Capítulo 10
El avión aterrizó; los pasajeros comenzaron a bajarse y yo aún dormida, Joey me despertó y acarició mi mejilla.
_ Ya llegamos, hermosa. Despierta
Sentí su dulce caricia en mi mejilla, abrí los ojos y lo vi a él, a mi lado, y le sonreí.
_ Eres tú. Te quedaste aquí conmigo – Joey me sonrió.
_ Así es y lo haría siempre
Ambos nos sonreímos perdidamente.
Nos bajamos del avión y yo no pude evitar sentir tristeza, porque tomaríamos ahora rumbos diferentes. Joey me miró.
_ ¿Y qué te pareció viajar en avión? – sonreí.
_ Bueno, para ser primera vez, no fue tan malo, a excepción de la tormenta – ambos reímos.
_ Si, es cierto, pero de no haberte subido a ese avión, no nos hubiéramos vuelto a encontrar
Lo miré con detenimiento y en eso se nos acercó su amigo, el productor...
_ Disculpen. Joey, debemos irnos al hotel, ya sabes... - él me miró y me sonrió apenado.
_... Lo sé, pero ¿Podrías darnos unos minutos, Daniel? – nos miró a ambos.
_ De acuerdo. Voy por el equipaje...
Ambos nos miramos y volvimos a sonreírnos.
_ Él es Daniel, el productor de nuestro último disco. Ya me tiene un poco harto – dijo por último en tono de risa y los dos soltamos una carcajada.
_ Se ve que es muy profesional
_ Mucho, exageradamente – volvimos a reírnos y luego él me miró fijo.
_ Bueno... De verdad me alegra mucho el haber vuelto a verte Stephanie. Nunca creí que los dos nos encontraríamos justo hoy, en el mismo avión, y...
_ Pienso lo mismo que tú, pero...
_ ¿Pero?...
_ Fue solo eso... - me miró sin comprender.
_ Joey, tú estás casado. Tienes una esposa que te está esperando allá en Londres... No prolonguemos más esto, por favor...
_... – me miró triste y a mí me dieron unas enormes ganas de llorar.
_ Como sea, es mejor que ya me vaya. Te deseo lo mejor...
Me di la vuelta para irme, pero él tomó mi mano.
_ Espera. No te vayas aún – su voz se quebrantó.
_ No Joey, déjame ir – se me cristalizaron los ojos.
_ Lamento todo esto. Sé lo que estás pensando de mí, pero no es cierto. Estoy casado, es verdad, pero nunca he pretendido burlarme de ti
_...
_ Anhelaba mucho verte Stephanie
_... Lo sé, pero...
_ Solo te pido que me creas y que... me acompañes a caminar un rato
_ No lo creo, lo siento, pero no salgo con hombres casados – me miró quebrantado – Aunque me duela mucho, tenemos que decir aquí adiós. Es lo mejor para los dos – me miró en seco.
_... Comprendo, pero ¿Qué pasaría si te digo que estás equivocada?
_ ¿Y por qué lo estaría?
_ Estoy casado, sí, pero no soy realmente feliz en mi matrimonio...
_...
Atónita, no supe que decirle. Jamás me esperé que él me dijera algo así y vi que venía un taxi y preferí marcharme.
_... Lo lamento en verdad, pero ahora en serio debo irme, adiós...
Nerviosa y a la vez triste, me alejé de él e hice parar el taxi y Joey me siguió.
A punto de subirme al taxi, se me fue el aliento al verlo otra vez junto a mí y Joey sin cejar, me sonrió.
_ ¿Qué tan lejos vive tu Nina de aquí?
_... ¿Qué es lo qué pretendes?
_ Sube...
Más me descoloqué y sin saber que hacer, o que decirle, me subí al taxi y él se subió conmigo.
Sentado a mi lado, ambos nos miramos y mi corazón latió feliz y con inquietud.
_ ¿Es correcto lo que estás haciendo? – se colocó sus lentes de sol y me respondió.
_ Define correcto
_ Abandonar a tu amigo en el aeropuerto
_ No te preocupes. Él sabrá como llegar al hotel
_ Espero que no se enfade mucho...
El taxi llegó a la casa de mi Nina y yo le sonreí a Joey.
_ Esta es, aquí vive mi Nina – la miró y esbozó una pequeña sonrisa.
_ Con que aquí vive tu abuela y en donde tú te quedarás...
Abrí la cartera para pagarle al taxista, pero Joey se me adelantó y él le pagó.
Nos bajamos del taxi y Joey me detuvo.
_ Dime por favor que aceptas a salir conmigo mañana. Te prometo que después de esto no volveré a molestarte – le sonreí.
_ De acuerdo – me sonrió con destellos.
_ ¿En serio? ¡Genial! – me perdí en su dulce sonrisa y sin evitarlo, acaricié su mejilla.
_ Ahora debo entrar. Mañana nos vemos
_ Descansa. Adiós
_ Adiós mi Joey...
Ambos nos sonreímos y él campante y feliz, esperó a que yo entrará a la casa y sonrió con anhelos.
Corrí a los brazos de mi Nina y ella muy feliz, me abrazó; yo me sentí inmensamente feliz de estar en su casa, y por todo lo que había vivido junto a Joey en el avión. Le conté todo acerca de él a mi Nina.
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