Lo he contado y son 31 días. Es el tiempo que tardo en desintoxicarme de ti.

En recuperar el sentido común y darme cuenta de que sólo eres un fantasma del pasado cuyo recuerdo me confunde y juega malas pasadas.

En volver a mi día a día y recuperar mi estabilidad emocional, mi paz, mi sonrisa.
En disfrutar de esa vida que he construido a pesar de ti.

Y tú lo sabes. Sabes que ese es el tiempo que necesito para ser yo misma otra vez y no esa loca que como una polilla no ve más que tu luz si estás cerca. Y por eso vas y vienes, por eso te alejas después de ver cómo me quemo por ti.

Eres un hijo de puta y yo una imbécil que necesita 31 días para verlo y sólo una palabra para olvidarlo otra vez.

Ojalá un día se inviertan los papeles y te toque destrozarte 31 días para aprender a respirar sin mí.