
58
Taehyung tenía la costumbre de dibujar en la cama con el atril a las tres de la mañana.
Desde que tenía el pequeño atril que usó durante su esguince, lo usaba para avanzar en sus trabajos pendientes cuando la inspiración le atacaba por las noches.
Pasó su mano izquierda -la derecha sosteniendo el lápiz grafito- por el cabello sedoso de Hoseok, quien estaba acostado boca abajo con la mitad de la cara aplastada en el costado de su abdomen y el brazo alrededor de su cintura, completamente desnudo debajo de las sábanas, y respirando con el aliento rozando su piel como una brisa cálida.
Si había algo de lo que no terminaba de acostumbrarse aún en su nueva vida junto a Hoseok, era en las pesadillas "silenciosas", aquellas en las que tenía que despertarlo o cantarle para tranquilizarlo como lo hizo una vez hace meses atrás. Últimamente eran cada vez más frecuentes desde que tuvieron la pelea con aquellos compañeros de escuela de Hoseok; Taehyung supuso que había revivido todo lo mal que lo pasó en la escuela y en el orfanato porque también había sufrido acoso en ese lugar, el cual debió haber sido más problemático y doloroso porque entonces ni siquiera conocía a Namjoon. Ahora siempre terminaba despertándose para abrazarlo, cantarle o para decirle que estaba con él y que nada malo pasaría.
Se relamió los labios que aún dolían al estar sensibles por los golpes que le dieron -ya no estaban hinchados-, viendo de reojo como Hoseok se movía un poco a su lado, creyendo que estaba acomodándose, pero al verlo directamente se dio cuenta que estaba teniendo otra pesadilla silenciosa. Lo podía ver por el movimiento rápido de los ojos tras los párpados cerrados o la forma en la que sus pestañas aleteaban como una mariposa moribunda, y un gemido de molestia retumbó en su garganta.
Suspirando preocupado -sentía que jamás podría acostumbrarse a ver a Hoseok teniendo pesadillas- dejó de dibujar apartando el atril, dejándolo en el piso, y poniendo el lápiz y el borrador en el velador a su lado.
Guió su mano por el cabello de Hoseok, lo había teñido de color negro -su color natural- hace días atrás. Empezó a acariciar detrás de su oreja y por el vello de su nuca reiteradamente y él terminó despertándose después de unos segundos al llamarlo por su nombre. Luciendo tan adormecido como asustado, con esa arruga por la pesadilla entre sus cejas, se apartó para arrodillarse en la cama y mirar a su alrededor, como si estuviera preguntándose en dónde estaba.
Taehyung se sentó en la cama y alisó con el dedo pulgar la arruga entre las cejas de Hoseok, quien pestañeó, alejándose ante el toque como un reflejo, pero deteniéndose al ver que era él quien lo hacía. A veces se despertaba tan perdido que era entre divertido, por su mohín, y a la vez triste verlo apartarse, como si no lo conociese, o que de repente lo encontrase con la mirada perdida, sin brillo, sin nada.
Pero al pasar los segundos, Hoseok volvía a ser su Hoseok, y se volvía acercar, tal cual en ese momento en que se volvió acostar a su lado, ocultando el rostro en su estómago e inhalando profundamente. Le hubiera dado cosquillas sino fuera porque sintió una pizca de humedad en su abdomen.
- ¿Otra pesadilla? -preguntó en un susurro, y al no haber respuesta guió su mano al rostro de Hoseok para que le mirase.
Siempre le dolía ver a Hoseok con esa mirada tan triste, con sus ojos inundados en lágrimas que nunca caían, pero sobre todo porque nunca le contaba exactamente lo que soñaba, sino que se lo guardaba todo para él. O a veces lo veía escribir en una libreta vieja, la cual guardaba junto a varias más en una caja al fondo del armario del pasillo a la cual se fueron la mayoría de cosas que no encajaban en la habitación o en otro lugar del departamento. Taehyung le había preguntado sobre aquellas libretas tan llenas de hojas e historia por lo gruesas que eran, pero Hoseok sólo le decía que fue un regalo de su madre biológica y que, tal vez, un día dejaría que él los leyera. Taehyung siempre esperaba que ese día llegase.
- ¿No tienes sueño? Pensé que dormirías pronto -esquivó Hoseok con voz ronca, pasándose rápidamente el dorso de la mano por los ojos y arrastrándose lo suficiente para quedar encima del cuerpo de Taehyung, pasando una pierna por encima de su cuerpo, con el rostro oculto entre el cuello y su hombro, y la mano izquierda yendo a parar a su cabello suelto, que ahora se encontraba tan largo que llegaba unos centímetros más abajo de sus hombros en ondas desordenadas por la coleta que solía hacerse.
Le encantaba cuando Hoseok hacía eso, acostarse encima de él, porque podía sentir todo el cuerpo cálido y tan suave como rasposo envolviéndolo como una manta, el aroma de su piel y sus manos peinando su cabello haciéndole sentir seguro, sintiendo a cada inhalación y beso que se pertenecían por completo, al menos en un glorioso momento. A veces Taehyung creía que podría volverse loco de dicha por lo mucho que amaba tener a Hoseok tan cerca, el simple hecho de poder tocarlo y que él lo toque hace que se embriague de felicidad.
- No... sólo han pasado dos horas desde que te dormiste, pensé que dormirías mejor después de usar mis habilidades lingüísticas contigo -bromeó, ganándose una risita nasal por parte del contrario.
Hoseok no dijo nada, en cambio, apartó el cabello de Taehyung con suavidad hacia atráas para despejar su cuello, besándolo como respuesta dos, tres, cuatro veces más, chupando despacio, lo suficiente para hacer que éste exhalara excitado, pero aún así sintiéndose preocupado.
Se detuvo cuando Taehyung volvió a hablar pasando la mano por su espalda, los dedos acariciando una minúscula cicatriz de cigarrillo parecida a la que tenía en la palma de la mano -pero más grande- y luego las vertebras de su columna. Era difícil para Taehyung concentrarse cuando tenía a Hoseok desnudo encima de él, pero estaba lo suficientemente preocupado como para no volver a tener sexo y hacer que se olvidaran de sus preocupaciones que, sin duda, volverían.
- Estas pesadillas están siendo cada vez más frecuentes, Hyung -susurró después de besar su sien.
- Lo sé -asintió Hoseok, alzando el rostro para mirarle afligido-. Perdón. Si no fuera por mí, dormirías mejor...
- No digas eso, te necesito aquí conmigo... además siempre duermo tarde cuando me dan ganas de dibujar -confesó Taehyung, acariciando la nariz de Hoseok con el pulgar, quien le miró algo nervioso ante el toque. Era en momentos como ese en que podía imaginarse como había sido su Hafefobia, porque casi todo lo que sabía era lo que le quería contarle o aquellos reflejos involuntarios que había aprendido aceptar-, lo digo porque me preocupas, ¿Crees que deberías volver a hablar con tu psiquiatra?, ¿Cómo se llamaba?
- Lee Jung Kyung -respondió mordisqueando sus labios, negando después y sentándose en la cama para darle la espalda, pasando los dedos por su cabello como si así pudiera deshacerse del sueño y la tristeza-. No hace falta, estoy bien, sabes que siempre me pasa, las pesadillas o los insomnios... ya se irán en algún momento.
- ¿Cuándo se irán? -preguntó Taehyung, refiriéndose a éstos, extrañando -siempre- la cercanía que habían tenido segundos antes, pasando la punta de sus dedos por la espalda desnuda de Hoseok -sabía que en el fondo le gustaba-, su cálida piel en la punta de sus dedos impidiendo que se alejase demasiado.
Hoseok le miró de reojo por sobre el hombro e hizo una mueca que demostró claramente que no le gustaba responder esa pregunta o hablar algo con respecto a eso.
- No lo sé... por alguna razón se vuelve peor en el mes de mi cumpleaños -miró fijamente el ventanal a su derecha, quedándose en silencio unos segundos, tan absorto que Taehyung siempre se preguntaba a dónde iría dentro de su mente y si ese lugar era tan terrible como en sus pesadillas-. Mi psiquiatra decía que era comprensible por el trauma que tuve con ella, con mi madre biológica... pero... ahora creo que sólo yo soy el causante de todo... -suspirando negó, encogiéndose de hombros-... como sea, son arrepentimientos con los que tengo que vivir -volvió acostarse, apoyando la mejilla en el pecho de Taehyung mientras éste lo abrazaba y volvía a acariciar su cabello, feliz de tenerlo devuelta.
- ¿Algún día vas a contarme sobre ello? -susurró Taehyung, intrigado.
- No lo sé... no sé si podré recordar algo más que los restos de esos días que quedaron en mi mente -respondió sin emoción en su voz-. A veces ni siquiera sé si lo que pasó fue real, pero el arrepentimiento está ahí, como una sombra.
A Taehyung siempre se le revolvía el estómago al pensar que habían dañado a Hoseok. Y cierta parte de él le desesperaba no saber cómo tratar con ello, aunque por el momento todo estaba bien entre ambos. Supuso que era porque todo había comenzado relativamente mal y conocían algunas de las peores facetas de ambos. Aunque ciertamente, Taehyung odiaría que Hoseok conociera su yo irracional con un ataque de ira. El solo pensarlo le daba escalofríos.
- ¿Por qué no puedes recordar todo?
- Tal vez porque no quiero recordar -terminó confesando, después de unos segundos en silencio.
Taehyung entendía lo que quería decir a su manera, porque él tampoco quería recordar los malos momentos, todas las burlas, los golpes, los llantos... quería enterrar todos esos malos recuerdos hasta que ya no existieran y fueran totalmente eclipsados por los maravillosos momentos que estaba viviendo con Hoseok, incluso los momentos que no habían sido tan maravillosos. Los quería atesorar absolutamente todos.
- Falta un mes y medio para tu cumpleaños -recordó Taehyung-. Y sabes, no todas las personas deben vivir cargando arrepentimientos del pasado. Llega un punto en que no podrás cargar con todo tú solo porque la culpa se volverá tan grande que ya no sabrás cómo se sentía ser libre de ella... -se relamió los labios, nostálgico y algo angustiado-. Mi abuela me lo dijo una vez.
- Creo que lo sé... -murmuró, casi un ronroneo cuando Taehyung volvió acariciar su cabello, adormilado-. Nam siempre dice que trata de vivir sin arrepentimientos... pero yo no puedo. No sé cómo hacerlo.
Taehyung siguió acariciando su cabello, hasta que el nudo en su garganta dejó de oprimir tanto. Le ponía triste aquel tono de voz resignado de Hoseok, como si hubiera aceptado vivir en una tortura constante y que ese peso no pudiese compartirlo con nadie. Le hacía sentir que era algo totalmente injusto, pero Taehyung sabía que no lo hacía porque quisiese.
- Luego de tu cumpleaños me iré... -volvió a decir con voz apagada-... pero si tan solo... -si tan solo vinieras conmigo, quería decir.
- Estaré bien -sonrió Hoseok, adivinando sus pensamientos-. He sobrevivido veintisiete años de mi vida sin ti, creo que podré manejarlo -sonaba a broma, pero no estaba seguro, por lo que no se rió.
- No vas a volver a automedicarte, ¿Verdad?
- No lo haré -rió Hoseok ante su rostro serio, alzando su mentón para besarlo, pasando otra vez los dedos por su cabello, tratando de aligerar el ambiente-. Tengo que ahorrar para ir a Francia a ver a un mocoso insoportablemente atractivo.
Últimamente, había estado tan preocupado por las pesadillas de Hoseok que le costaba animarse por ambos, por lo que irónicamente era el profesor quien le tocaba decir o hacer algún comentario estúpido para hacerle sonreír. Sabía que Hoseok se estaba esforzando por él.
Taehyung por fin rió entre los besos alrededor de su boca, enternecido, acostándose hasta quedar totalmente de espaldas, mordiendo juguetonamente el labio inferior de Hoseok, quien gimió y se acomodó entre sus piernas, apoyándose a cada lado de su cuerpo como si estuviera atrapándolo para no dejarlo ir. Hacía días que no jugaban ni hablaban así, porque la mayoría de las veces cuando iban a la cama ni siquiera hablaban, sólo se miraban y buscaban la piel del otro como si eso fuera suficiente. Taehyung no podía resistirse a ello, tal cual como en ese instante.
- Te llevaré a muchos lugares hermosos -prometió, pasando sus manos por el cabello de Hoseok, despejando su rostro iluminado por la lámpara en el velador y mirándole con los ojos más brillantes que el profesor hubiera visto alguna vez en alguien-, y a muchas, muchísimas librerías con estantes repletos de libros hasta el techo. Estaremos todo el maldito día leyendo tratando de traducir todos los malditos libros... o tal vez... -pensativo, rió-... tal vez tú leas y yo duerma, lo que nos venga mejor.
Hoseok se carcajeó y sonrió contagiado por la sonrisa traviesa y divertida de Taehyung, mirándole fijamente mientras usaba una mano para acariciar el cuello del escultor con el pulgar, pasándolo reiteradamente por la cicatriz en su mentón. La mayoría de las veces que le miraba acostado a su lado, se preguntaba si todo aquello era real y no una simple fantasía de su mente, pero la sensación entre sus piernas era demasiado maravillosa para que él pudiera imaginarla.
De repente, la sonrisa de Taehyung desapareció cuando ambos se quedaron callados y mirándose fijamente. Antes de que estuvieran juntos, incluso desde antes de que empezaran a mantener una relación, Taehyung no podía apartar la mirada de Hoseok. La mirada que el profesor le daba podía arrebatar su aliento, y de repente como un oleaje le embargó un sentimiento que impactó por todo su pecho y se derramó hasta las puntas de sus dedos y deseó que Hoseok pudiera sentirlo también a través de ellos, como el agua que fluye río abajo recorriendo un destino incierto, pero que siempre llega a un mismo punto.
- A veces me sorprende lo mucho que te amo -susurró.
Hoseok se quedó rígido, incapaz de moverse porque quería seguir escuchando y viendo esa expresión en Taehyung, mientras sentía como su corazón latía tan fuerte como si él mismo estuviera diciéndole las mismas palabras, gritándolas al mundo. Hoseok quería darle todo de él a este hombre bajo su cuerpo, a esta persona que con sólo mirarlo podía hacerle sentir como un ser humano que es parte del mundo y el mundo es parte de él.
- Quiero que conozcas a mi familia.
El escultor detuvo las caricias que recorrían el cuerpo de Hoseok, tan sorprendido que su boca se entreabrió y las palabras desaparecieron de su mente y de su boca. Hoseok esperaba una respuesta, pero al ver tal grado de sorpresa empezó a ponerse demasiado nervioso y avergonzado, cuestionándose todo lo que eso conllevaba y que prácticamente era una declaración de amor y un compromiso mucho más profundo para ellos.
En otras palabras, Hoseok acababa de decirle que lo amaba y que quería estar con él el resto de su vida.
Taehyung sólo reaccionó cuando vio que Hoseok tenía la intención de salir entremedio de sus piernas y, prácticamente, huir.
- Me estás jodiendo -balbuceó Taehyung, envolviendo sus piernas alrededor de las caderas de Hoseok para que siguiera encima de él-. ¡No me jodas con ese tema!
- ¡Claro que no! -bufó avergonzado-. Y cuida tu lenguaje, esta es una conversación importante.
- ¡Pero...! -se cortó, pestañeando aún sorprendido-, ¿Me estás invitando a tu casa para presentarme a tus padres como tu novio o solo como tu "amigo"?
Sinceramente, Hoseok aún no tenía una respuesta clara para eso. Sólo deseaba que Taehyung por fin conociera a su familia después de tanto hablar con ellos sobre él, de lo importante que se había vuelto en su vida, pero aún no podía decirles claramente que era su pareja. Era un tema demasiado delicado para hablarlo por teléfono, aunque todos en su familia sabían que se había ido a vivir con él, por lo que podían sospechar.
- Sí -respondió al instante, aunque después dudó ante la ceja enarcada de Taehyung, confundido-. No. No sé, tal vez... ¿Ambos? -el escultor rió ante su nerviosismo y su sonrojo-. Cuando estés desocupado, podríamos ir cualquier día que tú quieras...
Taehyung jadeó emocionado, después de pasada la sorpresa, y rodó con Hoseok hacia un lado para ponerse encima de él, abrazándolo y llenándolo de besos en el rostro para molestarlo porque sabía que a Hoseok no le gustaba que lo hicieran cuando se encontraba avergonzado.
- ¡Basta de besos -gimió quejándose-, te estoy diciendo que esta es una conversación importante!
- ¡Me muero por conocerlos en persona! -exclamó emocionado, aplastando a Hoseok con su cuerpo-, especialmente a tu hermana pequeña, Junhee. Una vez me contaste que ella tocaba el piano, ¿En la casa de tus padres hay uno?
- Sí -sonrió divertido-, creo que te dije que mis padres adoptivos tienen el dinero suficiente para comprar una fabrica de pianos.
- ¡Eso es genial! -dijo maravillado, ahora sentándose en el regazo de Hoseok, tratando de ignorar el duro bulto debajo de él, resistiendo las ganas de moverse y hacer que se olvidasen de todo lo demás-. ¡Podríamos ir mañana!
- ¿Mañana a Gwangju?, ¿Si quiera lo estás pensando, mocoso? -pasó las manos por las caderas de Taehyung, su dedo pulgar acariciando en círculos el pequeño ombligo encima de la ropa interior y provocando un puchero en el escultor-. Tienes trabajo que hacer... y yo también. Podríamos ir en año nuevo, en una semana más, ¿Está bien?
- En una semana más, bien -asintió sonriendo de forma pícara, empezando a mover sus caderas encima del miembro endurecido de Hoseok, quien lo miraba con ojos oscuros por la excitación y exhalando pequeños suspiros. Realmente era imposible para ambos contenerse por mucho tiempo, aunque Taehyung en ese momento tenía una ruidosa indecisión dentro de él sobre si seguía hablando del tema de las pesadillas o lo dejaba para después, cuando ambos volvieran a despertarse después de un buen merecido orgasmo-. Me encantaría conocerlos... En especial a mamá Yu, ¿Crees que le agrade?, ¿Qué debería llevarle de regalo?
- Eso lo pensaremos después -dijo Hoseok, jalando del brazo a Taehyung para que volviera acostarse encima de él y así poder pasar los dedos por su cabello, tironeando de él para tenerlo más cerca, rozando sus labios mientras susurraba-, y creo que va a amarte, su corazón es débil ante cosas bonitas.
- ¿A matarme? -empezó a bromear después de ser besado, ganándose quejidos frustrados de Hoseok-, ¿Me va a matar por robarme a su apuesto hijo? ¿O sea que esto será como una versión moderna y barata de juego de tronos?
- ¿Qué estás diciendo? -frunció el ceño, reteniendo su sonrisa-, ¡Eso no tiene sentido!
- ¡Claro que sí, todos se matan entre sí!
- ¡Que no! -rió Hoseok-. Y dije a a-mar-te, idiota ¿No te has lavado bien los oídos? Vamos a tener una inspección -y llevó sus manos a la oreja izquierda de Taehyung, rebuscando exageradamente-. Aigoo, que sucio -mintió, realmente no veía nada-. Mi diagnóstico es que eres un mocoso sucio en estado crónico.
- ¡No, mis oídos están bien! -trató de zafarse, pero sólo logró que Hoseok acabase encima suyo otra vez riéndose de él-, ¡Ya, deja mis oídos!, ¡Tú eres el sucio, idiota! -sin dejar de reírse, fue besado por el profesor, su cabello jalado con posesión para que abriese más su boca, temblando con excitación cuando Hoseok escabulló la mano dentro de su ropa interior, jalándola hacia abajo para sacársela- ¿Y... c-cómo son tus hermanos? -logró articular, cuando Hoseok empezó a bajar los besos por su cuello-. Se Oh y SooHun.
Hoseok detuvo los besos en su cuello para mirarle, alzando las cejas, molesto.
- No pensarás en hablar de ellos ahora mismo mientras quiero sacarte la ropa interior.
- ¿Por qué no? -preguntó inocentemente. El contrario puso los ojos en blanco, dejando de tocarlo y alejándose de él, bufando.
- Eres insoportable.
- Y tú eres tan lindo -musitó divertido, sentándose en la cama, y al instante Hoseok se apartó para apoyarse en el respaldar mirándolo con un gesto altivo tan serio como sensual.
- Cállate y sácate la maldita ropa interior.
- Nope -negó Taehyung, su cabello cayendo por la mitad del rostro, dándole un aire sensual cuando se arrodilló frente a Hoseok y empezó a gatear frente a él hasta quedar a centímetros de su rostro y susurrar-, tú cállame y desnúdame.
Hoseok agarró el mentón del escultor con una mano, casi con desespero mientras lo besó, amando esa boca tan dulce mientras la exploraba con su lengua.
- Insoportable -susurró en sus labios cuando paró, entre abriendo los ojos y admirando la excitación en la expresión del escultor, buscando el aire que sólo él podía darle-. Eres insoportable. Insoportable es tu segundo nombre, ¿Sabías?
Taehyung lamió el labio inferior del profesor, mordiéndolo, subiendo la mano por el muslo hasta llegar a su entre pierna desnuda y semi dura, envolviéndola, dejando que éste llevase las manos a su cabello suelto despejando su rostro. Para el escultor era evidente que Hoseok tenía cierta fijación con tocar su cabello cada vez que lo hacían.
- ¿Ahora quién está hablando demasiado y no me está besando como debería ni desnudando? -musito Taehyung, alzando las caderas para que las manos de Hoseok lo desnudasen por completo.
- Hay que cambiar eso -sonrió coqueto, viendo al escultor totalmente desnudo encima de él, admirando cada parte de su cuerpo perfecto ante sus ojos cristalinos, tan llenos de tristeza, miedo y amor mezclados, pero todo se borraba y entonces sólo quedaba el reflejo de él en sus propios ojos y podía sentirse tan, tan feliz.
- Sí, claro que sí... -murmuró, después de haber sacado un lubricante del cajón de la mesita de noche y un condón.
Taehyung no habló más, en sus ojos podía verse el puro deseo de ser llenado de todas esas sensaciones que podía ofrecerle y sus toques, y Hoseok amó su cara destilando placer en cada lamida a su pecho terso, sus manos recorriendo sus muslos y sus dedos entrando, insistentes, y haciéndole enloquecer, estrechándole lo suficiente para que entrar en él. No tenía que ser tan delicado, porque se habían extrañado lo suficiente como para hacerlo por segunda vez y Taehyung estaba preparado para recibirlo, ansioso, así que cuando lo hizo cada subida y bajada de sus caderas, sentado encima de su regazo, mostraba lo mucho que lo quería tener dentro de él, y no era suave y sin prisas, sino más bien intenso y sumamente necesitado. Siempre era así con Taehyung, puro deseo y necesidad cuando se trataba de entregarse a él. Lo necesitaba más que a nadie y Hoseok se halló alzando sus caderas también para llenarlo aún más, mientras una de sus manos estaba fuertemente adherida a su cabello suelto para que no dejase de besarle y la otra sosteniendo su espalda baja que subía y bajaba al ritmo de su jadeante respiración. Sentía que a cada estocada al escultor se le iba el aliento, eso los excitaba a ambos aún más y siguió besándole para acallar los gemidos contra su boca mientras seguía moviéndose sin parar en ningún momento, incluso cuando empezó a masturbarse así mismo y la otra mano libre clavó las uñas de sus dedos en el hombro de Hoseok
- Oh, hm... fóllame -gimió el escultor en su oído, sin aliento, cuando empezó a perder ritmo por el cansancio luego de varios minutos montándole, envolviendo sus brazos alrededor del cuello del profesor para sostenerse y dejar de temblar como gelatina-. Ah, hyung, fóllame.
Hoseok llevó sus manos a las caderas del escultor y empezó a penetrar más profundo, besando su cuello empapado en sudor mientras Taehyung ahogaba sus gemidos contra su sien, besaba sus mejillas o el contorno de su boca y dejaba que el profesor lo guiase a su antojo.
- Eres tan hermoso -gimió Hoseok, observando los ojos vidriosos de Taehyung y su boca entreabierta, haciendo de las estocadas más urgentes y susurrando cosas que el placer del éxtasis impulsó a que dijera, pero mentiría si dijera que no estaba del todo consciente cuando lo dijo, porque le gustaba decirlas en esos momentos y quería tanto decirlo en ese instante porque ya nada importaba-...bebé... eres mío. Jodidos labios dulces. Mío. Todo. Me perteneces. Te amo.
Te amo, volvió a repetir, una y otra vez, o tal vez era Taehyung que no podía dejar de rebobinar y escuchar aquella frase rebotar dentro de su cuerpo, sintiéndola crispar los vellos de su nuca, la electricidad ardiente recorriéndole hasta hacerle enroscar los dedos de los pies por el éxtasis y el placer que le impactó en él al escucharla. Una frase dicha con miradas y gestos, pero nunca por una boca en una lengua tan apetecible y dulce como la de Hoseok y quiso robarla de sus labios, así que lo besó y lo besó hasta gemir largamente cuando el orgasmo los envolvió a ambos.
Aún después de que ambos se fueron a bañar y Taehyung volvió a estar varios minutos acostado en el pecho de Hoseok, con la oreja directamente en su pecho, los latidos ritmicamente conocidos seguían latiendo como si estuviera en una maratón. Le gustaba estar en la oscuridad de la habitación que compartían, porque así la voz de Hoseok se escuchaba mucho más clara y sentía que podía sentirlo mucho más, como si sus sensaciones estuvieran a flor de piel o como si su voz le perteneciera, como si se perdiera así mismo y se encontrase con él en la completa oscuridad.
- Hobi hyung... -susurró Taehyung, acariciando el pecho de Hoseok con su nariz-. Tú corazón sigue latiendo muy rápido.
- Tae, no te lo dije, pero mi corazón late así porque... -dijo con tono de voz dramático. Taehyung arrugó el entrecejo, sabiendo que Hoseok diría algo ridículo-... voy a morir.
- Eres un idiota -hizo una mueca ante la risa malévola del profesor, mordiendo como castigo el pezón izquierdo de Hoseok que se encontraba más cerca-. Vuelves a bromear así y te morderé otra cosa.
- ¡Ah, eso dolió! -se quejó, sobreexagerando y apartando el rostro del escultor con la mano, sobándose el pecho. Taehyung rió y volvió apoyar tranquilamente la cabeza justo encima de su corazón-. Cállate y duerme... y no me muerdas.
- Te lo merecías -sonriendo, Taehyung guió el rostro hasta su cuello y dijo, sus labios rozando la piel, claro y honesto, sin dudas ni inseguridades-. También te amo, Hoseok -dijo, y aunque sabía que le molestaba un poco cada vez que le quitaba el Hyung, sabía que estaba sonriendo-. Dilo otra vez.
Taehyung sabía la respuesta ante su demanda.
- No.
- Uh, vamos -rezongó Taehyung, juntando las cejas y haciendo un puchero adorable hacia él-, no me hagas rogarte con una mamada.
- ¡Taehyung! -Hoseok trató de no reírse, pero ahí estaba esa sonrisa que enamoraba sin límites al escultor una y otra vez cada vez que la veía-. Tus mamadas son once de diez, pero tendré que rechazarlas por el bien de mi amigo aquí abajo.
- Sinceramente, pensé que eras masoquista -bromeó, abriendo los ojos descomunalmente, haciéndose el sorprendido-, nunca te quejas cuando te rasguño.
- ¡No lo soy! -indignado, negó con una mueca. Hoseok sabía que el escultor bromeaba, pero a veces lo miraba con esos ojos tan serios detrás de esa diversión que aún seguía tratando de discernir si bromeaba o hablaba en serio.
- ¿Entonces no quieres una mamada?
Hoseok se le quedó mirando y dudó. Realmente lo hizo.
- ¡Te estás demorando en contestar! -volvió a reír Taehyung, carcajeándose y tirándose de espaldas en la cama a su lado, rodando entre las sábanas-. ¡De verdad la quieres, tú, pervertido masoquista!
- N...no -tartamudeó, luchando contra su yo perverso que quería seguir viendo la expresión excitada y perdida en placer de Taehyung sin importarle las consecuencias para ambos -quien dice que puede tener sexo más de tres veces en el día miente-, su entrepierna ya se sentía bastante sensible, y molestaba un poco, y sabía que el escultor no se sentía mucho mejor en su parte trasera. Haciendo esa singular mueca mucho más notoria que a Taehyung le divertía tanto, aprovechó que había dejado de abrazarle para arroparse aún más bajo las sábanas, dándole la espalda y tratando de relajarse lo suficiente para volver a dormir-. Ya duerme, tenemos cosas que hacer mañana.
Taehyung exhaló la última carcajada, divirtiéndose con el lado avergonzado de Hoseok, y volvió a rodar hacia él para abrazarlo por la espalda, acariciando el abdomen plano bajo la camiseta del pijama, metiendo la nariz en el cabello sedoso de Hoseok, inhalando la fragancia a vainilla del shampoo. Besó su coronilla, y pensó que quería seguir así para siempre.
- Tú te lo pierdes... -susurró Taehyung, a diferencia de lo esperado, lo suficientemente tímido mientras lo abrazaba aún más al sentir las manos de Hoseok acariciar el dorso de las suyas-. ¿Quieres que te cante algo para que puedas dormir?
Taehyung pensó que le diría que no, que dejara de pensar que era tan dependiente de él, que no lo necesitaba y que no iba a ser nunca la persona que podría hacerlo feliz, pero no duró mucho tiempo la incertidumbre que provocaban todas sus inseguridades, porque Hoseok entrelazó lentamente sus manos juntas, acariciando sus dedos, acurrucándose más contra él, y eso fue suficiente para saber que las respuestas a sus preguntas siempre serían un sí.
Capítulo dedicado a BooDarkness por hacer esta hermosa portada <3
Me encantaaaaaaaAAAAAAAAAA <3
Escribiendo los capítulos me he dado cuenta que tuve varios errores al principio del fic porque se desviaron algunas cosas alkjsdkjs pero ya los arreglé -e iré editando-u w u
Tócame va a terminar en el capítulo 60, pero tendrá partes, así que se extenderá un poco más... falta poco para que termine;;;;;; aunque al paso de tortuga que voy de seguro termina en el 2020 xd but nO.
e hice lo que pude con el corto smut-ni-tan-smut jejeje no andaba con muchas ganas de escribirlo, pero dije, YA EMPECÉ ASÍ QUE HA TERMINARLO, espero que les haya gustado y perdón si no u/u<3
Muchas gracias por seguir aquí aunque ya se han olvidado algunas cosas, perdónenme x2 :(<3
siempre digo que actualizaré pronto... así que mejor digo que ya no confíen en mí :'''(
aún así, gracias again, lxs amooo<3
pd. si hay errores me avisan:c
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