Capítulo 18
Aquel día nos íbamos a juntar en la playa, así que me puse un vestido artesanal, de color café y me maquillé un poco.
Caminé por la orilla del mar; disfrutaba de su brisa y del fresco viento en mis mejillas. Recordé con cariño e ilusiones el bonito sueño que tuve anoche con él.
Sentado en la arena, con su guitarra, contemplaba con detenimiento el mar; oía sus olas y su relajante brisa, mientras esperaba por mí.
De pronto me vio caminar por la orilla del mar; yo distinguí su perfecta sonrisa y me llené de dicha. Le sonreí y sin más corrí a sus brazos.
Él me miró deslumbrado y luego me sonrió. yo contemplé su dulce sonrisa; amé como lucía con su camisa azul y jeans y luego sin evitarlo, miré sus pies descubiertos, debido a sus sandalias artesanales.
Sin apartarnos de ese tierno abrazo, Joey me besó.
Los dos besándonos, escuchamos con afán las suaves olas tras ambos.
Joey tocó mi mentón y me miró con intensidad. Escuchó mi acelerada respiración y volvió a sonreírme. Yo lo miré perdidamente y luego miré su guitarra en la arena.
_ ¿Y esa guitarra? – le pregunté sonriéndole.
_ Te tengo una sorpresa
_ ¿Una sorpresa? ¿Para mí? – más me sonrió.
_ Si. Quiero tocar para ti algunas canciones – ambos nos sonreímos y con afán y tranquilidad, nos sentamos sobre la arena.
_ ¿Estás lista?
_ Si. Más que lista y dispuesta – me sonrió con vergüenza y acomodó la guitarra en sus piernas.
_ Jejeje, genial
Acomodé mi largo vestido y Joey me miró perdidamente.
_ Te ves muy bonita con ese vestido – lo miré enternecida.
_ Gracias
Me miró y comenzó a tocar una suave melodía con su guitarra; mis oídos se conectaron de inmediato y supe de inmediato que canción era. Le sonreí y Joey también me sonrió.
Su voz me hizo volar hasta lo más lejano del cielo y luego lo miré perdidamente enamorada.
Sin dejar de tocar la guitarra; era increíble y cantándome, su voz me hacía amarlo más y más a cada instante.
Me miró con ternura y yo perdida en su voz y en esa linda canción, cerré los ojos y sonreí con alegría. Sentí que mi corazón y alma vibraron y Joey perdido en mí, continuó cantándome.
Al termino de cantarme, yo lo miré y Joey me guiñó el ojo.
_ Me ha encantado. Eres increíble Joey – me miró embelesado y luego sonrió con pudor.
_ Vamos, si no es para tanto jejeje, pero espera. Tengo otro par de canciones que quiero compartir contigo – le sonreí fascinada. Amé la idea.
_ Genial
_ ¿Alguna canción en especial que quieras oír?
_ Carrie. Esa canción significa mucho para mí, porque cuando vi su video por primera vez, te conocí a ti – me miró perdidamente enamorado.
_ Niña mía. Eres tan tierna
Me dijo con ternura y luego comenzó a tocar la guitarra y me cantó esa linda y dulce balada de amor.
Me llené de suspiros y lo miré con emoción al él cantarme la última parte de la canción. Carrie, Carrie...
Era perfecto tocando la guitarra. Lo encontré tan guapo como se veía con ella. Joey me miró y el viento despeinó su suave cabello rubio.
Oímos las fuertes olas tras ambos y él cantándome otra canción, yo me sentí increíble, maravillosa y atesoré cada minuto de poder estar ahí junto con él, en aquella solitaria playa.
Ambos nos sonreímos; nos pusimos de pie, miramos el mar y nos tomamos de la mano.
_ He sido muy feliz a tu lado todos estos días
_ Y yo mi Joey – me recargué con cariño de su hombro.
_ Daría lo que fuese porque estos días no se terminaran nunca...
_ Te quiero
_ Y yo a ti. Siempre
Me miró perdidamente enamorado; acarició mi mejilla y luego comenzó a besarme.
Se me estremeció el alma de dicha y amándolo con todo mi ser, acaricié su enorme espalda y Joey me aferró más a él y me besó con más desesperación y amor, siendo nuestro único testigo, el solitario mar.
De pronto, comenzó a hacer más frío. Crují los dientes y Joey me miró.
_ ¿Tienes frío?
_ Si, un poco
_ ¿Quieres que nos vallamos? – pensé en la carta.
_ No, aún no... Tengo algo para ti – me sonrió.
_ ¿Para mí?
_ Si – nerviosa la saqué de mi bolsillo y se la pasé – Ten, esto es para ti
Joey me miró y me recibió la carta. Yo se la había envuelto en un sobre. Él volvió a sonreírme.
_ ¿Es una carta para mí?
_ Si... Solo te pido que la abras cuando estés muy lejos – me miró con detenimiento y con cuidado, guardó el sobre.
_ Ok. Así lo haré entonces...
Volví a sonreírle, él cargó su guitarra al hombro, nos tomamos de la mano y empezamos a caminar, así descalzos, por la orilla de la playa.
Sentía que el agua cubría mis pies y contenta, miré los suyos, junto a los míos y Joey me sonrió.
Feliz, tuve un impulso y corrí por el agua. Me sentí plena y libre. Joey me miró perdidamente y también feliz, corrió tras de mí.
Me tomó por la espalda y me cargó; yo me reí y las olas mojaron parte de mi vestido.
Él también se rio y los dos sonriéndonos sin parar, yo me solté de sus brazos y comencé a correr y Joey me siguió.
Los dos riéndonos, él me lanzó agua y yo sin dejar de reírme, comencé a perseguirlo para mojarlo. Joey corrió como un niño. Tenía una sonrisa de oreja a oreja y se rio alocado, mientras que las olas nos empapaban más y más.
En un acto de venganza, mojé su espalda y Joey gritó al sentir la fría agua y más se rio. Yo feliz, corrí a sus brazos y él me miró idiotizado y pleno.
Con anhelos me cargó en sus brazos y las olas nos cubría hasta la mitad. Nos sonreímos perdidamente enamorados y él tierno y con deseos, comenzó a besarme y yo amándolo más y más, rodeé su cuello con mis brazos, sostuve su cabeza con cariño y nos seguimos besando sin parar.
Amé sentir su espalada mojada y se la acaricié con afán y cariño.
Nos sentamos otra vez en la arena y Joey miró con afán y contento el mar. Yo lo observé y recordé el sueño que tuve con él. Sonreí y él me miró.
_ ¿Por qué sonríes? – me preguntó sonriéndome.
_... Porque me estaba acordando de un bonito sueño, que tuve anoche
_ ¿Qué soñaste?
_ Soñé contigo – me miró con destellos y sorpresa.
_ ¿Conmigo?
_ Si – le respondí con pudor.
_ ¿Y qué soñaste?
_... Soñé que íbamos a tener un bebe – me miró perdidamente enamorado y yo volví a sonreírle.
_ ¿Estabas embarazada? – anheló aquello.
_ Si Joey
_ Y yo estaba feliz ¿Qué hacíamos? – más le sonreí.
_ Lo estabas. Estabas muy feliz. Estábamos los dos en un prado, pero era extraño, porque había un espejo y yo me acercaba a él y me miraba
_ ¿Te mirabas?
_ Si y tú de pronto te aparecías y me abrazabas por la espalda y comenzabas a hacerle cariño a nuestro bebe y luego me besabas. Estabas muy feliz Joey – lo miré enternecida y él me miró completamente enamorado, como anhelando que aquello se hiciera realidad.
_ Que bonito. Debimos haber estado muy feliz y juntos – mi corazón se estremeció y Joey me miró fijo y tomó mi mano.
_ ¿Te gustan los niños?
_ Si. Son un encanto – me miró con más intensidad, seduciéndome con sus profundos ojos.
_ Te verías muy linda, si estuvieras embarazada
_... Joey – se acercó a mis labios.
_ Te quiero – solo pronunció y comenzó a besarme.
Nos sonreímos; corrió otra vez y yo jugué con mis pies en la arena. Él me miró y yo volví a sonreírle.
Recordé de pronto que llevaba conmigo mi cámara fotográfica y se la enseñé.
Joey solo la miró y sentí que se había incomodado.
_ ¿Ocurre algo?
_ ¿Pretendes que nos tomemos fotos? – no comprendí su actitud.
_... ¿Te incomoda acaso?
_ No, no es eso, pero solo te pido, que no las divulgues con nadie, por favor – fruncí el ceño.
_ ¿A qué le temes Joey?¿Me crees capaz de hacer público esto, lo que tenemos, con los demás?
_ Disculpa, pero es que... No quiero problemas, es todo – lo miré con desilusión.
_ No te preocupes. No los habrá...
Guardé la cámara en mi bolsillo y con un nudo en la garganta, se me llenaron los ojos de lágrimas y preferí alejarme.
Joey angustiado, me siguió.
_ ¡Stephanie, espera! – no aguanté más.
_ ¿Por quién me tomas? Me crees tan estúpida, como para hacer públicas unas tontas fotos de los y que todos crean que supuestamente estamos juntos, cuando no es así y nunca lo será – me miró quebrantado.
_... No era mi intención lastimarte
_... No entiendo ¿Por qué estás aquí? Si te preocupa tanto que alguien se entere que estás aquí conmigo, que soy solo tu fan, porque eres un hombre casado y que tu jodido matrimonio está roto, no deberías estar aquí, conmigo – me miró en seco.
_... Quizás tienes razón... - se me cayeron las lágrimas.
_... Perfecto entonces... No quiero volver a verte nunca más...
_...
Me di la vuelta y me fui de su lado. Joey desesperado, se sintió un completo idiota y desgraciado. No quería dejarme ir, no otra vez y corrió tras de mí.
Desecha, comencé de pronto a sentirme mal y llorando, Joey me tomó del brazo.
Lo miré irritada.
_ ¡Suéltame, Joey! ¡Suéltame!
_ No, no te voy a soltar. Solo quiero que me escuches por favor
_ ¡NO!
_ Perdóname. He sido un tonto
_ Solo deja irme. Ya no quiero seguir con esto, en serio
_ Es que no quiero perderte hermosa mía
Lo miré con mis mejillas escurridas por las lágrimas y Joey las sostuvo con anhelo y desesperación.
_ Perdóname por favor
_ Mi Joey
Le dije entre lágrimas y lo abrasé. Él me aferró a sus brazos y me amó con locura.
_ Jamás he dudado de ti niña mía
_ ¿Entonces por qué me preguntaste eso?
_ Porque fui un tonto y cobarde. Cobarde por no querer afrontar lo que me está pasando
_ Joey
Alcancé a decir y nos besamos largamente sin parar.
Mareada, él lo advirtió. Yo solo pensé que él mañana se iría y no pude más y me desmayé en sus brazos.
_ ¡Stephanie!
Preocupado, me acomodó en sus brazos y tocó mi frente.
_ Oh no... Mi amor. Despierta, despierta por favor...
Alarmado al ver que yo tenía fiebre, me miró con más preocupación y solo deseó que yo despertará y estuviera bien.
Con cuidado me cargó en sus brazos y me llevó rápidamente a mi casa...
Mi Nina preocupada al verme desmayada en los brazos de Joey. Él se lo contó todo...
Ella lo miró con desconfianza y él incomodo, y preocupado porque yo estuviera a salvo, me recostó suavemente en el sofá y me miró. Se sintió culpable por mi inesperado decaimiento.
_ Esto es mi culpa. No debí haberle dicho todo lo que le dije...
Dijo atormentado y mi abuela lo miró molesta y con desconfianza. Él la miró.
_ Es mejor que se vaya. Mi nieta ahora necesita descansar
_ Tiene razón...
Me miró amándome con locura y desolado, se colocó de pie y a punto de marcharse, yo deliré su nombre.
_ Joey, Joey, mi amor. No te vayas...
Él me miró perdidamente y miró a mi abuela...
_ ¿Puedo quedarme solo un momento más? Por favor – ella no estaba de acuerdo, pero sin más, accedió.
_... Está bien...
Lo miré débil y tomé su mano. Joey, desesperado, acarició mi pálida mejilla.
_ No quiero que te vayas Joey
_ Tranquila. Solo descansa cariño...
Mi Nina me colocó un pañuelo húmedo en la frente para así bajarme la fiebre y Joey junto a mí, no se separó de mi lado por ningún instante.
Ambos nos miramos y yo un poco mejor, mi Nina nos miró y nos dejó solos.
Joey volvió a mirarme y con cariño tomó mi mano.
_ Discúlpame por esto y también por la vez anterior. Nunca ha sido mi intención lastimarte hermosa – le acaricié su rostro.
_ Tranquilo. Ya no tiene importancia – me miró preocupado.
_ ¿Cómo te sientes?
_ Ya me siento un poco mejor. Solo me molesta la cabeza, pero no es grave
_ Es mejor que guardes reposo. Solo quiero que estés bien
_ Pero ¿Te veré mañana? – me sonrió con ternura.
_ Si, mi niña hermosa. Te lo prometo – le sonreí y él contempló mi dulce sonrisa para él.
De pronto no pude evitar pensar:
_ ¿Qué harás cuando llegues a Londres?
_ No lo sé. Aún no lo he pensado... - pensé en lo peor.
_ ¿No regresarás nunca cierto? – me miró fijo y sus ojos se tornaron con melancolía.
_ Prefiero no contestarte a eso
_...
_ Debes descansar, es mejor que ya me vaya
_Ok...
_ Mañana volveré por ti...
Solo le sonreí con melancolía; él lo advirtió, y con anhelos, volvió a acariciar mi mejilla y luego besó mi frente.
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