Después de una muy normal mañana llamé a mama.

Después de como una hora de su interrogatorio me hizo prometer que la llamaría al menos tres veces a la semana.

Con las chicas nos metemos a la piscina y pedimos cócteles.

Átalia de pescado, Pía de ostras y yo de camarones.

Pasamos ahí la mayoría de la tarde y luego me encerraron en la habitación ya que quieren maquillarme y peinarme.

—¡Auch!—me quejo. —¿Puedes parar de jalarme tanto el pelo?

—Sería más fácil si estuvieras quieta.—me regaña Pía.

—¡Auch!—me quejo otra vez.—¡Tu deja de picarme el ojo!

—Entonces ciérralo y cállate.—grita Átalia.

A mis queridas amigas se les ocurrió lo magnifica idea de peinarme y maquillarme al mismo tiempo.

Una hora y 150 quejas después me puedo ver al espejo.

Mi pelo está perfectamente acomodado en pequeñas ondas. Tengo el maquillaje más marcado de lo habitual en la parte de los ojos y un gloss rosa en los labios.

Llevo una camisa de tela manga larga rosa oscuro, una falda tiro alto y unos converse blancos.

Cuando me termino de poner el perfume tocan el timbre.

—Acabemos con esto.—me doy ánimos a mi misma.

Me despido de mis muy sonrientes amigas.

Luego de decirles que la pagaran caro, salgo del cuarto.

Al abrir la puerta puedo ver la espalda del chico de la cafetería.

Él, nervioso se rasca la nuca.

Cuando escucha la puerta abrirse se voltea y sonríe.

—Hola.—dice tímido y yo le sonrío.—Te ves muy linda.

—Tú no te quedas atrás.—digo guiñándole un ojo.

Lleva un jeans con una camisa ocre con unos vans negros.

Es típico look de no me arregle tanto pero me queda bien.

—¿Nos vamos?—pregunto

—Claro.—nos dirigimos hasta su coche y me dice que hay una feria cerca.

Cuando llegamos prácticamente salto del carro.

Siempre me han gustado las ferias.

Recuerdo que cuando mi hermana gemela vivía siempre íbamos.

Lastima que tuvo que ir a salvar al mundo junto a batman.

Nos subimos a un par de juegos, cuando nos cansamos decidimos ir a buscar una banca y comer algodón de azúcar.

—¿Entonces vives aquí? No te había visto antes.—pregunta haciéndome apartar mi vista de mi hermoso postre.

—No, vine a pasar el verano. Mis padres tiene una casa hace un par de años, solo estaban reconstruyendo algunas zonas.—respondo.—Tú si vives aquí ¿no?

—Si, desde pequeño.

—Suena increíble, vivir en la playa, wow.—sonrío.

Me despierto y me doy cuenta de que estoy en el sofá de Melanie.

¿Cómo diablos termine aquí?

Después de ayudar a pararla luego de asustarla y que cayera al piso nos vamos a su cocina y ahí es donde conozco a su mejor amigo Luke.

Me cae bien de inmediato, no tenemos problema en sacar conversación pasamos como diez minutos de hablando de trivialidades.

—Entonces...¿Qué hay entre tú y Melanie?—pregunta de la nada.—Te gusta ¿no?

Rápidamente volteo a verla y suspiro aliviado al darme cuenta que ella no ha escuchado, esta completamente metida en sus pensamientos.

—No hay nada entre nosotros.—respondo sin más.

—No respondiste a la otra pregunta.—comenta levantando una ceja.

—No lo sé.—respondo después de un largo tiempo pensándolo.—Es una gran chica, y muy guapa. Me la paso en grande con ella y eso que acabo de conocerla.—digo sin darme cuenta de la sonrisa de estúpido que ha aparecido en mi rostro.

—Yo creo que te gusta más de lo que crees.—dice yo frunzo el ceño—Solo te diré que por muy buena impresión que me has dado no dudaré en partirte la cara si le haces algo. Ya la dañaron una vez y no soportaría que lo hicieran de nuevo.

—Yo jamás le haré daño.—digo firme.

La miramos, ella al notarlo parece desaparecer de su pequeña burbuja y nos mira interrogante.

—Estas advertido.—dice Luke, antes de salir de la cocina.

Admito que estoy bastante nervioso por la cita del viernes y aunque no lo crean me da más nervios que Melanie no se acuerde y finalmente no vaya.

Así que por algún motivo mi mente decide que lo mejor es llegar a su casa para recordárselo.

—¿Tan desesperado estas que no puedes esperar hasta el viernes?—la puerta se abre luego de un rato, y es una hermosa sonrisa la que me recibe.

Terminé conociendo al resto de sus amigos y comimos mucho helado.

Sus amigas me hicieron un gran interrogatorio sobre mí relación con Melanie al igual que hizo Luke antes, claro que no puedo evitar mencionar que me amenazaron con dejarme sin descendientes si le hago algo a ella.

Y aunque salí un poco asustado de ahí, no puedo evitar pensar lo afortunada que Melanie es al tener a tan buenos amigos con ella.