Capítulo 25
De vuelta al aeropuerto
Pasaron un par de semanas y Joey realizó los trámites del divorcio. Se sentía aliviado y feliz, feliz de poder al fin estar conmigo y que estemos juntos como tanto lo deseábamos.
Anhelaba tanto verme y escucharme, pero prefería el no llamarme, hasta que saliera por fin su divorcio.
Mantuvo sus ansias e ilusiones con fervor para aquel cercano día.
Un poco melancólica, los días habían pasado y con un nudo en la garganta, me estaba haciendo a la idea de que Joey no volvería a llamarme y menos a saber de él.
Venía de juntarme con mi amiga y al llegar a la casa, me encontré a Bastian sentado en el living.
Se me revolvió el estómago al verlo y él me sonrió con coquetería, lo que más me desagradó y fui a las escaleras, pero él me retuvo.
_ ¿Qué pasa que ahora no me saludas?
_ Déjame subir Bastian – él insistió en querer molestarme.
_ Tanto te cuesta el verme a la cara ¿Es que acaso aún estás dolida porque tú prima y yo estamos juntos?
_ Que engreído eres. Si supieras que no me interesa para nada su relación – pretendía subir, pero, él colocó el antebrazo y me sonrió sexy.
_ Pues parece que si te importara
_...– lo miré en seco.
_ En serio, déjame subir, déjame subir o si no
_ ¿O si no qué? ¿Piensas gritar acaso? – me preguntó con ironía y yo más lo detesté.
_ No sabes cuanto te detesto
_ Por mi contrario, me encantas. Estás tan linda y te extraño tanto
_ Si que eres un canalla, ahora déjame subir ¡Déjame subir!
_ ¿Así que tienes un nuevo novio? Se escuchaba bien hombrecito cuando me amenazó esa vez por el celular que dejará de molestarte – fruncí el ceño.
_ Si, es mi novio y no es un canalla como tú – abrió los ojos de rabia y me tomó bruscamente del brazo, lo que me asustó.
_ Veamos si besa como yo si te besaba...
_ ¡No!
Sin soltarme del brazo, me besó a la fuerza y yo con ira lo empujé y le di una bofetada.
Él me miró descolocado.
_ ¡No vuelvas a besarme! ¡Te quedó claro!
Ambos escuchamos de pronto a Pandora y Bastian urgido, yo lo miré con odio y subí rápidamente las escaleras y me encerré en mi dormitorio.
Triste y con asco de que Bastián me haya besado, me limpie los labios y solo pensé en Joey y se me llenaron los ojos de lágrimas.
Deprimida, preferí el quedarme callada frente a lo que Bastian me había hecho y sentí de pronto que Joey ya me había olvidado.
Sin ánimos, mis pensamientos se vieron interrumpidos, otra vez por Pandora, quien entró una vez más sin tocar a mi dormitorio.
La miré en seco y ella me sonrió con sorna.
_ Vaya ¿Pero que te pasó? Luces fatal primita
_ Te he dicho millones de veces que no me gusta que entres a mi dormitorio. Quiero que te largues
_ No lo haré, porque no se me antoja ¿Cómo la ves?
_... – la miré con odio.
_ Yo sé que te tiene así tan amargada. Un amor, un hombre – la miré sorpresiva.
_... – Sin saber que decirle, Pandora estalló en risas frente a mi silencio.
_ Lo sabía ¡Jajaja! ¿Cuándo vas a aprender querida? Ningún hombre, nunca, se interesará realmente por ti. Eres muy poca cosa para ellos
_ ¡¿Terminaste?! ¡Ahora sal! ¡Fuera de aquí!
_ ¡No me iré! Solo quiero divertirme y reírme de tu tristeza – apreté los puños.
_ ¡Eres una maldita perra!
_ ¡Prefiero ser una perra, que una virgen sin gracia, que ningún hombre se interesará por ella!
_ ¡Pues el apodo te queda perfecto! ¡Porque los hombres, como dices, solo te buscan para tener sexo y luego de abandonan! – los ojos de Pandora ardieron de furia y a punto de colocarnos a pelear, mi celular sonó.
Lo tomé rápidamente y se me fue el aliento al ver que se trataba de un mensaje de Joey.
"Estoy aquí, otra vez en tu ciudad niña mía.
He regresado por ti y ahora no me separaré por nada de tu lado.
Espero por ti aquí en el aeropuerto.
Joey"
El corazón se me regocijó de alegría y el con aliento entre cortado, sonreí inevitable frente a Pandora.
Ella me miró y a mí nada me importó y pasé junto a ella, para salir de mi habitación, pero Pandora me retuvo.
_ ¿A dónde vas con tanta alegría? ¿Qué? ¿Acaso, tu noviecito te pidió que fueras a su lado?
_ Ya tus crueles palabras no me importan
_ Infeliz
La miré en seco y la empujé sin importarme nada.
Salí corriendo de la casa y con la sonrisa a flor de piel, solo conté los minutos y segundo que me faltaban, para volver a encontrarme con mi amado Joey. Hice detener un taxi y no me di cuenta de que Bastian me había visto.
Me bajé rápido del taxi y caminé al aeropuerto...
<< Estoy aquí >>
<< Aquí otra vez en el aeropuerto, tal como nos conocimos aquel día>>
Los minutos se me hicieron eternos y de pronto mi sonrisa y ojos vibraron a la par al ver a Joey, quien venía saliendo de la aduna con su equipaje; mi corazón se aceleró y Joey me sonrió con destellos. No me pude contener y corrí a sus brazos.
Él inmensamente feliz, me cargó en sus brazos y los sonriéndonos de oreja a oreja, nos abrazamos fuerte.
Nuestra alegría fue instantánea y emocionados, Joey acarició mi largo cabello.
_ Niña mía. Mi amada Stephanie
_ ¡Oh, mi Joey! Mi Joey. Te extrañé tanto – acaricié su enorme espalda y él me sonrió perdidamente enamorado.
_ Yo también te extrañé. Solo quería verte y estar contigo. Te amo mucho, Stephanie – lo miré emocionada, amándolo con todo mi corazón.
_ Yo también te amo Joey. Siempre te he amado
Me miró embelesado y sin más nos besamos amándonos y libres de todo.
Abrazados, nos sonreímos y él acarició mi mejilla con cariño.
_ ¿Qué pasó? ¿Y Lisa? – me sonrió.
_ Nos divorciamos, cariño. Lisa y yo ya no somos nada – le sonreí con emoción y alegría.
_ ¿Qué? – no pude de la felicidad
_ Si, mi vida. Solo quiero estar contigo niña mía. Te adoro – se me llenaron los ojos de lágrimas de emoción.
_ Mi Joey. Yo también te adoro. Te amo con todo mi corazón
Me miró perdidamente enamorado y yo lo abrasé, sintiendo que ahora si por fin podíamos estar juntos. Él feliz y realizado, acarició enternecido mi cabello.
Levanté la cabeza para volver a mirarlo y contemplé con amor sus profundos ojos celestes.
Joey me sonrió y sacó de pronto una pequeña y elegante caja azul.
Yo anonadada y a la vez sorprendida por aquello, él me sonrió y abrió la caja. Era un anillo de oro.
No lo pude creer y más que emocionada, me llené más de alegría y Joey me sonrió perdidamente enamorado
_ ¿Quieres ser mi esposa niña mía? –las lágrimas escurrieron de emoción por mis mejillas y él me miró enternecido, amándome con todo su corazón.
Ya no podía ser más feliz de lo que ya estaba siendo.
_ Si, amor mío. Quiero casarme contigo – acarició mi rostro y miró cautivado, y con amor mi sonrisa.
_ Te amo tanto mi Stephanie
_ Y yo te amo a ti. Solo quiero hacerte feliz
_ Ya lo estás haciendo niña mía
Me dijo y volvió a besarme larga y apasionadamente frente a todos en aquel aeropuerto.
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