Capítulo 4
¿Qué mejor que despertar con el sonido de las olas y el olor a pancakes por la mañana? La respuesta es simple: absolutamente nada.
Cierro los ojos nuevamente mientras me estiro en mi cama. Respiro hondo disfrutando ese hermoso momento hasta que me doy cuenta de algo.
—¿Pancakes?—rápidamente bajo las escaleras luego de agarrar el celular de la casa.
Estoy a punto de llamar a los bomberos pensando que las neandertales que tengo como amigas ya quemaron toda la casa. Ya que cuando digo que son nulas en la cocina lo digo muy enserio.
Pero en vez de eso veo a un chico con un delantal haciendo pancakes.
—¿Quién sos?—Ups, tal vez lo dije un poco muy fuerte ya que el chico se sobresaltó y pegó un grito para nada masculino.
Él levanta las manos, una de ella tiene una espátula, yo sin poder evitarlo me tiro al piso gracias a un ataque de la risa.
Bien pensado Mélanie, un secuestrador entra a tu casa y tú lo que haces es reírte de él. Que poco instinto de supervivencia tienes.
—Emm... Hola, soy Leo. Voy a tu colegio.— yo me paro limpiando unas pequeñas lagrimas que salieron sin permiso, luego lo miro seria y muy confundida.— Soy amigo de Luke, él quería venir a verlas y pues como vimos que estaban dormidas aún me ofrecí a hacer el desayuno para todos.
—Oh, hola soy Mélanie.—le estrecho la mano a lo que él responde con una sonrisa.— Agradezco lo del desayuno, sabes me parece muy normal que un chico guapo solo llegue a mi casa sin conocerme y me preparé el desayuno, creo que sigo dormida, ¿sigo dormida?—el chico ríe y yo también.
Mi pregunta fue completamente en serio pero es mejor dejarlo como chiste, así no cree que estoy loca, aunque sigo creyendo que estoy en un sueño.
Cuando mi mente realiza que no, me ofrezco a ayudarlo a poner la mesa. Cuando él se voltea para seguir cocinando me doy el lujo de observar mejor. ¿Qué? Es mi casa después de todo.
El chico es bastante atractivo, como creo que ya se lo había mencionado, su pelo es negro, ojos color miel y es alto, bueno para mi todos lo son ya que el crecimiento fue lo que le falto a mi crecimiento, ¿divertido no?
Cuando termina de cocinar nos sentamos en la mesa y empezamos a comer. Me pregunta si hay que despertar a mis amigas y yo le pregunto que si aprecia su vida.
En los veinte minutos que pasaron me enteré que Leo es un año mayor que yo pero que recién hace un año entró al colegio.
Cuando mi querida amiga Atália llega pude notar que los dos se dieron miradas bastante intensas. Mi amiga se puso roja y el chico se puso tan nervioso que casi tira todos los pancakes.
Interesante...
Luego de que todos terminaron de comer, las chicas dicen que quieren ir a la playa así que Luke y Leo se van a cambiar y acordamos vernos en una hora frente al mar.
Lavo mi plato y me voy a mi habitación para darme una ducha.
Cuando termino me pongo un bikini negro y un short de jeans tiro alto. Agarro una cartera de playa y meto lo necesario.
Justo cuando salgo las chichas estas terminando de meter unas bebidas a la hielera, veo que habían preparado una cesta con algo de papas, dulces y más cosas.
Salimos de la casa y nos vamos a la playa, ahí hay una mesa con una sombrilla para protegernos del sol.
Poco tiempo después los chicos llegan. Cuando digo "chicos" me refiero a los que se quedaron en la casa junto a Luke, muchos de sus rostros me parecen conocidos ya que muchos van a mi colegio. Ellos se quedan un poco alejados de nosotras.
Entre la masa de hombres dos manos nos saludan, Luke y Leo. Yo les devuelvo el saludo alegremente.
Cuando los ojos de Marcus se encuentran con los míos, él abre los suyos ligeramente, supongo que él no sabía que yo estaría aquí. Se recupera rápido y levanta su mano para darme un pequeño saludo. Yo me limito a devolverle el saludo con los labios cerrados.
Pasamos todo el día revolcándonos en el mar y debo decir que Luke y Leo se nos unieron para cargarme y casi ahogarme. Mientras mis disque amigas solo reían y tomaban muchas fotos.
Son alrededor de las 5:00 de la tarde, el sol ya comienza a meterse lo que hace que el cielo se pinte de un color anaranjado bellísimo.
Les digo a mis amigas que necesito ir al baño así que me alejo un poco y me voy hacia la casa.
Ya estaba empezando a oscurecerse y fue eso que evito que me diera cuenta que alguien estaba siguiéndome.
Siento como me agarran del cuello y me tapan la boca. De un momento a otro ya me encuentro dentro de una vieja caseta. Esta huelo a podrido y está iluminada únicamente por una diminuta lámpara.
El miedo se apodera de mí. Trato de correr o moverse pero el agarre es muy fuerte. Solo siento la respiración en mi cuello y el potente olor a alcohol. La persona se separa de mí y logro ver su rostro.
—¿Marcus?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro