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Me desperté ante el ruido tan fuerte que sonaba desde fuera de mi habitación. Normalmente, yo me despertaba utilizando mi reloj a un lado de mi cama porque bueno, vivía sola. Creo que ahora que no soy la única inquilina, tendré que despertar a diario con el uso de la cocina. Suspiré hondo y recordé la situación en la que estaba. Debería bañarme para no salir toda mugrosa a verme con un desconocido que por alguna razón, me pone nerviosa su presencia. Y siento la necesidad de querer verme bien.
Dejé que el ruido siquiera y no salí, para aprovechar el que el estaba ocupado y me metí a bañar. Me vestí como siempre con mi uniforme para el trabajo y un abrigo ya que estaba helado para ser diciembre apenas. Maquillaje... esa era la cuestión. ¿Tenía que maquillarme para sentirme más bonita que Julia el día de hoy? Normalmente no suele ser algo que me importe. Mucho más teniendo en cuenta el que es evidente su superioridad en belleza y carisma. Todo el mundo lo ve, y Willy no va a ser la excepción.
Pero de todas manera, acudí a un labial rojo. Eso puede hacer la diferencia ¿no?
Salí de mi habitación después de unos cuarenta minutos y este ya había terminado creo yo de hacer lo que tenía que hacer. Lo salude a lo lejos y me fui en busca de hacerme un café cuando este se acerca de inmediato.
- ¿me vas a preparar café? - este me pregunta y no sabía exactamente qué era lo correcto por contestar. Aparte que estaba muy cerca, el en serio no tiene sentido del espacio personal.
- ¿quieres uno? Supuse que no ya que... este no es dulce. No le pondríamos azúcar, solo es café.
- tu debes pensar que solamente vivo de lo dulce ¿no es así? - pone las manos en su cadera y asiento con la cabeza. - Tienes razón, es mas mi preferencia a lo dulce. Y se que tu no, por lo cual... te hice esto.
- me hiciste un chocolate. - dije viendo lo que me mostraba en su mano. - hasta donde yo se, eso es dulce.
- pero es de caramelo salado con galleta. Eso es lo que hace la diferencia... eso... eso es el Nora Especial. - levanté la mirada para poder verlo a los ojos y ni pude evitar sonreír.
- ¿ese es el nombre? - el asiente con la cabeza y de verdad, estaba de más decir lo mucho que latía mi corazón en aquel momento. Me había derretido por completo ese gesto. - gracias.
- no es nada. Son para ti. - dice apuntando un jarrón lleno de estos chocolates y me reí al verlos. - así ya tienes una dosis... lo suficientemente grande como para una semana. Tu que no eres de comer demasiado postre.
- café. - dije recordando lo que estaba pasando y dejando de lado mi nube que evitaba que pensara razonablemente. - ¿quieres? Te sirvo sin problema. Solo que... en serio no tengo azúcar.
- puedo probarlo así. - lo miré con los ojos entrecerrados. - tengo toda la intención del mundo de disfrutar algo más que no sea la leche con chocolate y...
- ¿te gusta el chocolate caliente? - le interrumpí.
- es lo que yo más amo en este mundo, al menos en esta temporada. ¿Por? - no era el momento para hablar una segunda vez de mi padre y como deseaba mucho aquel momento de nuevo. Levanté ambos hombros y le serví una taza del que yo me había preparado.
- ¿vas a verte con Julia hoy?
- tengo otros planes, yo tengo ya un compromiso con mis amigos del hotel donde... debería estar ahora. - dice volteando a ver al reloj y se asusta. - tengo que ir, tengo que fingir que pasé la noche ahí y um...
- suerte. - dije y le pasé su bastón para que ya se pudiera ir. - cualquier cosa, ya sabes dónde buscarnos. A Julia, quiero decir.
- lo haré. - dice y con una sonrisa en rostro, se sale de la casa. Veo que no le dio ni una sola probada a su café así que me lo quedé yo. Suspiré hondo y lo vacié en mi vaso para poder llevármelo al trabajo.
Salí de la casa después suyo y Julia apenas iba llegando. Estaba de más explicar lo guapa que se veía. Se había maquillado más de lo normal, ella por igual llevaba un labial rojo y creo que hacía que las dos nos viéramos como todas unas payasas tratando de obtener la atención de la misma persona. Sentí la inmensa necesidad de correr de regreso a la cocina y limpiarme la boca para no tener que presenciar este momento pero creo que ya era algo tarde.
- buenos días, Julia. - le dije y ella me abraza. Nuestra amistad no iba a desaparecer solamente porque encontrábamos lindo al mismo chico. Aunque ahora que lo pienso, ella no debe tener ni la más mínima idea de que pienso de esa manera. Muy apenas hoy yo me di cuenta. - ¿qué tienes planeado para el día de hoy? ¿Vas a estar en la cafetería o saldrás con tus amigas?
- el día de hoy creo que... - se recarga en la barra y claramente, busca con la mirada por todos lados al chico. - creo que estaré contigo. O sea si, en la cafetería.
- el ya se fue. - dije antes de que se emocionara con esa idea. - tienes cosas que hacer, creo que tiene mas conocidos y amistades en el lugar con tan solo un día en la ciudad.
- oh. - ella dice con genuina tristeza. - supongo que lo veremos al rato entonces. - asentí con la cabeza y moví mis cosas para darle a entender que ya era momento de irnos. Pero ella se enfoca en el jarrón lleno de chocolates. Se detiene y los mira con demasiado sorpresa. - que delicia... estoy en serio obsesionada con todo lo que el hace. - sin pensarlo dos veces, ella abre del tarro y prueba de estos. No creo que estuviera yo en una posición correcta si le decía que esos chocolates fueron especialmente hechos para mi. A decir verdad, ni siquiera creo que sea importante aclararlo. - que delicia... aunque muy salado para mi gusto.
- son perfectos. - sonreí mientras miraba del frasco y ella se da cuenta de aquello. La pregunta del millón, por fin iba a ser realizada. Se limpia las manos, retirándose cualquier migaja que quedara en sus dedos y me mira directamente a los ojos.
- ¿crees que es lindo? - fingí demencia literalmente y no contesté al principio, esperando que fuera más específica. - el chico el cual vive en esta misma casa, Nora. Sabes a quien me refiero.
- creo que es muy guapo, si. No lo voy a negar. - y de hacerlo, dudo que cambie algo. Pero lo mejor por ahora, era hacer como si en serio no me importara. Y es que así debería ser. - pero ¿qué más da?
- ¿no te gusta? - niego con la cabeza y ella se nota aliviada. Su postura se relaja y hasta ríe conmigo. - por un momento creí que si y... que esto sería incómodo para nosotros. - alcé las cejas sorprendida. - no te debería sonar imposible que el me atraiga.
- no el que te atraiga, pero si el que ya te hayas enamorado de él. - reí y recargué mi espalda en el refrigerador. Parece que esta conversación no iba a terminar aquí. - puedes ir a buscarlo a su hotel. Si hoy no va a pasarse por la cafetería y en serio quieres verlo entonces, ve a ayudarle con su asunto de la deuda.
- con gusto. - ella toma las llaves que llevaba en manos desde que llegó y toma de mi mano para que ambas saliéramos de la casa.
...
Siento que la decisión más madura de hacer por mi parte fue el darle la paz que Julia necesitaba como para coquetearle por completo y tratar de salir con el. ¿Quien soy yo para impedir que ella sea feliz con el? Para empezar, no aspiro a buscar una relación con un hombre el cual desconozco y que me irrita mas de lo normal. Si ella si, es mejor que desde ahora use sus encantos como es costumbre y que sea feliz. De yo haberle dicho la verdad, que yo lo encontraba lindo, tan solo haría todo mas incómodo. Yo no quiero eso.
Eran las siete de la tarde ya y faltaba al menos una hora para que cerráramos. Los clientes seguían llegando y solicitando el mismo café sin importar que. Lo bueno es que no estaba sola, tenía a mi compañero de turno... Dalton.
- me toca esta hora. - me dice mientras me quita las manos de la maquina de expresos. - descansa... ya falta poco para irnos.
- podemos hacerlo entre los dos. La gente va a penas saliendo de su trabajo y con este frío, muy seguramente busca una bebida caliente. - intenté acercarme de nuevo pero no me deja y tomando de mis manos, me sienta en la silla. - muchas gracias.
- ¿vas a hacer algo para navidad? - este me pregunta y niego con la cabeza. - esta es mi primera navidad en la ciudad y no tengo ni la mas minima idea de donde la voy a pasar.
- adivino, vas a invitar a salir a Julia. - me reí pero el no. - ¿qué? ¿Te rendiste después del verano?
- yo nunca invité a salir a Julia. - se ríe ante lo que dije y lo miro con confusión. - ¿qué te hizo creer aquello?
- ella me lo dijo. - y es verdad, yo no estaba mintiendo. Dalton apenas empezó a trabajar con nosotros este verano, para ser mas exactas, en Julio y ha sido de las mejores personas que tenemos aquí, de verdad se esfuerza y es muy atento. Y claramente atractivo, al principio muchas chicas venían a verlo tan solo. - me comentó que la invitaste a cenar... creo que hace unos dos meses.
- supongo que solo le pregunté que que iba a cenar. - este se rasca la nuca y yo me rio. De verdad encuentro esto de lo mas chistoso. - no tenía idea de que ella lo había tomado como una invitación a una cita.
- lo dices como si fuera lo peor que te pudiera haber pasado.
- bueno, tu lo dices como si fuera lo mejor. Hasta creo que a ti te gusta la rubia. - negué como unas diez veces seguidas, moviendo mi cabeza de un lado a otro, nerviosa de que el si pensara que es cierto. - ¿te es muy difícil creer que alguien te prefiera antes que a ella?
- eso no era el tema de conversación. - dije incómoda y me puse de pie para mejor tomar la siguiente orden y preparar del café. Pero mientras yo busco de los vasos, este me sigue.
- mi plan no es hacerte enojar.
- no lo has hecho.
- pero si el que por fin dejes de tirarte al suelo y darte cuenta que Julia no es la gran cosa. - me voltee de inmediato al no poder creer lo que me decía y entrecerré los ojos. - en todo caso, te encuentro mas bonita a ti.
- mentiroso. - dije sonrojada y este se ríe ante ello. - ¿podríamos cambiar el tema de conversación? Esto esta siendo incómodo y es lo que menos quiero cuando nos quedan... - dije asomándome a ver la fila en busca de la cuenta pero me asusto al ver que Willy ya había llegado.
- ¿cuantos son? ¿Son muchos? - Dalton me pregunta y se asoma junto a mi para ver que era lo que había llamado mi atención. - ¿el te gusta?
- en lo absoluto. - dije de inmediato y terminé de servir la bebida.
- parece que a Julia si. - este dice y ambos nos acercamos a la barra para poder dejar el café que yo había preparado, a su cliente. Aprovecho, para ver a que se refería Dalton con ello y en efecto, ella venía con el. Como que apenas entrando y abraza de su brazo. Estaban atacado de la risa con algo que ella había dicho. Ella le despeina el cabello y luego recarga su cabeza en su hombro. - se ven lindos juntos.
- no lo creo. - dije y mierda, no me había dado cuenta de lo celosa que sonaba. Esperaba con ansias que Dalton no se haya dado cuenta. - entonces, navidad. Um... no no se que haré. Pero lo mas probable es que con Julia y su familia.
- bueno, si no tienes nada que hacer tan importante... podrías venir conmigo y mi familia. Van a venir y están muy emocionados por conocer a todas mis amistades. - sonreí ante ello. - no tienen porque saber que tu eres mi única amiga pero...
- suena bien, si. - le di una palmada en la espalda y me voltee para seguir tomando de las ordenes cuando veo que por fin, era el turno del chico con el sombrero. - solo tenemos café.
- solo quiero un café. - este me dice y le hice una mueca. Dalton no podía dejar de verme a mi, y luego a el, luego a mi y luego a el. Es tan inteligente que seguramente ya se da cuenta de lo incomoda que me pongo cuando se trata de el. - hola. Soy Willy.
- Dalton. - este dice y toma de un vaso para empezar a escribir su orden. - ¿cómo quieres tu café?
- ¿cómo te gusta a ti? - el me pregunta y levanto ambos hombros en forma de duda. - es que lo quiero pedir tal y como a ti te gusta.
- negro. - dije a secas y Dalton se ríe ante ello. Esta de mas decir como Willy no percibe mi comentario como algo malo y voltea a vernos confundido. - solo lo tomo así, sin nada. ¿Así lo quieres?
- si ¿por qué no?
- y muy cargado, a Nora le encanta el café fuerte. - dice Dalton para molestarlo, sabiendo que aun así lo pedirá sin importar si puede sostenerlo. - ¿qué dices?
- me acaban de pagar así que si, quiero el café. - el dice con una amplia sonrisa en su rostro y Dalton disfrutando tanto de esto, es quien se pone a preparar de su bebida.
- que genial que te pagaron... ¿vendiste algo de chocolate? - le pregunté mientras me recargaba en la barra.
- Julia me ayudó. Estuvimos con sus amigos toda la tarde y aproveché para enseñarles mis productos. - dice de lo mas emocionado. - creo que a partir de mañana empiezo a vender en la plaza.
- pero la policía vendrá por ti.
- es un riesgo que tengo que tomar eventualmente. Tu déjamelo a mi, creo que tengo una idea. - este dice y me asomé para buscar a Julia con la mirada. - esta llamándole a su padre.
- entiendo.- rasqué de mi nuca y Dalton regresa para entregarle el café. - adelante, disfrútalo.
- deja te pago.
- descuida, este va por mi cuenta. - dije riendo y es que en serio deseaba ver su reacción al probar del café. Este lo toma sin dudarlo dos veces y antes de hacerlo,, nos sonríe a ambos. Dalton se cubre la boca para que este no lo vea reír y después, lo prueba.
- oh. - dice y los gestos que hace, no tienen precio. Reí ante eso y el ríe conmigo. - esta... rico.
- ¿te gusta? Te puedo preparar uno todos los días si así lo quieres. - dije a propósito. - y completamente gratis.
- si a ti te gusta... a mi me gusta. - dice con dificultad.
- ¿por qué sería así? No lo entiendo. - dije mientras me cruzaba de brazos. - no te obligues a tomar algo que no disfrutas solo porque a mi me gusta.
- es lo único que puede hacer que me sonrías y no me hagas los ojos hacia atrás como acostumbras. - mi corazón se derritió en aquel momento; mi sonrisa desaparece y lo mira con plena seriedad. Dalton se da cuenta de lo incómodo que es aquel momento y mejor se voltea para seguir con la maquina de cafés.
- regresé. - Julia dice y le abraza de nuevo del brazo. - ¿nos vamos?
- los veo luego. - dije nerviosa y me voltee para irme con Dalton.
¿Qué fue eso?
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