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2

"¿Azul o rojo?"

"Rojo."

"Picante o dulce?"

"Picante."

"¿Explorar el fondo del mar o el espacio?"

"Espacio."

"Woah, ¿en serio?" Athrun alzó la mirada cuando la décimo quinta pregunta de 'qué prefieres' fue respondida sin ningún atisbo de duda.

Un par de semanas más o menos habían pasado desde el incidente en las escaleras y, desde entonces, Kira había estado arrastrando a Cagalli con él para que comiera en los recesos con ellos.

Según él, al principio se había negado rotundamente, pero ahora era ella quien los esperaba en la azotea si no hacía tanto frío ni llovía.

Cagalli frunció el entrecejo.

"Claro, el fondo del mar es aterrador," replicó antes de cambiar de posición y apoyarse en una de sus manos, para mover la otra como si lo que dijera fuera bastante obvio. "Y el espacio es tranquilo y silencioso."

No era como si no concordase con ella. De hecho, él también escogería el espacio en lugar del océano, pero...

"¿No sería solitario?" preguntó de pronto.

Cagalli inclinó la cabeza, como si no entendiera a lo que se refería. Pero entonces una sonrisa, no exactamente feliz, apareció en sus labios y se inclinó ligeramente hacia adelante.

"Entonces," ella dijo. "¿Preferirías dejar todo atrás e ir conmigo, o dejarme ir?"

Athrun tragó saliva, olvidando cómo hablar repentinamente cuando sus ojos se cruzaron con los de Cagalli. Ella tenía una manera particular de mirar directamente a los ojos cuando hablaba, como si quisiera averiguar lo que realmente estaba pensando.

Y lo que estaba pensando se había desviado de 'ir con ella o no' a 'a solas con Cagalli'.

No era un secreto para nadie que había desarrollado cierto interés en la hermana de Kira desde que hablaron bajo la lluvia.

Sus ojos se encontrarían con los de ella más seguido de lo planeado, estaría pensando en ella sin darse cuenta y sin saberlo la estaría buscando con la mirada.

Pero, ¿estaría dispuesto a dejarlo todo por ella?

Entonces ella rió echándose hacia atrás.

"No te lo tomes tan en serio," le dijo para posteriormente mirar hacia el lado contrario, precisamente hacia el patio de la escuela.

¡Entonces no preguntes cosas así!, abrió la boca para decir, pero en su lugar se calló y buscó su botella de agua para tomar un sorbo.

Ahí estaba otra vez, esa expresión en su rostro.

Athrun exhaló.

No había sido difícil lograr que Cagalli se adaptara al grupo y que todos se acostumbraran a ella.

Soportaba el carácter de Shinn, bromeaba con Dearka, se llevaba bien con las hermanas y prácticamente había adoptado a Nicol como otro hermano.

En su caso, Athrun se encontraba totalmente relajado cuando estaba a solas con ella. Quizá era un talento de la familia Hibiki, pero estar con ella era diferente de estar con Kira. Kira era su mejor amigo, Cagalli era...

Athrun se aclaró la garganta. Todavía no podía responder a eso. Era su amiga, sí, pero era distinto de Lunamaria y Meyrin.

A veces parecía que Cagalli lo conocía mucho más de lo que se daba crédito. ¿O quizá era que lo entendía mejor que nadie?

Sin embargo, aún cuando reía con ellos -con él -y notoriamente disfrutaba estar a su lado, Athrun no podía evitar sentir que todavía se aislaba y formaba una barrera con ellos.

Cagalli era una chica solitaria.

Al principio se lo había atribuido a que tal vez no tenía amigos. Las veces que la había visto estaba completamente sola. Incluso cuando hablaron bajo la lluvia lo estaba.

Pero ahora, simplemente se sentía de ese modo-

Entonces sintió un toque frío en su nariz, lo que lo hizo saltar.

Cagalli rió un poco. Sus manos estaban heladas y lo sabía.

"¿Lacus Clyne o Meer Campbell?" preguntó de pronto.

Athrun parpadeó.

"¿Eh?"

"¿Preferirías escuchar a Lacus Clyne toda tu vida o a Meer-?"

"Meer Campbell."

Esta vez fue el turno de Cagalli de parpadear confundida e inclinó la cabeza hacia un lado. Por supuesto que lo estaría. Ambas cantantes eran totalmente opuestas.

Así que Athrun se vio obligado a explicar.

"Tu hermano habla todo el día de Lacus y sus canciones. Yo lo siento, pero escuchar todos los días a Lacus y de Lacus ya es una realidad."

La sonrisa de Cagalli no tardó en aparecer.

"Tienes tanta razón."

Athrun le devolvió la sonrisa. Cagalli se encogió de hombros. Él no entendía cómo alguien como ella, que podría iluminar a toda una manzana con su radiante sonrisa y ardiente mirada, podía verse tan melancólica de vez en cuando.

Se preguntó qué podría hacer para mantener esa sonrisa.

"Entonces, ¿preferirías...?"

~°~

"Tu hermana y Athrun se llevan bastante bien," comentó Nicol cuando oyeron las risas desde las escaleras. Sus ojos castaños se dirigieron a Kira, pero no esperó verlo tan...

Serio.

Nicol bajó las escaleras que había subido cuando Kira se detuvo. Por ahora solo estaban ellos dos, ya que Meyrin se había enfermado y Lunamaria se había quedado en casa para cuidar de ella, mientras que Shinn estaba ocupado con la tarea de matemáticas que olvidó hacer.

"¿Estás bien, Kira?" preguntó.

Kira abrió la boca para decir que sí, pero antes de que pudiera hacerlo, la voz de alguien resonó entre los muros.

"Me ausento por dos días, ¿y Zala se ha enamorado de la marginada de la clase?"

"No fueron dos días Yzak, fueron dos semanas," contestó Dearka.

"Lo que sea."

Ninguno de los estaba realmente gritando, pero sus voces eran naturalmente más fuertes -o sería quizá por la energía de ambos -que la del resto.

La risa de Dearka fue la más escandalosa, mientras que las quejas de Yzak no tardaron en llegar. Sin embargo, los dos se detuvieron apenas los vieron a él y Nicol en el último descanso de las escaleras justo antes de llegar a la azotea.

"¿Sucede algo?" preguntó Yzak.

Una vez más se oyó la risa de Cagalli mientras Athrun decía algo inentendible, probablemente lo estaba molestando y él, sin éxito, intentaba protestar.

"Hm, esos dos ya deberían empezar a salir," comentó Dearka sin pensar.

Nicol se encogió de hombros y volvió la mirada a Kira cuando lo buscaron por alguna respuesta, lo que por consecuencia hizo que Yzak y Dearka también lo miraran.

Kira se mantuvo observando hacia la puerta de la azotea por un rato más. Por lo menos hasta que sintió que alguien le palmeaba la espalda con fuerza.

Casi se cae hacia adelante. Su equilibrio viéndose afectado por su falta de concentración.

La gran sonrisa de Dearka lo confundió.

"No dejará de ser tu hermana, sabes."

Nicol rió e Yzak exhaló, ambos empezando a dirigirse hacia la azotea. Kira sintió que sus mejillas se calentaban.

"¡N-No es eso!"

Y aunque sus amigos lo ignoraron, realmente no lo era.

Kira exhaló.

Siempre había considerado que él y Cagalli estaban bastante unidos. No sólo como hermanos, sino también como amigos.

Ella era su confidente y él se esforzaba por ser su apoyo. Aunque siempre decía que él era el mayor biológicamente, en cuanto a personalidad se refería, Cagalli siempre había sido la líder.

Cuando eran niños, ella era la escandalosa y llamativa. Lo ayudaba a hacer amigos y le daba el valor que necesitaba cuando estaba asustado. No importaba si algo salía mal, ella siempre le sonreía orgullosa de su esfuerzo.

Sin embargo, tras aquel accidente en las escaleras, simplemente había cambiado. Casi como si fuera otra persona o como si de pronto viera las cosas de otro modo. Sus sonrisas habían cambiado por miradas llenas de pensamientos. Pensamientos que él no podía descifrar, lo que lo confundía y frustraba -siempre habían sido capaces de comprender perfectamente al otro.

No sólo él lo notó. Incluso sus padres preguntaron a los doctores si podría ser alguna secuela -su alegre hija ahora era sombría-, pero los exámenes mostraban que ella estaba bien. No había nada físico, por lo tanto, ¿quizá era algo psicológico? El haber estado cerca a la muerte, ¿la había hecho recapacitar sobre su actitud muchas veces imprudente?

Kira siempre lo había dudado.

No sólo lo que ella pensaba, toda Cagalli se había vuelto indescifrable para él. Podía sonreír brillantemente, pero él sabía -sentía -que algo la estaba afectando.

Y, sin embargo, ella nunca le dijo el qué.

Aún cuando muchas veces la encontró encerrada en su habitación, hecha un ovillo, abrazando sus rodillas y cerrando los ojos con fuerza, como si alguna pesadilla la atormentara o un recuerdo la comiera viva, nunca se lo dijo.

Aún cuando muchas veces la encontró mirando por la ventana, hacia otros niños, como si quisiera volver a estar ahí y, sin embargo, sabiendo que no podía, nunca se lo dijo.

Cagalli siempre había sido la gemela fuerte, después de todo.

Por eso, cuando Athrun le contó sobre aquel evento bajo la lluvia. Cuando dijo que la vio llorando, Kira lo supo.

Supo que lo que sea contra lo que ella estuviera luchando, la estaba venciendo. Pero no importaba cuántas veces preguntara, Cagalli no le diría nada.

Kira se acercó al asiento de Athrun, que quedaba a dos filas de donde él estaba. La mayoría de sus compañeros de clases habían salido pronto, ya que los exámenes se acercaban y probablemente estaban asistiendo a clases de refuerzo.

Athrun, que no lo necesitaba, lo miró con confusión cuando se detuvo a su lado.

"Athrun, ¿podemos hablar?" le preguntó.

"Um, ¿claro?" contestó para posteriormente levantarse.

Normalmente no habría una pregunta de por medio. Eran amigos. Hablaban siempre que podían y casi nunca eran tan serios.

Pero la mirada de Kira le decía que lo que quería decirle era importante.

Era importante. Definitivamente. Si no Kira no habría pasado días pensando en si entrometerse estaba bien o no.

Athrun se mantuvo observando la espalda de Kira mientras caminaban. Siguieron el mismo camino que siempre tomaban, solo que en vez de bajar las escaleras, subieron.

Ambos se detuvieron en el descanso, todavía en silencio.

"¿Kira-?"

"¿Te gusta mi hermana?" lo interrumpió cuando iba a preguntar acerca de la razón de su seriedad.

Athrun casi se atraganta con su propia saliva.

Había sido bastante directo.

"¿Gustar?" repitió. "Bueno, me agrada y-"

"No, el otro tipo de gustar."

"¿Otro tipo?" intentó fingir ignorancia, pero la mirada seria de Kira no cambió. Athrun tragó saliva y desvió la mirada. "¿Cómo se supone que responda a eso?" quiso saber.

Apenas habían pasado unas semanas desde que empezó a hablar con Cagalli. Amaba pasar el rato con ella, pero ¿salir con ella? Sería mentira decir que nunca lo había pensado. Quizá a ver una película o a pasear por un parque temático. Pero no quería incomodarla. No quería alejarla cuando al menos podía hablar con ella normalmente.

Y entonces Kira volvió a hablar.

"Cuando está contigo," dijo. "Parece que vuelve a ser la de antes."

Athrun parpadeó.

"¿Eh?"

"Ella ríe contigo. Ríe de verdad y relaja los hombros. No se comporta como si todos la estuvieran observando. Ella-" Kira lo miró a los ojos. A diferencia de Cagalli, los de él no eran retadores, sino más bien apelantes. "Sé que lo has notado tú también."

Kira le estaba hablando en otro idioma. Eso debía ser porque Athrun no estaba entendiendo nada de lo que decía. Cagalli reía con los demás también.

¿O no lo hacía?

"Bueno, a veces parece que está totalmente sola," comentó en voz baja recordando la vez que hablaron en la azotea.

Kira asintió lentamente, sin dejar de mirarlo a la cara.

"Así que, quiero saber," dijo dando un paso hacia adelante, sin bajar la mirada. "Athrun, ¿qué eres para mi hermana?"

Athrun, pese a la seriedad, sonrió.

"¿No es eso algo que ella debe responder?" preguntó.

Pero Kira sólo suspiró.

"Entonces cambiaré la pregunta: ¿qué quieres ser para mi hermana?" volvió a alejarse y se acomodó la mochila en el hombro. Para entonces, Athrun había dejado de sonreír para pensar en una respuesta, pero Kira no le dejó decirla. "No planeo prohibirte algo Athrun," le dijo. "Pero sí planeo advertirte."

Kira pasó a su lado en ese momento para bajar otra vez las escaleras. No lo miró cuando continuó:

"Si quieres ser algo para Cagalli, entonces más te vale no dejarla sola."

Porque Kira sabía.

Sabía que si Athrun, que había logrado abrir de nuevo el corazón de su hermana tanto para él como para otras personas -aún cuando él, su propio gemelo no había podido-, la dejaba, Cagalli no podría soportarlo.

Y Kira no estaba dispuesto a dejar que su hermana, que empezaba a brillar otra vez, volviera a esa etapa sombría y solitaria de su vida. No, si podía evitarlo.

Athrun observó a Kira irse y se quedó solo con sus pensamientos, dándole vueltas a la pregunta hecha por su amigo.

Le gustaba Cagalli. Quizá más de lo que estaba dispuesto a admitir.

Pero...

Apretó los labios.

¿Preferirías dejar todo atrás e ir conmigo, o dejarme ir?

Todavía no sabía cuál era la respuesta correcta. No sabía si había una para empezar.

De lo único que estaba seguro era que quería que ella siguiera sonriendo.

~°~

Si las cosas habían estado mejorando, si había dejado de pensar en el pasado más que en el presente, Cagalli no se dio cuenta hasta que estuvo sentada al lado de Yzak en uno de los buses que llevaría a todo su año hacia el mismo lugar.

Onogoro.

Se removió incómoda mientras la profesora daba algunas indicaciones. A dónde irían primero, a quién contactar si se separaban del grupo principal y cosas por el estilo.

Cagalli no prestó atención.

"Si vas a vomitar, no te atrevas a hacerlo sobre mí," le dijo Yzak una vez la vio. Probablemente estaba pálida y ojerosa, literalmente no había dormido ni un poco y dudaba que pudiera hacerlo durante el trayecto.

Una parte de ella estaba asustada, la otra emocionada.

Le sonrió como pudo y respondió:

"Lo tendré en cuenta."

Había estado reacia a ir. Incluso pensó en fingir que estaba enferma, pero no quería preocupar a su familia. Su madre estaba feliz de escuchar a Kira hablar de lo muy bien que Cagalli ahora se llevaba con sus amigos. Incluso su padre, que normalmente era un poco reservado respecto al dinero, le había ofrecido comprarle lo que creyera necesario.

Y así, no pudo rechazarlo.

Cagalli exhaló. Sería más fácil si Athrun o Kira estuvieran con ella, pero habían sido divididos por sección y, curiosamente, ella e Yzak estaban en el mismo salón.

Como sea, aunque Cagalli decidió que lo mejor sería no pensar mucho las cosas, realmente fue inevitable que imágenes del antiguo Onogoro aparecieran en su mente cuando la isla entró en su campo de visión después de unas cuantas horas de viaje.

Hace tiempo, aquel lugar fue devastado por la guerra.

Hoy, se veía hermoso.

Hermoso y diferente.

Cagalli apretó la tela de su pantalón de educación física. Por un lado estaba feliz, Uzumi Nara Athha había luchado mucho por su reino. Cagalli Yula Athha también. Pero por el otro, su corazón se estrujaba. El que alguna vez fue su hogar, ya no era el mismo.

"¿Sucede algo?" le preguntó Athrun una vez bajaron todos de los buses. Yzak se había perdido en la multitud y de alguna forma el chico de cabello azul había llegado a su lado.

Él parecía siempre encontrar la manera de hacerlo últimamente. Lo apreciaba.

Cagalli lo miró y acomodó su mochila sobre su hombro en una manera muy similar a la que lo hacía Kira, pensó Athrun.

"No realmente," le contestó mientras avanzaban detrás del grupo. "¿Qué sucede contigo?"

"¿Hm? ¿Conmigo?" Athrun parpadeó.

"Pareces emocionado."

Ah.

Athrun sonrió.

Reconocer sus sentimientos por Cagalli días atrás había logrado dos cosas: la primera, que Kira siempre lo estuviera vigilando y la segunda, que ahora buscaba pasar todo el tiempo que pudiera con ella.

"Lo descubrirás pronto," le dijo y Cagalli sonrió.

Si Athrun no hubiera estado tan ansioso, probablemente se hubiera dado cuenta que esa no era una sonrisa normal.

Entonces ambos tuvieron que seguir a sus respectivos salones.

Cagalli lo había estado llevando bien.

Lo había estado llevando bien hasta que llegaron al museo de historia. No, incluso dentro del museo había estado bien.

Lo que terminó de romperla fue cuando llegaron a una de las reliquias de la princesa.

Por supuesto, los guías lo pasaron por alto. Históricamente no había obtenido ningún logro. Aquel objeto no había ganado ninguna batalla ni representaba algo para el reino.

Pero para ella... para Cagalli Yula Athha significaba mucho más que eso.

La clase avanzó y ella se quedó atrás. En un pequeño pedestal, rodeado de una caja de vidrio, estaba un colgante.

La piedra de Haumea.

¿Pero cómo?, se preguntó. Su corazón latiendo con fuerza en sus oídos, acercándose ligeramente.

Cagalli Yula Athha había regalado ese colgante. Se lo había dado a Alex la última vez que se vieron... cuando se despidieron.

¿Por qué estaba ahora entre sus pertenencias otra vez?

Entonces leyó la leyenda. El colgante había sido enviado al palacio por un caballero junto a una carta. Era improbable que fuera para el entonces prometido de la princesa.

La carta estaba al lado y en el idioma antiguo, que Cagalli podía leer, decía:

"Para que nuestros caminos vuelvan a cruzarse... Protegeré ese futuro."

Cagalli Yula Athha nunca había recibido esa carta, pero reconocía la letra. La reconocería en donde fuera y cuando fuera.

~°~

Athrun tragó saliva cuando por fin encontró a Cagalli.

El recorrido había terminado y les habían dado un tiempo libre antes de que tuvieran que volver, por lo que él decidió que era el momento para decirle.

Bueno, no se lo diría de frente. Quería pasar el rato con ella, divertirse como normalmente lo hacían y buscar el momento indicado.

Pero sus planes cambiaron completamente cuando la vio casi estática frente a una de las antigüedades menos populares.

Estiró su mano y abrió la boca para llamarla, pero se detuvo cuando vio sus hombros temblar.

No, se detuvo unos segundos antes de eso, cuando la escuchó llamar un nombre.

Un nombre que no era el suyo.

"Alex..."

Las palabras de Dearka sonaron como un eco en su cabeza y el brazo de Athrun cayó silenciosamente al no tener un lugar en el cual posarse.

Su pecho dolió, pero se esforzó por no dejarlo notar.

Athrun se alejó entonces. La persona que Cagalli quería no era él.

Perdió la noción del tiempo mientras paseaba por las playas de Onogoro. Había puesto su celular en silencio. Quería pensar un poco.

Kira se había equivocado. No era él quien cambiaba a Cagalli.

Suspiró.

¿Y qué si a Cagalli le gustaba otra persona? Ellos seguirían siendo amigos. Seguirían saliendo con Kira y los demás.

Nada tenía por qué cambiar.

E incluso con el tiempo él podría superarla. Estaban en preparatoria. Tenían toda una vida por delante..

Intentando convencerse de eso, Athrun volvió hacia el punto de reunión. Era consciente de que se había tardado por unos minutos -una hora en realidad -y que probablemente lo castigarían.

Pero cuando llegó, vio que todo era un lío.

"¡Athrun!"

Athrun volvió hacia la voz de Dearka cuando este lo llamó.

"¿Qué sucede?" preguntó.

Dearka lo miró con incredulidad.

"¡¿Que qué sucede?! ¡Amigo te hemos estado llamando durante toda una hora! Los profesores están como locos y a punto de llamar a la policía."

Athrun parpadeó y se apresuró en seguir a Dearka cuando este hizo una seña con la cabeza.

En el vestíbulo del museo logró visualizar a su tutor del aula hablando por teléfono, a unos cuantos policías haciendo preguntas y a unos cuantos alumnos siendo entrevistados.

"Señor Zala, ¿en donde diablos se había metido?" le preguntó su profesor cuando lo vio.

"Perdón, me entretuve en la playa," contestó.

El profesor le dijo que hablarían de eso luego y dio media vuelta para hablar con un oficial. Athrun frunció el entrecejo. Si seguían ahí, era porque todavía faltaba alguien, ¿no?

Entonces, de entre todas las voces, reconoció la de su mejor amigo.

"Sabía que algo andaba mal hoy, no debí forzarla a venir," Kira dijo con la voz temblorosa.

Una alarma sonó dentro de Athrun y se acercó a él. Dearka pisándole los talones.

"¡Kira!" lo llamó. "¿Qué sucede? ¿Cagalli no ha vuelto todavía?" preguntó cuando supo quién más faltaba.

Kira alzó la mirada, abriendo mucho los ojos, y rápidamente se levantó de donde estaba -hablando con un policía -para acercarse a Athrun.

Athrun no fue capaz de evitar lo que vino después.

Su mejilla izquierda dolió mucho. De un segundo a otro la expresión de Kira había cambiado y él ahora estaba en el suelo. Dearka y alguien más intervinieron antes de que Kira pudiera golpearlo otra vez.

Aún sin poder creer o siquiera entender lo que pasaba, la voz de Kira llegó a sus oídos.

"¡¿Qué quieres decir conque no ha vuelto todavía?!" le gritó. "¡La dejaste, ¿no es así?! ¡Aun cuando te dije que no lo hicieras!"

Athrun se llevó una mano a la mejilla.

"¡Kira, relájate, no es culpa de Athrun!" oyó a Dearka decir mientras hacía fuerza.

"Señor Hibiki," otro de los profesores intervino mientras alguien ayudaba a Athrun a pararse. "No necesitamos un show. Sé que está preocupado por su hermana, pero golpear al señor Zala no solucionará nada."

Pero, contrario a lo que dijo el profesor, solucionó algo. Solucionó la resolución de Athrun.

¿Y qué si a Cagalli le gustaba otra persona?

Athrun se sentó en una silla que encontró y alguien le dio una botella de agua helada para poner en su mejilla.

Se había acobardado y huído. Había hecho exactamente lo que Kira le dijo que no hiciera.

Pero, también había entendido algo.

Así que esperó a dejar de ser el centro de atención. Esperó a Kira enfocara su atención en algo más y se levantó.

Salió discretamente del vestíbulo y se dirigió hacia donde sus pies lo llevaron. Aunque no sabía exactamente hacia dónde era eso, sabía que estaba yendo por el camino correcto mientras esquivaba a algunos oficiales.

Llegó a una parte apartada de la playa, en donde dejaba de ser para turistas y comenzaba a ser una zona protegida.

Se metió entre las palmeras y arbustos y siguió un camino invisible intentando no pensar en los animales que probablemente rondaban los alrededores a esa hora.

Entonces llegó a una especie de acantilado y la vio sentada sobre una enorme roca.

Cagalli abrazaba sus rodillas contra su pecho mientras miraba el cielo que poco a poco se cubría de estrellas. Supo que sabía que estaba ahí cuando hizo una pregunta al aire.

"¿Cómo sabías de este lugar?"

Él respondió:

"¿Cómo sabías tú de este lugar?"

Un lugar pequeño y aislado del resto del mundo, con una bella vista panorámica del mar que se extendía hasta el viejo palacio que ahora era el museo.

"No me creerías aunque te lo dijera."

Athrun se acercó lentamente.

"Pruébame."

Y solo entonces los ojos ámbar de Cagalli se posaron en él.

"En mi vida pasada solía venir mucho aquí," le dijo. "Y tú también."

"¿Vida pasada?" Athrun repitió.

Cagalli le dio una media sonrisa y volvió a mirar al horizonte.

"No te lo tomes tan en serio-"

"¿Alex es parte de esa vida pasada?" la interrumpió y el corazón de Cagalli saltó al oír la mención de ese nombre de los labios de Athrun.

Honestamente, sí le resultaba difícil creerle. Sobre todo si se lo decía de una manera tan abrupta y sin ningún argumento que lo respalde, pero no estaba ahí para cuestionar lo que pasaba por su mente y corazón.

Estaba ahí para darle su respuesta. Así que se acercó a donde ella estaba.

"Iría contigo," le dijo.

Cagalli soltó una risa desanimada antes de tragar saliva. No quería mirarlo. No podía.

"Por supuesto," ella asintió. "Por supuesto que lo harías."

"Cagalli, mírame."

Pero ella agitó la cabeza.

"Por supuesto que lo dejarías todo atrás y vendrías conmigo," continuó sin mirarlo. "Y luego te arrepentirías y me dejarías."

"No pasaría," él replicó.

"¡Si lo haría! ¡Ya ha pasado!"

"Cagalli..."

"¡Alex lo hizo! ¡Tú-!"

"¡Pero yo no soy Alex!" solo entonces, cuando Cagalli sintió que él la tomaba de la mano, ella volteó. Su mirada era determinada y sus ojos se negaban a separarse de los suyos.

Cagalli no supo cómo mantener la mirada.

Y por eso Athrun continuó.

"No sé qué es eso de una vida pasada. No sé quién es Alex y sinceramente no me interesa saberlo," él soltó rápidamente. Quizá porque parecía que en cualquier momento Cagalli huiría. "Pero aunque me arrepienta y te deje, estoy seguro que me volvería a arrepentir y haría lo que fuera para volver a tu lado."

Ella volvió a agitar la cabeza.

"Eso no puede ser cierto."

"Pero lo es. Cagalli, mírame," aunque reacia, Cagalli hizo lo pedido. Sintió cómo su corazón latió fuertemente cuando sus ojos se conectaron.

Aún cuando habían pasado tantos años, seguían viéndola de la misma forma.

"¿Cómo estás tan seguro?" le preguntó con la voz quebrada.

No había forma en que lo estuviera.

Pero Athrun se encogió de hombros y la acercó a él para abrazarla. Fuera cierto o no lo de una vida pasada, la verdad era que lo que sea que fuera había estado atormentando a Cagalli desde hacía muchos años.

"Porque así como tú eres Cagalli Hibiki, yo soy Athrun Zala," le dijo. "Y no podría abandonar a la persona de la que me he enamorado."

Ella parpadeó.

"No podría dejarte ir aunque quisiera, Cagalli Hibiki."

Pero ya lo había hecho antes, ¿qué era diferente ahora? Dijo una voz en su interior.

Cagalli la calló cuando decidió abrazar de regreso a Athrun.

Sabía la respuesta. Probablemente siempre la había sabido.

~°~

Cuando volvieron, los regaños no tardaron en llegar. No sólo de profesores y policías, sino también del mismo Kira que apenas los vio juntos, estuvo a punto de volver a golpear a Athrun en la cara.

Sin embargo, su enojo no duró mucho cuando Cagalli se disculpó en su lugar. Y aunque eso no evitaría el castigo que tendrían que afrontar, por lo menos el caso no había llegado a las noticias y como era más fácil si sus padres no se enteraban, lo más probable sería que la escuela lo manejara todo.

El profesor miró su reloj de muñeca entonces frunciendo el entrecejo. La mayoría de los alumnos ya estaban dentro de los buses, listos para partir.

Era momento de volver.

Cagalli sintió que estaba dejando algo en Onogoro, pero no miró atrás cuando Athrun tomó su mano y entrelazó sus dedos con los de ella. Ninguno estando dispuesto a dejar ir al otro por el momento.

Cagalli sonrió. Debido a que estaban hasta atrás, ni los profesores ni Kira les prestaron atención.

Seguramente lo que estaba dejando atrás era el pasado.

A la princesa Cagalli Yula Athha y su vida.

Porque hoy, así como él era Athrun Zala, ella era Cagalli Hibiki.

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