23.Fiesta nocturna II
Andrés Briver׃
Esa luz me molesta, ¿pero de donde viene? Mi ventana siempre están cerradas, así que es difícil que sea de ahí.
Espera...
Ese perfume lo reconozco es de Lucia, pero porque lo estoy oliendo en estos momentos. Rápidamente abro mis ojos y me encuentro en un lugar que no conozco, en el techo se encuentra varias calcomanías de estrellas fosforescentes alrededor de la lámpara.
¿Dónde estoy?
Trato de moverme, pero no puedo alguien me esta abrazando con todas sus fuerzas. Cuando me doy cuenta era Lucia que dormía profundamente sobre mi pecho.
Oye no soy un oso de peluche.
Como quisiera decirle eso, pero no la quiero despertar. Todavía quiero contemplar ese rostro tierno que tiene que es completamente lo opuesto a su personalidad, diría que es el diablo en persona disfrazada de ángel. Ayer agotó toda la paciencia y tolerancia que tenía, pero al final se salió con la suya. Mira lo tranquila que duerme estando justo arriba de mí.
Lucia no sabes que esto es peligroso.
De que me quejo, si lo peor ya lo he pasado. Aunque de alguna manera me siento complacido con lo que pasó en la noche anterior.
Recuerdo que...
Estaba completamente celoso y a la vez inquieto por saber lo que ese imbécil ha dicho, pero también porque hay cosas que sucedieron en el pasado y ella no me lo quiere contar.
Estaba muy molesto con ella porque no quiere que conozca a su padre y con Javier hasta quiere que estén juntos. No lo dijeron de esa manera, pero era evidente que se referían a eso. Así que salí para coger un poco de aire.
Tengo esa mala costumbre de cuando me molesto o me angustio trato de distanciarme y no hablar sobre el asunto. Era indiscutible preguntarle qué era lo que pasa porque sé que no me lo va a decir o si no me dice una mentira como la de esta tarde. Ya no puedo soportar tantas mentiras, me hace sentir inseguro de mis propias emociones.
¿Por cierto dónde esta Rafa?
No faltó mucho buscarlo con la mirada ya que tenía una larga discusión con la amiga de Lucia, creo que se llama Tania. Mejor no entrometerse en ese tipo de discusiones ellos de alguna manera se deben de entender.
Cuando de pronto escucho la conversación a una chica que estaba hablando sobre Lucia con otros dos muchachos.
―Viste a Lucia. Ha cambiado por completo.
―Así es, parece que separarse de Javier le hizo bien.
―Eso crees, yo pienso que todavía están juntos.
―¿Por qué lo dices?
―Porque lo he visto en toda la fiesta mirando a Lucia y ella al parecer tiene un novio.
―Deja de entrometerte en esos tipos de chismes.
―Sabes que no lo puedo evitar.
Al escuchar eso me acerco a ellos y le pregunto ―¿Qué tipo de relación tenían ellos? ―ella duda un poco en responderme― Ellos tenían una relación amorosa ―no me dice nada más, aunque con eso me basta, mis inseguridades eran ciertas ella me había mentido.
Así que amigo y compañero de clase de la secundaria y después me entero que el padre de Lucia los quiso unir.
La ira empieza a recorrer por mis venas, es posible que no me pueda contener cuando lo vea. Con toda prisa trato de entrar, pero ella me detuvo.
―Te aconsejo que no entres en estos momentos porque te vas a perder.
―¿Qué está pasando adentro?
―El juego de costumbre de Natalia, se trata de que en la oscuridad pasas la mayor intimidad que puedas con tu pareja por solo un minuto sin nadie darse cuenta ―con solo decirme eso la furia subió para el cerebro y ya no me importaba ese estúpido juego.
Lucia si van a jugar a eso, ¿por qué no sales o acaso éstas entretenida con tu ex?
Tenían razón cuando entro, todo estaba con una absoluta oscuridad, trato de encender la linterna del móvil, pero muchos me regañan por la luz ya que los distraigo con sus entusiasmos.
Mierda Lucia, ¿dónde te encuentras?
De pronto se encienden las luces y a lo lejos observo a Javier agarrando a Lucia de la mano y ella estaba limpiándose sus labios y aferrándose a que la dejara ir. No lo pensé dos veces y fui corriendo hacia ellos para darle un merecido. Así que lo golpeo con todas mis fuerzas aunque me duela.
El enfado fue tan grande que no me importaba las palabras de Lucia al sacarla de aquel lugar, hasta que llegamos a su auto que se encontraba estacionado cerca de ahí.
No quiero ser brusco con ella, pero ya tenía algún tipo de frenesí así que me acerco a ella acorralándola contra el auto diciéndole ―Como te hago entender que estos labios son solo míos y que eres completamente mía de pie a cabeza ―mi nivel de posesividad ha llegado a lo más alto, estos celos no son nada, bueno estoy perdiendo mi moderación.
Mis manos recorren por el contorno de su vestido ―Acaso te vestiste así para él, le quieres lucir. Dime la verdad y deja de estar callada o al menos no trates de cambiar el tema de una vez ―estallo desbordando todas mis emociones.
Empiezo a percibir en su rostro un poco de irritación y me dice ―Si de verdad quieres escuchar una larga historia, espera unos minutos aquí ahora vengo ―se despega de mi y se dirige otra vez hacia la fiesta.
Ahora para que tu entras a ese lugar, acaso quiere pasar una gran vergüenza.
Espero por unos minutos y todavía no salía. Ya me estaba preocupando, hasta que la veo saliendo con unas cuantas botellas en sus manos, eran cuatro cervezas, una botella de sidra y otra de vino.
¿Pero que hace? Eso puede ser considerado como robo.
―¿Puedo saber para qué es eso? ―le pregunto, porque aunque trate lo más posible de razonar sus acciones no la entiendo.
―Toma ―me da las llaves de su auto, poniendo las botellas adentro― hoy te toca manejar, vamos para mi casa que hoy te toca conocer personalmente a mi padre.
―Espera, ¿pero qué estás diciendo? ―ahora sí que estoy sorprendido.
―No quieres que te diga la verdad, esa es la mejor manera de saberla. Vamos que va ser una noche bastante larga.
―Ahora sí que te has vuelto completamente loca ―reprocho en voz baja.
En el transcurso ella lo único que hacia abrir una botella y se la tomaba como si fuera un refresco.
―Oye para, que es bastante peligroso —le digo mientras manejo.
—No le tengo miedo al peligro, si lo tuviera no te estaría llevando a mi casa ―ignoró mi comentario y siguió tomando.
―Lo que acabas de sacar de esa casa no se considera como un robo.
―Para nada ―lo dice riéndose― eso es lo que le brindan a los invitados, así que como me invitaron lo estoy consumiendo.
―Parece que la bebida te hace ser más atrevida.
―Éstas seguro de lo que dices ―se muerde los labios― por lo menos no me mantengo en silencio hasta estallar.
―¿A qué te refieres? ―me señala con su dedo índice― yo no soy así.
―Sí, sí, sí, lo que digas ―se da un sorbo de su botella y se acerca a mi dándome un gran beso haciéndome beber de su boca un poco de cerveza.
―¿Qué haces, no ves que estoy manejando? ―le digo exaltado y sorprendido.
―No me gusta beber sola, además casi es media noche, no hay ni un alma en la calle.
―Pero aún así es peligroso ―se mantiene en silencio mordiéndose su labio inferior.
Eso me enciende y ya por mi pantalón esta resaltando un poco de elevación.
Cuando llegamos me sentí a salvo, menos mal que no nos paso nada en el transcurso del viaje.
―Mírame ―me dice con un tono bastante serio y se acerca a mí, mirándome fijamente a los ojos, algo que ella no frecuenta hacer― éstas seguro de que quieres entrar a mi casa.
La verdad es que no, no estoy en condiciones de presentarme, además ya es media noche. ¿Vas a despertar a sus padres o qué?
―Sí ―le respondo aún sabiendo que ella no está tan loca como para hacerlo.
Me da un beso de pico ―Entonces baja ya es hora de aventurarse en esta casa infernal ―es en serio, ya no puedo echarme hacia atrás.
Bajo del coche y entramos por la puerta de atrás que se ubicaba después de pasar por un largo y estrecho pasillo.
―¿Por qué entramos por aquí?
―De verdad pensaste que verías a mis padres ―de verdad que no te creí.
―¿Entonces por qué me lo dices?
―Quería saber cuánto valor tenías como para ponerte celoso de mi ―se acerca y me dice― los hombres siempre tienen una facilidad de ponerse celosos por cosas insignificantes, pero se acobardan cuando les quiero presentar a mi familia.
Bueno digamos que sabía que no eras capaz de presentarme a tu familia. Esa es la ventaja de ser muy observador. Al momento me di cuenta que no tenía una buena relación con su padre, es evidente que ella es la primera que no quiere hablar con él sobre el asunto de tener novio y mucho menos a esta hora. Aunque dude por un momento, no sabía hasta donde iba a llegar su locura, pero por lo que veo está muy coherente.
―¿No hay nadie en casa?
―Así es, mis padres están en un viaje de negocios y regresan mañana por la tarde y mi hermana está en casa de su ex marido junto con mi sobrina ―me agarra de la mano― ven vamos a seguir bebiendo ―me lleva hasta la cocina― sabes que este se ha convertido mi lugar favorito de toda la casa desde ese día.
Esa es la Lucia que yo conozco o me la cambiaron.
―En serio, ¿desde qué día? ―si no aprovecho ahora en saber sus verdaderos pensamientos estaría perdiendo el tiempo.
―Desde el día en que estas manos ―me agarran una mano― recorrieron por todo mi cuerpo.
Ya tengo calor, te gusta mucho provocarme y lo está consiguiendo ya tengo una erección en mis entrepiernas y no creo que pueda contenerme por mucho tiempo.
―¿Qué tal hacer una encuesta de preguntas? ―me dice sirviéndome un poco de sidra, botella que me costó mucho trabajo abrir― serán solo cuatro preguntas para ambos.
―¿Por qué no son cinco?
―Digamos que después del cuatro me toca una recompensa por responder. Así que empieza ya.
Nunca había creído en la frase que hasta los ángeles tienen sus propios planes malvados y aquí está la prueba. En estos momentos ella realmente me quiere enloquecer.
―Me mentiste sobre tu pasada relación con tu ex llamado Javier.
―Parece que a ti nada se te puede ocultar. Así es, pero en algo te equivocas nunca fue mi novio ―que está diciendo― la verdad es que estaba completamente enamorada de él ―vaya eso sí que me sorprende― pero ese estúpido me rechazó de la peor manera ―empieza a reírse como si fuera el mismo diablo― empezó a hablar mal de mí a mis espaldas, hasta que un día lo escuché hablar con unas amistades que se burlaban de mí, desde ese día, mi vida ha sido un infierno en esa escuela.
―Pero me han dicho que ustedes tenían una relación amorosa ―ay, creo que hablé de más.
―Parece que has investigado bastante, si tanta curiosidad tenías de mí, lo hubieses preguntado. Esa relación amorosa que tanto hablan siempre fue unilateral, aunque muchos lo malentendieron ya que éramos inseparables.
―¿Tu padre quiere qué ustedes tengan alguna relación?
―Sí —en serio— siempre se está entrometiendo en mi vida, no me deja en paz. Pero ya me he encargado sobre ese asunto hablando con mi madre, así que no hay de qué preocuparse.
―¿Para quién te has vestido así? ―termino de preguntarle y ella se levanta después de tomar el último trago de su vaso. Se aproxima subiéndose encima de mí.
Espero que no se dé cuenta de la excitación que tengo.
―Me he vestido así para relucir en aquella fiesta, pero a quien más quiero impresionar es a ti ―su mirada se desvía hacia mis labios, hasta que no se contuvo más y tuvo contacto con mis labios creando un beso bastante estimulante― esa es mi recompensa por responder tus preguntas ―se vuelve a sentar en la silla que estaba justo al frente de mi.
―Es mi turno de hacerte las preguntas —vuelve a servirse en su vaso.
—Lucia no tomes más, ya estás bastante ebria -se niega moviendo la cabeza.
―¿A qué tan lejos quieres llegar conmigo?
Muy directa, me sorprende. De pronto me dan ganas de beber también.
―Hasta que lleguemos a nuestro limite.
―¿Cuál sería ese límite?
―Nuestro límite sería cuando uno de los dos ya no nos soportemos.
Rodea su dedo índice por el contorno de su vaso como si estuviera analizando mi respuesta.
―¿Qué tipo de relación quieres que tengamos?
―Una que sea duradera.
No tengo otras palabras para describirlo. Yo también he pasado por malas experiencias en el amor y en todas nunca fue duradera, pero con ella es diferente.
No lo sé me atrae sin ninguna razón.
―¿Siempre eres así, de tan pocas palabras?
―Sí.
Se queda callada por segundos y le pregunto -¿Qué esperas?
-¿No me vas a pedir la recompensa?
Si te dijera que de recompensa quisiera te dejase llevar por la yema de mis dedos, ver como se te eriza la piel mientras te acarisio buscando esos rincones donde soy capaz de estremecerte hasta que consiga que me entregues lo que más deseo.
Respiro profundamente y le digo -Ya es tarde, deberías dormir.
Está demasiado ebria sería un imbécil si la tocara en ese estado.
Me mira con un poco de decepción y me dice -Ven, te voy a mostrar mi cuarto -me coge del brazo y me guía hasta su cuarto que no se encontraba muy lejos después de subir las escaleras.
Entramos y se arrecuesta en la cama, mirándome fijamente.
-En serio, ¿quieres qué duerma?
Por favor Lucia no lo preguntes, que ya estás agotando la poca paciencia que me queda. Trato de salir de ahí, pero me detiene.
-No te vayas, no me gusta dormir sola -no faltó decir nada más y ya la estaba devorando a besos, de esos que no tiene para cuando terminar. Mis manos recorrían por todo su cuerpo, aferradas ha quitarle ese ajustado vestido.
Para, para de una vez.
No te dejes llevar por tus hormonas.
Me levanto de la cama y trato de recuperar el aliento abriendo la ventana de su cuarto, para respirar aire fresco.
En estos momentos he subestimado mi capacidad para mantener la calma o yo mismo me he subestimado.
Miro en su dirección y ya estaba dormida profundamente, abrazando a su almohada diciendo en voz baja.
-No te vayas, no me dejes sola.
-No lo haré -se queda tranquila y continúa durmiendo.
Y así fue la noche anterior de la cuál en el futuro nunca olvidaré.
★Nota de la autora ★
Estoy sin palabras, este a sido el capítulo más largo que he escrito en toda la novela, pero también ha sido muy emocionante.
Un saludo desde lo más profundo de mi corazón y hasta la próxima ~~~~~
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro