01
Me costó muchísimo poder abrir mis ojos, fue la tarea más ardua en el último tiempo. Mis párpados dolieron ante la luz, que, aunque fuera suave, lastimaba mi vista.
Un suspiro salió de mi boca y se sintió tan lejano como las sensaciones agradables que estaba sintiendo.
La sábana de seda en mi piel, la almohada de plumas en mi cabeza, el aire acondicionado a la izquierda.
¿Dónde estoy?
—Eunyeong— alguien me llamó, volteé mis ojos hacia el sonido con pereza y pesadez. Volví a cerrar mis ojos por unos segundos y respiré profundo, sintiendo el dolor en mis pulmones.
Volví a abrir mis ojos, y pude verlo mejor.
Un chico con cabello negro y pómulos altos, labios delgados, y ojos tiernos.
Intenté incorporarme, pero no pude.
Fruncí el ceño cuando se acercó y me ayudó, agarrándome lo más delicadamente posible.
Olía a perfume de hombre, y su tacto era... agradable.
—¿Cómo te sientes? — cuando habló de nuevo, parpadeé. Le miré fijamente sin decir nada —Oh- toma, aquí hay agua— y me pasó un vaso que había en una mesa de noche al lado de la cama donde estaba, me ayudó a tomar el líquido y sentí un alivio en mi garganta.
—Estoy mejor— mi voz salió seca, sentí el ardor en mis cuerdas vocales, y tosí.
—Intenta no moverte mucho, para no lastimarte— indicó señalando mi muñeca. Y ahí noté que tenía una vía intravenosa, que llevaba a suero y otra bolsa más la cual no distinguí. —El doctor estuvo viniendo para tus controles, estás deshidratada y tienes una costilla rota.
Le volví a mirar, había apartado la vista porque me incomodaba. Y él reconoció la indiferencia en mis irises.
—¿Te acuerdas de mí? — su voz era suave y un poco insegura, ante mi silencio, tragó saliva. —Uhm, el doctor dijo que podrías haber sufrido una pérdida de memoria por todo lo que te hicieron, pero eso sería solo al principio, en todo caso.
—¿Puedes decirme qué pasó?— mi voz sonaba un poco desconocida ante mis oídos, pero me sentía cada vez más lúcida.
—No sé si...
La puerta abriéndose lo interrumpió, y otro chico entró. Sorprendiéndose al mirarme.
—Despertaste— y sonrió con alivio.
Pestañeé dos veces, y cuando los vi a los dos juntos, las memorias volvieron a mi mente.
[•]
—Necesito un masaje— Jeno se quejó, sentándose en el piso, ignorando que había una silla disponible a medio metro de él. —Unnie, ¿masaje? —me preguntó haciendo un puchero. Hice una mueca de asco y negué, dándole la espalda.
—Ahí está Renjun, seguro que te masajea con gusto.
—¡Yah! —la voz del nombrado se escuchó, me reí divertida por haberlo provocado.
—Yuta y Doyoung salieron del edificio— me quedé callada ante la voz de Taeyong, quien ignoraba lo que hacíamos y estaba mirando las muchas pantallas en frente suyo, junto a Chenle que tenía puesto sus audífonos y tecleaba con rapidez.
—¿Lo lograron?— preguntó Renjun, y su respuesta fue el silencio puro, dándonos a entender que todavía no lo sabíamos.
Me acerqué al líder y miré una pantalla en específico, la que tenía una vista perfecta al interior del automóvil donde estaban los chicos.
—Llegan en 30 minutos, cambio— comunicó Chenle por un walkie takie.
—Bien, los esperamos, cambio y fuera.
Me fijé en las otras cámaras, que estaban instaladas fuera de nuestra organización, para evitar que algún ajeno pudiera acercarse, o los posibles enemigos.
Volví a meter el chupete en mi boca, haciendo un pequeño chasquido cuando el dulce chocó contra mi lengua.
Nos quedamos en silencio esperando los 30 minutos, hasta que sonó la pequeña alarma de que uno de los garajes se estaban abriendo.
Chenle comunicó algo más por el walkie takie antes de dejarlo, y darse la vuelta en su silla giratoria.
—A la sala de reuniones. Ahora. — ordenó Taeyong levantándose, y como niños obedientes, nosotros le seguimos.
La sala era como su nombre lo indicaba, de reuniones y ejecutiva.
Una gran mesa ovalada con muchas sillas y una pantalla en un extremo, puesta en la pared. Taeyong se sentó en una esquina, de vista a todos, haciendo mover levemente la silla con ruedas sobre la que estaba.
Me senté en la fila izquierda, junto a Jeno y Chenle, viendo a YangYang entrar y sentarse en la fila de en frente.
Fueron tres minutos, hasta que Yuta, Doyoung y Mark, aparecieron por la puerta.
Hubo un corto silencio hasta que Yuta mostró ante todos, la caja de madera negra que ocultaba en su espalda.
—No quisiera ser presumido— dijo con una sonrisa ladeada —pero es exactamente lo que voy a ser, ¡Lo conseguimos!
Los aplausos de todos como si estuvieran entregando premios se hizo notar, rodé mis ojos y Renjun me dio un codazo para que igual aplauda.
—We fucking did it— Mark habló en inglés, con una sonrisa grande.
—¿Podemos tomar esto como una misión cumplida?— preguntó Donghyuck con sus ojos brillando.
Los aplausos cesaron por completo, y todos miramos a Taeyong. Éste analizó la caja que todavía sostenía Yuta, y asintió, con el ruido volviendo al instante.
The Golden Boss.
Una organización de criminales que manejaban las calles de Asia y movían los hilos de las instituciones sin ser atrapados.
Un gran grupo que tenía personas entre los 15 hasta los 60 años, acogiendo a niños huérfanos o que pasaron por familias tóxicas que los llevaron a solo poder elegir robar y matar.
Así como todas las organizaciones, había una jerarquía, y Lee Taeyong era uno de los líderes que manejaba a la sede de Seúl, y, si todo salía bien, de Corea del Sur.
—Entonces deberíamos abrir ese tequila que tengo guardado— Jungwoo dijo con una sonrisita.
—¡No en frente de los niños!— John gritó, lanzándole un bolígrafo que le llegó en plena frente. Escuché la estruendosa risa de Mark por la acción, burlándose junto a Johnny de Jungwoo, quien buscaba el bolígrafo que se había caído al piso.
—Yo preparé algo, por si la misión salía bien— Taeyong volvió a hablar, haciéndole una señal a Seulgi, quien se levantó y de uno de los muebles en la esquina, sacó una botella de alcohol.
—Como siempre, nuestro líder pensando en nosotros— Y los chicos a su lado le hicieron reverencias.
Ayudé a Seulgi a poner vasos, y les servimos a todos.
—¡Eh!— dije mirando a Jisung con recelo, él me hizo un puchero.
—Noona— rogó acercando su vaso.
Seulgi le puso menos trago que a los demás y yo le eché el jugo que había para mezclar.
Lo mismo pasó con Chenle, pero éste se las arregló para ponerse más alcohol mientras nadie lo veía.
En ocasiones especiales, a Taeyong le gustaba hacer este tipo de cosas. Y así como él mismo compraba el alcohol, también era él quien vigilaba a los más pequeños para que no tomen. O que, por lo menos, no tomen mucho.
Era difícil evitar que beban alcohol, siendo que estaban en este tipo de vida, y sería bastante hipócrita prohibirles eso, cuando entrenaban con armas y se encargaban de robar y mentir a grandes personalidades.
Pero aún así, los mayores intentaban cuidarlos lo más que pudieran, dentro de las condiciones en las que vivían.
Dentro de dos horas, ya habían unos cuantos ebrios que hablaban incoherencias.
Yo los veía con diversión desde mi asiento, se me había subido el alcohol, pero no al nivel que estaba Mark y Haechan, quienes cantaban en voz alta cualquier cosa que se les viniera a la mente.
—Yah, Eunyeong— y justo como si hubiera escuchado mis pensamientos, Mark se acercó a mí, tambaleándose ligeramente.
—Qué quieres.
—Ah, siempre tan brusca— se quejó cerrando sus ojos con fuerza y gimoteando. El vaso que llevaba en su mano se movió y unas cuantas gotas cayeron al piso.
Moví mis piernas a un costado para que evite mojarme, él solía ser bastante torpe cuando estaba ebrio.
—¿Cuánto ya tomaste?— pregunté curiosa, recordando que entre él, Yuta y Yeri, tomaron 4 shots cada uno.
—Mmm... —miró al piso, pestañeando con lentitud —No sé, perdí la cuenta...
—¿Tomarás hasta vomitar?
—Probablemente.
Hice una mueca de asco por su sinceridad, y él empezó a quejarse de que era malvada y fría, tomando de su vaso cada vez que se trababa.
Conseguí dejarlo junto a Johnny, y yo me escapé a otro lado. No me gustaba aguantar a ebrios cuando yo no había tomado el mismo nivel de alcohol, y menos podía aguantar a Mark y Haechan ebrios, porque uno lloriqueaba y el otro se caía a cada rato.
—¿Conseguiste deshacerte de Mark?— preguntó Taeyong con diversión cuando me vio sentarme a su lado, donde sabía que no iban a molestarme un rato.
—Lo odio.
Se rió arrugando su nariz, y tomó un corto sorbo del contenido de su vaso, viendo el alboroto que hacían los demás.
Suspiré estirando mi cuello hacia atrás, buscando deshacerme del estrés que llevaba en mis músculos, y cerré mis ojos.
—Ya que pareces la más sobria entre ellos— ladeé mi cabeza un poco para escuchar mejor la voz de Taeyong —El jefe llamó, necesita que vaya un equipo de 4 a Busan.
—Y me lo dices porque... —volví a mirarlo, dejando la antigua posición de lado.
—Serás una de las que irá.
—Ah, oppa, ¿por qué me dices esto en una celebración?— pregunté con burla, él me amenazó con darme un zape mientras yo me encogía —Bueno, supongo que me prepararé, ¿en cuánto nos iremos?
—Dos días— asentí volteando a Jisung y Chenle, que tenían la cara más roja por el alcohol.
—¿Y quienes más Irán?
—Yujin, Jungwoo y el borracho de allá— señaló justamente a un Mark que se acababa de resbalar y caer encima de Yuta, tirando el trago del último al piso. Hice una mueca.
—Te enviaré mi renuncia.
Y se volvió a reír, pero asintió, ofreciéndome su vaso. Acepté tomando de un sorbo, sabiendo que me esperaba una larga jornada pasado mañana.
N/A
Primer capítulo de Toddler, ¡espero que les guste? -3-
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