíbulo, no... era un burdel. ¡Joder no sé qué era esa cosa!

— ¿Te duele? —Preguntó ella estirando mi brazo algo rojo por la fuerza con la que me tiró el viejo ese.

— ¡DEMONIOS SÍ!

—Agatha, ¡Te enrollaste con un viejo! —Comentó Carol en voz alta con su grupo de perras.

—Mira zorra, al menos yo no tengo que mostrar las nalgas para que me vean. —Dije viendo su corta falda.

— ¿De verdad crees que me interesaría que un viejo me viese? —Ha vuelto a reír y se ha marchado con su grupo de perras.

—La detesto... no sé por qué teníamos que traerla Angélica.

—Porque es parte de nuestra sección Agatha, no te pongas así. ¿Vamos a otro lugar a bailar?, ya sé que está difícil que hayemos un lugar donde no seamos minimísadas por ser mujeres,pero vamos, mañana podríamos ir a recorrer con más calma el barrio antiguo... es decir, no tenemos por qué pasar por la tienda de ese tipo... mmm... creo que se llamaba ¿Mohammed?

—Mohammed o lo que sea, no volverá a tocarme. No entiendo porque aquí no es ilegal el maltrato a la mujer, ¡fue maltrato lo que hizo!

—Agatha... olvídate de eso, te enfermarás pensando en alguien que no conoces, y que probablemente no vuelvas a ver en mucho tiempo, es cierto que ese tipo es un animal, pero ¡Chica! ¡Estamos en Dubái!

Angélica tenía toda la razón del mundo, ¿cómo iba a dejar que un viejo me opacase así?, encendí mis redes sociales al fin para subir una foto nuestra en una discoteca de este lugar, realmente eran estupendas, y hemos logrado afortunadamente colarnos entre unos tipos que nos ofrecieron unos tragos, la noche recién comenzaba. A la mañana siguiente, he despertado con un ojo pegado, con el maquillaje corrido y con el cuerpo algo lánguido, había sido una de esas noches inolvidables, mis redes estaban llenas de videos y fotos, con las chicas hemos hecho de las nuestras, todas y cada una fue a su propio lugar, como aquí decian algunos, ¡Somos unas odaliscas! Pero devuelta a la realidad, de día teníamos que cumplir con el plan que nos pagó la escuela. Una visita a los emiratos árabes unidos, específicamente a Sheikh Zayed Bin Sultan Al Nahyan. Una mezquita turística perteniencte al primer sultán, aburrida. Me duché y vestí con el uniforme nuevamente, esta vez, me hice una trenza de boxeadora, no iba a representar tan mal a la escuela y mi posición de presidenta de la sección, un brillo suave en los labios, y ya está. Al salir nos hemos reunido en el hall del hotel, aquí un tipo bastante guapo llamado Alíh nos ha dirigido hasta el transporte que nos llevaría allí. Mientras viajábamos coreábamos la canción de Karol G. "Tusa" Y tan rápido creí que algo andaba mal, revisé mis redes y encontré cien o más llamadas de Eric, entre otros comentarios en las fotos que había subido como: "Que bien que la estés pasando bien" o "Veo que no me equivocaba." Ese hombre me iba consumir... ¿Por qué demonio no confía en mí?, ¿¡Cuándo he estado con alguien más!?

—Hemos llegado —Anuncia el guía que nos traduce.

Todas hemos bajado y comenzamos a recorrer el lugar, no sin antes ofrecer una oración sobre un tapete, obligación, pero bueno, después de todo no deja de tener algo que te llama.

—Quita esa cara de culo. —Me dijo Carol cuando pasó a mi lado.

Intenté ignorarla y seguí mi camino por un pasillo aledaño para ver la alfombra más grande del mundo. Cuando me propuse pisarla unos fuertes brazos me rodearon y me obligaron a retroceder, cuando me voltee me encontré con unos ojazos café claro.

—No está permitido pisar la alfombra, estuviste a un centímetro de ir detenida. —Ha estirado una sonrisa realmente peculiar, por no decir bella— Soy Zein, está claro que no eres de por aquí.

—No, para nada, me alegra que podamos hablar, bueno... es que aquí pocos hablan español. Soy Agatha de República Dominicana, estoy de gira con mi sección escolar.

—Ya veo, bueno si quieres puedo ayudarte a entender un poco de este lugar en lo que nos acercamos a tu grupo, porque por lo que veo te has separado de ellos.

—Ellas. Somos sólo mujeres —Dije algo avergonzada, el porte de este joven me tenía como a un llavero a su lado.

—Bueno, entonces vamos por ellas, ¿Puedo llamarte por tu nombre?

—Claro, y yo por el tuyo. No me gustan los cuadrados que anteponen los "señorita" por delante, ¡somos todos iguales! ¡Y punto!

—Agatha, tengo que admitir, tienes los ojos más bellos que he visto. Y eso que yo ya estoy en mi tercer año de universidad.

— ¡Venga ya!, me lo dices sólo porque soy extranjera.

—En realidad sí. —Zein se ha reído bajito— aquí no encontrarás hombres tan galantes o coquetos, acostumbramos a ser más indirectos, es un arte cortejar a la mujer que vas a negociar.

— ¿Negocian mujeres?, Dios... yo pensaba que eso era del siglo pasado.

—Por lo menos yo a un si sigo las costumbres, soy de marruecos.

—Ya caigo.

—Zein. —La voz ronca de otro hombre ha llamado tras de nosotros y me he encontrado de golpe con el mismo tipo. ¡El mismo jodido tipo!

—Papá, estoy ayudando a esta chica, se separó de su grupo de estudio. ¿Has visto pasar un grupo de niñas?

El mayor ha alzado una ceja divertido y enseguida ha contestado.

—Han salido de aquí hace un buen rato. Bueno Zein, vámonos, nos esperan los compradores de oro y no deseo atrasar el trato.

— ¿Cómo? —Dije metiche, como sólo yo sé hacerlo.

—Papá y yo vendemos oro en nuestra tienda, un día deberías pasarte. —Comentó dándome una tarjeta donde salía el nombre del tipo y su número. ¡Perfecto!, ahora tendría donde joderlo por todas las humillaciones.

—Vámonos. —Exigió molesto el mayor.

—No podemos dejarla sola papá, no sabe cómo regresar a su hotel.

— ¿De verdad crees que me importa dejar a esta exhibicionista tirada? —Ha reído— Me voy, a mi deportivo no sube esa cosa.

—Agatha, te iré a dejar yo. Papá, por favor adelántate.

—No, Zein, me iré sola, te visito otro día, sólo me quedan tres días aquí y bueno... perderme un rato no me haría nada mal. —Ni de chiste me subía en el automóvil de un extraño, por muy amable que sea.

—Bueno... ¿Entonces me llamas?, Podría darte un tour personal. —Ante esto último me guiñó.

He observado tras de él mientras me guiñaba, el mayor me ha observado de reojo enfadado y se ha marchado con las manos en los bolsillos. ¿De verdad me odia tanto?, no buscaba en absoluto ser exhibicionista...

Cuando llegó la segunda noche y tras haber caminado por varios lugares he llegado al hotel, desconcertada me he duchado. ¿Por qué seguía pensando en el enfado del tipejo?

Tras ponerme la pijama he observado por largo rato la tarjeta donde estaba el nombre del animal ese. Y finalmente he declinado y llamé a Eric.

—Hasta que llamas. ¿Te cansaste de zorrear?

—No estaba zorreando Eric. Sólo salí del otro lado del mundo, ¡Eso también lo hago allá!

—Agatha, me queda claro que muy poco te importa nuestra historia, estás tirando muchos años a la basura por tu libertinaje. ¿Qué quieres de mí?

— ¡Sólo quiero que confíes en mí! ¡Que me valores!

—Te valoro tanto... como no tienes idea...

Mientras hablábamos se ha escuchado tras de él un "Cariño, ya cuelga para que sigamos"

— ¿¡Qué mierda Eric!? ¿¡Quién está ahí contigo!?

— ¿Qué?, has escuchado mal. —Argumentó nervioso.

Cuando iba a responderle la voz de la chica de forma clara ha tomado el teléfono.

—Hazte un favor y esfúmate, Eric no iba a estar con una virgencita inmaculada, esperando poder meterla, ¿No lo conoces? Está jodidamente caliente y tú no le das nada.

— ¿¡QUIÉN ERES!?

— ¿Qué importa?, ya lo hicimos.

— ¡Puta!

—Puta pero no imbécil, ¿Cómo la vez?

He colgado con el nudo en la garganta. Mis lágrimas ácidas han caído con toda la rabia del mundo. ¿¡Qué mierda hacía para que me tratasen así!? He llorado un buen rato en posición fetal intentando no llorar por él sino por mi estupidez.

Unos golpes en la puerta me han alertado, y entre sollozos abrazando la almohada me he acercado para abrir, mi mirada ha quedado en una camisa negra y ha subido totalmente deshecha hasta los ojos pardo de alguien más.

—No ahora no. Por favor. —Dije entre sollozos antes de intentar cerrar la puerta que lamentablemente no pudo ser cerrada —¿¡Qué quieres!?

—Saber qué mierda pretendes niña. ¿Ya estás llorando?, ¡Joder!, ¡No te he dicho nada aun!

Sí... es el mayor, el jodido, el animal. Mohammed. ¿Cómo logró hallarme?

JavieraJames2604

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