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11. Borrón y... ¿Cuenta nueva?


Leo continuo presionando en la boca de Des, haciendo a esos besos cada vez más intensos; Desvestía con sus habilidosas manos la mitad inferior del cuerpo de menor, bajo entre succiones y lamidas por su pecho; Al desproveerlo de sus pantalones y calzoncillos; Noto que algo estaba mal con Des en aquel "lugar"; No estaba ni cerca de estar "despierto".

Se levanto de su posición para poder ver al joven Aeva, encontrándose con una situación alarmante; La respiración de Des era demasiado errante, su cuerpo tenía leves contracciones que Leo dudaba que fueran por el calor de momento; Las mejillas de aquél estaban más rojas que en un principio a decir verdad, toda su cara lo estaba y de sus ojos caían discretas algunas lágrimas, Des comenzó a respirar cada vez más pesado.

—Des, Des...—Repetía preocupado; Intento hacer que lo mirará pero el joven de los ojos ámbar sólo soltó en una simple y corta palabra: "Thomas"; Antes de caer desmayado...

Al abrir los ojos lo primero que visualizo es que no se encontraba en su casa, la cabeza le dolía a mares, no quería ni pensar en el por qué aquella dolía tanto, no recordaba casi nada, no tenía idea de cómo había llegado a...

Miro hacia los lados, era la habitación de Leo, se removió entre las sabanas notándose con la ropa del mayor sobre su cuerpo, presiono aquella sobre sí mismo jalando un poco la camisa, percatándose de aquellas marcas sobre su cuello y pecho, sus mejillas ardieron en un instante ¿Qué había hecho?

"Dame mi puto premio" Recordó, había...cerro sus parpados con pesar... Se le había insinuado a Leo cuando estaban jugando, bueno; Más bien se había arrojado completamente dispuesto a sus brazos sin importarle nada.

Hundió su cabeza entre la cobija, maldiciéndose; "Que estúpido" sé reprendió, el rojo de su cara llegaba hasta sus orejas, una terrible migraña estaba azotando a su mareada cabeza, su estomago se volvió arremolinar.

—"Demonios"—Presiono con su mano su boca.

Se levanto como pudo de la cama, estaba consciente pero aturdido, otra vez su estomago se contrajo llevándolo directo al baño, se tambaleo hasta la puerta y rápidamente salió al pasillo, apreciando la entrada de aquel, se abrió paso para dejarse vencer en el lavabo; Ya no había nada en su estomago y aun así había vomitado. Miro su rostro agotado y demacrado en el espejo, se sentó agotado sobre el inodoro, reflexionando.

—"¿Cuándo me volví tan tonto?"—Pensó mientras miraba al piso, recordando.

Thomas lo había llamado la noche anterior, preguntándole si recordaba la fecha; Al apreciar en su móvil se sorprendió, no se había dando cuenta que mañana era el día en el que el mayor debía volver a Europa.

—¡Lo siento! Se me olvido—Dijo con suma preocupación; Era el peor de los novios estaba seguro de ello, había dejado botada a su pareja en los últimos meses, sólo mandándole ocasionalmente algún mensaje a la semana.

Un castaño negaba sutilmente con la cabeza en su cuarto. —Ya lo sabía, no te habla por eso—Dijo Thomas con tranquilidad—Más bien ¿Alguna vez has hablado bien con Leo? Ya sabes, de sus "relaciones"...

Thomas no pudo continuar debido a que Des contesto de manera cortante desde el otro lado: "Mi novio me está aconsejando ir a hablar con el otro ¿Te aburriste tan rápido de mí, Zervan? O es que quieres hacer un cuarteto" le dijo de forma hiriente; El chico alto había recordado como era su situación hasta el momento.

"Sus relaciones" había dicho ¿Qué tenían que hablar? Leo estaba comprometido y él con novio... podía postularse para candidato a amante, bufo; Mientras botaba el cucharón con despecho ¡Jamás! Además, Leo nunca aceptaría eso ¿Verdad? Entonces... ¿Qué estaba haciendo en la cocina de su "amigo"? Arremetió contra la masa del panque; "Por qué te quiero y mis sentimientos no se van" meditó, se sentía en extremo frustrado y el postre había sido arruinado.

Thomas escucho el jaleo del otro lado, "Maldición, no me está escuchando" pensó —Oye; No lo hago para molestarte, habla con él ¿Quieres? —Menciono antes de que lo mandará a freír espárragos.

Él no era el indicado para decirle que estaba suponiendo las cosas mal, además que no le creería; Su relación con Des estaba basada en una confianza y familiaridad extraña, con muchas bromas y dobles sentidos de por medio.

Thomas siempre se burlaba de Des en cada oportunidad que tenía, lo malo es que a veces se le pasaba la mano; Como cuando le dijo: "¿Por qué no hacen un trió entre tú y la pareja? Felicidad garantizada" sin darse cuenta de la severidad de sus palabras, haciendo que el menor lo mirara con rabia para después marcharse sin decirle nada; En su "aniversario" si se le podía llamar así; Habían cumplido dos meses de noviazgo, le regalo el libro: "como complacerte a ti mismo" y un consolador, mientras le decía: "Hago de todo, pero para eso tendrás que encargarte tu mismo" poniendo en claro que no tenía interés en llevárselo a la cama y esperando a que Des se diera cuenta que un "remplazo" no era lo que necesitaba; El menor le boto el libro en la cara mientras le decía que se muriera.

Pórtate bien; Dije hablen, tu picaron —Dijo con su clásico tono de burla, esperando a que el menor lo insultará.

—No voy a hacer nada de lo que digas ¡Estúpido!—Contestaba casi gritando, sin embargo no colgaba. "¿Por qué se mantenía diciéndole la misma basura? Hablen, Maldito... y mil veces maldito: Thomas." El creía que no conseguiría nada, sin embargo aunque siempre se quejara, en cierta medida le hacía caso a su "hermanito" condenado baobad* o mejor dicho nopal por alto y baboso.

El menor no tenía ni idea que era por su bien que lo presionaba, sin embargo estaba demasiado inmerso en su despecho y en como contestarle de manera elocuente al mayor; Claro que Des y Thomas también tenían platicas amenas, pero lo mayoría eran obstaculizadas por la falta de tacto al hablar del mayor, Des comprendía su actuar y lo dejaba ser, pero; Cuando se enojaba contestaba con hacía un momento de manera mordaz o grosera, se tranquilizo para replicarle.

—Tú y tu maldita manera de hablar... —dijo el menor, más calmado.

Molestándose entre ambos fue como su relación se formó, a Thomas a veces se le iban las palabras, sin embargo sabía que todo estaba bien al ver a Des al día siguiente en el trabajo. Al menos las bromas de Thomas en aquel tiempo hicieron menguar al corazón dolido de Des, Cosa que aquél ya no necesitaba, con una sonrisa de lado le dijo:

—Y por cierto, estamos terminando. —Pronuncio como si sonara muy despechado y sin culpa alguna en sus palabras; Esperando a que el menor le diera con todo su repertorio de malas palabras.

—¡¿Qué!? ¡Me estas cortando en una... ¡Agh! ¡Llamada!— Contesto, enojándose de nuevo—¿Eres Idiota acaso? ¡Dímelo en mi cara, maldito!

Discutieron por teléfono un largo rato, con bastantes majaderías por parte del menor, que no paraba de mandar a Thomas al diablo ¿Quién se las había enseñado? Cierto, el interpelado.

—Sí, Sí y si ya has terminado, hablen y vayan a despedirme mañana; Te quiero bebé.—Dijo con sorna mandándole un beso; Esperando que después de aquel rompimiento ellos siguieran siendo los mismos; Si veía a Des mañana en el aeropuerto sabría que no había nada que lamentar.

"Estúpido" resonó en su cabeza, se quedo con las palabras en la punta de la lengua; ¿Cómo le decía eso tan fácilmente? Cierto; Él no era nadie para quejarse de todos modos, cualquier remedo de novio lo hubiera mandado al diablo hacía mil años... Tenía suerte de que Thomas aguantará tanto.

Después de que el joven de ojos azules colgara, rehízo su panque; Aun faltaba para que Leo llegará, se había retrasado en hacer los platos mientras pensaba: "hablar ¿Qué iba a ganar?" —No pierdo nada con intentar—Murmuro.

Justo en ese momento fue cuando escucho a alguien entrar; Al dirigirse a la puerta y ver a Leo, fue casi mágico como su enojo y duda desapareció, con sólo ver la sonrisa en aquel rostro todo parecía ser mejor e irremediablemente una en el suyo apareció.

—Leo...—Murmuro, saliendo del recuerdo.

¿Qué paso después de eso? Cenaron, platicaron, empezaba a recordar de a poco las cosas... en un momento de la noche creyó que podría hablar de aquello que había discutido con Thomas, la primera copa lo hizo ganar miligramos de confianza, que utilizo para empezar a hablar del presente y comenzar a aventurarse en aquel día del juego; Sin hallar nada en esa conversación que no supiera hasta el momento.

Debía ser más directo, pero al parecer él no se llevaba bien con la bebida, no recordaba cuanto había tomado, pero si lo mal que se había sentido, las palabras de Leo y él venían de manera poco clara.

Se sentía acorralado y cuando Leo hizo aquellas preguntas en la sala, la culpa se incrustó profundamente en su conciencia, haciéndolo continuar tomando, aceptando los castigos en vez de admitir sus errores en el pasado; No sólo se había lastimado así mismo también se había llevado a Thomas consigo, no lo haría de nuevo en lo que quedaba de Vida, aun si Leo tuviera a alguien más consigo. Es lo que él había determinado.

Se había comportado tan imprudente y tonto: "¿Por qué sigues preguntado eso? Para olvidarte..." recordaba sus propias palabras ¿Qué más había hecho o dicho? Había.... besado a Leo; El mayor le correspondió... y... nada. No había nada más en su cabeza.

—Ya paso ¡Así que deja de lloriquear!— Escucho, Haciéndolo Regresar a la realidad; "Esa voz... Marie" pensó.

—Lo siento, Lo siento... soy tan estúpido Marie... —Repetía Leo entre sollozos. —¡Un completo imbécil! ¡Perdóname!... ¡Perdón....¡ ... Yo...—No pudo continuar con sus disculpas.

La joven mujer aprisiono a Leo contra su pecho en un abrazo, ella no era muy buena consolando a otros; Pero aquél lo necesitaba, la noche había sido terrible para todos, incluso para Des que no recordaba.

Leo recordaba claramente lo que había pasado la noche anterior; Des se veía sumamente mal, no sabía qué hacer, entro en pánico y a lo único que atizo a hacer fue a llamarle a su hermana que había regresado unos días para presentar a Walter a su madre; Ni siquiera la había ido a ver, hacía unos cinco días la mujer había llegado a Olinda, pero era un acuerdo mutuo: "sin importar nada, siempre cuentas conmigo". Marie lo reprendería e insultaría pero, en ese instante no estaba pensando en eso, si no en la condición de Des.

Marie contesto y al ser informada de la situación pasó la llamada a su prometido; Aquel joven médico más grande que ellos le dio indicaciones precisas de lo que debía hacer en lo que llegaban. No tardaron demasiado en llegar hasta la casa de Leo, mientras checaban a Des y lo estabilizaban, le habían incluso pasado líquidos al joven de ojos ámbar mientras estaba inconsciente.

El joven Aeva había estado bajo una intoxicación etílica; No tenía caso llevarlo a emergencias, no era tan grave como para producir un desequilibrio, sin embargo; Walter lo reprendió arduamente, haciendo que Marie discutiera con su pareja.

—¡¿Cómo se te ocurre hacerlo vomitar?! ¡Tienes idea de lo peligroso que es!—Decía el novio de Marie preocupado y exasperado.

—¡Por eso llamó! ¡Déjalo en paz Walter! —Contestaba Marie molesta, Leo se veía sumamente cabizbajo y no necesitaba que su prometido al que el moreno acababa de conocer le gritara.

La verdad era que Leo, tenía problemas para afrontar esa clase de incidentes: Conforme pasa el tiempo te vuelves vulnerable a ciertas situaciones, en el caso de Leo, el haber estado el día en que se llevaron a Davi y al siguiente que no regreso, lo hacía sentir ansioso siempre que alguien importante para él era llevado al hospital o no reaccionaba, como con Des en ese momento que seguía sin haber despertado.

—¡Fuera de aquí Walter!—Dijo Marie con autoridad, si alguien tenía los pantalones de la relación era ella.

Nadie tenía el derecho de levantarle la voz a su "familia" si su relación terminaba por una discusión, entonces no era buena; Eso había pensando la chica; Sin embargo Leo que lo presencio todo se sentía; Inútil, impotente y un gran estúpido; Ya que él había provocado todo, desde la intoxicación hasta la discusión de los novios.

—Está bien Leo, déjalo en el pasado— Decía Marie sacando a Leo de su flujo de pensamientos.

Des escuchaba la conversación en el baño sin entender nada, aquellos estaban comprometidos ¿No? Tal vez Marie llegó y los vio en medio de todo eso ¿Por qué Leo le había correspondido? Su cabeza dolía demasiado; El joven no recordaba la afirmación del mayor. Ese "No existe" sólo retumbaba en las memorias de Leo.

¿Estarían Leo y Marie en la sala arreglando sus problemas de pareja? Un último vistazo para aclararse.

Marie sonreía mientras calmaba el llanto de Leo, ellos se veían muy bien, juntos... ¿Quién era él para arruinar la felicidad de ellos? Salió de ahí sin importarle nada, camino en dirección a la salida de atrás mientras sus ojos lucían determinados, ya era suficiente. "He jugado demasiado, incluso he hecho trampa y no he ganado, el amor es un fiasco" pensó para sí mismo, renunciaría a sus sentimientos definitivamente, debía cortarlos; No tenía el derecho para meterse en la relación de Leo, aun cuando su corazón lo quisiera, no era correcto. "Sufriré en silencio"

Toco la puerta de su casa siendo recibido por la "empleada" pasó de largo sin mirarla, sin embargo aquella si lo inspecciono muy bien; Subió hasta su cuarto botándose en su cama.

—"No soy una quinceañera, para andar siempre lamentándome por amor; Des Aeva levántate de la cama" —Se reprendía a si mismo.—"Y lleva tu trasero al baño"

Después de darse una ducha y comer algo, se dirigió de regreso a su habitación, el dolor de cabeza estaba pasando ¿Podría volver a ver a Leo a la cara? Después de lo que pasó estaba seguro de que el mayor sabía de sus sentimientos, "Me rindo con esto" Fue lo que pensó; Sólo si el mayor quería salvar su amistad lo intentaría, porque él sabía que era mejor dejarlo; Sonrió con aflicción para sí mismo, recordando en un momento algo: "Thomas"

— "Su vuelo" —Pensó rápidamente, debía ir al aeropuerto.

En la casa de Junto unos jóvenes después de haberse calmado y meditar sus penas, decidieron revisar como estaba el "enfermo" sin encontrarlo donde lo habían dejado, Leo se angustio y le dijo a Marie si no lo había visto bajar, la mujer le dijo que no, que tal vez estaría en su casa...

—¡¿Y porque no nos dijo nada?!— Decía exasperado el joven de ojos chartreuse.

Leo en ese instante se dio cuenta de algo, ¿Y si Des no quería verlo? Que pensaba, el joven podría estar llamando a la policía; Repasando los hechos, lo intoxico y casi abuso de él en ese estado; El joven de ojos ámbar lo debería de estar odiando, no podría ver nunca más a Noreen a la cara ¿Por qué siempre hacía las cosas de manera equivocada?

—¡Agh...! —Dejó escapar en un grito.

—Si ya dejaste de auto compadecerte y lamentarte, tal vez podrías ir a hablar con él, por Ithis, Leo; Vive aquí al lado —Dijo Marie con una media sonrisa—Y hasta donde sé, ustedes siempre han estado atados. —Dijo sonriéndole mientras zangoloteaba su meñique, animándolo, insinuándole que tanto él como Des estaban destinados. — Ya sabes lo que siente, pero si quieres desistir por unos cuantos errores — Decía mientras se dirigía a la salida —Es tu problema. — Menciono antes de marcharse, Marie tenía que solucionar las cosas con un alemán regañado en casa.

Salió presuroso de su vivienda y toco en la de junto sin que nadie respondiera ¿No habría nadie? Una mujer lo recibió, le pregunto rápidamente por Des, diciéndole que el joven había salido y que no sabía a dónde había ido... Regresó a su casa, las pertenecías de Des estaban sobre su mesa; Un mensaje, era Thomas... "Mi vuelo sale a las cuatro amour*"

"Mi vuelo" Cierto, Thomas regresaría ¿Qué hora era? Las tres, debía apresurarse, tomo las llaves de su pequeño auto. Parte de los privilegios de trabajar en la compañía, era aquel; Muy bien... Eso estaba más claro para él "Si me amas Des y yo a ti, arreglemos las cosas" encendió el vehículo y partió para el aeropuerto.

En la recepción de aquel lugar dos jóvenes sumamente altos se reunían para despedirse, al verlo Thomas entrar lo saludo eufórico, "pensé que no vendrías" le había dicho, en el rostro de Des no había rastro de sus congojas; Posar frente a una cámara tenía sus beneficios, podía disimular bastante bien sus emociones, haciendo que Thomas no se percatara de que las cosas no había salido de la manera en que él las había previsto.

—Bueno; Es hora de irme, si tienen relaciones usen condón. —Dijo de manera traviesa.

—¡¿Qué!? Tu pequeño.... —No pudo continuar, Thomas se acerco hasta él y le robo un corto beso.

Al separarse de él rio; No había sentimientos en eso, sólo murmuro: "Es la revancha, por todas las que me han hecho", mientras Des lo miraba con una sonrisa de lado y reprochaba con su cabeza. La amistad entre ellos estaba intacta.

"Los besos tu les das el significado... Era cierto", pensó el menor; La electrizante sensación que sentía al tocar los de Leo, no estaban en ningunos otros labios, aquello había sido más costumbre que afecto, y que él quería bastante a Thomas, pero al parecer eso no era suficiente para borrar el primero.

—Cuídate ¡Maldito Bárbaro!—Le grito despidiéndolo con su mano "Hasta los muñecos de RCP besan mejor que tu" pensó, debía enviárselo en un mensaje ¿Dónde estaba su teléfono? Se reviso a su mismo percatándose, debía estar en casa de Leo.

—"Leo" — pensó, en el camino al aeropuerto lo había decidido; Cuando las cosas que intentas siempre salen mal es que estas demasiado ofuscado, le propondría algo, ya lo tenía planeado.

Al darse la vuelta ahí estaba aquél, "No alcance a despedirme de él" dijo con un risa nerviosa; La culpa invadió a Leo en un instante cuando los vio, él había ido a hablar con Des, pero no pensó en Thomas ¿Podía ser tan maldito como para robarle el novio? Lo que había hecho el día anterior había sido algo estúpido y muy canalla; No estaba bien, Des tenía pareja y él no... ¿Él no la traicionaría? Era por eso la culpa de aquel momento, tal vez por eso Des había susurrado "Thomas" antes de caer en la inconsciencia; No lo sabía, los "Y si" de su cabeza lo estaban volviendo loco "Si me amas ¿Por qué lo besas?, si no me amas ¿Por qué me dices que me quieres? Y si me quieres ¿Por qué no estás conmigo?"

— Des, yo... con respecto...—Las palabras salían de manera torpe de sus labios.

Des no entendía que hacía Leo en la recepción no esperaba verlo ahí; Pensaba que no lo quería ver dado lo que había provocado ¿Quería hablar de lo que había pasado? Que le diría... "Oye, se que estás comprometido y aun así te sigo amando, tanto... que desinhibiendo mi juicio te entregaría todo de mi"

—No podemos hablar aquí de eso —Contesto, viendo el lugar donde se encontraban, la razón estaba completamente sobria en Des.

Alrededor las personas iban y venían con sus maletas, no es como si les prestaran mucha atención sólo era que el joven de ojos ámbar se sentía incomodo; No planeo ver a Leo frente a él, por lo menos lo que restaba del día, no. Se miraron el uno al otro por largo rato, sin poder decirse nada, el menor dijo rápidamente: "Vamos a caminar".

—En Olinda... Vayamos para allá, empieza a atardecer; Te llevo. —Contesto Leo a la propuesta, recibiendo una afirmación con su cabeza por parte del menor.

Salieron del aeropuerto; Se subieron en el auto del mayor sin cruzar muchas palabras y al llegar a Olinda se bajaron cerca de la playa para conversar; No habían dicho nada en el camino, sólo algunos: "Que linda tarde ¿No crees?" intentando no sonar nerviosos y romper el silencio incomodo.

—De aquí es esa foto—Murmuro Des; Estaban en aquel parque cerca de la playa, la banca que por mucho tiempo fue el sitio de reunión de los Spindler y Aeva ahí estaba, sonrió con nostalgia al verla; Leo volteo a verlo, afirmando por lo bajo.

Avanzaron con calma hasta alcanzar la costa, únicamente el golpe de las olas interrumpía el silencio entre ambos. Des había decidido algo; Pero, no espero que el momento en el que lo tuviera que confesar llegará tan rápido, no sabía si podría hacerlo. Por su parte Leo no sabía que decir para abordar el asunto entre ambos; Caminando por la orilla de la playa fue como el ocaso cayó.

—Lo siento... —La disculpa de Leo resonó un instante.

Des volteo a verlo ¿Qué debía contestar? —¿Por qué? —Murmuro por inercia, pensando "por besarme, por tocarme, porque no puedes corresponderme, porque amas a alguien más...¿Por qué te disculpas, Leo?" No estaba preparado para las respuestas que dijera el moreno, sin embargo aquello, formaba parte de afrontarlo.

—Por lo que hice, lo que pasó... yo... lo siento... pero... Des, lo que dijimos...—Empezaba a soltar nervioso el mayor, sin poder empatar sus palabras en oraciones claras.

—No digas más... Por favor—Dijo rápidamente Des, no estaba listo para el rechazo. No de forma tan directa "Maldito corazón desalmado". — ¿Podríamos... ¿Podríamos hacer como que no paso nada?.... Por favor—Dijo suavemente entrecortado, suplicando, Mirando a las olas romperse contra la arena de la playa—No quiero, que te alejes. —Confesó.

No sabía si funcionaría, trato durante casi dos años de apartar sus sentimientos y no lo había logrado; Pero, era más triste estar sin Leo, creyó que podría decirle adiós sin volver a verle, pero cuando llego detrás de él en la recepción se dio cuenta, vivir sin Leo, ¿Podía? sin siquiera tener su sonrisa o sus buenos días, verlo a la distancia sin poder estar a su lado... No podía, que decir no estaba listo para dejar el moreno, al menos que aquel lo dijera. "Si tú me dices que no, me rindo de intentar estar a tu lado"

No entendía las palabras de Des ¿Quería hacer como si nada hubiera pasado? ¿Pero, lo quería aun con él? ¿Por qué? Quería protestar pero, él que más había sido lastimado en la noche había sido Des, debía respetar lo que proponía, aun quedaban cinco meses antes de que aquél partiera, eso le daba tiempo para solucionar todo entre ellos, lentamente se ganaría de buena manera el corazón de Des.

—Si tú así lo quieres, así lo haremos. —Dijo el mayor sonriendo.

"León despiadado, me sacas el corazón de un zarpazo" Pensó en sus adentros—Gracias...—Sonrió un tanto afligido, si le hubiera dicho que no, todo hubiese terminado; Era tonto... pero sólo el suyo.

Regresaron a sus casas, Leo con la convicción de conquistar a Des lentamente demostrándole lo mucho que lo apreciaba y Des con la firmeza de dejar el amor de lado y concentrarse en las cosas que importaban, sin intentar ya nada en el ámbito de las parejas; Sin embargo la vida da muchas vueltas.

No había pasado ni una semana cuando una mañana Niek llego a casa, la empleada le había dado información no muy agradable para él, tenía que confirmarlo; Estaba furioso, irrumpió en el cuarto de Des, mientras aquel seguía durmiendo.

—¡Levántate!—Vocifero aquel hombre mayor.

Des al escuchar a su progenitor se despertó de golpe, irguiéndose en la cama, la pijama dejaba al descubierto su cuello, donde se mostraban las "marcas" de algo que no había pasado; Niek al verlo se puso aun más rojo de enojo, lo tomo fuertemente del brazo y le dijo: "¿Qué es esto?" Hubo una acalorada discusión entre padre e hijo, después de varias ofensas hacia su persona y orientación sexual, Niek sobrepaso la tolerancia de Des.

—¡Lo que viniste a aprender del anciano de junto¡ —Grito con rabia el Niek, era difícil para él asimilar que su único hijo fuera homosexual, no tenía una mente moldeable y maleable para Niek Aeva las cosas siempre eran como él decía, estaban trazadas rectamente como con un regla. —¡Él y su nieto, fue lo único que te enseñaron!

Niek arremetió a diestra y siniestra contra los Spindler aunque no los hubiese conocido ni tratado, llego en algún momento a insinuar que su hijo había "abierto las piernas para el anciano"

Des golpeo a su padre con su puño, estaba muy irritado. —¡Que tan más hombre quieres que sea! No necesito nada tuyo ¡No sa...bes lo mucho que me dieron ellos! ¡El abuelo fue más padre de lo que tu alguna vez has sido!—Grito molesto.

El mayor se levanto del piso, lo había golpeado con mucha fuerza no soportaría eso. —¡Lárgate de mi casa!—Dijo con enojo para rematar con un: "yo no tengo hijos".

Eso fue lo último que dijo Niek antes de no volver a ver a su hijo, Des tomo sus cosas las que había traído consigo desde Utrecht y salió por la puerta con la frente en alto, no volvería con su padre suplicando asilo; Se cambio en un baño público y pregunto por el boleto más próximo a partir hacia Holanda; Estaba cegado, tal vez la rabia lo movió en ese momento, no le dolió sacar su tarjeta, aquella que tenía los ahorros de su trabajo; Rápidamente pago el boleto; Dos meses de trabajo en un pasaje, eso de hacer viajes era bastante caro.

—¡Porque yo me lo pague! ¡Me oyes!—Grito tirándose en una banca, la valía un cuerno que lo vieran raro; Llegaría al día siguiente a Utrecht, aquel boleto hacia dos escalas.

No le dijo nada a nadie, su mente estaba llena de un sinfín de cosas, por ejemplo: la escuela, debía hablar con el acuerdo entre las instituciones, esperaba no perder el año; Su madre, aquella lo esperaba dentro de cinco meses, debía hablar con ella cuanto antes y bueno, Leo; No quería hablar con él en ese momento, no tenía fuerza para hacerlo y menos para decirle la santa de porquerías que había dicho Niek contra ellos.

Pasaron cuatro horas y tomó el vuelo, agradecía inmensamente a las personas que inventaron los paquetes de viaje, en su maleta sólo iba un poco de su ropa y en su mochila algunas cosas importantes.

—"Al diablo todo"—Pensó para sí mismo mientras se subía al avión, tarareando una canción—Adiós Brasil; No creo volver a ti. —Pronuncio volteando a ver por última vez, aquel lugar que había sido durante muchos años su hogar.

En el vuelo tuvo mucho en que pensar, tal vez el destino había querido así las cosas, podía comenzar de nuevo, concentrarse en los estudios y el trabajo, manteniendo a Leo como un amigo, era lo mejor; Tal vez era buena suerte lo que había pasado, la primera escala fue anunciada; Bajo del avión con su mochila, reviso que todo estuviera en orden, Portugal era muy tranquila, prendió su celular timbrando como nunca antes, todos eran mensajes y llamadas perdidas de Leo.

Marcó —Hola—Fue lo que dijo al escuchar que el moreno había contestado.

Leo sonaba sumamente preocupado, le dijo que ¿Dónde estaba?, a ¿Dónde había ido? que ¿Qué había pasado? que lo busco en su casa y no encontró a nadie, él contesto con simpleza que había discutido con Niek y que en ese momento regresaba a Holanda.

—Pudiste decirme... podrías haberte quedado en mi casa. —Decía el mayor alarmado.

Tenía razón Leo, no había meditado mucho el asunto; Tal vez también eran sus ganas de hacer algo loco, llevaba una vida portándose bien y dependiendo de otros, quería hacer las cosas a "su manera" aunque se cayera y llenara de tierra, quería sentir las rodillas raspadas al haberse tropezado con la vida y sentir la energía de ponerse de pie por sí mismo.

—No; Así está bien... ¿Sabes? Nunca me había sentido tan libre en mi vida. Siento que podría hacer todo. —Decía felizmente.

Leo suspiro desde el otro lado de la línea, creía saber a qué se refería, Des siempre había sido puesto en una caja de cristal para que no fuera tocado por nadie, siempre tenían un ojo en él y aquél se había empeñado en portarse "bien" para no generar más problemas a sus padres, Des constantemente se mantenía a la expectativa que los demás habían creado para él. Con su madre no era de esa forma; Pero con Niek siempre era así, e incluso Leo evitaba que Des hiciera locuras, no le reprocho nada sólo murmuro un: "¿Qué harás?"

—Regresar a casa, presentar los exámenes finales y postular para "Le cordon bleu" quien sabe, tal vez después me veas en un café.—Rio desde el otro lado, bromeando.

"Cuídate" Fue como finalizo aquella llamada y procedió a marcarle a su madre, diciéndole que regresaba; Recibió al principio múltiples preguntas: "¿Estás bien? ¿No necesitas nada? ¿Te alcanzo allá, corazón? ¿Te deposito en tu cuenta?" A las que después de contestar y decirle que no necesitaba nada y que estaba bien, recibió un corto regaño.

En Utrecht Noreen, sonreía tranquila, su pequeño Des que ya no era tan pequeño, era ya un adulto que se valía por sí mismo, algunos niños se dicen que se vuelven independientes porque vuelven de la primaria a sus casas solos, el suyo se volvió independiente cruzando todo el atlántico; Se sentía orgullosa y preocupada, pero más que nada feliz.

—Te espero en casa—Fue lo último que dijo esa madre, depositando su confianza en su hijo.

En un café en Portugal Des, tomaba sus alimentos, había sido un viaje largo y agotador, debía volver al avión en veinte minutos, "tire los dados y no cayeron sietes" fue lo que salió de sus labios, "Mejor haberlo intentando que no haberlo hecho" una sonrisa se dibujo en sus labios, el trabajo y el estudio alejan la pasión, tenía cosas más importantes que hacer.

Llego a salvo a su destino, un cambio radical te hace madurar bastante, siempre tienes dos opciones ante un tropiezo, o te dejas caer o avanzas, opto por la segunda; Sin ver a Leo la distancia y la escuela disminuían la pena de su corazón desahuciado, habían pasado los meses en casa; Por fortuna no perdió un año y estaba por mudarse a Ámsterdam para comenzar a estudiar en "Le cordon bleu"

—Cuídate mucho Des, recuerda que esta siempre será tu casa; Ven a vernos en vacaciones o cuando puedas—Decía su madre al despedirlo en la famosa estación de trenes de Utrecht.

Deposito un corto beso en la mejilla de su madre, aquella que iba acompañada de su esposo, así era... Al fin Noreen era feliz, se tropezó, se levanto; Incluso llego hasta Brasil y regreso a Utrecht para encontrarse con su destinado; Tal vez a él le deparaba algo similar, solo el tiempo le diría, lo que más importaba ahora era su futuro.

—Cuídense mucho, te mandare un mensaje cuando me instale. Los amo. —Dijo antes de subirse a su tren.

Desde el incidente hablaba poco con Leo, pero lo seguía haciendo, generalmente se mandaban bromas y mensajes de confianza, sin mencionar mucho de sus vidas personales o en este caso relaciones, en parte porque Des evitaba la confrontación del tema y por otra que Leo sabía que aclararlo por llamadas no era lo correcto.

Al llegar a Ámsterdam tuvo un choque de modernización, sin embargo se adapto rápido, los mensajes y llamadas con Leo eran cada vez menos desde que Des estudiaba y trabajaba; Había sido muy afortunado, aunque estaba seguro que había sido por su dedicación, el chef de "pedazo de cielo" lo había recomendado en Ámsterdam, en el mundo de la cocina te abres paso con que se conozca tu trabajo y de las recomendaciones de dónde has laborado.

—Sabes que mi único amor es "Bobby Flay*" si tan sólo fuera treinta años más joven... —Decía Des suspirando con fingida ensoñación para después reír.

Leo llamaba; Desde hacía unos meses el moreno era bastante insistente hacia ese tipo de temas, sin embargo él no quería hablar de ellos; Así como no quería recordar que el mayor... No importaba, creía que lo había superado; Pero su corazón latía ansioso siempre que Leo mandaba un mensaje o hacía una llamada. Sin embargo, se sentía tranquilo; El extenso océano los separaba, kilómetros de distancia que no lo harían caer de nuevo, su lengua era más controlada que su cuerpo.

—Sabes que a eso no me refería— Decía el moreno, despidiéndose para regresar el trabajo.

Ya había pasado mucho tiempo, al año Des le había dicho que no regresaría a Brasil, él había insistido un poco, sin embargo cuando aquél le dijo que primero estaba su carrera, no le volvió a proponer el viaje, entendía a Des y se sentía feliz por él al verlo cumplir sus sueños.

Los días en Olinda pasaban tranquilos para él, aprendiendo los idiomas y haciendo los viajes era como su vida se hacía, había ya visitado a todas las ciudades de Brasil y sin embargo sentía que algo le faltaba. Marie estaba en Alemania, había solucionado la confrontación con Walter, y a los veinticuatro años de su hermana contraería nupcias con el alemán, faltaba menos de un año para que eso pasará; Mark y William desde tiempo antes habían partido lejos de casa, su mejor amigo estaba feliz con su pareja en Río de janeiro donde las relaciones entre personas del mismo sexo era algo visto comúnmente....y él ,se había quedado solo en Brasil sin ir a ningún lado, podría estar toda su vida ahí pero le gustaba ser un espíritu libre, aceptaría la oferta de ser gran guía turístico, cumpliría su gran deseo de conocer lugares nuevos y ver la historia con su propios ojos; A sus veintitrés años Leo dejo su "hogar" para aventurarse a lo desconocido.

—¿Estás de acuerdo con el contrato Leo? No hay vuelta de hoja, tienes que cumplirlo y que no le ofrezco esto a cualquiera, tu sabes lo importante que es para mí la agencia.—Decía La madre de Marie seriamente—Aunque llevas aquí siete años, debo admitir que en ese viaje en parís te luciste, mi esposo estaba tan feliz, me acuerdo cuando lo conocí—Decía la mujer recordando tiempos pasados.

Su esposo hacía varios viajes era un concertista famoso, así que era raro encontrar a la pareja en un sitio determinado, claro; A veces estaban separados, la agencia de viajes era de ella y no se manejaba sola, sin embargo siempre tenían tiempo para ellos, eran dos viejitos enamorados.

—¡Estoy de acuerdo!—Con ánimo firmo el contrato.

La vida estaba llena de posibilidades es mejor tomarlas cuando se presentan a esperar a que vengan mejores, era casi un tour, sólo con la diferencia que él no era el turista, era el guía, su primer destino: París.

—Des, espérame un año —Decía el joven de ojos chartreuse, el primer destino era Francía, el segundo Rusia... y el tercero Alemania, Sonrió. Seis meses para decir todo lo que quería, era conocido que Ámsterdam estaba a tres horas en tren.

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Créditos: Deseo de cosas imposibles~ La oreja de Van gogh

"¿Sería posible que yo en el peor de los casos? le hicieron una llave de judo a mi pobre corazón, haciendo que firme llorando esta declaración: Me calló porque es más cómodo engañarse, me calló porque ha ganado la razón al corazón." "Y reír será un lujo que olvide cuando te haya olvidado"

*Amour~ Amor en francés.

*Bobby Flay: Famoso chef americano. (Iron chef America)

N.A:

Buenas tardes, tengan todos.

Muchas gracias por leer mi pequeño fanfic escrito con mucho amor.

Vengo con la actualización de este drama romántico; No me maten por favor, antes de que puedan hacer algo, estos jóvenes deben ser estables y hablar como Ithis manda, algo así...quizá...

Hagan sus especulaciones.

Dudas, comentarios, jitomatazos, piedrazos ( estaré detrás de aquella puerta que dice seguridad)

Disculpen la tardanza, espero poder hacer las actualizaciones semanales, pero son fechas de finales, parciales, es un caos total.. así que me tardaré un poquito más de una semana, pero menos de dos.

Se despide: Morachan.

P.D: Es por eso que el alcohol no es bueno y mucho menos cuando debes hablar de cosas importantes.


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