Capítulo 15
Sin ánimos y triste, subí las escaleras y con las lagrimas escurridas en mis mejillas, mi Nina me sorprendió y yo me encerré en mi dormitorio.
Desilusionada y dolida por todo lo que Joey me había dicho, no dejaba de llorar sobre mi cama.
Mi Nina tocó a mi puerta y yo no tuve fuerzas para responderle...
_ Ábreme por favor cariño. Estoy preocupada por ti...
_... Déjeme tranquila por favor...
_ Pero hija
_ ¡No insista!
De pronto comenzó a sonar mi celular y vi que era aquel mismo número desconocido. Con ira y dolor lancé el celular lejos.
Se había atardecido y mi Nina preparaba la once. Miró con preocupación la puerta de mi habitación. Yo aún seguía encerrada ahí.
Miré el cielo tras mi ventana y no dejaba de pensar en él, y en que ya no lo vería nunca más.
De pronto sonó el timbre y yo recostada, lo oí a lo lejos y mi Nina salió a ver de quien se trataba...
Él le sonrió con simpatía y le saludó.
_ Hola, buenas tardes
_ Buenas tardes ¿En qué lo puedo ayudar?
_ ¿Se encontrará Stephanie?
_ Si ¿Quién la busca?
_ Joey...
Mi abuela lo miró seria; sabía de quien se trataba y sin más le abrió la puerta...
Nina tocó a mi puerta y yo insistía en no querer contestarle, más solo quería mirar el cielo tras mi ventana.
_ Stephanie, abre por favor
_ ¿Qué pasa Nina?
_ Hay alguien que te está esperando abajo.
_ No quiero ver a nadie Nina. Dile, a quien sea, que se largue...
Me cubrí por completo con la frazada y Nina insistió.
_ Es que él no se irá. Vino aquí solo para verte...
<< ¡No puede ser! >>
<< ¡No puede tratarse de...! >>
Me enderecé rápido de la cama y abrí la puerta. Me sequé los ojos y bajé las escaleras...
Lo vi esperando por mí en el living y el corazón se me alborotó. Joey me miró y yo sorprendida, no pude creer que él estuviera en mi casa.
Mi niña se me acercó, yo la miré y luego lo miré a él. Joey me miró con ojos dulces y de arrepentimiento y a mí me dieron ganas de llorar.
Nos acercamos y yo corrí a sus brazos y él me recibió con cariño.
_ Perdóname mi vida. No debí haberte dicho todo lo que te dije. Fui un tonto – más nos abrazamos.
_ Creí que ya no volvería a verte – le dije entre lágrimas y Joey acarició mi cabello.
_ Fui un tonto, es que me dio tanta rabia que ese sujeto creyera que yo era tu padre
_ Ya no importa. Olvidemos todo sí – miró mis ojos humedecidos de lágrimas.
_ Me da coraje porque lo único que quiero es estar contigo niña mía. No quiero, y ya no puedo alejarme de ti – me miró perdidamente enamorado y yo le sonreí.
_ Yo tampoco quiero que lo hagas mi Joey – acarició mi mejilla.
_ Te prometí que durante estos días te haría feliz y quiero cumplir con esa promesa – volvimos a abrazarnos.
_ Lo sé, confió en ti
_ Perdóname por favor hermosa – le sonreí.
_ Si, te perdono. Solo disfrutemos de esto, de lo que tenemos juntos – me miró con destellos.
Mi Nina sonrió al vernos otra vez reconciliados y aún abrazados, yo la miré con dicha y le presenté a Joey.
_Nina, te presento a Joey. Joey, ella es mi abuela – él le sonrió con simpatía y mi abuela también le sonrió.
_ Es un honor conocerla señora Nina. Su nieta me ha hablado mucho de usted – le tomó con cortesía su mano y le dio un beso en ella. Mi abuela quedó encantada con su gesto y simpatía.
_ El honor es mío joven. Es galán y también muy guapo –los dos sonreímos y yo me apoyé de él.
_ Sabía que te gustaría – le dije a mi abuela y ella nos sonrió.
Joey me miró con ternura.
_ ¿Aceptarías acompañarme a caminar por ahí? – le sonreí con destellos.
_ Ok – miré a Nina con una sonrisa de oreja a oreja y ella nos sonrió.
_ Tengo una mejor idea ¿Qué les parece si se quedan a cenar? Al joven aquí, le prepararé una sabrosa cena – él sonrió y a mí me encantó.
_ Me parece genial tu idea Nina ¿Qué dices Joey? ¿Aceptas nuestra invitación a cenar en nuestra casa? – sus ojos brillaron.
_ Por supuesto. Para mi será un gran honor el cenar, esta noche, aquí con ustedes...
Sentados en la mesa, Joey se sentó feliz y cómodo; yo sin dejar de sonreír, estaba muy feliz. Nos miramos y él tomó mi mano con cariño.
_ Soy muy feliz cada vez que te miro sonreír. Podría mirarte todo el día y no cansaría – lo miré perdidamente.
Quise ayudarle a mi Nina con la cena y me levanté de la mesa.
_ ¿Me esperas un momento? – él me sonrió.
_ Tranquila, ve. Yo estaré aquí esperándolas – le sonreí y besé su mejilla.
_ Gracias. Eres muy lindo
Amó que yo tuviera ese tierno gesto de besarle su mejilla y embelesado, me miró y yo con dicha fui a la cocina a ayudarle a mi Nina.
Le serví con cariño su plato y Joey perdido en mí, volvió a sonreírme y me observó con detenimiento, lo que me hizo morirme de vergüenza y a la vez de alegría.
Fascinado con la comida que le había preparado mi Nina, ella le sonrió y luego él volvió a mirarme y yo le sonreí perdidamente.
Fue una grata y entretenida cena, mi Nina nos contó historias y aventuras de su juventud, además de algunas anécdotas graciosas, las que nos parecieron muy divertidas y nos causaron muchas risas. De pronto ella miró a Joey y él atento, le sonrió y ella le devolvió la sonrisa.
_ Así que usted es el famoso artista, quien le robó el corazón a mi nieta – sentí que mis mejillas se me enrojecieron y Joey me miró con ternura.
_ Su nieta significa mucho para mí...
Comíamos el delicioso postre, que también había preparado mi Nina y yo riéndome por otra de sus chistosas anécdotas, advertí que Joey me estaba mirando con atención y mi corazón se me aceleró.
_ Bueno ¿Qué te ha parecido la cena, muchacho?
_ Estuvo excelente toda su comida señora Nina, muchas gracias
_ No tienes nada que agradecer joven. Siempre serás bienvenido en esta casa por ser el artista querido de mi nieta – volví a sonrojarme, lo que a él le pareció muy dulce.
_ Nina ya basta – todos reímos.
_ Además, no todos los días tenemos por invitado a un cantante famoso, simpático y muy lindo, como lo eres tú
_ ¡Ya Nina! Lo vas a espantar – los tres volvimos a reír.
Acabamos de cenar y nos fuimos a sentar al living; Nina sin dejar de hacerle la bromista, nosotros pretendíamos sentarnos juntos en el largo sofá y ella llegó y se sentó justo, al medio de ambos, lo que nos causó mucha risa.
_ Lo siento jóvenes, pero yo soy mucho más adulta que ustedes, así que si no tienen inconvenientes ¿Podrían llevarme hasta el otro sofá, por favor? – más nos reímos y con todo entusiasmo, la cargamos de ambos brazos, y la ayudamos a llevarla hasta el otro sofá.
No parábamos de reírnos, Joey me sonreía y yo le devolvía a cada momento la sonrisa. Él también se estaba divirtiendo mucho y se sentía muy cómodo y tranquilo en aquella grata compañía.
Yo deseé que esa noche no se terminara por nada y que los minutos tampoco transcurrieran.
Los tres riéndonos, a mi Nina se le ocurrió una idea, la que yo sabía cuál era y le negué con la mirada, pero ella me insistió y Joey astuto, lo advirtió.
_ Pero Nina
_ Ay niña, total, no creo que le vaya tan mal – Joey nos miró a ambas y yo moví la cabeza.
_ ¿Qué pasa? – preguntó sonriendo y yo miré a Nina.
_ Nada del otro mundo joven – ella le sonrió - ¿Has jugado carioca?
_ Si – le respondió y luego me miró.
_ ¡Perfecto! Entonces juguemos una partida, pero apostando dinero
La miré sería y él volvió a mirarme y sonrió con ternura.
_ Ok. Acepto, el ganador se lo lleva todo – lo miré sorprendida y mi abuela soltó una carcajada y se frotó con entusiasmo las manos.
Joey volvió a sonreírme.
_ ¿Qué te parece si comenzamos con $10.000? -?
_ ¡Nina!
_ ¡Ay niña! No seas extremista, si aquí con el joven nos entendemos – le sonrió a Joey y él otra vez me miró y sonrió.
_ Tranquila niña mía. sé lo que estoy haciendo. Ok, empecemos entonces con $10.000.-...
_ Bien ¿Me haces el honor de partir las cartas?
_ Sera todo un placer – dijo Joey y partió las cartas.
Los dos comenzaron a jugar y yo atenta, los vi jugar.
Ambos concentrados, mostraron su primera jugada y Nina perdió; Joey le sonrió y ella digna, sacó el dinero de su pequeña cartera y se los pagó.
_ Aquí tienes, pero para que veas que no soy fácil de derrotar, quiero la revancha – él esbozó una sonrisa.
_ Ok
_ Ahora la apuesta será de $30.000.-
_ Lo que usted diga. Comencemos...
Interesada, los miré otra vez jugar y feliz de verlo a él en esa faceta, mi corazón estaba fascinado.
Ambos mostraron su jugada y esta vez la vencedora fue mi Nina, lo que a Joey le desconcertó y luego de una tercera ella volvió a ganar. Mi Nina gritó y agitó las manos y Joey, como buen perdedor tuvo que pagarla la muy buena suma de dinero
_ No es posible, voy a condenarme – dijo y los tres estallamos en risas.
_ Yo te lo advertí, mi Nina es una experta en el carioca
_ Ya me di cuenta...
Riéndonos, de pronto, mi celular sonó y tomé la llamada sin ver de quien se trataba.
_ Halo
_ Así que estas con otro hombre...
Se me aceleró la respiración al escuchar su voz y tensa, miré a Joey y él jugando con mi Nina, preferí salir al jardín, pero él lo advirtió.
_ ¿Qué parte no te quedó claro que no quiero que vuelvas a llamarme?
_ No te desharás tan fácil de mi ¿Quién es ese tipo? ¿A caso estabas con él antes que rompiéramos?
_ No soy como tú, Bastián, ahora en serio deja de molestarme
_ ¿Era con él con quien te estabas besando en tu titulación? – el aliento se me retuvo.
_... Eso a ti no te importa ¡Ahora déjame tranquila!
_ Ahora entiendo, lo haces solo por despecho. Lo sabía, sabía que aún sigues queriéndome
_ ¡Eres un gran estúpido! ¡Y escúchame bien, yo hace mucho que dejé de quererte
_...
_ No significas nada para mí Bastián...
Callado, yo le corté más que furiosa y se me llenaron los ojos de lágrimas.
Me di vuelta y me encontré con Joey, quien me miró serio.
_...
_ Siento haber escuchado y en verdad lo lamento
_...
_ Lamento que ese imbécil no haya sabido valorarte
Más ganas me dieron de llorar y Joey me abrazó.
Volvimos tomados de la mano a la casa de mi Nina y seguimos con el juego un rato más, eso sí que ahora sin apuestas, ya que Joey se quedaría sin dinero, así como iba...
Había llegado el momento de despedirnos y los dos afuera de mi casa, él me miró perdidamente y sin evitarlo, pasó su mano por mi mejilla.
_Muchas gracias por haberme invitado a cenar a su casa. Me divertí mucho – le sonreí.
_ Me alegra que te gustara. Para mí también fue increíble que te hayas quedado a cenar con nosotras, en nuestra casa – me sonrió tierno.
_ Tu abuela es muy generosa y simpática – esbozó una risa – Tenías razón, es toda una experta jugando, me ganó en la mayoría de las jugadas – me reí.
_ Es cierto. Le simpatizaste mucho a mi Nina – me miró todo enamorado y acarició mi rostro.
_ Que bueno. Ahora veo de donde sacaste toda esa bondad y ternura – lo miré perdidamente y él contempló mi mirada.
_ Joey...
_ Eres tan linda y dulce...
_... – nos miramos casi reteniendo nuestros alientos y luego nos sonreímos.
_ ¿Mañana quieres ir al cine? – le sonreí con coquetería. Me fascinó la idea.
_ Me encantaría – él me sonrió todo tierno.
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