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Colisión estelar

Las relaciones son complicadas, ¿no es así? Cuando conoces a alguien, lo más importante siempre va a ser la famosa "primera impresión". Pero... ¿qué sucede cuando eso falla? La respuesta lógica sería decir que esa relación, ya sea de amistad, profesional o romántica va a fallar.

Ahora bien, ¿qué pasa si eres obligado a llevar dicha relación? ¿Cómo te sentirías? Seguramente mal, incómodo, molesto...

Fuutarou Uesugi es un chico de pocas palabras, un chico que tiene un gran problema, es demasiado honesto. Él cree que la gente merece siempre la verdad, lo cual no sería malo si supiera que muchas veces lastima a otros. Su sueño parece que va mucho más allá de lo realista, pero no piensa darse por vencido.

Itsuki Nakano es una chica con un sueño, con un anhelo, proteger a sus hermanas y ser igual que su madre, Rena Nakano. Ella de igual manera tiene un grave problema, un serio problema de indecisión, ansiedad y un orgullo que dejaría perplejo incluso al mismísimo Escanor.

Por razones del Destino, ambos chicos coincidieron y tuvieron que forjar un lazo, un lazo que pasó a través de muchas pruebas, un lazo que fue probado por el mismo fuego del infierno, un lazo que los unió.

"A la cuenta de cinco, si abres los ojos, estoy aquí, ¿no? Abre este corazón"

"Mi corazón"

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Una mujer caminaba por la ciudad tranquilamente, ella emanaba un aura de elegancia, seriedad e incluso imponía algo de respeto.

Su destino no era uno muy claro, pues se podía ver que estaba "perdida".

-Se supone que es en esta área... al menos eso me dijo...- mencionó la mujer.

Comenzó a caminar por un área donde habían varias casas, era un área residencial. La mujer caminó y caminó, tratando de dar con la ubicación que le habían dado.

Eventualmente, logró encontrar el lugar. Con rapidez, se dirigió a la puerta y comenzó a tocar. Pasaron pocos segundos, hasta que la puerta se abrió. La figura frente a ella era la de un hombre rubio, el hombre parecía estar ligeramente sonrojado, su aliento lo delataba, estaba bebiendo algo de cerveza.

-¿Necesita algo?- mencionó el hombre mientras examinaba de pies a cabeza a la mujer.

-Es un gusto volver a verte, Isanari.- dijo mientras sonreía.

-¡¿Re-Rena?! Dios... no te reconocí en absoluto. ¿Cómo has estado? Por-por favor, pasa, siéntete como en tu casa.

-Me ofende que no me reconocieras, pasan unos años y te olvidas completamente de mí.- dijo de manera dramática, causando que el hombre soltara una leve risa.

-Lo siento por eso...-

La mujer, que ahora sabemos que es Rena, pasó como si de su casa se tratara, tomó muy en serio las palabras de su amigo.

-No quiero quitarte mucho tiempo, escucha... vine a ti porque necesito tu ayuda... bueno, no la tuya precisamente, necesito la ayuda de tu hijo.-

El rubio se sorprendió, su reacción fue tan grande que casi se caía de la silla.

-¿A mi hijo? ¿Para qué?-

-Necesito... un tutor para mis hijas, han tenido muchísimos problemas en cuestiones académicas, siempre reviso los listados de compañeros de clase, ahora que ellas se cambiaron de escuela, no fue la excepción. Ahí pude ver que tu apellido estaba ahí, así que apostándolo todo, vine a buscarte... aunque soy mala buscando direcciones.- dijo mientras reía levemente.

-No tienes remedio. Hay miles de Uesugis en este mundo, ¿qué te hizo pensar que era mi hijo?- preguntó el hombre.

-Cuando eras joven, mencionaste que si llegabas a tener un hijo lo llamarías Fuutarou, Fuutarou Uesugi.-

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Fuutarou Uesugi, un chico estudiante como cualquier otro, se encontraba sentado en una mesa. Como cualquier día, el chico estaba solo, no tenía amigos y era conocido en su escuela como alguien solitario y extraño, eso era algo que no le afectaba en absoluto, pues él sabía bien quién era y a donde quería ir.

Él comía tranquilamente un menú normal, si bien su familia no era una millonaria, el negocio que tenían sus padres bastaba para "sobrevivir". Por supuesto, él no estaba conforme con eso, él quería que tanto sus padres, como su hermana tuvieran la mejor vida, por eso él se estaba esforzando por ser el mejor.

¿Su meta? Él adoraba las estrellas, él deseaba ser capaz de algun día ser considerado para trabajar en la NASA.

Por supuesto, eso era algo demasiado difícil, necesita primero especializarse en una ingeniería, obtener como mínimo 3 años de experiencia en dicho campo, tener ciudadanía estadounidense y por último, pero no menos importante, debe manejar el inglés como cosa de todos los días.

Suena poco, pero detrás de todo eso hay muchísimo tiempo, esfuerzos y por supuesto, dinero invertidos.

Una meta que para muchos es objeto de burla, pues realmente suena como algo completamente imposible, pero no para él. Para él, "lo imposible" es solo una excusa utilizada por el ser humano para no dar todo de sí.

Por esa razón, él estudiaba como nunca, sabía que para poder acceder a la universidad que avala lo que él necesita, debe hacerlo con una beca. El costo es altísimo, así que no puede darse el lujo de flaquear, en ningún momento.

Es una lástima que en su vida aparecieran 5 chicas que causarían muchísimos problemas y contratiempos.

Mientras estaba perdido en sus pensamientos, una chica se sentó en la misma mesa que él. El sonido de la bandeja de metal chocando contra la mesa lo sacó de donde fuera que estuviera, causando que él alzara la mirada y viera a la chica frente a él.

Ella estaba bastante ruborizada, su semblante sin embargo era otro cantar, se miraba muy seria.

-Disculpa... lamento hacer esto... pe-pero... ya no hay asientos disponibles en esta área. ¿Puedo quedarme aquí?- dijo con la respiración entrecortada.

-¿Se oye cansada? Debe haber estado llevando esa bandeja a mil y un lados buscando espacio. ¿De verdad ya no hay espacio? No me lo creo en absoluto... pero ya casi termino, puedo apurarme y dejarle este espacio.- pensó el chico.

-Bien, de igual forma ya casi estoy por terminar, así que haz como gustes.- dijo seriamente el chico, causando que la chica asintiera levemente.

Ella se sentó y estiró levemente su brazo derecho, el chico no lo sabía, pero la razón de su cansancio era un problema por su brazo, no era que estuviera cansada, estaba lastimada y le dolía estar cargando la bandeja de un lado a otro. Por supuesto, que llevara una gran cantidad de comida no ayudaba en absoluto.

-¡Itadakimasu!- dijo mientras juntaba las manos con tranquilidad.

El chico veía de reojo a la chica, ella portaba unos  pendientes a su parecer muy bonitos, era irónico para él, pues eran pendientes con forma de estrellas.

-Tienes unos pendientes muy bellos, te quedan muy bien.- dijo sin más.

La chica quedó como piedra en ese momento, ese comentario la agarró totalmente desubicada, no lo esperaba para nada.

-¿Qué-qué? ¿A qué viene eso tan de repente?- dijo algo alterada la chica.

-Es lo que pienso, lamento haberte incomodado.- mencionó el chico.

Ella, ruborizada, bajó la mirada, se sentía muy avergonzada, pues aunque fuera un cumplido en cierto punto patético, tocó su corazón.

-No-no... gracias...- dijo ella.

-Por cierto, deberías revisar bien tu brazo, tiembla ligeramente y eso no es normal.- dijo el chico. -Buen provecho.- dijo para luego retirarse.

La chica agradeció y lo vio irse. Pero cuando volteó su mirada a donde él estaba sentado con anterioridad, vio que el chico había dejado unas hojas. Ella con curiosidad se acercó y las tomó, cuando las abrió sintió que su mandíbula llegaba casi que hasta el suelo debido a la impresión.

-¡¿100 puntos en todos los exámenes?! ¿Eso siquiera es posible?- preguntó alterada hacia la nada.

Tras revisar el examen, notó que era uno bastante complicado, varios de los problemas eran cosas que a ella se le complicaban mucho.

-Fuutarou Uesugi... esto es... interesante. ¿Debería pedirle ayuda? No lo sé...- se preguntó la chica.

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-Mi nombre es Itsuki Nakano, espero que nos llevemos bien.- dijo la chica mientras hacía una reverencia.

-Interesante...- dijo el peliazul, al ver que la misma chica del receso estaba en la misma clase que él.

Ella caminó y se sentó al lado del peliazul, este la volteó a ver y ella le regaló una sonrisa. El chico sonrió de vuelta.

Las clases pasaron sin pena ni gloria, los chicos no se dirigieron la palabra en absoluto en todo el día, hasta que llegó la hora de salida.

Fuutarou estaba saliendo de la escuela, cuando sintió que alguien tocaba su hombro. El chico se volteó y vio a la misma chica de la mañana.

-Ho-hola...- dijo ella con timidez.

-Hola Nakano-san. ¿Puedo ayudarte con algo?- preguntó el chico.

-Primero, quiero devolverte tus exámenes.- dijo mientras se los entregaba.

-Que descuidado de mi parte, gracias.- dijo mientras los guardaba.

-Bueno... es que... me gustaría pedirte algo...- dijo ella. -Quisiera saber... si... ¿podrías ayudarme con mis estudios? Realmente no es que me agrade pedirte esto, pero realmente necesito la ayuda.- dijo ella.

-¿Y qué gano a cambio de ayudarte?- respondió. No lo dijo con malas intenciones, simplemente tenía curiosidad y ver si conseguía algo de provecho. A pesar de que pareciera alguien simpática y bella, el chico no estaba dispuesto a "trabajar" de a gratis.

-Bueno... por supuesto que... podría pagarte algo, claro si me ayudas.- dijo ella.

-No me da seguridad. Siento que... al final me terminará pagando menos de lo que me diga... creo que mejor no tomo el riesgo, puede que me salga el tiro por la culata.- pensó el chico.

-Creo... que primero debería hacerte una especie de prueba... quiero saber si vale la pena enseñarte o no.- dijo el chico.

Itsuki obviamente se molestó, malinterpretó las intenciones del chico completamente.

-¿Sabes qué? Olvídalo, no quiero que pierdas tu tiempo viendo si vale o no la pena enseñarle a alguien como yo.- dijo mientras se daba la vuelta.

-Es-espera Nakano-san. Creo que no entendiste bien...- dijo él.

-Créeme, lo tengo muy claro. No te preocupes, estudiaré por mi cuenta.- dijo ella mientras sonreía falsamente.

Ella se fue de ese lugar tan rápido como pudo. El chico no tuvo de otra, se dirigió de regreso a su casa, aún analizando todo lo que había pasado.

-¿Por qué se habrá molestado? No lo entiendo... solo buscaba estar seguro de que gastar tiempo en ella valiera...oh... creo que ya sé por qué se molestó. - dijo para sí mismo mientras colocaba su mano en su rostro.

Siguió caminando hasta que llegó a su hogar. Al entrar, vio a su padre en el comedor hablando con una mujer que él no conocía.

-Ya llegué.- dijo el peliazul, llamando así la atención de los adultos.

-Bienvenido a casa Fuutarou, ¿qué tal tu día?- dijo el rubio.

-Bien supongo, ¿donde está mamá?- preguntó el chico.

-Salió con tu hermana a comprar unas cosas. Ahem... quiero presentarte a una vieja amiga.- dijo mientras miraba a la mujer.

Ella se levantó y caminó hasta donde estaba el chico, ella era ligeramente más alta que él, el chico sintió por un momento incluso que le faltaba el aire, la presencia de esa mujer era poderosa.

-Un gusto Fuutarou Uesugi, mi nombre es Rena, Rena Nakano.- dijo ella mientras sonreía.

-¿Nakano dice? Esto es increíble...- dijo el chico.

-Oh vaya, parece que mi apellido te resulta familiar, ¿puedo preguntar el por qué?- preguntó ella.

-Bueno... hoy conocí a una chica con ese mismo apellido, su nombre es Itsuki Nakano.- dijo el peliazul.

-Así que conociste a mi hija... bueno, supongo que esto hará las cosas mucho más fáciles para mí.- dijo ella mientras juntaba sus manos.

-¿Viejo?- preguntó viendo a Isanari.

-Ella vino a buscarte porque quiere que seas el tutor de sus hijas. Debo decir que el precio es muy muy bueno, ayudará bastante con tu sueño.- dijo el hombre.

-No menciones eso frente a otras personas, sabes bien que odio eso.- dijo el peliazul.

-¿Cuál es tu sueño?- preguntó intrigada la mujer.

-Es... algo sin importancia.- dijo sin más. -En cuanto a la oferta... supongo que está bien, si el viejo dice que es suficiente, supongo que valdrá la pena intentarlo.- dijo el chico.

Aunque creyera firmemente que su sueño no era imposible de alcanzar, el chico no sentía agrado cuando otras personas se enteraban de dicho sueño, las pocas veces que lo reveló fueron suficientes como para dejarle en claro que siempre se burlarían de algo como eso.

-¡Me alegra mucho escuchar eso! Espero muchas cosas de ti.- dijo ella.

-Es la primera persona fuera de mi familia que espera algo de mí... no le fallaré.- dijo mientras hacía una reverencia.

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Fuutarou estaba en la escuela ya, el chico estaba un poco nervioso, tenía que enfrentar de nuevo a Itsuki Nakano, aunque esta vez sería para disculparse y pedir que empiecen desde cero.

Él estuvo cerca de la entrada, esperando por la llegada de la chica y vaya sorpresa que se llevó cuando vio a 5... ¿Itsukis?

-Espera espera espera...- dijo para sí mismo. Su cerebro ya estaba haciendo mil y un maquinaciones, llegando rápidamente a la conclusión que no le agradaba del todo.

-Cuando acepté este trabajo... y Rena-san mencionó hijas... pensé que eran 2... no que eran quintillizas... ah maldita sea mi suerte. ¿Cómo es que se le olvidó decirme ese gran detalle? Más importante aún... ¿cómo es que olvidé preguntarle?- dijo el chico. -Esto no será nada eficiente...- dijo el chico.

Hubo cierto momento en el que sus miradas se cruzaron. Ambos sentían cierto rechazo hacia el otro, Fuutarou porque sabía que sería un trabajo demasiado complicado e Itsuki porque sentía que él había herido su orgullo.

-Na-Nakano-san, espera.- dijo él mientras se acercaba a las chicas.

Aunque claro, esto solo provocó que las cinco voltearan a verlo. Una de ellas lo vio con una sonrisa un tanto burlona, otra lo vio como si sintiera asco de él, otra lo vio ligeramente y luego apartó la mirada, otra lo vio simplemente con curiosidad y la última simplemente no volteó a verlo.

-Ara-ara... ¿tan rápido nos hicimos conocidas?- dijo la primera.

-Fuera de aquí, me das asco.- mencionó la segunda.

-¿Qué quieres?- dijo la tercera.

-¡Hola! ¡Mucho gusto! Soy Yotsuba, ¿y tú?- dijo la cuarta.

-Esto...- dijo el chico, se había metido en un pequeño lío, pues revisando todo lo que había pasado, la única imagen que él daba era la de un acosador. -Debo pensar bien qué dire... seré el tutor de ellas, así que no puedo arriesgarme a complicar todo aún más desde el principio.- pensó.

-Asumo que si nos conoces... debe ser por Itsuki, ¿lo conoces querida?- dijo la que había hablado de primero.

-Sí-sí... justo con ella quiero hablar.- dijo el peliazul.

Ella lo volteó a ver y el chico pudo sentir todo lo que ella emanaba en ese momento, rechazo total hacia él.

-No lo conozco.- dijo mientras comenzaba a alejarse.

-Pero...- dijo el chico.

-Ya la escuchaste rarito. Aléjate de ella y de nosotras.- mencionó una de las chicas, acto seguido se dio la vuelta y golpeó al chico con su mochila al hacer esto. -Uy... lo siento.- dijo sarcásticamente.

El peliazul se sobó el lugar donde le habían golpeado, el golpe era evidente, la chica hizo algo de fuerza y al parecer fue un libro lo que impactó con el chico.

Esto fue notado por Itsuki, quien no pudo ocultar su preocupación regañando a Nino. Es cierto que el chico no le agradaba para nada en esos momentos, pero tampoco iba a permitir que Nino le hiciera algo como eso.

-Tampoco era necesario ese golpe Nino. Discúlpate.- dijo con seriedad.

Nino se asustó ligeramente, cuando Itsuki se ponía seria le recordaba mucho a su mamá, por lo que no dudó en hacerle caso.

-Tsk, lo siento.- dijo sin más.

-No importa... esto no tiene importancia. Realmente necesito disculparme por mis palabras ayer.- dijo el chico.

-Que te defienda de algo injustificado a que simplemente diga que todo está resuelto son cosas completamente diferentes. Está bien, te perdono, pero que quede claro que no te pediré ayuda nunca más. Ahora si me disculpas, tengo que ir a clases.- dijo ella mientras se alejaba.

-Maldita sea... lo arruiné.- dijo el chico.

-Ánimo chico que no conozco, Itsuki es una chica de carácter duro, pero seguro que podrás arreglar... lo que sea que hayas dicho.- dijo una pelinaranja mientras sonreía.

El chico únicamente bajó la mirada, sabía que ahora todo se iba a complicar muchisimo más, Itsuki se iba a negar a aceptar su ayuda, la otra chica parece que ya lo odia y las otras dos probablemente también se pongan del lado de Itsuki sin siquiera escucharlo.

Y así, el dia transcurrió sin nada más relevante, al menos hasta que llegó la hora de salida. Fuutarou estaba en la entrada, salió lo más rápido que pudo y esperó por las quintillizas.

-Bien... el futuro de mi familia depende de esto... si quiero que mamá, Raiha y el viejo tengan lo que merecen, entonces no debo fallar ahora.- dijo para sí mismo.

La espera tuvo resultados, pues él pudo ver que las chicas venían juntas. Rápidamente se acercó a ellas, aunque obviamente, 3 chicas lo vieron con ojos nada amistosos.

-¿Hasta esto llegas? Esto es el maldito colmo, Miku, llama a la policía.- dijo una de ellas, la chica que tenía adornos de mariposa.

La chica, que ahora se reveló como Miku, sacó su celular y marcó el número.

-¿Acaso tu afición es acosar chicas de preparatoria por la calle?- dijo mientras miraba seriamente al peliazul.

-¡Se equivocan! Tengo una razón, créanme que no lo haría si no fuera necesario.- dijo el chico nervioso, pues sentía que en cualquier momento todo se saldría de control.

-Escuchémoslo. Es un patán, es grosero... pero no parece un mentiroso.- dijo Itsuki.

-Escuchen... a partir de hoy... yo, Fuutarou Uesugi, seré su tutor.-

Un silencio incómodo se apoderó del lugar, el peliazul tuvo cierto temor por la reacción de las chicas, pues parecía que habían visto a la muerte en persona.

-Es-espera un momento. ¿Tutor?- dijo la chica de adornos de mariposa.

-Exactamente...- dijo el chico.

-¿Qué tan bajo caíste como para llegar a mentir así? Mamá nunca contrataría un tutor para nosotras.- dijo ella confiada.

-De hecho, fue su mamá quien me buscó para poder instruirlas. Ella sabe que mi historial académico es impecable y por alguna razón, creo que confía en que no fallaré.- dijo el chico.

-Heh... creo que Nino tiene razón, mamá no mencionó nada de eso. Pero si tanto quieres hablar con Itsuki, tu Onee-san Ichika te ayudará.- dijo ella mientras reía ligeramente.

-¿Eh? ¿Y qué te hace pensar que yo quiero hablarle?- preguntó Itsuki algo molesta.

De pronto, el celular de Ichika comenzó a sonar, la chica lo sacó rápidamente y vio que era su mamá. Ella se puso nerviosa por un momento, pues era su mamá, ¿quién no se pone nervioso cuando lo llama su querida y santa madre?

-No puede ser una simple coincidencia...- dijo para luego contestar. -¿Hola?- dijo la chica.

-¡Hija! ¿Cómo están?- preguntó amablemente la mujer.

-Pu-pues bien, aunque estamos ocupadas con... cierto asunto. ¿Podría devolverte la llamada en unos minutos?- preguntó ella.

-Descuida, no tomaré mucho de tu tiempo. Verás, quiero que le digas a tus hermanas que hoy llegará un chico de más o menos su edad. Itsuki seguramente lo conoce, se llama Fuutarou Uesugi y él será su tutor de hoy en adelante.-

El silencio que se formó fue uno bastante incómodo, Ichika vio de reojo al chico, él no mentía después de todo. Inconscientemente, no pudo evitar sentirse un poco mal por no haberle creído, aunque tampoco podía culparse, era extraño el como todo estaba pasando.

-¿Es en serio mamá...? Es cierto que estamos mal... pe-pero creo que es innecesario otro tutor, ya hemos tenido más que suficiente con los anteriores.- dijo ella de manera nerviosa.

-Ya lo hablamos con su padre, les guste o no, esto no terminará hasta que obtengan buenas notas. ¿No quieren tutor? Está bien, no les conseguiremos uno, pero hasta que ganen todas sus asignaturas. Escucha Ichika, entiendo que no les agrade la idea de que un extraño invada su hogar y les enseñe, pero esto es por su futuro, por su propio bien. ¿Puedes apoyarme esta vez? ¿Puedo contar contigo?- preguntó ella.

-Yo... está bien, haré lo que me pides mamá.- respondió ella con algo de desgano.

-Gracias querida, las veré más tarde. Las quiero.- dijo la mujer.

-Nosotras también mamá.- dijo para luego colgar.

Luego de eso ella regresó con sus hermanas, que aún seguían reacias a entablar conversación con Fuutarou.

-Chicas, tengo algo que decirles.- dijo ella sin muchos ánimos.

-Será luego Ichika, primero debemos deshacernos de este acosador. Quién sabe lo que quiere hacerle a Itsuki.- dijo Nino cruzando los brazos.

-De eso quiero hablarles, escuchen... hablé con mamá y dijo que él es nuestro nuevo tutor.- dijo con vergüenza.

-¿Eh?- dijeron todas menos Yotsuba.

-Así que... Fuutarou-kun... te debemos una disculpa.- dijo ella mientras se inclinaba ligeramente.

-Imaginaba esto de otra manera...- pensó el peliazul.

-¡Será un gusto trabajar contigo Uesugi-san!- dijo Yotsuba de manera animada.

-Maldita sea...- dijo Nino con molestia, aunque ella lo había aceptado ya, pues sabía que lo que su madre decía era irrefutable.

-Espero que no me decepciones.- dijo Miku con mucha seriedad.

Luego de eso, las miradas se enfocaron en Itsuki, quién aún parecía molesta.

-¡No me importa lo que mamá haya dicho! Me niego a aceptarte como tutor.- dijo ella mientras se daba la vuelta.

-Pero... Itsuki...- dijo Fuutarou.

-Sin peros, yo te lo dije ya Uesugi-kun, te perdono, pero ahora que sé la clase de persona que eres... me niego completamente a trabajar contigo, no me importa como me castiguen, no dejaré que me enseñes.- dijo mientras comenzaba a caminar.

Fuutarou únicamente se dio un golpe en el rostro, sabía que lo había arruinado.

-Esto... Fuutarou-kun...- dijo Ichika.

-¿Si... Yotsuba?-

-¡No! Yo soy Yotsuba, recuerda al listón y estarás bien.- dijo Yotsuba mientras señalaba su listón.

-Soy Ichika, Fuutarou-kun.- dijo mientras reía nerviosamente.

-Lo siento... es complicado, pero las llamo por sus nombres porque de nada me sirve el apellido. En fin, ¿qué necesitas?- dijo el chico.

-Exactamente... ¿qué fue lo que le dijiste a Itsuki? Nunca la habia visto así de reacia a recibir ayuda. Es cierto que la mayor cantidad de las veces la rechaza... pero no con tanta... ira.- dijo ella.

-Honestamente... ni siquiera yo sé qué fue lo que pasó. No importa... me esforzaré por hacerla cambiar de opinión... Rena-san me contrató por algo y no fallaré, con ninguna de ustedes.- dijo con determinación.

-Suerte con eso Fuutarou-kun/Uesugi-san.- dijeron Ichika y Yotsuba respecitvamente.

-¿Por qué suerte?- pensó el chico.

-Solo creemos que la necesitarás.- dijeron mientras reían.

Por otro lado, la pelirroja caminaba bastante molesta, ¿por qué se suponía que debía aceptarlo como si nada? Estaba dispuesta a ir a hablar con su mamá y arreglar el asunto.

-No aceptaré ayuda de alguien como él... nunca lo haré.- dijo molesta.

~~~

Su similitud fue lo que los unió, eran tan parecidos que cuando se cruzaron todo colapsó.

Esa fue una colisión de astros, una colisión estelar.

Pero lo que no sabían, es que la lección apenas había empezado, una lección sobre la vida y el amor.

La lección número cinco.

~~~
Próximo capítulo: ¿Aceptarte? Jamás.

¡Nueva historia! Y sí, esta estará enfocada en mi quinti favorita. ¿Por qué otra de Itsuki si ya hice una?
La pregunta es, ¿por qué no?

Esta idea salió mientras escribía el primer capítulo de una historia de Miku, así que aquí lo tienen. No sé ni por qué se me ocurrió a medias, pero weno.

Algunos puntos a aclarar, como pudieron leer, tanto Rena, como la madre de Fuutarou, de la cual aún no sé que nombre ponerle :vvv, están vivas.

Realmente, me interesa mucho saber cómo lograré desarrollar esto con esos factores tan importantes en el juego.

Por ahora, no diré más, creo que ya es mucho texto xd.

Espero que les haya gustado el capítulo, saben que siempre acepto sus críticas, siempre y cuando sean respetuosas :)

Fin de la transmisión.

-Writer_Bryan.

(Esa combinación seria peligrosa, literal cocina algo y se lo come en chinga xD).

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