Capítulo 27
¿Qué?, Mohammed ha llegado en una posición que poco le conocía, ¿Acaso era empleada aquí?, bueno, ya habría tiempo de hablarle, pero enseguida la comida no me ha pasado por la epiglotis al escuchar aquello de la secretaria, inconscientemente el cubierto se me ha caído al suelo y lo he recogido a prisa.
—Disculpa, ¿Pero qué es eso de qué te irás de viaje?, se supone que esta semana viajaríamos nosotros por nuestra luna de...
Me detuve en seco al ver como Zein, Abraham y Khadija me miraban boquiabiertos. ¿Dije alguna grosería?
Enseguida Mohammed se ha puesto de pié y me tomó del brazo para alejarme a la cocina donde la empleada nos observó de reojo.
— ¿¡QUÉ FUE ESO!? ¿¡NO ENTIENDES CUÁL ES TU POSICIÓN AHORA!?
— ¿Qué?, me jodes... ¡Era nuestra luna de miel esta semana! ¿¡Cómo pudiste desplazarlo!?
—No seas así Agatha, tienes que entender que esto es un buque que hay que mantenerlo a flote, y si tu no quieres entender eso vas a terminar hundiéndolo y este matrimonio se irá a pique.
— ¿De verdad irás con ella? —Bajé mi mirada, por un momento sentí nostalgia más que celos.
—Iré con ella, y la próxima vez que me hagas un número en frente de cualquier persona, Agatha, vas a tener que quedarte encerrada en casa y sin llamadas ni mensajes a nadie, hasta que aprendas a comportarte. Tú quisiste casarte bajo mis costumbres así que te adaptas o te hundes.
Mohammed se ha ido dejándome allí con la palabra en la boca. La empleada no dijo nada, pero enseguida vino a mí Khadija quien me ayudó con un poco de agua con azúcar. Minutos después llegamos a la sala de estar, el amigo de Mohammed parecía preocupado, pero sin duda no dijo nada. Me he quedado inerte al lado de Mohammed esperando poder irme ya a la habitación, pero no fue hasta media noche que me estaba quedando dormida en el sofá y fue mi esposo quién me despertó.
—Vete a dormir a la habitación, Abraham y yo saldremos un rato.
— ¿Dónde? —Pregunté algo adormilada.
—No te interesa.
Torcí el gesto y subí sin pelear a la habitación, quería replantearme algunas cosas.
Oí salir el Audi desde aquí, y sin pensar me he quitado ya el maldito velo. ¡Qué jodida estoy! Khadija parecía entender como jugar en este lugar mejor que yo a pesar de ser la esposa del hijo del pez "gordo"
Me he estirado encima de la cama King aterciopelada y he puesto algo de música para relajarme. "Vivir sin aire de maná" Cerré los ojos y suspiré. Yo no me casé con un jefe...
— ¿Puedo pasar?
Abrí mis ojos al escuchar a Zein en la puerta y rápidamente fui a tomar mi velo cuando él entró.
—No te lo pongas, ¿qué más da?, ya te he visto desnuda.
— ¿Qué quieres ahora?
—Parece que te has metido en la boca del lobo, y no digas que no te lo advertí, papá no iba a cambiar por una niña.
—Zein, me equivoque bastante contigo, pero eso no quiere decir que no pueda darle una oportunidad a esta historia, quizá deba pensármelo, es cierto yo elegí esto.
—Pero papá nunca te dijo que cambiaría ni mucho menos que seguiría en sus salidas con Zenaida. Sabes bien que seguirán juntos, mientras tú te quedas aquí, sola, planchando camisas.
—No haría eso, él no me engañaría. —Dije con seguridad.
—Soy su copia, no pretendas conocerlo más que yo... llevo veinte años con él y nadie me va a venir a decir como es.
Zein me ha levantado el rostro desde el mentón y negó.
—Podemos hacer varias cosas para remediarlo si tú quieres... cuando decidas irte, pídeme que te haga el favor... él te va a repudiar si estás con otro hombre, así sea conmigo.
— ¿Y entonces qué pasará?
—Quedarás libre y sola, y azotada si él lo decide hacer público.
— ¿Me ves cara de imbécil? —Fruncí el ceño y me levanté— Zein vete a atender a tu esposa. No deberías estar aquí.
—Ya te extendí la ayuda bella, no digas que no te la di.
Zein se ha ido y cuando ya eran las cuatro de la madrugada sentí la puerta abrirse, Mohammed entró y se comenzó a quitar la camisa, la ha lanzado a donde sea, y luego ha seguido con los pantalones. ¡Joder! ¿Qué no es consciente de que lo veo y que me pone a cien?, es mi esposo, y me enamoré de él completito. Quiero... tocarlo ahora mismo.
Decidida me levanté y lo abracé por la espalda.
— ¿Qué haces despierta?
—Esperándote. —Dije con cierto tono mimoso.
—Esperas en vano, ahora mismo me voy a dormir porque en un rato más me voy directo al trabajo. Veré si te llamo por la tarde entonces para ver cómo va todo.
—Mohammed, sobre lo de hoy...
—Lo de hoy. —Se volteó a verme con esos ojazos cabreados que eran irremediablemente penetrantes— Vas a tener que esforzarte mucho más Agatha, ¿No quieres que tome una segunda esposa o sí?
— ¿Qué? —Me separé al escuchar eso— Tú no puedes hacer eso, me he puesto a tus pies y encima ¿me quieres en el subsuelo?
Mohammed me ha tomado con fuerza por el mentón logrando que mis labios se pusieran como diciendo "Pío", ¿Qué mierda le pasaba?
—Te quiero debajo de mí cada vez que te lo pida, y siempre que te vea quiero que tengas todo en su lugar, o tendremos graves problemas.
Me ha soltado entonces dejándome caer a un lado. Con algo de miedo me he acercado a la cama nuevamente, y sin remedio tuve que acostarme a su lado. Sin abrazos, sin caricias. Simplemente en la misma cama pero en universos alternos.
Cuando llegó la mañana él ya no estaba, pero al bajar, descubrí a Khadija, estaba recogiendo las tazas sucias.
— ¿Khadija?
—Señora Alauî, ¿quiere que le sirva algo?
Negué. Terminé de bajar las escaleras y me acerqué a ver.
—El señor Alauî estaba molesto, me ha pedido que desde hoy le enseñe a qué hora levantarse para tener listo el desayuno...
— ¿Oye y tú te tragas todo esto? —Pregunté alzando una ceja.
—Por... por mi bebé... si me separo de Zein será él quien tenga la custodia, aquí es así... los padres se quedan con los hijos, los hijos son de la familia del padre...
— ¿¡Qué!? ¡Es horrible!
Negué varias veces, y con mi característica osadía me he quitado el velo.
—Hoy me apetece salir a dar una vuelta por este lugar, no pienso quedarme como la cenicienta.
—Por favor no... me traerá problemas si usted no está aquí para cuando él vuelva.
La pobre Khadija, estaba aterrada, su voz temblaba. ¿Qué le habrían hecho tanto a esta chica?
Negando subí las escaleras y me puse aquella ropa que guarde. Mi mini falda y un top rosa que amo, unos zapatos de tacón a juego y mi cartera. ¡Venga ya sangre latina corre por mis venas!, mi maquillaje, oh si, aquí juego con los colores, alboroté mi cabello un poco y cuando estuve a punto de salir...
—Buenos días, veo que vas de salida. —Dijo Zein con los brazos cruzados.
— ¿Y tú?, ¿No deberías estar trabajando?
—Sí, pero me quedé a ver cuánto tiempo aguantabas... ya veo...
—Déjate de chulería, y como le digas a Mohammed...
—No le diré.
He salido sin importarme nada más y he tambaleado mis caderas por este lugar. Obviamente el mundo entero me observaba y blasfemaban a mis costados, incluso me ha costado subir al transporte público... ¿De verdad a un seguían en la época antigua?
Estaba angustiada, necesitaba alguien con quien hablar. Lamentablemente David se quedó en Santo Domingo y aquí no tengo roaming de datos.
Sostuve mi cabeza entre mis manos y apenada lloré sentada ahora en una pileta de un parque. ¿Dónde me había metido?
—Agatha...
— Señor Abraham... digo... discúlpeme —Sollocé— no recuerdo su apellido.
—No importa... pero, ¿Por qué estás vestida así?, todos te observan... y se ve que la estás pasando mal.
Asentí entre llanto, no sabía cómo decirle que me dolía el trato que me daba Mohammed en casa. Un segundo después he sentido como pasaba su abrigo por mi espalda y me ha cubierto.
—No te lo quites, es mejor que no te vean así o podrían decirle a Mohammed y tendrás problemas... —Lo ha pensado un momento— vamos por un café y luego te dejo en casa. ¿Sí?
No me quedaba más... parecía que ahora ese café me vendría para quitarme el peso de encima.
JavieraJames2604
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