Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

FINAL

Estaba nerviosa.

No. Eso era poco para lo que en realidad pasaba conmigo, mis manos temblaban y sentía que iba a reírme histéricamente en cualquier momento.

Seguro que estaba más pálida que de costumbre, como si hubiera visto un fantasma, y tenía un malestar general.

¿Así se sentía cuando te ibas a declarar a alguien?

Era muy parecido a lo que sentí cuando vi a alguien morir en frente de mis ojos por primera vez. Las náuseas en la boca de mi estómago, el temblor, y la inquietante sensación de querer escapar a cualquier lugar lejos.

Evité a todas las personas todo el día, incluso al causante de mi estado, con la excusa de que estaba de mal humor y que lo golpearía si se atreviera a molestarme.

Eso fue suficiente para Mark para desaparecer de mi radar y dejarme tranquila, pero, aunque al principio funcionó, luego me sentí más y más ansiosa.

No tenía planeado hacer nada elaborado, con un cartel, rosas y a Haechan vestido de mariachi cantando a toda voz, no. Solo le diría mis sentimientos y todo se solucionaría.

Pero mientras iba al laboratorio, donde sabía que él estaba, más ansiosa me sentía.

Tuve que hacer una parada para entrar al baño y mirarme al espejo, poder reconocerme a mí misma entre mis angustiadas expresiones.

Respiré profundo, vi mis ojos maquillados que escondían la verdadera palidez de mi cara, y vi mi mirada.

Sobreviviste al bullying, acoso, y violación.”

Me recordé a mí misma todo por lo que pasé, y decidí que no era nada especial esto, algo mínimo en comparación a lo que había pasado desde que nací.

Salí del baño con la frente en alto, sabiendo que era una chica poderosa y podía hacer lo que quisiera. El resto del camino hacia el laboratorio se hizo más corto y llevadero, y abrí la puerta sin tocar, encontrando a Mark dándome la espalda, viendo unas hojas con resultados, supuse.

—¿Te sientes mejor? — preguntó al girarse y verme, levantando sus cejas.

—Sí— respondí con seguridad —Quería hablar de algo contigo… algo importante—añadí al final y él dejó los papeles en el escritorio, dándome su completa atención.

—Te escucho.

Solo eso bastó para volver a ponerme nerviosa, pero me lo tragué junto con la saliva acumulada en mi boca y erguí mi espalda.

—Ayer te dije que te veía como un homúnculo, y un subnormal— empecé, viendo sus ojos brillar con diversión.

—¿Esto es una disculpa por insultarme? — ladeó la cabeza.

—Solo escucha— pedí —Te dije muchas cosas, desde el pasado y hasta ahora, y todo fue verdad… hasta cierto punto— respiré profundo —Las cosas cambiaron, yo uhm… yo cambié, desde lo que me pasó, y tú siempre estuviste conmigo, desde el principio y hasta ahora— la manera en la que me miraba me hacía querer desconcentrarme, pero me forcé a mí misma a seguir con lo que había planeado —Me gustas, Mark— dije finalmente, en una oración rápida pero clara —Y no es solo eso, creo que hasta estoy enamorada de ti. No me pude dar cuenta antes porque solo me concentraba en hacer mi trabajo y seguir viviendo cada día, de la mejor manera en la que podía, pero te vi a ti, y… —sonreí, sin querer —te vi como eras, no solo como el niño que siempre cuidó mis pasos. Y ahora solo te veo así, Mark. Miro tu valor, tu confianza, tus principios. Miro tu boca, tus gestos y sobretodo miro tus ojos, porque desde que desperté esa vez en la carretera, fue lo único que pude mirar.

Mi corazón latía tan rápido, pero se sentía igual de bien poder sacar esto de mi pecho y mi cabeza, poder decirle a esa persona en específico todo lo que me causaba su cercanía y su voz, sentía que estaba siendo liberada.

—Me gustas mucho, Mark Lee— dije en un suspiro —Sé que soy una persona demasiado complicada y a veces ni tú entiendes lo que me pasa, pero estuviste siempre ahí, aunque te haya tratado mal, aunque no haya soportado ni mi misma existencia, y quiero que estés aquí siempre, a mi lado.

Miré sus ojos, redondos y rasgados, parecidos a los de un cachorro que veía algo nuevo, miré sus labios y la particular forma de su cara, que solo podía ser de Mark Lee.

Entonces, me di cuenta que algo andaba mal.

Sus ojos no tenían el brillo de siempre, se habían apagado y ahora solo me miraba en silencio.

Un silencio que inundó todo el laboratorio y se llevó mis palabras como plumas ligeras.

—¿Mark? —pregunté en un susurro, sintiendo que toda la valentía que reuní en el baño, desaparecía a gran velocidad.

Él pestañeó con fuerza, y pasó una mano por su nuca, con la boca entreabierta.

—E-Eunyeong— tartamudeó, tenso, contagiando de ese sentimiento al aire que nos rodeaba —No tenía idea de que te sentías así, y… y lo agradezco mucho, sabes que siempre te tuve un enorme cariño porque fuimos criados juntos, pero…

Pero.

Antes de que siquiera suelte las siguientes palabras, sentí mi corazón empezar a romperse.

—No siento lo mismo.

Boom.

El silencio se volvió más fuerte, si eso era posible, y sin querer, sin poder controlar a mi cuerpo, di un paso atrás.

—Lamento mucho si mis acciones te hicieron creer otra cosa, s-supongo que me sentía demasiado culpable por haber dejado que te lleven, pero nunca quise pasar a otra cosa contigo, es decir… eres como mi hermana, ¿sabes? Te veo como a una hermana menor, y nunca cambió eso de mi parte y-…

Él siguió hablando, excusándose, soltando mil y un palabras que chocaban contra la otra mientras yo miraba al piso, al espacio que nos separaba y que ahora se sentía más grande que nunca.

Dejé de escucharle al recapitular todas las cosas que pasaron en estos últimos meses.

Recordé los actos, palabras y gestos.

Y me sentí estúpida.

Nunca lo había visto en realidad. Yo misma me creé una fantasía donde Mark era el personaje principal que me salvaba de todas las desgracias, pero no había nada más falso que eso.

—Tú no me quieres— susurré, sintiendo las lágrimas llenar mis ojos.

—Sí te quiero, Eun-ie, pero no de esa manera, puede que…

Escucharle decirme ese apodo me dolió más que nunca, porque lo decía solo con un cariño de familia, no había nada más que eso, lo que en un momento creí especial, no lo era.

Di otro paso atrás, y le miré fijamente.

Conociéndolo tanto tiempo había aprendido a descifrar su mirada.

Busqué, con desesperación, algo que me diga que estaba mintiendo, que lo que salía de su boca no era verdad, pero sólo me encontré con una dolorosa sinceridad e incomodidad.

Había incomodado a Mark.

Mis hombros se hundieron al darme cuenta de este hecho, de la mirada que me dedicaba ahora por primera vez.

Pena. Sentía pena por mi.

—Confundí las cosas— acepté, sin querer pasar más tiempo en ese cuarto —Lo siento, fue un error.

—Espera, Eunyeong— intentó agarrarme, pero yo me hice para atrás, negando con la cabeza.

Y con el poco orgullo que me quedaba, sonreí —No te preocupes, Makku, gracias por aclarármelo.

Y salí de ahí, con la diferencia de que está vez, él no intentó detenerme. Se quedó mirándome, mirando cómo me iba, sin quitar esa expresión de incomodidad en su cara.

Mientras recorría los pasillos iluminados con focos blancos, me sentí mareada, más que antes.

“Volvieron a mover mi cuerpo, y en medio de todo el desorden que se formó, vi un par de ojos.

Dos estrellas que brillaron en mi oscuridad.”

¿Cómo no lo pude ver antes?

Mi principal problema siempre fue mis sentimientos, pero nunca me pregunté si Mark sentía lo mismo, lo di por hecho con sus acciones, pero realmente nunca cuestioné si él estaba enamorado de mí, o solo lo hacía por culpabilidad.

Pensé solo en mí.

Me aferré a él, desde el primer momento que desperté en la carretera luego de ser dejada, porque era lo único que pudo brillar en mis pesadillas, y lo único que me cuidó los siguientes meses.

Me aferré a lo primero que me hizo sentir bien.

Llegué a mi cuarto y apenas pude sentarme en la cama, con la respiración agitada y el nudo en mi garganta creciendo.

Él estuvo cuidando de mí desde el principio, esa fue su primera misión, y cuando me secuestraron, sintió que falló. Que no estaba a la altura de lo que le pedían.

Él me quería, pero no de la misma manera. 

Me odié por unos segundos, me odié por haber malinterpretado las cosas. Y aunque deseé que Mark venga a decirme que estaba mintiendo y sí me quería, eso nunca sucedió.

Odié haber dejado que Mr. Kang haya seguido afectando mi juicio aun después de estar muerto, y entendí que todavía no estaba bien, no me había curado, seguía con el trauma y me escondía detrás de la protección de Mark.

Fingí que me había recuperado solo porque él estaba conmigo, alentándome a seguir y dándome la sensación de hogar que nunca tuve, que mis padres nunca me dieron. Pero la realidad era que estaba perdida, me había partido y los pedazos seguían sin encontrarse para volver a ser la de antes, y tal vez nunca volvería a eso.

Como una niña pequeña, me refugié en los brazos de quien no debía.

Él no volvió a dormir conmigo.

Fue un acuerdo igual de silencioso que cuando empezó a dormir conmigo, se fue de la misma manera.

No volvió a mi cuarto y yo agradecí eso, solo dejé que Seulgi saque sus cosas, las que había empezado a traer poco a poco mientras yo me recuperaba.

Nadie supo lo que pasó, Mark fue lo suficientemente amable como para no hablar del tema, y yo fui lo suficientemente cobarde como para no volver a hablarle.

Me sentía avergonzada y humillada, el rechazo fue peor de lo que hubiera imaginado, y es que nunca lo imaginé, yo estaba segura de que el sentimiento era mutuo y no una idea tonta de mi parte.

Pero con el paso de los días, sin tenerlo pegado, pude decirme a mí misma y en voz alta, que no estaba bien, que estaba lejos de estar bien y necesitaba algo más. El cambio al que tanto le temía.

Después de hablar con Taeyong y Suho, acordamos mi traslado.

Ambos me preguntaron por qué, y aunque no les dije la verdadera razón, terminaron aceptando.

Tres semanas después de mi terrible intento de confesión y no cruzar palabra con Mark, yo estaba empacando mis cosas para irme a Japón.

Estaría de vuelta bajo el cuidado de Suho, quien creyó necesario que él personalmente debía vigilarme, y yo acepté, sabiendo que Japón era un destino lejos de Seúl y todo lo que conocía.

Fue difícil, porque ni Yujin, Jeno o incluso Yuta, creyeron mi excusa de que me iba para estudiar, sin embargo, no objetaron nada, aunque si fue duro para todos.

Dejé mi vida en Seúl para empezar otra en Tokyo.

Y la razón no fue Mark, como muchos habrían pensado. Su rechazo me dio un golpe de vuelta a mi realidad, no lo que yo había creado.

Por eso no me despedí de él, simplemente tomé mis cosas y me fui, dejando un cuarto vacío y las estrellas todavía pegadas en el techo.

Estrellas que siguieron iluminando una habitación vacía cada noche.

N/A

Falta el epílogo ^^

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro