4
Después de haber pasado todo el día en la cafetería, lo que terminé haciendo fue regresar a la casa de lo mas cansada y lo peor de todo, es que cené sola. Normalmente, un día como cualquier otro aquello no hubiera sido problema pero lo fue hoy. Y culpo a Julia por eso, porque ahora estaba esperando a ver cierto chico que preparaba chocolates toda la noche y no podía dejar de hablar por horas. Pero por lo que yo sabía, el estaba teniendo una cita con Julia. Ella lo invitó a cenar y dejó muy en claro de que se trataba, una salida con otras intenciones. Pero, no gano nada pensando de mas en aquello. Pensando en una cita donde los dos estén enamorándose el uno del otro y hasta compartan un beso. ¿Para qué? No es como que me importe.
Son las diez de la noche y nunca había considero el irme a dormir tan temprano pero puesto a que estamos a mitad de las fiestas navideñas, hay mas clientes de lo normal en la tienda y termino de lo mas exhausta. Así que me preparé para dormir y me fui directo a mi cama. Si Willy llega, entonces ya sabe que su lugar es en el sofá como siempre y que duerma. Mañana que siga vendiendo chocolates y que todos sigamos con nuestras vidas. ¿Por qué tendría que ser diferente?
Pero pasan horas. Gracias a todos los cielos, son horas en las que yo estoy de lo mas dormida y logro descansar tal y como quería, pero cuando menos me doy cuenta, empieza a sonar ruido. Lo suficiente como para que me despertara y me diera cuenta que la ventana de mi habitación estaba abierta. Y luego, unas manos.... Unas manos bronceadas tomando de mi frasco de chocolates que Willy me había preparado. Eran los Nora especial. Me levanté de golpe al captar que yo no era la única persona en el lugar y observé de la ventana. Luego bajé la mirada... bastante. Y veo a una persona diminuta. Esa persona me ve y ambos gritamos al mismo tiempo.
- ¡largo de aquí! - dije poniéndome de pie para empujarlo con mis pantuflas pero este se enoja y empieza a patearme. - ¿quien eres?
- eso no es de tu incumbencia. Solo vine por esto. - dice tomando del frasco de chocolates y lo carga en su espalda. Estaba en serio muy asustada, nunca en mi vida había visto a una persona color naranja y con cabello verde. - muchas gracias.
- esos son míos.
- técnicamente, pero los tomo como míos porque me los deben. - se acomoda su camisa y me saluda a lo lejos. - que tengas una excelente noche.
- ¿gritaste? - Willy entra a la habitación y cuando apuntó desesperadamente a mi mesa de noche, ya no había nada. Había desaparecido y muy probablemente había quedado como toda una tonta. - ¿estás bien? ¿Alguien entró? ¿Viste algo? Necesito que seas mas clara al respecto.
- un hombrecito... un hombrecito entró y se llevó mis chocolates. - el me mira con asombro y empieza a sonreír como si supiera que era a lo que yo me refería. - me dio el susto de mi vida.
- se quien es.
- ¿quien es? - me volví a sentar en la orilla de mi cama y el camina por la habitación en busca de alguna pista y se detiene en la ventana para ver a donde esté se había ido.
- no tengo ni la más mínima idea. - levanta ambos hombros y lo miro molesta. - quiero decir, lo he visto varias veces. Eso es un hecho y ha estado robando de mis chocolates por un largo tiempo. Parece que ha encontrado mi nueva residencia.
- entonces esto es tu culpa. - le he lanzado la almohada en el rostro y este la atrapa. - por tu culpa, personas extrañas y raras llegan a mi casa y roban de mis cosas.
- técnicamente esos chocolates son míos. - le puse los ojos en blanco. - no que quiera quitarte tu regalo, no... me refiero a que, si el vino por ellos es porque sabe que yo los hice.
- maldita sea, que terror. - me cubrí el rostro. - ahora vete de aquí, necesito seguir durmiendo. La vida sigue y mañana me voy a levantar temprano para ir a trabajar como cualquier otro día.
- lamento mucho eso ¿si? Mañana te hago mas chocolates solo que ya no tengo leche. - dice mientras se queda pensando. Termina aquello y esta por salir, pero llego a la conclusión, de que no quiero que se vaya.
- espera. - dije y este me hace caso. - pero ahora tengo miedo. ¿Qué tal si se vuelve a meter? No quiero estar sola.
- ¿quieres que me quede contigo? - como digo que si sin que suene tan comprometedor. No contesto y es que aun estaba pensando en una respuesta, pero el sin pensarlo dos veces, se sienta a un lado mío en la cama. - quiero que estes consciente de que vamos a tener que compartir cama.
- solo... solo voltéate a tu lado ¿quieres? - el me sonríe, victorioso, y sabiendo que yo si quería dormir a su lado. Ignoro aquello y le doy la espalda para prepararme de nuevo. Me tapo el cuerpo completo y escucho como este se acomoda a mi lado. - deberías hacer algo respecto a ese ladrón. No puedes hacer chocolates cada noche y luego no tener nada para tu día.
- lo sé, pero por alguna razón, creo que se la debo. - me voltee para verlo y entender a qué se refería. - me agrada.
- eres muy pero muy extraño ¿lo sabías? - el ríe y ambos nos quedamos viendo tan solo. No había captado lo cerca que estábamos y es que, mi cama no era exactamente la más grande del mundo.
Me tomé el tiempo de verlo, de admirarlo. La ventana que estaba justamente enfrente nuestro, mostraba la luna de lo mas hermosa y enorme y con ello, iluminaba perfectamente de nuestros rostros. Sus ojos eran tan tiernos, con ese toque de inocencia y de fleckdisd cada que los entrecerraba. Un color tan cálido y único. Labios delgados, muy delgados pero igual de rojizos que cualquier otros. Pecas, pude notar una que otra peca. Apreté mis labios hacia dentro tan solo por modismo mientras veía ahora de su cabello y lo oigo reír en voz baja.
- ¿tengo un moco o algo por el estilo?
- ¿cómo te fue en tu cita con Julia? - le pregunté para cambiar el tema y abracé de mi almohada para acomodarme bien. - escuché que saldrían a cenar y tú llegaste tarde.
- ¿te desvelaste esperándome? -negué con la cabeza. - nos fue excelente. Ella... ella es genial. Y vaya que muy hermosa. - claro que el iba al pensar aquello. - realmente me agrada mucho. Agradezco que las haya conocido en este viaje.
- tienes a la chica más genial de todas a tu lado. Julia no es solamente la mujer más bonita en el pueblo sino que la chica con más dinero y contactos. Te ayudará mucho para tus ventas.
- ¿eres su asistente o algo por el estilo? - lo miré confundida. - siento que siempre te esfuerzas demasiado en pintármela como la mejor persona del mundo.
- lo es.
- no lo tengo en duda pero siento que sería mas correcto que hables de esa manera de ti y no de otros. - hice una mueca. - ¿qué te parece si haces eso?
- ¿hacer qué? - ahora es el quien se acomoda y abraza de su propia almohada, permitiéndose estar más cerca de mi y poniéndome nerviosa.
- háblame de ti como si quisieras en serio sorprenderme. Así como llevas haciendo estos tres días de Julia. Dime ahora.. ¿quien es Nora? - no dije nada en un principio, solo lo miré. - y si lo haces, Justo que te dejo en paz y te dejo dormir.
- es que no es lo mismo. Julia tiene muchas cosas fabulosas... yo ni siquiera puedo decirte nada de mis padres a diferencia de ella.
- pero es que te equivocas, ya me lo has dicho. Me dijiste que el te preparaba un excelente chocolate caliente. Me dijiste que quieres ir a verlo si es que está aún con vida. Entonces, si hay que contar. - sonreí apenada. - pero no me importa eso, quiero saber de ti.
- ¿por qué te esfuerzas tanto en querer agradarme?
- creo que me esfuerzo más en yo agradarte.
- supongo que... si nos vamos a ver más seguido gracias a que tú y Julia son socios ahora... - suspiré hondo. - soy Nora. - le estreché la mano de broma y este la acepta. - me gustan demasiado las palomitas, saladas por cierto. - reímos ante eso. - mi libro favorito es Mujercitas. Me gusta ir al cine, yo creo que mas de lo normal y veo películas de amor la mayoría del tiempo. Mi sueño es dejar este pueblo y yo creo que hacer mas con mi vida aparte de estar en una cafetería.
- ¿donde te gustaría estar entonces?
- no lo sé. - levanté ambos hombros. - creo que mi sueño como tal es viajar. Conocer el mundo y tener lugares donde pueda sentirme en paz y muy feliz. Tener mi maleta siempre a mi lado y mi pasaporte en mano.
- suena como un gran plan. - suspiré hondo y se vuelve a acercar un poco más. Era lo suficientemente cerca como para que me pusiera nerviosa. Ya hasta pude notar mas pecas de las que había visto la primera vez. - okay, ahora se tus gustos y preferencias. ¿Pero puedes decirme algo que te guste de ti?
- por favor duérmete ya.
- no, vamos. Si te la vives diciendo que Julia es fabulosa y hermosa...
- lo cual es.
- no te lo voy a negar. - oh, incómodo. Pero si, se que el la encuentra de esa manera. Para que mentir. - pero también creo que tu lo eres. Y me es muy extraño como no puedas admitírtelo a ti misma.
- bueno Willy, hay gente que no tiene buena autoestima. Y eso es válido. Creo que puedes vivir con esa realidad. - al el ya no tener nada mejor que decir, se hace el silencio más incómodo de todos. Decido voltearme y darle la espalda. - buenas noches.
- buenas noches, Nora.
...
Abrí los ojos, pues ya era de día y ya sentía la necesidad de levantarme. Solamente que me doy cuenta de que unos brazos me abrazaban. Vi una mano sobre mis hombros y voltee confundida. Mierda, Willy me estaba abrazando. Nos habíamos quedado dormidos juntos y ahora el me tenía entre sus brazos. Quise quitarlo pero... se sentía bien. Sonreí avergonzada pero a la vez disfrutando del momento.
No podía entender lo mucho que influenciaba aquel hombre en mi humor. A veces podía haberme sentir de lo mas molesta porque era un entrometido en mi vida. Se metía mas que los demás y buscaba ser mi psicólogo o algo por el estilo. Pero cada que actuaba de la manera más linda conmigo, me derretía el corazón. Eso... eso era muy insoportable.
Nunca le había dado tanto poder a un extraño. Y me duele saber que no soy la única persona que se siente se esa manera.
- oye, ya es de día. - dije, a ver si se levantaba.
- un rato más. - dice aun dormido y me abraza con mas fuerza, dejando su rostro sobre mi pecho y ya no podía con la vergüenza que estaba sintiendo. ¿Nervios? ¿Mariposas en el estómago? - eres muy suave.
- hablo en serio. - dije volteando a verlo pero con ello, dejando nuestros rostro de lo más cerca y me le quedé viendo. El tenía los ojos cerrados, no había manera en la que se pudiera dar cuenta de cómo lo admiraba. Pasé mi mano por su rostro y retire cada rizo que caía sobre sus ojos. Me nació sonreírle y me odiaba por eso.
- necesito que despiertes, ya. - la puerta se abre y oigo la voz de Julia a lo que, decido empujar a Willy al suelo para que ella no viera lo cerca y abrazados que estábamos. Cuando ella entra, solo se lo encuentra a él en el suelo y yo en mi cama. - ¿durmieron juntos?
- no, el durmió en el suelo. - dije de inmediato y este me voltea a ver confundido. - ¿verdad?
- es que tuvimos a un pequeño ladrón. - este explica mientras bosteza y empieza a existir. Literlamente no llevaba ningún segundo despierto. - buenos días, Julia. - se le queda viendo y termina sonriendo. - lindo vestido.
- ¿te gusta? - ella vuelve a estar de enamoradiza cuando el le dice aquello y se da una vuelta para que la vea. Puse los ojos en blanco de inmediato y agradezco que ninguno de los dos me hubiera visto. - oh si, a lo que venia. Necesito que se arreglen ya.
- ¿qué pasa? - pregunté mientras me ponía de pie y buscaba mis pantuflas. Recuerdo que anoche se las había lanzado a el pequeño ladrón de chocolates.
- mis padres están aquí y necesito que cubramos del vendedor de chocolates ilegales antes de que mi padre decida cobrarle o deshacerse de él o lo que sea. - ella dice asustada. - descuida, planeo ayudarte.
- ¿cómo? - el pregunta mientras se pone de pie por igual.
- fácil, vamos a fingir que eres el primo de Nora. - ella dice emocionada y la miré con confusión. - y mi novio.
- ¿qué? - decimos Willy y yo al mismo tiempo.
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