Capítulo 8
Hola a todos este Cap está dedicado a @lupi-faura gracias por leer.
La mano de Hermione se detuvo.
-Puedo tocarte?- le preguntó con inseguridad.
-Amor, ya me estás tocando- respondió él con una sonrisa.
-Quiero...- la voz de se le quebró y tragó saliva antes de intentarlo de nuevo con más determinación- quiero, tocarte como me tocaste tú a mí en la pista de baile.
A Draco se le aceleró El pulso y la sangre le pálpito en la ingle, reconociendo el placer inherente a la petición de la castaña. Había accedido a enseñarle como satisfacer a un hombre, pero nunca imagino que su curiosidad afloraria mientras él intentaba conducir un coche. Aún así, no podía negarse a su deseó, porque se moría por sentir las manos de Hermione sobre él...por todo su cuerpo.
Le levantó la mano y le puso la palma sobre el bulto de sus pantalones, haciéndole cerrar los dedos al rededor de su erección.
-Esto es lo que haces- dijo, quería asegurarse de que Hermione fuera consciente del efecto que ejercía sobre él.
Ella lo miró a los ojos absolutamente fascinada. Draco tuvo que devolver la vista a la carretera, pero aquel atisbo de embelezamiento estuvo a punto de acabar con él, así como el apretón vacilante que Hermione le dio en la entre pierna. Al principio parecía insegura, pero sólo hizo falta un gemido bajo y alentador del Rubio para animarla a ser más decidida...y acariciarle la rígida erección en toda su longitud con la palma, aprendiendo el tamaño y la forma del movimiento viril confinado en el pantalón.
Cuando llegaron a su destino, a Draco le hervia hierva la sangre en las venas, respiraba con rapidez y estaba a punto de explotar.
Apagó el motor, retiro la mano de Hermione de su regazo y la miro a los ojos.
La Luna llena brillaba en el cielo nocturno e iluminaba el interior del vehículo, tiñiendo los cabellos de Hermione de una tonalidad de luz de fuego y perfilando su rostro con un halo angelical. Salvo que en aquel presiso momento no parecía en absoluto un ángel. Tenía los labios mojados y ligeramente separados, sus ojos ardían de inagotable lujuria y su expresión anhelante lo estaba matando de deseo.
La chica modesta y conservadora a la que había conocido durante años se había transformado en una mujer cuyo único propósito era derribar sus defensas. ¡Y casi lo había conseguido!
-¿ Quieres subir?- le preguntó ella con voz ronca y sensual.
Draco le había prometido un fin de semana lleno de pasión y seducción sin límites, pero deseaba que Hermione recordara de modo especial la primera vez que hicieran el amor, y por tanto no estaba dispuesto a aprovecharse de su estado ebrio. Sin embargo, había muchas otras lecciones para impartir y que no incluían la consumación del acto sexual. A demás tenían que acabar lo que ella había empezado en la pista. Al menos podría aliviar el deseo que Hermione estaba conteniendo. En cuánto a él, tendría que consolarse en solitario más tarde.
- Sí, subiré contigo- le dijo y se abrocho la camisa antes de salir del coche.
Una vez que entraron en el apartamento y cerraron la puerta, Hermione encendió la lámpara del salón y se quitó las sandalias, Se Payo contra la pared con un lánguido suspiro y una maliciosa sonrisa en los labios, alargando los brazos, agarró a Draco por la camisa y tiró de él hasta obligarlo a apoyar las manos en la pared a ambos lados de su cabeza para no aplastarla con su vuerpo.
Ella lo miró fijamente a los ojos, su apetecible boca quedaba a escasos centímetros por debajo de la de Draco
-Tengo que confesar que ese Sexo Oral estaba delicioso.
La insinuación sexual del comentario fue como una larga caricia en su miembro, inspirandole lúcidas y excitantes imágenes de Hermione ofreciéndose carnalmente a él. Sus insinuaciones lo pillaba siempre desprevenido, pero le gustaba aquella faceta improvisadora de Hermione y estaba más que dispuesto a seguirle el juego.
-¿Qué sabes tú de sexo oral?
-Se que sabe muy bien...compruébalo tu mismo.
Lo agarró por la nuca y tiró de el hacia ella, besandolo con la boca abierta y compartiendo el dulce sabor a licor de café que aún impregnaba su lengua.
Minutos después, Hermione se apartó y él le sonrió.
-Es verdad que sabe muy bien- corroboró- y ahora dime, ¿que sabes realmente del sexo oral? Y no estoy hablando de la bebida.
Aunque se lo preguntó en tono de broma, estaba extremadamente interesado en oír su respuesta.
Ella parpadeo, fingiendo confusión.
-Que quieres decir?
Oh, Draco estaba convencido de que sabía muy bien lo que quería decir, y después de haber visto su comportamiento desvergonzado en la discoteca, no estaba dispuesto a que eligiera el tema escudándose en una falsa modestia.
-Quiero decir sexo oral, cariño. Darle placer a un hombre con tú boca y viceversa. ¿Cuánta experiencia tienes en Eso?
-No mucha- respondió ella, poniéndose colorada. Apartó la mirada por un breve instante, antes de volver a mirarlo desafiante a los ojos- De acuerdo, estoy mintiendo. No tengo ninguna experiencia en sexo oral.
Draco se echo a reír por su indignación y le tocó la boca con los dedos, acariciandole el labio inferior con el pulgar.
-Ahh...así que eres virgen, al menos en ese terreno- dijo, fascinado y ridículamente complacido de saberlo.
-Sí, lo soy- admitió ella, con más naturalidad esta vez- Pero quiero aprender ¿me enseñas?.
Si ruego casi lo hizo caer de rodillas frente a ella, lo que lo habría dejado en una posición perfecta para adorarla con la boca, los dedos y la lengua y ofrecerle una lección personalizada sobre el placer oral. Pero por mucho que esa idea lo excitara, no estaba seguro de que el Estado estado de Hermione fuera el más adecuado para un acto tan íntimo. De modo que decidió improvisar.
-Prometí que te enseñaria lo que quieras saber- dijo y la llevo al sofá del salón- Así que, si estás preparada para una lección de sexo oral, eso es lo que aremos.
Ella se sentó cuál abnegada alumna y él se acomodó a su lado, asegurándose de que estuviera cómoda y relajada contra los cojines.
-Empezaremos por tí- dijo, porque de ningún modo podría aguantar si la boca de Hermione le tocaba cualquier parte de su anatomía.
La agarró de la mano y le acarició la piel entre el pulgar y el dedo índice.
-Imagina que estos pliegues son los labios de tu sexo- su explicación no pareció asustarla, aunque sí se estremeció cuando volvió a rozarla.
-Es una zona muy sensible.
-Debería serlo- le contestó y la mordió suavemente justo debajo del pulgar, haciéndole ahogar un gemido- imagina lo sensible que eres entre las piernas, en la entrada a tú sexo. Cuando esa zona se humedece con la lengua, como un beso francés, la sensación es increíble- le atrapó con la boca el pliegue de la piel entre los dedos, simulando la técnica y lamiendo suavemente.
El brazo de Hermione quedó flasido y sus ojos se entornaron al tiempo que un gemido ronco se le escapaba de la garganta.
-Dra...Draco
Pronunció su nombre con un deseo tan palpable que Draco estuvo a punto de perder el control. Pero aún no había terminado aquella lección. No hasta que ella hubiera aprendido a dedicarle el mismo tipo de atención erótica.
Le soltó la mano y llevó el dedo índice a sus labios, donde ejerció una presión suave pero constante.
-Ahora me toca a mí- se acercó a ella para besarla en la mejilla- Abre la boca y devorame.
Los ojos de Hermione ardieron profundizando el chocolate de sus ojos, mientras separaba los labios y le permitía introducir el dedo en la húmeda cavidad de su boca.
El abandonen y los músculos de Draco se contrajeron involuntariamente, y se obligó a concentrarse en las instrucciones que debía darle.
-Cuando se trata de darle placer a un hombre con la boca, lo mejor es fingir que su pene erecto es tú helado favorito, tienes que recorrerlo con la lengua en toda su longitud, hasta la punta.
Hermione lo agarró por la muñeca y se metió aún más el dedo en la boca, para luego lamerle en toda su longitud al extraerlo. El miembro de Draco se puso rígido al instante, abrazandole los pantalones.
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