1
Recordar la vida pasada de uno, para muchos, podría ser una bendición. Tenía una idea de lo que era vivir, de cómo reconocer si alguien era confiable o no, de apreciar la nueva oportunidad que se le daba.
Recordar su vida pasada podría ser una bendición, pero para Cagalli, era una maldición.
Ella tomó aire y terminó de anotar algunos apuntes en su cuaderno. La clase había terminado, pero todavía tenía que quedarse a limpiar el salón.
El día estaba oscuro. Probablemente iba a llover.
Se agachó para recoger su mochila.
A menudo se preguntaba, ¿por qué ella, precisamente? ¿Por qué no darle la oportunidad a alguien que había sufrido en el pasado?
Por supuesto, su vida pasada no había sido color de rosa. Aunque había nacido como la princesa heredera del antiguo reino de Onogoro -hoy perteneciente a Orb -su vida estuvo lejos de ser sencilla cuando se vieron envueltos en la guerra de ZAFT y la Federación del Atlántico.
Decidió comenzar por limpiar la pizarra. Ese día lo tendría que hacer todo sola, porque el compañero que se le había asignado se había reportado enfermo en el segundo periodo.
Ella suspiró.
La princesa Cagalli Yula Athha. Ese había sido el título que le pertenecía en su vida pasada.
Hoy, su nombre era Cagalli Hibiki.
Si era una coincidencia, o el destino que sus padres actuales le pusieran el mismo nombre, bueno, ella no sabría decirlo.
Su celular vibró en el bolsillo de su blazer. Un texto de su padre, Ulen Hibiki, en el que le preguntaba si hoy volvería temprano, apareció en la pantalla.
Una ligera sonrisa apareció en su rostro y rápidamente contestó que volvería tras terminar su deber.
Ella tragó saliva y continuó limpiando.
Cagalli amaba a su familia actual. Tenía a sus padres y un hermano mellizo. Su vida era más amena de lo que lo había sido antes. No tenía que lidiar con un tipo molesto por el bien de su país, no tenía más responsabilidades de las que podía soportar. No tenía que mantener una fachada fuerte ni mostrar una sonrisa para animar a los demás.
Pero...
Ella todavía podía sentir la mano cálida del padre de Cagalli Yula Athha, Uzumi Nara Athha, sobre su cabeza.
Escuchó risas provenientes del pasillo. Un grupo de alumnos del salón del frente estaban jugando entre ellos mientras ayudaban al par que todavía tenía que limpiar.
Una cabellera azul marino destacó cuando comentó que el profesor lo estaba llamando y, cuando él giró, por un fracción de segundo, sus ojos verdes se cruzaron con los de ella.
Cagalli rápidamente volvió la atención a la escoba que tenía en frente y luego, poco a poco, volvió a alzar la mirada hacia donde había estado el alumno más destacado de su escuela.
Athrun Zala.
O como ella lo había conocido en su vida anterior, Alex Dino.
Sin duda, recordar su vida pasada era una maldición.
Sobre todo porque ella era la única atormentada por esos recuerdos.
~°~
Cagalli Yula Athha había estado enamorada, profundamente enamorada, de un caballero. Un caballero que luchó por su reino, que estuvo con ella durante los momentos más difíciles y que no dejó de estar con ella, aunque sea solo en pensamientos, hasta el final.
Cagalli Hibiki podía sentirlo. Lo había sabido desde la primera vez que vio a Athrun Zala durante la ceremonia de inicio.
Sabía que si había una razón por la que recordaba su vida pasada, lo más probable es que fuera él.
Por él, que la había abrazado y besado aún estando en contra de sus posiciones.
Por él, que la había dejado ir por el bien del reino.
Por él, a quien ella había dado por sentado.
Cagalli sintió gotas caer. Sobre su rostro, su cabello, su ropa... ah, está lloviendo, pensó.
Su madre le había sugerido llevar un paraguas, pero el pronóstico del día dijo que sólo estaría nublado y con fuertes vientos, no que prácticamente se caería el cielo.
Pensó en correr, pero, bueno, en ese punto ya estaba completamente empapada. Sería malo si se resbalara, así que no tendría sentido. Quizá volver al interior del edificio sería una opción, al menos a la entrada, pero...
Miró hacia el cielo.
Entonces la lluvia se detuvo y, en su lugar, un paraguas colorido apareció sobre su cabeza.
"Um, no creo que sea bueno que te quedes tanto tiempo bajo la lluvia," le dijo.
Cagalli tragó saliva y volvió la mirada hacia la persona que le estaba hablando. Tenía una sonrisa amable, mas un tanto tímida en el rostro. Desde que la mayor parte del paraguas ahora la cubría a ella, él se estaba mojando también.
Cagalli sintió sus labios temblar. Una memoria brilló en su mente, tan rápido que sólo dejó sentimientos persistentes atrás.
"¿Por qué?" preguntó. Su voz quebrándose. Fácilmente pudo haberla ignorado. Nunca había escuchado que él fuera del tipo buen samaritano.
En esta vida no había nada que los uniera. Él no le debía nada. Ella no tenía derecho a pedirle nada.
Athrun pareció confundido con la pregunta. Sus ojos de color esmeralda, exactamente como los de él, la observaron por unos segundos antes de llevarse su otra mano a la cara y rascarse la mejilla.
"Por qué, dices..." él miró hacia el suelo. Obviamente no había una respuesta. La princesa había hablado por ella. O eso era lo que estaba pensando, hasta que él volvió a hablar. "Yo, uh, sentí que no podía dejarte."
Su sonrisa se mantuvo, mientras que el alma de Cagalli se partía.
Alex...
Athrun...
Podían tener el mismo rostro, la misma amabilidad, la misma capacidad e incluso la misma alma, pero...
Estuvo segura que lo asustó. Su sonrisa desapareció y pareció desconcertado. Claro, cualquiera lo estaría si la persona que tiene en frente de pronto empezaba a llorar.
Alex y Athrun eran...
"Tan distintos."
Athrun era... brillante, por decir lo menos. No era exactamente extrovertido, pero todos lo admiraban. Siempre estaba rodeado de amigos. Seguramente tenía una novia que lo quería y, por sobre todo, él podía sonreír cuando quisiera.
Alex, en cambio, era más melancólico. Cagalli Yula Athha estaba segura que nunca lo había visto sonreír con otras personas que no fueran ella.
Pero era lo normal, ¿o no? Athrun no había experimentado los horrores de la guerra de primera mano. No había perdido a su familia. Alex nunca habría podido llevar una vida tranquila, él sentía que aunque fuera por el reino, jamás podría quitar el polvo de sus zapatos manchados de arena.
Podían tener la misma alma, pero no eran la misma persona.
Y sabiendo que probablemente la princesa dentro de ella, al darse cuenta de ello -al reconocerlo -pronto estaría llorando con todo su corazón, Cagalli huyó.
Después de todo, él no era su Alex.
Pero ella tampoco era Cagalli Yula Athha.
~°~
Comer en la azotea de la escuela estaba prohibido. La puerta casi siempre estaba cerrada con llave y en realidad a veces se perdía más tiempo subiendo hasta ahí que comiendo, pero eso no les importaba. Tenía sus ventajas ser el favorito de los profesores y llevarse bien con los conserjes.
Athrun estaba observando a través de las rejillas que protegían los bordes cuando alguien apareció detrás de él.
"¿Qué estás haciendo?" saltó y, como si hubiese sido atrapado haciendo algo que no debía, volteó rápidamente sobre su eje.
"Ehm, no, nada."
La persona que lo había sorprendido era su compañero de clase Dearka. De apariencia atractiva para muchas chicas -según había oído -y personalidad llamativa; su amigo emitió un «hm...» mientras tomaba un sorbo de su jugo antes de inclinarse un poco hacia adelante y ver en la dirección que estaba viendo Athrun hace menos de un par de minutos.
Athrun tragó saliva cuando Dearka alzó una ceja y sonrió. Por supuesto que habría visto a la chica rubia que estaba comiendo sola en una de las bancas del patio. Desde ese ángulo era la única persona que podía ver en realidad.
"Pensando en otra chica mientras no está tu novia, huh," comentó.
"Meyrin no es mi novia," denegó rápidamente.
"Nunca dije que se tratara de ella," Dearka volvió a sonreír y pronto le dio la espalda a la rejilla para sentarse en el suelo y apoyarse en esta.
Athrun exhaló antes de hacer lo mismo.
"Pero es a la única que todos se refieren cuando hablan de una novia."
Y antes de darse cuenta, ya estaba mirando por sobre su hombro, otra vez, a la chica de cabello rubio.
"Es raro que una chica llame tanto tu atención," Dearka volvió a hablar. Athrun se dio cuenta de lo que estaba haciendo y volvió su atención a su amigo cuando este sacó un paquete de galletas de su bolsillo. "¿Te gusta? Es bastante bonita."
Athrun tomó una galleta cuando le ofreció y se mantuvo mirando el suelo. No iba a negar que la encontraba bonita, pero...
"Estaba llorando," dijo.
Dearka frunció el ceño.
"¿Llorando?" repitió. "¿La hiciste llorar?"
"¿Eso creo?" lo que había pasado todavía seguía siendo confuso para él. De un momento a otro, tras ofrecerle refugio, ella empezó a llorar. Ni siquiera de felicidad.
Athrun había podido distinguir la desesperación en su temblorosa voz.
La había visto limpiando su salón sola y luego la encontró, toda mojada bajo la lluvia, cuando terminó de hablar con su profesor.
Ni siquiera sabía su nombre, pero algo en su interior le dijo que no podía -no debía -dejarla sola, y ese algo lo había hecho sentir... raro. Como si no quisiera arrepentirse otra vez. Como si alguna vez se hubiese arrepentido.
Como si ya la hubiera conocido antes.
"Me llamó diferente," terminó de explicar haciendo fuerza con sus dedos entrelazados. Se sentía como si lo hubieran comparado con alguien y que él había perdido.
"Hm... quizá te pareces a un ex-novio o algo," Dearka bromeó, pero a Athrun no le causó gracia.
Normalmente no le interesaría lo que pensaran de él. Estaba más que acostumbrado a que la gente se hiciera ideas, ya sea buenas o malas, de cómo era o de lo que le gustaba.
Pero...
Por alguna razón, quería saber lo que ella estaba pensando.
"Si estás tan interesado, ¿por qué no le preguntas a Kira?" sugirió Dearka después de un rato.
Él frunció el ceño.
"¿Kira?" repitió. "¿Por qué?".
Dearka soltó una carcajada y le palmeó la espalda.
"En serio, ¿qué tan poco conoces a tu mejor amigo?"
"¡¿Huh?!"
Y, como si lo hubieran invocado, la cabeza castaña de Kira apareció por la puerta de la azotea.
No sólo él, sino también Nicol, Shinn y Lunamaria, que eran un año menor y Meyrin, que era la hermana menor de Lunamaria. Estaban hablando de algo relacionado a una actriz y su esposo cuando los vieron.
"Tch, si nos hubieran dicho que estaban aquí, habríamos venido antes," se quejó Shinn.
Nicol y Kira rieron.
"Ni siquiera están comiendo," dijo su amigo de cabello verde. "¿Por qué vinieron todo el camino hasta aquí?" preguntó tomando asiento a su lado.
Athrun intentó hacerle una seña a Dearka para que no dijera nada, pero lejos de hacerle caso, el rubio señaló con el pulgar hacia atrás con una sonrisa malévola.
"Bueno, Athrun está babeando por la hermana de Kira y yo solo lo acompaño."
Kira, que había empezado dándole un mordisco a su sándwich, se atragantó al oír lo que decía Dearka. Shinn le pasó rápidamente una botella de agua y, mientras se limpiaba con el dorso de la mano, preguntó:
"¿Mi hermana? ¿Te refieres a Cagalli?"
Casualmente observó también por la rejilla y abrió mucho sus ojos cuando vio a la rubia. Pronto, tanto Shinn como las dos chicas se acercaron. Sus expresiones cambiando rápidamente de curiosas a confundidas.
Bien, para empezar, Athrun ni siquiera sabía que Kira tenía una hermana.
"¿Hermana? Pero, ¡pero no se parecen en lo absoluto!" acusó. "Y he visitado muchas veces tu casa, ¿cómo es que nunca la he visto?"
Kira lo miró como si le creciera otra cabeza antes de volver su mirada al frente y suspirar.
"Es porque siempre se encierra en su habitación cuando vienes," explicó. "Seguro has visto sus fotos en la sala, pero no les prestaste atención. Además, somos mellizos, no gemelos idénticos. Duh."
"Aún así, aunque digas eso..." Shinn se llevó una mano a la quijada y entrecerró los ojos. "En verdad no se parecen en lo absoluto. Ella es un poco rara."
"¿Disculpa?" Kira frunció el entrecejo.
"Oh, no, quiero decir," pronto, Shinn volvió a donde estaba antes y alzó las manos para explicar sus pensamientos. "Una vez se me acercó de la nada y me preguntó si mi familia estaba bien."
"Ah, recuerdo eso," Lunamaria, que tenía su caja de almuerzo sobre sus piernas, señaló a Shinn con los palillos y asintió. "No es que quiera hablar mal de tu hermana, Kira, pero escuché de las otras chicas que es bastante difícil acercarse a ella, ¿no es así, Meyrin?"
Meyrin asintió y, limpiándose los labios con una servilleta, agregó:
"Como si se creyera superior, o algo así," ella se encogió de hombros y sus coletas bailaron al mismo tiempo que agitaba la cabeza. "Nunca he hablado con ella, aunque. Y tampoco la he visto hablar con nadie."
Athrun observó a Kira suspirar otra vez y quedarse en silencio, como si estuviera pensando en si tenía sentido decirles algo o no, antes encogerse de hombros y volver a mirar hacia donde su hermana estaba comiendo sola.
Su hermana, Cagalli, entonces se levantó y se dirigió a un tacho de basura para botar la bolsa en la que había estado envuelto su sándwich.
"No será que-" Nicol empezó a decir, pero fue interrumpido por Lunamaria.
"No me digas, ¿la están intimidando?" preguntó ella, preocupada.
Kira sonrió ante la preocupación de ambos. Lunamaria era toda una hermana mayor y siempre terminaba demostrándolo de alguna u otra forma mientras que Nicol era un chico muy correcto.
Pero negó con la cabeza.
"Aunque no lo parezca, Cagalli es bastante fuerte..." dijo con una expresión no feliz. "Solía ser testaruda y escandalosa, también extrovertida y amigable. Bueno, en realidad era una tomboy."
"¿Y qué le pasó?" Dearka robó las palabras de Athrun con la misma cara de incredulidad que él.
Se le hacía difícil pensar en que la chica que había estado comiendo en silencio, con la tranquilidad del mundo y modales tan correctos, haya sido como Kira la describía.
Aunque, pensó, la escena que había presenciado el día anterior también contradecía lo que él mismo pensaba.
"Un día, mientras jugábamos, tuvo un accidente y se golpeó la cabeza. Parece que tuvo una contusión o algo, y cuando despertó, simplemente era diferente," Kira apretó los labios. Athrun tuvo la ligera impresión de que se estaba culpando por algo, pero no quiso interrumpirlo. "Literalmente, de un día para el otro maduró. Desde entonces se comporta como si fuera la hermana mayor."
Athrun sonrió ante lo dicho por su amigo.
"¿Hermana mayor? ¿Eso existe en los gemelos?"
"Yo salí del útero primero, por lo tanto yo soy el mayor."
Probablemente Kira lo dijo para alivianar el ambiente, ya que todos rieron al ver un lado inusualmente infantil de él, pero para Athrun no pasó desapercibido la preocupación que mostraba en su expresión.
Le puso una mano en la espalda.
Kira sonrió y solo entonces la campana que indicaba el cambio de hora sonó. Todos empezaron a guardar lo que habían dejado de comida y en ese momento Meyrin mencionó:
"¿Pero no sería genial si quisiera comer con nosotros?"
Hubo unos segundos de silencio y luego todos miraron a Kira.
Él parpadeó.
"Eh, um, si quieren puedo preguntarle," dijo. "Pero no sé si acepte, aunque."
"Es mejor que nada," Nicol apoyó.
"Cierto," Dearka, que empezó a estirar los brazos, sonrió. "Es mejor a que Athrun la esté acosando de lejos, ¿no crees Kira?"
Ante la mirada de todos, Athrun sintió como sus mejillas se calentaban. No era tan difícil avergonzarlo, pero tampoco era lo más fácil del mundo.
Quizá porque en su interior sabía que sí la estaba viendo demasiado. Y quien lo sabría sería definitivamente Kira.
"Athrun," su amigo estaba sonriendo, pero por alguna razón Athrun sintió escalofríos.
"¡No la estaba acosando!" se defendió a sí mismo.
"Claro," cantó Shinn bajando las escaleras primero, huyendo notoriamente. "Nadie va a negar que es bonita, senpai~"
"¡Shinn!"
El mencionado sonrió de lado y se adelantó hacia las escaleras. Incapaz de seguir aguantando las miradas de sus amigos, Athrun corrió detrás de él.
Solo entonces Lunamaria le habló directamente a su hermana.
"Pero, ¿eso está bien, Mey?" le preguntó. Para ese momento, el hecho de que tenía un crush en Athrun solo era desconocido para el mismo Athrun.
La menor del grupo se encogió de hombros.
No es como si fuera el fin del mundo. Además, también quería conocer a la hermana de Kira.
Quería conocer a la chica que había llamado la atención de Athrun.
~°~
Cagalli tragó saliva. Aunque no era una persona realmente tímida, no supo reaccionar cuando su hermano la llevó a la azotea y la invitó a comer con sus amigos.
Para empezar, ni siquiera le había dicho a dónde la llevaría cuando fue a buscarla a su salón. Debido a que habían estado juntos incluso desde antes de nacer, Kira y ella siempre habían llevado vidas separadas en la escuela, he ahí porque no todos sabían que eran hermanos.
Sin embargo, Cagalli debía admitir que estuvo aliviada cuando no vio a Athrun ahí. No sólo porque tenía miedo de quebrarse frente a él una vez más, sino porque realmente estaba avergonzada de lo que había pasado hace un par de días.
"Ah, llegó la protagonista de hoy," comentó un chico de cabello verde, que seguidamente se acercó y le sonrió. "Mi nombre es Nicol. Mucho gusto."
Cagalli tragó saliva. Durante el día no hablaba más de lo necesario y eso se reducía a cuando los profesores le hacían preguntas.
"H-Hola, yo soy-"
"¡Cagalli!" exclamó una de las chicas, que posteriormente rió cuando uno de los chicos, de cabello negro y ojos rojos, le dio un leve codazo. Cagalli jadeó cuando lo reconoció, aunque ella lo había conocido con otro nombre en el pasado. "Perdón, me emocioné."
Cada uno pasó a presentarse, entonces, probablemente notando lo incómoda que se sentía.
"Tch, ese Athrun," Cagalli oyó a Shinn. "Él ya debería estar aquí."
Cagalli miró a Kira y le preguntó en silencio. Su hermano, como siempre, comprendió -bueno, casi -y le sonrió.
"Athrun. Ya lo has visto antes, él-"
"¿Está viniendo también?" lo interrumpió.
Quizá fue un poco tosca al preguntar, ya que todos la miraron con confusión, pero no bajó la cabeza.
Y quien contestó fue una de las hermanas, Meyrin.
"¿No te agrada Athrun?"
Cagalli no respondió. No podía mentir ni decir que en realidad era todo lo contrario.
Así que rápidamente buscó una excusa.
"Yo, uh, olvidé comprar algo en la cafetería," dijo antes de girar sobre sus talones y dirigirse a las escaleras.
Ignoró las miradas de los amigos de Kira e intentó volver a huir. Tal vez Kira empezó seguirla, ya que escuchó pasos detrás de ella, pero ella era más veloz. Siempre había sido más veloz.
"¡Cagalli, espera!" oyó a su hermano desesperado. Cagalli sabía que en ese momento él seguramente estaba recordando el accidente que la llevó a ser como era hoy.
Pero eso no la detuvo, lo que la detuvo fue la persona con la que chocó al girar en las gradas.
Los pies de Cagalli le jugaron una mala pasada al no ser capaces de mantener su equilibrio.
Eso, o la otra persona era tan fuerte que no se movió en lo absoluto cuando ella lo golpeó de casualidad.
"¡Ah!"
Se iba a caer. Otra vez. Cagalli lo pensó todo en menos de un segundo cuando no estiró su brazo para alcanzar la baranda.
Si caía y se golpeaba la cabeza de nuevo, ¿olvidaría su vida pasada y podría volver a ser una chica normal? ¿Estaba dispuesta a tomar ese riesgo?
"¡CAGALLI!"
Sin embargo al ver la cara horrorizada de su hermano, cambió de opinión. No. No podía dejarlo pasar por eso otra vez. Kira se culparía por llevarla a la azotea.
Y esta vez no podría disculparse a sí mismo.
Pero fue muy tarde cuando estiró el brazo. Sus dedos apenas rozaron la baranda de metal.
Caería.
"¡Cuidado!"
O a eso se había resignado cuando, entonces, sintió que la tomaban de la muñeca y jalaban de ella con fuerza. Tanta fuerza que en reacción ambos cayeron al descanso de la escalera.
Su pecho subía y bajaba rápidamente. El de la otra persona también. Ninguno dijo nada por unos segundos y luego escucharon pasos. Ella no alzó la mirada por un buen rato. Sabía que era él. Podía sentirlo.
"¡Oh Dios! ¡¿Están bien?!" Cagalli reconoció la voz de la amiga de Kira, Lunamaria.
"¿Qué diablos pasó?" fue lo que preguntó Dearka.
"Solo fue una pésima coordinación," respondió él, bastante suavemente.
El corazón de Cagalli no dejó de golpear contra sus oídos, pero ya no por la sorpresa y el miedo.
Con cuidado y temerosa, levantó la mirada para ver a Athrun. Bajo la luz pudo ver más claramente sus facciones. Sus ojos verdes estaban enfocados en Dearka primero, pero tras sentirla moverse, le devolvió la mirada.
Y no la soltó. Sus cálidas manos siguieron sobre sus hombros, él mismo se encontró sorprendido por no querer soltarla, por lo menos hasta que Kira prácticamente saltó lo que le quedaba de escalones para llegar a ella.
"¡Cagalli!"
Athrun la dejó para que Kira pudiera abrazarla. Cagalli no supo cómo reaccionar por bastante tiempo.
¿Cuántas veces Alex había dejado ir su mano para que alguien más pudiera tomarla?
Así que esta vez, Cagalli fue la que no lo dejó ir. Con su mano libre lo tomó del brazo.
Athrun observó su gesto bastante impresionado y abstraído. Tal vez ella seguía asustada por lo que acababa de pasar y todavía no lo procesaba correctamente. Tal vez lo estaba confundiendo con Kira aunque los tuviera a los dos al frente.
Tal vez podrían estar pasando muchas cosas por su cabeza y de lo único de lo que él estaba seguro era que no quería que su mano, tan delgada y pequeña, tan cálida y estable, sin embargo al mismo tiempo temerosa, lo soltara.
"¿Estás bien? ¿Puedes pararte? ¿Deberíamos ir a la enfermería?" Kira la atacó con preguntas sobre su estado. Athrun nunca lo había visto en tanta angustia y si todavía tenía alguna duda de su relación sanguínea, con eso ya había terminado por desaparecer.
"Estoy bien," ella se las arregló para decir, aturdida, pero no se levantó. Ni ella, ni Athrun, ni Kira que estaba ahora arrodillado. "L-Lo siento... por perturbar su receso."
Kira negó con la cabeza y miró a sus amigos. Dearka y Nicol se encogieron de hombros con una sonrisa resignada. Lunamaria suspiró aliviada. Meyrin se acercó a ayudar a Athrun a levantarse y solo Shinn decidió hablar llevándose una mano a la nuca.
"Tch, entonces será mejor que no intentes huir de nuevo. La comida no debe desperdiciarse."
Cagalli parpadeó.
Miró el suelo entonces, en donde varias galletas, algunos sandwiches y jugos habían caído.
Preocupada, levantó la mirada hacia Athrun.
Él se encogió de hombros y sonrió.
"No sabía lo que te gustaba," comentó antes de ofrecerle una mano para ayudarla a levantarse. Cagalli la tomó, confundida y entonces él cambió de expresión. Parecía serio. "Soy Athrun," se presentó. "Athrun Zala."
Cagalli asintió lentamente.
"Lo sé," contestó.
"¿Lo haces?" ella frunció el entrecejo, no entendiendo la pregunta, e inclinó la cabeza. Athrun exhaló. "No importa."
Hubo unos segundos de silencio en los que el amigo rubio de Kira se acercó.
"Todavía tenemos unos 15 minutos, ¿por qué no tratamos de salvar algo de esto?" ofreció Dearka, agachándose para recoger un paquete de galleta de chocolate y agitarlo.
Cagalli miró a Kira. ¿Podía quedarse aún después de hacer tremendo espectáculo?
Él le sonrió.
"Está bien."
Y entonces ella miró a Athrun. Sea la razón que fuera, quizá porque la había salvado apenas sólo unos minutos, ahora se veía todavía más brillante.
"Soy Cagalli," se presentó, algo nerviosa e insegura, muy atípico de ella. Algo que sólo Kira pudo notar. "Cagalli Hibiki."
Athrun también sonrió.
"Lo sé."
Una vez más, Cagalli se encontró frunciendo el ceño.
"¿Lo haces?" hasta hace dos días, cuando se encontraron bajo la lluvia, estaba segura que no lo hacía. Nunca habían hablado hasta ese momento, a las justas se habían visto.
Pero él asintió con confianza.
"Lo hago," declaró y después de un par de segundos, en los que pareció pensar algo, añadió. "Así que, por favor, recuerda que soy Athrun."
Cagalli entreabrió los labios, perpleja por el pedido e indecisa de cómo responder. Su corazón saltó ante sus determinados ojos y la princesa dentro de ella irremediablemente pensó en Alex.
Pero Cagalli Hibiki agitó la cabeza y, con el movimiento, aquel pensamiento desapareció tan rápido como llegó.
Hoy, él era Athrun Zala.
Y a ella le gustaría volver a conocerlo, así que asintió.
"Sí."
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